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martes, 31 de diciembre de 2019

Los ROTHSCHILD tras Waterloo controlan Europa: Bancos centrales. Medios de comunicación y Gobiernos

Los Rothschild, película alemana de Erich Waschneck (1940), es una de las producciones de la UFA más conocidas de aquélla época por la actualidad de la temática. La película surgió de una idea de Mirko Jelusich sobre el ascenso de la familia Rothschild. Es fiel a la historia, pero simultáneamente, y ante los paralelismos históricos, pretendía fomentar entre la población el conocimiento de las trapacerías que la alta finanza internacional llevaba y lleva a cabo a costa de las naciones. Junto a la obra de Veit Harían Jud Süss (El judío Süss) y el documental de Fritz Hippler Der ewige Jude (El judío eterno), es la tercera y última de aquella época que trata la cuestión. Al igual que en Jud Süss, la película concluye con un texto escrito pensado para la audiencia alemana de 1940. El mismo explica que los descendientes se encontraban en ese momento como refugiados lejos de Europa. Una película histórica cuyo argumento versa sobre la prosperidad y la fortuna de la familia Rothschild. Tras Waterloo fundaron el banco central de Inglaterra, y nunca pararon de crear bancos centrales: FED, BCE, BPI... Hoy en día esclavizan al resto de pueblos mediante la usura.
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lunes, 30 de diciembre de 2019

«España y sus demonios», por José Antonio Bielsa

José Antonio Bielsa y el dolor 
de «España y sus demonios»
14/12/2019 
Aprovechando la aparición de su nuevo libro ESPAÑA Y SUS DEMONIOS, entrevistamos al escritor e historiador José Antonio Bielsa Arbiol. La distribución internacional del libro corre a cargo de Amazon, en cuya plataforma digital puede adquirirse.

--Lo primero que llama la atención al tomar este libro es la portada…
--Con razón. Muestra la mismísima representación del diablo, cuya primera estatua de homenaje se erigió aquí, en España, en un enclave tan característico además como el del madrileño Parque del Retiro. Pocos conocen esto, y como que dicha estatua está ubicada exactamente a 666 metros sobre el nivel del mar. El diablo no sabe de casualidades, por eso escogió España para desarrollar su más siniestro plan de infiltración y demolición.

--¿Cómo surgió la idea de publicarlo?
--El impulsor del proyecto fue mi amigo el poeta Javier Giral Palasí, a la sazón autor del prólogo. Desde hacía tiempo tenía pensado publicar un libro misceláneo de estas características, entre contestatarias y disidentes. Fue Giral quien apostó por la idea, permitiéndome utilizar su sello Almater, y posibilitándome así la aparición de mi trabajo más ambicioso.

--¿Qué novedades incorpora esta obra con respecto a otras parecidas sobre el tema?
--Su absoluta rareza, su entidad reaccionaria en un contexto sobresaturado de libros ad hoc portadores de ideologías de diseño, materialistas y envilecedoras las más, financiadas desde la sombra. Este libro apela a los principios espirituales que han forjado la Tradición occidental, sin desdeñar otras licencias que me he tomado, todo ello encaminado hacia Cristo Alfa y Omega.

--España y sus demonios no es una segunda parte de su anterior entrega sobre el Nuevo Orden Mundial, pero guarda una cierta continuidad con aquélla…
--Exacto. Este libro no es una secuela de Cómo sobrevivir al Nuevo Orden Mundial: Un manual de trinchera, pero sí implica una suerte de contrapunto en clave española de aquél, un anexo expansivo si se quiere destinado a poner la lente de aumento sobre “España” en cuanto idea, unidad territorial, espiritual y de destino. Aquellas personas que se quedaron con ganas de más tras la lectura del previo, podrán apagar con éste su sed de información.

--Sin circunloquios: ¿tiene salvación España?
--Es un hecho innegable que conforme el tiempo avanza, las posibilidades de salvación reales para España disminuyen. Especialmente tras el traumático 24 de octubre pasado, dolorosísimo “Día de la Infamia” para España con la profanación de la tumba del Generalísimo Franco, y pórtico de acceso inequívoco a la Segunda Transición que el Nuevo desorden mundial quiere imponernos para terminar de desmantelar nuestra traicionada Patria. No soy optimista, pero tampoco pierdo la esperanza. El final del mal es un bien, sentenció La Rochefoucauld.

--El libro consta de dos partes más unas adiciones. Resúmanos un poco su contenido, para que el lector se haga una idea del mismo.
--Sí. La primera parte, la que da título al libro, es una aproximación a España (y su obra), pero muy en especial a los demonios que la circundan, a través de sus más variadas manifestaciones. La segunda parte reúne textos y ensayos críticos sobre historia de la cultura. Unas adiciones perfeccionan y redondean el conjunto, fruto de diez años de trabajo.

--La crítica al Régimen del 78 es implacable…
--Desde luego: es la causa aparente de todos nuestros actuales males, aunque algunos trasladen estos orígenes a la década de 1960, con el aperturismo, o incluso a los fatídicos días de las Cortes de Cádiz…

--El enfoque del libro, al menos en su primera parte, es abiertamente españolista y católico. Uno de los temas que denuncia es la apostasía de España. Explíquenos este fenómeno.
--Pese la espantosa situación que atravesamos, España sigue siendo el brazo armado de Cristo. Nuestros enemigos internos y externos lo saben, por eso están trabajando muy duro por “fabricar” una novísima generación de indiferentes religiosos, e incluso ateos y cristófobos, me atrevería a decir. Por eso es importante aprehender que el problema de España no es tanto un problema político, económico o social, que también lo es, como teológico, por cuanto y por sobre todo lo es. Esta lectura donosiana que hago, que siempre tendrá su legión de detractores, es la correcta, y ya pueden estrujarse el seso los posibilistas filosóficos en la refutación de mi enfoque: sus argumentos fracasan siempre, porque no miran a las causas últimas.

--Su faceta de historiador del arte y crítico cinematográfico también se ve colmada en una buena parte del libro…
--El cine, en cuanto vehículo transmisor de ideas y modelos de conducta, como el grueso de la industria cultural en general, ha sido agente siniestro de este plan de infiltración perversa. Mi aproximación a los diversos medios de la cultura y del arte es crítica, pero también analítica, dedicando artículos a diversas problemáticas, del arco que va de la muerte de la novela como género literario a la subcultura del entretenimiento cinematográfico, de horrendos frutos.

--El autor que más veces cita en su libro es Menéndez Pelayo. Usted es un buen conocedor de su obra inmensa. ¿Qué nos podría decir al respecto?
--Desde mi juventud he vivido con los libros de don Marcelino siempre a mano. Sus obras completas, junto a las de Balmes, Donoso Cortés y otros autores, han sido por así decir el pan diario de mi formación intelectual católica y española. Pero han sido estos tres ingenios decimonónicos (a los que ya casi nadie estudia) los que me llevaron de las filosofías grises del error a la Luz de la Verdad, la misma que suministran Platón y San Agustín, Aristóteles y el Aquinate. ¿Comprende ahora el porqué de la insistente presencia del eximio montañés en mi obra?

--¿A qué perfil de público va destinado este libro?
--A un público español, patriota y católico preferiblemente, con unas edades comprendidas entre los 9 y 99 años. El resto pueden quedarse en sus tumbonas rumiando el Manifiesto comunista de Marx y Engels o Las 120 jornadas de Sodoma del Marqués de Sade, por no descender a otros “niveles” más bajos.

--Por último, ¿qué podemos hacer para expulsar de España todos los demonios?
--Como rubrica el viejo dicho: “a Dios rogando y con el mazo dando”. O expresado según los dictados de la corrección política: fomentando la acción, incentivando la formación y vigorizando la oración. Ya lo dijo el filósofo católico Peter Kreeft: nuestro tiempo vive una crisis de santidad: ¡necesitamos santos! España sólo recuperará el timón de su destino si consigue aunar, como San Ignacio, la Espada y la Cruz. En su proyecto de reconversión nacional y católica reposa el salvoconducto de su pervivencia en el tiempo.

--No me gustaría terminar esta entrevista sin felicitarle, Javier, por su formidable epílogo al libro. 
--¡Gracias!
Madrid-El Retiro (666 m. altura)
Práxedes Mateo Sagasta (MASÓN)
Responsable homenaje a Satanás en Madrid 

WIKIPEDIA: Práxedes Mariano Mateo-Sagasta fue un ingeniero de caminos y político español,. MASÓN, miembro del Partido Liberal -progresista-, varias veces presidente del Consejo de Ministros en el período comprendido entre 1870 y 1902 y famoso por sus dotes retóricas. Sagasta fue un destacado masón, llegando a alcanzar el grado 33 y de Gran maestre del Gran Oriente de España


La inesperada muerte del rey Alfonso XII el 25 de noviembre de 1885, a sus 27 años, provocó una crisis que llevó al Gobierno presidido por Práxedes Mateo Sagasta a paralizar el proceso de sucesión a la Corona a la espera de que la viuda del rey, María Cristina de Habsburgo diese a luz, pues estaba embarazada en aquel momento. Cuando el 17 de mayo de 1886 la reina regente dio a luz a un varón, Alfonso XIII, este fue reconocido de inmediato como rey, siendo un caso único en la Historia.

El 24 de noviembre de 1885, en vísperas de la muerte del rey Alfonso XII, Sagasta, como líder del partido liberal, firmó con Cánovas del Castillo, jefe del Partido Conservador, el denominado Pacto de El Pardo, con el propósito de apoyar la regencia de María Cristina (embarazada del futuro rey Alfonso XIII) y garantizar así la continuidad de la monarquía ante la situación creada por la prematura muerte del monarca. En este pacto se sancionó el turno de gobierno entre ambas formaciones, y Cánovas se comprometió a ceder el poder a los liberales de Sagasta a cambio de que estos acataran la Constitución de 1876. El 27 de noviembre, Sagasta formó un nuevo Gobierno, tal como se había acordado tres días antes. El turno instaurado en el Pacto del Pardo se prolongó hasta 1909. El pacto ya existía de forma implícita desde 1881, fecha en la que Sagasta asumió el poder por primera vez en el periodo de la Restauración.

Sagasta presidió el gobierno durante el conflicto hispano-estadounidense de 1898, denominado en España Guerra de Cuba, que supuso la pérdida de los territorios de ultramar de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Derrota por la que tuvo inevitablemente que asumir la responsabilidad, lo que no impidió que le fuera nuevamente confiado el gobierno de la monarquía en 1901.
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domingo, 29 de diciembre de 2019

Santuario Virgen de GUADALUPE (México 12-12-2019). Fiestas Patronales


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Los misterios de la tilma de Guadalupe (VIDEO)


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El aborto y los santos inocentes

El aborto y los santos inocentes (Guerra Campos)
 28/12/2019 
Mons. Guerra Campos
Con motivo del Día de los Inocentes, que hoy y desde hace varias décadas son los cientos de miles de niños abortados «legalmente» por las infames y genocidas leyes que tanto el rey emérito como su hijo y todos los gobiernos y partidos políticos han aprobado y sostenido manchándose las manos de sangre, nada mejor que traer a la memoria la contundente, valiente, católica y silenciada pastoral que en 1985, con motivo de la aprobación de la primera de tales leyes publicó el nunca suficientemente recordado obispo de Cuenca Mons. Guerra Campos, en la no se contiene ne proclamar la verdad y calificar a Juan Carlos I como responsable y pecador público; y por ende a todos desde entonces.

La denuncia de Guerra Campos fue todo un hito, bien que un grito en el desierto de un clero y de unos españoles que en su mayoría ya hacía tiempo que habían decidido acetar el aborto a cambio de consolidar la «santa democracia», sin que desde entonces hayan dado, ni unos ni otros, síntomas de arrepentimiento ni de terminar con tan repugnante e injusto holocausto.
LEGITIMACIÓN DE UN CRIMEN 
ABORTO PRÁCTICAMENTE LIBRE
Ley inmoral
El Jefe del Estado y Rey de España acaba de sancionar y promulgar una ley —aprobada por las Cortes Gene­rales, a propuesta del Gobierno— por la cual queda permitido en España el aborto provocado en determinados supuestos. («Boletín Oficial del Esta­do», 12 de julio de 1985, día negro en la historia de España).

De este modo, a pesar de los avisos de las más altas instancias morales, se ha consumado la legitimación de unas agresiones «contra la vida del ser humano más indefenso e inocente» (Episcopado Español): «Crimen abo­minable» (Concilio Vaticano II), «que nunca, en ningún caso, se puede legi­timar» (Papa Juan Pablo II).

Una exposición razonada de la ley moral y la doctrina de la Iglesia, en el marco de la situación española, la hemos dado en el Boletín del Obispado de Cuenca, enero y febrero-marzo de 1983. No es hora de reiterar doctrinas, sino de señalar la gravísima situación que se ha creado y de interpelar a los agresores con la fuerza que exigen la justicia y la sangre de los inocentes. Con la dureza implacable con que Nuestro Señor Jesucristo fustigó a quienes se auto justificaban mientras inducían a engaño al pueblo, a quienes escandalizaban a los sencillos.

El Papa Juan Pablo II, hablando solemnemente a España y refiriéndose precisamente a las autoridades y a una ley del tipo de la ahora promulgada, ha dicho: «Quien negara la defensa a la persona humana más inocente y débil, a la persona humana ya concebida, aunque todavía no nacida, cometería una gravísima violación del orden moral». Los Poderes públicos en España, en contra de su misión prima­ria, niegan protección a la vida de los más débiles. Más aún: facilitan con medios públicos la acción homicida. Por eso no cabe hablar sólo de despenalización. Estamos ante una legaliza­ción de un crimen.

No vale invocar el pluralismo de pareceres ni conformarse con una sim­ple manifestación de opiniones, como si todo fuese una amable tertulia. Por­que, según la enseñanza pontificia, «la vida de un niño prevalece sobre todas las opiniones». Prevalece sobre todas las constituciones. Prevalece, a for­tiori, sobre todas las argucias propa­gandísticas. Prevalece sobre todas las simulaciones diplomáticas.

Decir que esta ley es sólo permisiva y que no obliga a nadie, es una falacia cruel: porque es ley permisiva de una matanza de inocentes, y condena a la indefensión a las víctimas de la agre­sión injusta. Legitima un crimen.

La restricción de la ley a algunos supuestos no modifica su calificación moral; pues, en ningún caso, es permi­sible el aborto voluntario. Pero, ade­más, el juicio moral no se detiene en apariencias formalistas. Mira al bien y al mal reales: y es notorio que en el contexto social en que la ley se implanta su proyección abortista es mucho más amplía que el tenor de la letra. La ley no funciona como expre­sión de benignidad penal, sino como incentivo y justificación. La sentencia del Tribunal Constitucional ha puesto al desnudo la omisión de garantías por parte de los legisladores. Numerosas declaraciones de gobernantes (algunas muy recientes y referidas a la sentencia mencionada) y las de publicistas y per­sonas que se jactan impunemente de promover y realizar abortos demues­tran que los interesados en aprove­charse de la ley dejan de lado los supuestos «oficiales», que apenas to­man en consideración, y acogen la ley como un portillo para lograr la impu­nidad del aborto en otros muchos supuestos. La voluntad de «protec­ción» de los «nascituros», que la Cons­titución exige, está oscurecida. Se des­taca, en cambio, la voluntad de favorecer a las abortantes, ensan­chando alguno de los motivos hasta poder usarlo como pretexto universal.

Para mayor irrisión, la misma ley autoriza a las embarazadas a abortar sin ninguna de las garantías que la ley establece y el Tribunal Constitucional exigía (!!!). Aborto prácticamente libre.

En todo caso, la abundancia de feti­cidios, con la agravante de la monstruosa utilización comercial de los fetos, hace que en el mundo de hoy el problema moral del aborto sea cualita­tiva y cuantitativamente el más grave, más que el terrorismo: y esta ley no contribuye a remediarlo.

No puede cesar la oposición a la ley
La oposición a otras leyes cesa en el momento de ser promulgadas; se acatan, aunque sean insatisfactorias. Esta, no. Después de su promulgación es cuando empieza lo peor, lo intolerable. Mientras la ley dure, hay que denun­ciarla, rechazarla, exigir su revocación.

Personas e instituciones, que man­tienen ruidosas e inacabables batallas en defensa de intereses de menor cuan­tía, se muestran muy solícitas por conseguir el silencio en este asunto. Y entran con vergonzosa complicidad en la conspiración del silencio. Como si se tratase de un episodio ya terminado, que sería mejor olvidar. Pero ese silen­cio encubre una matanza de inocentes. Es muy cómodo para algunos, mien­tras chorrea la sangre y los niños son descuartizados, pretender acallar las voces de protesta manejando con cínica elegancia de guante blanco vocablos como «tolerancia», «convi­vencia pacífica», «moderación», «regu­lación de una realidad existente». ¿Qué significa todo eso, cuando lo que se hace es autorizar y facilitar el crimen, a costa de los más débiles e inocentes? ¿Qué sentido tiene tan falsa palabrería, a no ser como síntoma de una sociedad en descomposición? ¿Pueden ser tales palabras la reacción de un organismo sano? ¿Se puede admitir la sinceridad de ese lenguaje? ¿Aceptan que otros lo utilicen cuando los que así hablan se sienten víctimas de la agresión?

Es inmoral cooperar en la aplicación de la ley
La cooperación en los abortos lega­lizados es gravemente inmoral. Lo es —como advirtió el Papa en España— facilitar medios y servicios, públicos o privados, para dar muerte a las vícti­mas indefensas. El Estado no tiene autoridad para obligar a los médicos y demás sanitarios, ni a ningún funcio­nario, a esa cooperación, a la que en conciencia deben negarse. Un mandato del Poder público en este sentido, no sólo sería desacertado, sino radical­mente nulo y perverso. Ante él sería necesario decir con los Apóstoles: «Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres». El Rey dice: «Mando a a todos los españoles, particulares y autoridades, que guarden y hagan guardar esta ley». Este mandato, incluso a tenor de la ley, sólo puede exigir la obediencia de los poderes judiciales en cuanto a no imponer penas: entre otras razones, porque quedan privados de facultad para hacerlo. Cualquier mandato que impli­case cooperación sería recusable. Un Obispo español, de los órganos directi­vos de la Conferencia, escribió al ser anunciada la ley: «No es lícito cooperar ni a la elaboración ni a la promulga­ción ni a la puesta en práctica de una ley que va claramente contra las nor­mas primarias de la moral humana».

Ruina moral de la sociedad
La Constitución Española, al decir que «todos tienen derecho a la vida», no establece distinciones. Tal derecho ha de ser protegido. Es extraño que el Tribunal Constitucional interprete que los de unos sí y los de otros no. Y que donde la Constitución excluye, en tiempo de paz, la pena de muerte para los asesinos y otros delincuentes, auto­rice el Tribunal la muerte de los ino­centes en ciertos casos. Pero el pro­blema no es la interpretación. El gran problema es que, si la Constitución, en su concreta aplicación jurídica, per­mite dar muerte a algunos, resulta evi­dente que, no sólo los gobernantes, sino la misma ley fundamental deja sin protección a los más débiles e inocen­tes. (Y a propósito: ¿tienen algo que decirnos los gobernantes, más o menos respaldados por clérigos, que en su día engañaron al pueblo, solicitando su voto con la seguridad de que la Consti­tución no permitía el aborto? Y digan lo que digan, ¿va a impedir eso la matanza que se ha legalizado?)

Mientras dure esta situación, un socavón temible amenaza los cimientos de la sociedad. El Papa avisó en España que, legitimando la muerte de un inocente, «se mina el fundamento mismo de la sociedad».

Se mina el fundamento. Por tanto, es patente el error de los que tratan esto como un punto aislado. Rechazar de modo absoluto el aborto obliga a revisar la predicación moral sobre la estructura de la sociedad. Obligación que incumbe igualmente a la Corona. Es contradictorio dar por bueno un sis­tema que lleve legítimamente a efectos inadmisibles. No es posible en concien­cia instalarse tranquilamente en él, sin hacer lo necesario por enderezarlo y por desligarse de responsabilidades que no se pueden compartir. Pero no es este el momento de desarrollar cuestión de tanto alcance.

Los responsables deberían, al menos, abrir los ojos para ver que su actuación mina sus propios cimientos. Es suicida. Porque ellos seguirán procurando su propia defensa contra los agresores. Y si esto es justo en sí, ¿es equitativo cuando dejan en la indefensión a los más necesitados? Los que están patro­cinando, a costa de otros, la ley del más fuerte, ¿conservan alguna credibilidad cuando apelan a valores morales? ¿No han perdido toda autoridad moral para reclamar respeto a sus propias vidas y para protestar contra el terrorismo? Los terroristas aplican a sus intereses en determinados supuestos el mismo criterio moral que los legitima­dores del aborto aplican a otros intereses.

Ahora mismo todas las personas e instituciones responsables se han hundido en la indignidad: de la que no saldrán mientras siga el clamor, aun­que esté ahogado, de las víctimas inocentes.

Hay que señalar la responsabilidad de quienes rechazan como absolutamente inmoral el aborto y la despro­tección de sus víctimas, pero han contribuido o contribuyen todavía a que los culpables de ese crimen se apoyen en votos católicos, ¿Qué se ha hecho, en determinados ambientes eclesiásti­cos, de las tan cacareadas «denuncia profética», «voz de los que no tienen voz», «conciencia crítica de la socie­dad»? ¿Dónde está Juan Bautista diciendo a los poderosos: «No te es licito»? Los profetas, ¿se nos han vuelto de pronto complacientes cor­tesanos?

No se libran de responsabilidad los que han «legitimado» la votación de la ley del aborto, cualquiera que haya sido el sentido de su voto. ¿No se nega­ron a participar en la votación de otra ley, por no hacerse cómplices de la aprobación «ni tan siquiera por la vía pasiva»?

Mientras sea legal matar a los que viven en las entrañas de sus madres, toda la nación queda manchada: en unos, por comisión o complicidad; en otros, por omisión. Queda en entredicho su condición de Patria. Queda especialmente herida la Corona, tradi­cional amparadora de los débiles y del derecho natural. Es bien lamentable que ese amparo se haya interrumpido a costa de los más indefensos, tanto si la institución quiere y no puede como si puede y no quiere. Esta llaga sólo podrá cerrarse, y no sin humillación, con la revocación de la ley y la repulsa de los comportamientos homicidas. Y con el saneamiento estructural al que antes hemos aludido.
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La ley es promulgada en el mes de julio, cuando se celebra la festividad del Apóstol Santiago, en que la Nación española hace a su Patrono una de las dos Ofrendas anuales, instituidas hace más de tres siglos, una por las Cortes, otra por el Rey; suprimidas en 1931, restablecidas en 1937. ¿Puede una nación hacer ofrendas a un Apóstol de Cristo y, al mismo tiempo, inmolar niños en el altar de Moloc? El Apóstol San Pablo nos sale al paso clamando: «¿qué concordia hay entre Cristo y Belial?», «¿qué concierto entre el tem­plo de Dios y los ídolos?» «No podéis beber el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios» (1 Cor. 10, 21 y 2 Cor. 6, 15-16).

Los católicos en su relación con la Iglesia
La posición ante la Iglesia de los católicos responsables de aborto se define en dos planos:
A) El Código de Derecho, en el canon 1.398, establece para toda la Iglesia: «Quien procura el aborto, si éste se produce, incurre en excomu­nión latae sententiae» (es decir, por el hecho mismo de cometer el delito). La excomunión importa, entre otros efec­tos, la prohibición de recibir los Sacramentos y de celebrarlos y la de tener participación ministerial en cual­quier acto de culto.

Dadas las condiciones de imputabi­lidad, contraen esta excomunión todos los que procuran, realizan, cooperan a realizar un aborto efectivo: los que inducen a la madre; los que gestionan o preparan los medios para realizarlo; la madre que quiere o deja realizarlo; los autores físicos, los médicos y ayudan­tes técnicos y demás colaboradores; los que proporcionan los medios de clíni­cas y otras instituciones sanitarias y económicas. Nótese que si el aborto no resulta efectivo, no se incurre en la excomunión, aunque el intento inefi­caz tenga la misma malicia moral.
B) Los católicos que favorecen el aborto en puestos de autoridad y de función pública, en la medida en que cooperan a la realización de un aborto concreto y efectivo, incurren eviden­temente en la misma excomunión. A veces, no se podrá determinar si la acción de las autoridades recae en un aborto concreto y efectivo, o se queda en el fomento de posibilidades y facili­dades generales. En este caso, será dudosa la excomunión; pero no es dudosa su tremenda responsabilidad moral, ordinariamente mayor que la de los ejecutores, ni es dudoso que mere­cen reprobación pública y penas espiri­tuales, aunque no se contraigan automáticamente.

Ciertas manifestaciones de eclesiás­ticos, sobre este punto, desorientan indebidamente a los fieles, porque, aunque los enunciados sean verdade­ros, en el contexto suenan necesaria­mente a atenuación de responsabilidad o a interpretación benévola de actua­ciones que, al contrario, han de ser denunciadas según su enorme grave­dad. Tres ejemplos mostrarán oportu­namente cómo hay que evitar equívo­cos:

Primer ejemplo.— Si alguno pro­clamare: «el que mate al Rey, a la Reina y a la Familia Real no incurre en excomunión», diría verdad; sin embar­go, todos estimarían con razón que esa proclamación, sin más, sería imprudente, ambigua e intolerable.

Segundo ejemplo.— El crimen de una madre que, con actos imputables, asesinase a todos los miembros de su familia, o el de un médico que hiciese lo mismo con decenas de enfermos en un hospital, nadie dirá que es menor que el de un aborto, aunque por éste incurra en excomunión y no por aque­lla matanza.

Tercer ejemplo (que nos acerca al tratamiento práctico de nuestro caso).—El Código de Derecho no establece pena automática para «los fieles que pertenezcan a asociaciones masóni­cas»; pero la Santa Sede ha declarado expresamente que «se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión».

La autoridad de la Iglesia puede determinar de modos variables lo refe­rente a las penas canónicas. Ninguna autoridad de la Iglesia puede modificar la culpabilidad moral ni la malicia del escándalo. A veces, se pretende eludir las responsabilidades más altas como si la intervención de los Poderes públicos se redujese a hacer de testigos, registradores o notarios de la «voluntad popular». Ellos verán. A Dios no se le engaña. Lo cierto es que, por ejemplo, el Jefe del Estado, al promulgar la ley a los españoles, no dice: «doy fe». Dice expresamente: «MANDO a todos los españoles que la guarden».

Los que han implantado la ley del aborto son autores conscientes y contumaces de lo que el Papa califica de «gravísima violación del orden moral», con toda su carga de nocividad y de escándalo social. Vean los católicos implicados si les alcanza el canon 915, que excluye de la Comunión a los que persisten en «manifiesto pecado grave». ¿De veras pueden alegar alguna exi­mente que los libre de culpa en su decsiva cooperación al mal? ¿La hay? Si la hubiere, sería excepcionalísima y, en todo caso, transitoria. Y piensen que los representantes de la Iglesia no pue­den degradar su ministerio elevando a comunicación in sacris la mera rela­ción social o diplomática.

La regla general es clara. Los católi­cos que en cargo público, con leyes o actos de gobierno, promueven o facili­tan —y, en todo caso, protegen jurídicamente— la comisión del crimen del aborto, no podrán escapar a la calificación moral de pecadores públicos. Como tales habrán de ser tratados —particularmente en el uso de los Sacramentos—, mientras no reparen según su potestad el gravísimo daño y escándalo producidos.
José, Obispo de Cuenca 13 de julio de 1985
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viernes, 27 de diciembre de 2019

VOX y Fernández de la Mora, el último gran intelectual de la derecha española. El espacio liberal-conservador “centrista” es el PP, que tiene todas las de ganar, por su implantación territorial, aparato mediático y relaciones con las elites empresariales y financieras

 “Fernández de la Mora fue, en mi opinión, 
el último gran intelectual de la derecha española”
2019-12-12

Pedro Carlos González Cuevas, es historiador y profesor universitario. Es profesor titular de Historia de las Ideas Políticas y de Historia del Pensamiento Español en la UNED. Es autor de importantes obras sobre la derecha y el conservadurismo en España y experto en diferentes figuras como Ramiro de Maeztu, Charles Maurras, Carl Schmitt, Maurice Barrès, José Ortega y Gasset o Gonzalo Fernández de la Mora.

En esta entrevista hablamos sobre el último libro escrito sobre VOX, entre el liberalismo conservador y la derecha identitaria y sobre el que escribió sobre Gonzalo Fernández de la Mora, La razón conservadora.

¿Por qué un libro sobre VOX?
Sobre VOX no se ha dicho y escrito hasta ahora nada sustancial; tan sólo tópicos. En mi libro, recojo algunas interpretaciones de la izquierda y de la derecha; todas en gran medida risibles y carentes de fundamento histórico. Hace poco, después de la publicación de mi libro, ha salido a la luz un libelo de Miguel Urbán titulado La emergencia de VOX. Apuntes para combatir a la extrema derecha española, y que ha publicado Viento Sur. Miembro de la facción más extrema de Podemos, la de los denominados Anticapitalistas. Urbán no dice, como era de esperar por otra parte, más que insensateces; lo consabidos tópicos de los neocomunistas. Y es que, intelectualmente, nuestra izquierda, sea moderada o radical, es de las más analfabetas de Europa, quizás del mundo. Lo malo es que goza de hegemonía en los medios de comunicación. Era necesario, pues, un estudio en perspectiva histórica, que aunara la génesis de VOX como alternativa y respuesta a las contradicciones de la derecha “oficial” o, si se quiere, hegemónica; su trayectoria política y la de sus líderes; su proyecto político, etc. Señalar, además, lo necesario de su aparición en un contexto caracterizado por la crisis nacional, de identidad, social, política y económica.

De no tener representación, ha pasado a ser el gran protagonista de la política española…¿Qué es lo que ha propiciado su gran irrupción?
Desde 2014, denunciaba yo en la prensa y en algunos de mis libros, en particular El pensamiento de la derecha española en el siglo XX. De la crisis de la Restauración a la crisis del Estado de partidos (1898-2015) (Tecnos, 2016), que el PP era un dique que impedía la emergencia de una derecha genuina, que planteara los problemas reales a los que se enfrentaba el conjunto de la sociedad española. Sentía que mis opiniones reflejaban un estado de ánimo colectivo. La crisis económica, social, política, de identidad, cultural y, sobre todo, la nacional provocada por el “procés” catalán, y la nula respuesta del PP, provocó la aparición de esta nueva derecha sin complejos. El PP representa, sea quien sea su líder, el “centrismo”, es decir, el vacío político o, si se quiere, como diría el filósofo alemán Peter Sloterdijk, en su crítica a la socialdemocracia europea, “la razón cínica”, o sea, una actitud resignada, apática, escéptica, pasiva, que, en el fondo, da ya por destruidos y desmitificados los valores tradicionales y patrióticos. En su opinión, sólo queda ya la gestión económica y la disolución de la nación española en el conjunto europeo. Por eso, ha nacido VOX y es justo y necesario que lo haya hecho.

Un partido que a unos entusiasma, pero a otros no acaba de convencer…
Es normal. Se trata de un partido muy joven, aún in nuce; que no ha tenido su Congreso Nacional; que todavía ha de estructurar sus aparatos. Y, como señalo en mi libro, no está libre de contradicciones. Además, no olvidemos que se trata de un partido emplazado, sujeto a sospechas y ataques indiscriminados, y no sólo, desde luego, por parte de la izquierda, sino por el conjunto de la derecha mediática. La prensa conservadora sigue apoyando, en su inmensa mayoría, al PP, al que, en mi opinión, le ocurre lo mismo que Jorge Luis Borges decía del peronismo: no es que sea bueno o malo, es que resulta irredimible, irreformable. La prensa conservadora sigue apoyando incluso a Ciudadanos, a pesar de su estrepitoso fracaso. A mi modo de ver, resulta escandaloso que un diario como ABC haya dedicado nada menos que cuatro páginas a una entrevista a un político de la catadura de Mariano Rajoy; lo que demuestra que no han aprendido la lección; que son, en definitiva, incapaces de interpretar lo que Wilhelm Dilthey denominaba el “espíritu del tiempo”. No es el momento de “consensos” o “centrismos”, sino de ir al “pluralismo agonístico” con todas sus consecuencias. Es el “centrismo” el que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos.

Ya en el título están claros los dos caminos, liberalismo conservador o derecha identitaria, ¿En cuál de los dos caminos tiene más futuro VOX?
Por supuesto, el dilema de VOX está, a mi modo de ver, muy claro. Por un lado, seguir la senda del liberalismo conservador, es decir, un PP bis, o articular una alternativa nacional-popular o, si se quiere, identitaria, como en Francia, Italia, Holanda, Alemania, etc. En mi opinión, la primera alternativa no conduce a VOX a ningún sitio. 
Y es que si VOX, como Ciudadanos, pretende ocupar el espacio político del PP, a buen seguro fracasará. El espacio liberal-conservador, cosmopolita, “centrista”, está ocupado ya por el PP, que tiene todas las de ganar, por su implantación territorial, aparato mediático y relaciones con las elites empresariales y financieras. VOX, en mi opinión, ha de conquistar un espacio político y social propio, que se encuentra en los sectores sociales amenazados por el proceso de globalización y por la emigración
Por otra parte, el PP nunca luchará contra las leyes de memoria histórica o contra la degeneración del Estado de las autonomías. Está totalmente identificado con el desorden establecido actual. VOX debe hacerlo; ha de ser, si quiere subsistir, una alternativa frente al separatismo y frente al cosmopolitismo ramplón que alberga el proceso de globalización. El talón de Aquiles de VOX es su programa económico de corte neoliberal. En Gran Bretaña, este proyecto económico, auspiciado por Margaret Thatcher, provocó lo que el filósofo conservador John Gray denominó la “eutanasia del conservadurismo” británico. Sin embargo, creo que las intervenciones de Santiago Abascal en los debates y discursos electorales van en la buena dirección.
¿No existe alguna otra vía posible como la tradición católica o la Doctrina Social de la Iglesia?
Naturalmente. En mi libro, reprocho a VOX que no haya tenido en cuenta las tradiciones sociales de la derecha española contemporánea: el conservadurismo datista, el maurismo, el regeneracionismo, el catolicismo social, etc. A veces, se olvida o se desconoce que el Estado benefactor no es un invento de la socialdemocracia. Sus orígenes se encuentran en la derecha, sobre todo en la derecha alemana del siglo XIX y comienzos del XX: Lorenz von Stein, teórico de la Monarquía social, muy próximo a Otto von Bismarck, o Gustav von Schmoller, padre de la Escuela Histórica de Economía, muy crítico con el liberalismo económico a ultranza y partidario de reformas sociales en profundidad. En España, la génesis del Estado benefactor tiene como antecedentes significativos el conservadurismo de Eduardo Dato, el maurismo, los liberales organicistas de la Institución Libre de Enseñanza, la Dictadura de Primo de Rivera y el régimen de Franco. El sociólogo izquierdista Gregorio Rodríguez Cabrero ha denominado al franquismo como una modalidad de “Estado autoritario de bienestar”. Hay que recoger lo que se pueda de estas tradiciones, reinterpretarlas y aunarlas con las nuevas tendencias antiglobalizadoras y proteccionistas.

¿Por qué se decidió a escribir una biografía del ministro franquista, Gonzalo Fernández de la Mora? ¿Puede hacer un balance de lo que representó su figura y sus escritos?
El campo historiográfico español se caracteriza por un maltusianismo implacable. La denominada memoria histórica tiene su fundamento, en el fondo, en el recuerdo de unos y en el olvido de otros, según la perspectiva ideológica de las izquierdas. Hoy, reinan los personajes históricos afines a dichas izquierdas. Por ejemplo, Manuel Azaña o Juan Negrín. A los hombres representativos de las derechas o del régimen de Franco se les vilipendia o, en el mejor de los casos, se les silencia u olvida. Por eso, me decidí a escribir una biografía de Ramiro de Maeztu como nacionalista español. Y luego la de Fernández de la Mora, que, en mi opinión, ha sido el último gran intelectual de la derecha española. Su proyecto político-intelectual persiguió la renovación del conservadurismo español, tras las consecuencias doctrinales del Concilio Vaticano II y las consecuencias sociales del proceso de desarrollo económico de los años 60.
Es decir, de la España que arranca del Plan de Estabilización de 1959. Fernández de la Mora aportó, en ese contexto, una derecha intelectual a la altura de los tiempos. Tradición y razón científica, o, si se quiere, Aufklärung conservadora. Su obra ha sido ingente, pero silenciada por motivos políticos, ya que pasa por ser el pensador político por excelencia de la última etapa del régimen de Franco, la que algunos historiadores denominan “tecnocrática” y yo de “modernización conservadora”. En su obra Ortega y el 98, Fernández de la Mora defendió que el autor de La rebelión de las masas era, frente a lo defendido por algunos tradicionalistas, un pensador de derechas, de signo rotundamente conservador, superador del anárquico y asistemático espíritu noventayochista. Pensamiento español, una obra fundamental en siete tomos, sin paralelo en la bibliografía española contemporánea, donde se desarrolla, desde la perspectiva de la crítica de ideas, una extensa panorámica de la trayectoria intelectual de nuestra historia contemporánea: el tradicionalismo, el krausismo, la Institución Libre de Enseñanza, Donoso Cortés, Enrique Tierno Galván, José Luis López Aranguren, Xavier Zubiri, Ortega y Gasset, Ángel Amor Ruibal, Manuel García Morente, etc, etc. Su obra más célebre,

El crepúsculo de las ideologías, es, básicamente, la aplicación de la razón científica a la política. Su criterio de legitimidad es la eficacia, es decir, el logro por parte del Estado del orden, la justicia y el desarrollo. En Del Estadio ideal al Estado de razón, profundizó más en las cuestiones de la legitimidad frente al utopismo, el legitimismo y el moralismo político. Su etapa como ministro de Obras Públicas se caracterizó por su dinamismo y eficacia. Fernández de la Mora fue muy crítico con el proceso de transición a la democracia liberal. De ahí su voto negativo a la Constitución de 1978 y su consiguiente abandono de la vida política activa. En ese sentido, profetizó con rigor no pocos de los males que nos aquejan, en sus libros La partitocracia y Los errores del cambio, en el contexto del actual Estado de partidos: partitocracia, desmoralización, corrupción, secesionismo, etc, etc. Fue un auténtico augur de la situación actual. No se equivocó. Por ello, habría que reivindicar su concepto de “decoro político”, es decir, la coherencia entre el pensamiento y la acción por parte de la clase política. Frente a la partitocracia, propugnó el presidencialismo, el neocorporativismo, una nueva ley electoral, división real de poderes, recurso al referéndum, prohibición de la disciplina de partido, fiscalización del patrimonio de las elites políticas, etc. Sus últimos libros, La envidia igualitaria, El hombre en desazón y Sobre la felicidad, incidieron, con singular altura y coherencia, en aspectos éticos y antropológicos. Además de eso, su gran legado fue la revista Razón Española.
El contenido de su obra permanece, en líneas generales, vigente. Por ello, debería ser reeditada y su figura recordada.

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jueves, 26 de diciembre de 2019

El discurso del Rey, por Francisco Bendala Ayuso

El discurso del Rey
2019-12-26

Llegan para todas las naciones momentos críticos en los que sus respectivos jefes de Estado, si es que de verdad lo son, deben dirigirse a sus súbditos, a sus ciudadanos, dando la talla, demostrando su valía, su capacidad y su honra, demostrando de qué pasta están hechos y qué se puede esperar de ellos ante dichas situaciones que marcarán un antes y un después en su historia. Desgraciadamente, y de nuevo, Felipe VI ha puesto en evidencia lo que se puede esperar de él. Claro que nos preguntamos si queda todavía en España algún incauto o despistado que esperaba algo de este Borbón que no fuera lo que la historia nos muestra de sus antecesores desde que su estirpe hoyó nuestro solar patrio a comienzos de aquel infausto siglo XVIII.

Ante la crítica situación que vive España tras décadas de tropelías por parte de su pretendida clase dirigente. Cuando España ha llegado otra vez al punto de no retorno, ese en que el avión o despega o se la pega. Cuando se pacta delante de las cámaras su descuartizamiento final por los que la odian abiertamente y no sólo no lo esconden, sino que lo proclaman a los cuatro vientos porque nada temen. Cuando se va a vulnerar por enésima vez una Constitución fallida en buena medida precisa y premeditadamente por su constante violación por los que nunca pretendieron otra cosa que utilizarla como puente hacia sus más descabellados y antinacionales fines. Cuando se vuelve a repetir la historia de aquella Segunda República fallida porque la socavaron y destruyeron los que la quisieron como vía a una guerra civil de la que creyeron que saldría la imposición de su Revolución totalitaria y que son los mismos que ahora promueven el enfrentamiento civil con el mismo objetivo aumentado por el ansia de revancha. Cuando, en fin, todos sabemos lo que pasa y no nos engañamos de lo que va a pasar, el Rey nos suelta un bodrio, una sarta de palabrotas, de estupideces, simplicidades y bagatelas, propias de cualquier colgado, que le dejan en evidencia y demuestran que es, sin duda, digno hijo de sus padres, abuelos, tatarabuelos, etc.

El Rey, sí, el jefe del Estado, supuestamente todavía, nos largó una bazofia infernal que, además de aburrir hasta a las ovejas, aboca a España definitivamente a su desaparición en manos de quienes, alucinados, sólo buscan satisfacer sus más repugnantes desvaríos y complejos.

El discurso del Rey de este año 2019 que finaliza, y que confesamos que nos tragamos, o mejor decir que nos atragantamos, sólo para poder escribir hoy estas líneas con conocimiento de causa, ha sido, posiblemente, la última ocasión perdida por él y por España, porque, señoras y señores, en breve tendremos un gobierno al más puro estilo frentepopulista estaliniano, esta vez, eso sí, con la aquiescencia de esa “derecha” que por primera vez en nuestra historia, desde hace décadas y por pura cobardía, practica el seguidismo estúpido de la izquierda revolucionaria antinacional –en España la izquierda, toda, desde el PSOE, siempre lo ha sido, es y será, que nadie se engañe— que, en comandita con los apátridas de toda ralea, van a dar a España la puntilla; “derecha” que, no obstante, será llevada al paredón en cuanto no se la necesite para envolver esa tiranía de “democracia”, como le ocurrirá a la Corona, que pretendiendo salvar su chiringuito con gestos como el de este discurso lo tiene más que perdido.

¿Y las FF. AA.? ¿Y el art. 8º? ¿Y el mandato directo del pueblo soberano a sus militares de defender la integridad territorial y el ordenamiento constitucional? Pues en la inminente Pascua Militar veremos de nuevo de qué pasta están también hechos estos militares de hoy que dicen defender a España… en Líbano, Letonia o vaya usted a saber dónde con tal de que sea lejos, muy, muy lejos de España. Y es que la cobardía es vicio fácil de contagiarse, para el cual sobran siempre excusas, que no razones, porque, no nos engañemos: es mil veces más fácil dar la vida que… perder el cargo.
Francisco Bendala Ayuso, 62 años, segoviano, católico cabal, Tte. Col. de Infantería en la reserva, piloto de helicópteros, oficial de Inteligencia, varias veces destinado en el extranjero, gestor administrativo, apasionado por la Historia.
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Conexión entre Podemos y Bilderberg, por Cristina Martín Jiménez

Conexión entre Podemos y Bilderberg
14/7/15
Hace ya más de una década, cuando comencé mis investigaciones sobre el imperio Bilderberg, no había información al respecto. Algún artículo, pero poco más. Hoy en la red existen millones de entradas y compruebo que muchos creen cualquier cosa que lee sin ponerlo en duda ni analizarlo en profundidad.

Hace solo un par de años nadie hablaba de Podemos. Ahora, cuando concedo entrevistas, lo habitual es que me pregunten por ellos porque para algunos son el anticristo y para otros, los salvadores. Esas creencias se generan en base a lo que los medios de comunicación y los tertulianos dicen sobre ellos, además de las palabras y los hechos de sus líderes —Pablo Iglesias, Íñigo Errejón— y de sus rivales.

Pocos son los que, además de escuchar, se detienen a leer los programas de los partidos políticos. Yo, como Periodista, siempre busco e investigo más allá de lo que se me presenta por delante.

En mi libro Los planes del Club Bilderberg para España analizo la conexión entre Podemos y Bilderberg.
¿Estoy diciendo que Podemos es obra del Club? ¿Estoy diciendo que a Podemos lo financia el Club? ¿Estoy diciendo que son unos peones más de los amos del mundo?
Lo que expongo y leerás a continuación, lo encontrarás más ampliado en el epígrafe titulado Podemos y Bilderberg del capítulo 11 de Los Planes del Club Bilderberg para España:

¿Es cierto que uno de los temas que lleva Bilderberg en su agenda es Podemos?
Esta es la pregunta que el año pasado me hizo el redactor del programa Más Vale Tarde de La Sexta ante el rumor desatado sobre esa posibilidad en los medios españoles, algo que le negué. El rumor fue originado por el Ministro García-Margallo, quien ante la posibilidad de salir escaldado de la reunión anual a la que fue invitado (año 2014), como ya le ocurriera años atrás a Soraya Sáenz de Santamaría, quería estar prevenido y saber qué responder si le preguntaban en Bilderberg por Podemos.
García-Margallo
Me llama poderosamente la atención que Iglesias y el órgano ejecutivo de Podemos dejara pasar la magnífica oportunidad de manifestarse respecto al Club Bilderberg, el verdadero poder del mundo, la auténtica casta, la causa de la crisis global que tanto denuncian, centro de los poderes financieros contra los que alzan la voz y los tuits, reunión de banqueros y especuladores, de propietarios de medios de comunicación que tanto los irritan y que por ello quieren regular cuando lleguen al poder. Y, sin embargo, no alzaron un solo tuit contra la reunión Bilderberg. Qué extraño. ¿Miedo a irritar al verdadero poder? Desde entonces, muchos seguidores de Podemos les han preguntado por Bilderberg, pero ninguno de sus líderes ha respondido jamás.

En octubre de 2014 Podemos anunció el fichaje de dos economistas para elaborar el programa económico que defenderá en las elecciones generales: el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres López, y el catedrático de Políticas Públicas en The Johns Hopkins University (Baltimore, Estados Unidos), Vicenç Navarro.[1]

Su ideario de medidas para salvar al país ya lo expusieron en su libro Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España, en el que colaboró precisamente Alberto Garzón (IU), dato llamativo cuando desde Podemos se ha afirmado que no pactarán con IU en caso de necesitar compañeros de viaje.
Propuestas para crear empleo y bienestar social en España
1. Creación de una banca pública.
2. Nacionalización de las grandes empresas de sectores estratégicos.
3. Derogar la reforma laboral.
4. Alquiler social para las viviendas en manos de entidades financieras.
5. Acabar con la cultura del centro comercial y ayudar financieramente a los pequeños comercios.
6. Terminar con los privilegios financieros de la Iglesia.
7. Auditoría de la deuda pública y privada para denunciar los contratos ilegítimos y liberar la carga financiera asociada.
8. Reducción del gasto militar en un 35 % en tres años.

Una lista larga y prolífica que fue muy criticada y largamente analizada por innumerables periodistas. Pero ¡ay, qué despiste! A todos se les pasó por alto comentar las medidas más interesantes. Y en este contexto quiero recordar las recientes palabras de Javier Solana en el transcurso de una conferencia académica en Barcelona.

Qué casualidad que las ideas expuestas por Solana estén plenamente en conexión con algunas de las que aparecen en la lista de los gurús económicos de Podemos. La Gobernanza Mundial está en la página 209 de su libro:

1. Constitución de un gobierno mundial que permita compensar y reducir el poder de los grupos privados internacionales, así como facilitar la instauración de un mundo diferente.
2. Asunción de competencia ejecutiva por parte de Naciones Unidas para la adopción de decisiones en materia económica y financiera, y siempre subordinando sus decisiones a la Declaración de Derechos Humanos.

Ahí está, flamante y provocador el Gobierno mundial por el que trabaja Bilderberg. En la primera de las «115 propuestas concretas» que aparecen en las páginas finales del libro, a las que no llegaron en aquellos días los periodistas y tuiteros. Y si alguno llegó, no entendió porque no sabe qué está planeando la elite globalista.

Si el partido de Pablo Iglesias rechazara la globalización, sería un contrasentido proponer un Gobierno mundial, ya que no solo es parte de la globalización económica sino que es la aspiración final. Un gobierno totalitario que dicte todas las leyes sin consultar a los ciudadanos, basado en el consenso entre las élites de los inversores, los mercaderes, los masones de Bruselas e Iberoamérica. 

El imperio Bilderberg.
La «casta» y Podemos paradójicamente encontrados en un proyecto común.
En su ideario de medidas económicas, Podemos reivindica la creación de un Gobierno Mundial como solución a la crisis política, social y económica global. Lo puedes leer casi al final de la página 33 del programa económico del partido.
Página 33 programa económico de Podemos.
Fuente: http://s01.s3c.es/imag/doc/2014-11-28/DocumentoEconomicoPodemos.pdf
Es decir, una de sus alternativas para salir de este infierno defiende la «constitución de un gobierno mundial» al amparo de organismos como la ONU, el BCE, o el FMI.

¿Hace falta que te recuerde que el trío BCE-FMI-Comisión Europea es La Troika, la entidad que intervino las soberanías nacionales en plena crisis y rescató a los bancos privados con el dinero de los ciudadanos? Esta parte de nuestra historia reciente la explico con profundidad en mi libro Perdidos. 

¿Quién maneja los hilos del poder?, hoy convertido en un long seller de referencia.
Pero en Los planes del Club Bilderberg para España aún hay más. En el libro os cuento quién es Pedro Sánchez y de dónde viene. Contiene mucha información que os ayudará a comprender, con las pruebas por delante, si Pablo Iglesias va a ser el que nos va a salvar de este infierno.

Toda esta información podrás completarla en el capítulo 11 titulado de Los Planes del Club Bilderberg para España.

[1] http://www.eleconomista.es/interstitial/volver/299338102/espana/noticias/6134328/10/14/Vinent-Navarro-y-Juan-Torres-nuevos-gurus-economicos-de-Podemos-que-proponen.html#.Kku8PGqqhEYw5Mq
Imagen de cabecera: Pablo Iglesias, Carolina Bescansa, Vincenç Navarro y Juan Torres López. Fuente: infolibre.es
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martes, 24 de diciembre de 2019

¡¡¡ Feliz NAVIDAD !!!. Compartimos Música de NAVIDAD (50 videos): Villancicos (6 idiomas) + Celtic Woman + Raphael + Sinatra&Crosby + Pavarotti&Domingo + Aznavour + Country proVida + Bruce Springsteen + Elvis Presley + Roberto Carlos...

¡ Feliz Navidad 2019 !
INDICE (36 vídeos)
1,2,3 Villancicos
4 Bach: Oratorio de Navidad
5 Raphael: El Tamborilero
6 Rocío Dúrcal: Adeste Fideles
7 Plácido Domingo-Luciano Pavarotti
8 Los 3 Tenores: Concierto Navidad 
9 Monserrat Caballé: Padre Nuestro
10 María Callas: Ave María
11 Bing Crosby-Frank Sinatra
12 Laura Paussini: Noche de Paz
13 Luis Miguel: Blanca Navidad
14 José Feliciano: Feliz Navidad
15 José Luis Perales: Navidad
16 Isabel Pantoja: Salve Rociera
17 Niña Pastori: Ave María
18 Dolly Parton, Kenny Rogers
19 Dolly Parton: Navidad
20 Celtic Woman: Navidad
21 Pentatonix: El Tamborilero
22 Elvis Presley: El Rosario
23 Lola Beltrán: Ofrenda Guadalupana
24 Lola Beltrán-Lucha Villa
25 Roberto Carlos: Oración
Varios (11):  Ave María











"Ave María"
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