A primera hora de la noche del día siguiente al atentado, Margarita Robles, ex-secretaria de Estado de Interior con Felipe González, conversó ampliamente por teléfono con la juez antiterrorista francesa Laurence Le Vert, casada con un masón grado 33. Margarita Robles fue avisada de que al día siguiente se iban a producir detenciones de células islamistas; Robles informó inmediatamente a José Blanco, secretario de Organización del PSOE en la oposición, que se encontraba cenando con Alfredo Pérez Rubalcaba y otros destacados socialistas. La información procedía del marido masón de la juez, muy relacionado con los servicios secretos españoles, que traicionaron al gobierno del Partido Popular.
En círculos bien informados se decía que Rubalcaba era un destacado miembro de la masonería que había coincidido con el expresidente Mitterand. En una logia francesa.
El atentado provocó un cambio. El nuevo gobierno atacó a la Iglesia Católica y a la unidad de España. Las crípticas palabras de Aznar “Los responsables del atentado no se encuentran en lejanas montañas (Afganistán) ni en desiertos cercanos (Marruecos)”, fueron premonitorias. Quizá se encontraban en Madrid y Nueva York.
Fuente: Ricardo de las Heras. La trama masónica (2010)