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sábado, 29 de marzo de 2014

D.E.P. Adolfo Suárez, ex-Presidente de España (1977-1981): Verdades + Mentiras interesadas por la casta dirigente de la oligocracia de la corrupción (1299)



El Alcalde de Zalamea-Blas Piñar Pinedo (24/3/2014):
Debates y lecturas recomendadas sobre actualidad política y cuestiones históricas que nos sirven de ejemplo con ánimo de resolver la situación de emergencia en que se encuentra España

Entre tantas mentiras y falsedades, que todo es útil a la casta que dirige la oligocracia de la corrupción, conviene siempre recibir una dosis diaria de verdad... Yo he rezado por el alma de Suárez y por toda su familia que hoy sufre, a la vez que como cada día rezo por España. Pero una vez que hemos leído las loas del régimen, siento la obligación de escribir. Por eso y porque muchos me preguntáis.

Se están diciendo muchas mentiras interesadas. Demasiadas. Por todos los que quieren mantener este sistema sin reformas de ningún tipo, que son los mismos que hicieron un golpe de Estado -el de verdad, no la comedia que vimos ideada por algún genio de las cloacas- a Suárez cuando ya no interesaba: lo dijo en símil perfecto el periodista Castro Villacañas anoche en Ya es Domingo: "el Rey utilizó a Suárez como un kleenex para desmontar el franquismo y luego lo tiró a la basura con el 23F para poner al PSOE, que era lo que necesitaba para legitimar su régimen".

Suárez fue mucho mejor que ellos -guapo, honrado, ingenuo-, pero como ellos son nefastos, Suárez no fue muy positivo. Suárez es un elegido por ser como es -sencillo, nada intelectual, buena presencia, joven, ambicioso- para interpretar el papel de la Transición que han escrito otros. Lo dijo anoche el General Monzón, buen conocedor de los secretos de aquellos años de pactos y cesiones: "la Trancisción política no es obra de Suárez ni del Rey, es un guión escrito en Estados Unidos que trae en 1972 un agente de Nixon". Añadiría que aun antes: confesó Raúl del Pozo que de joven periodista, un embajador en Londres que se llamaba Manuel Fraga, les enseñó, empezando los años setenta, los planes de la Transición.

Suárez, pues, no fue un estadista. Un hombre de Estado no dice que sí a todo, como confesó Carlos Bustelo -ex ministro de su Gobierno- en la reciente presentación de VOX: "el error de la Transición fue decir que sí a todo, pero a todo todo". Amnistía a ETA, nacionalismo, Autonomías, intervención económica a favor de las élites de siempre, cesiones ideológicas y culturales a la izquierda, sistema político cerrado para su control por la partitocracia son toda una serie de males que explican la situación presente. Y Suárez tuvo que ver en todo eso: por acción, u omisión, o irresponsabilidad o por obediencia.

Ahora bien, tampoco vamos a dejar pasar la absurda pero peligrosa afirmación de las izquierdas de que "no fueron las élites del franquismo las que canalizaron la llegada de un sistema democrático, sino los opositores izquierdistas a la dictadura". Pues no. Ni la izquierda ni el separatismo hicieron nada por la democracia y, como vemos hoy, son precisamente los obstáculos a la libertad e igualdad ante la ley de todos los españoles. Basta ver la manifestación violenta del sábado, al PNV apoyando a ETA o pidiendo Treviño después de tener la responsabilidad en la muerte de una niña de tres años o el golpe de Estado que poco a poco está dando Artur Mas.

Por tanto, aunque Suárez fuera algo mejor que el corrupto González, el rendido Aznar -no hay más que verle: nunca terminará de contarnos muchas cosas que merecemos saber- o el impresentable Zapatero, no podemos aplaudirle. No, porque entonces significa que no queremos aprender del pasado para mejorar el presente. Suárez fue un hombre del consenso, utilizado por el consenso y despreciado por el consenso. Magistral hoy Federico Jiménez Losantos en El Mundo: Del 23F al 11M. Suárez fue uno de tantos. Como lo es hoy Rajoy. Por eso, y porque quizá la naturaleza borró pronto sus recuerdos en una terrible enfermedad, la casta le aplaude. Lo ha dejado claro Pío Moa:"es un espectáculo de sensiblería e hipocresía ver cómo elogian a Suárez, unidos, los que le denigraron y los que odian a España". ¿Por qué a algunos el régimen presente les perdona el pasado franquista que a otros se les repasa cada día?

A Suárez le aplauden porque en el fondo fue algo mejor que ellos y porque ellos, en verdad, le deben demasiado, unos y otros. Le deben todo lo que se nos ha robado a los españoles: la Transición fue una oportunidad perdida. No, no podemos aplaudirle. Pero rezaremos por su alma cada vez que rezamos por España..