Arzobispo de Granada: Fco. Javier Martínez |
Forum Libertas-Jordi Picazo (28/11/2014): Estos días ha saltado a la prensa un nuevo escándalo de pederastia en Granada. La pederastia no solamente es una perversión sexual como muchas otras, sino que además atenta contra la dignidad humana, también como muchas otras que utilizan el cuerpo humano como juguete, por ejemplo el sadomasoquismo. Pero tiene el agravante que se dirige a personas necesitadas de protección por ser más vulnerables, como los menores de edad. En el caso de lo sucedido en Granada, hay que sumarle que los responsables de estas actuaciones traicionaron la confianza de quienes las sufrían, por ser personas con ascendencia sobre ellos. Y por ser personas de relevancia social, como representantes de una institución cuyos valores son además diametralmente opuestos a las actitudes adoptadas, traicionaron a otros millones de ciudadanos miembros de la Iglesia Católica, y a los más de 1500 millones de cristianos del mundo, y en fin, a la humanidad entera cuando son representantes por vocación aceptada libremente del mismo Hijo de Dios encarnado.
Crimen execrable, que exige justicia. Justicia que significa reparación y castigo. La justicia sin embargo no conlleva pedir perdón. El perdón debe de pedirse por decencia. Y los representantes de estos representantes deben de pedirlo para poder mantener su autoridad moral. Lo ha pedido el Papa, y el arzobispo en nombre de la Iglesia local.
No es solamente una cuestión por tanto de perversión sexual. También en la sede del Parlamento Británico en Westminster, contó el rotativo inglés “Daily Mail”, se visitaron 300.000 veces páginas pornográficas, a razón de 800 al día, en 2012. Pero la perversión de la pornografía como espectáculo no perjudica directamente a nadie. Indirectamente sin embargo sí, pues mantiene viva esta industria, y mantener vivo el negocio de la pornografía conlleva mantener actividades de esclavitud sexual, proxenetismo, tráfico de personas, drogadicción, extorsión, difamación, etc.
Simon Danczuck, Miembro del Parlamento Británico, firma el 6 de julio de 2014 otro artículo del “Express” de Inglaterra, en el cual comenta cómo el Parlamento Británico se ha resistido consistentemente a condenar, como sí lo ha ido haciendo gradualmente la sociedad británica, los casos de pedofilia de sus miembros. Uno de los pedófilos fue también Sir Peter Morrison, asistente de Margaret Thatcher. No parece que la sociedad británica haya clamado demasiado al cielo. También estos altos dirigentes de la nación que fue en muchas ocasiones adalid de los derechos fundamentales como el voto de la mujer, o la lucha por la igualdad de oportunidades, han cometido y ocultado por amiguismo delitos contra la integridad de las personas.
La hipocresía y la insensibilidad, el egoísmo y otras pasiones bajas nos acechan a todos hasta el punto que unos a un nivel, y otros a otro en nuestra vida diaria, en lugar de defender las verdades pequeñas y la Verdad como valor objetivo, las adaptamos a nuestras necesidades o bien ocultamos la transgresión si nos interesa. En el caso del arzobispo de Granada, se postra en el suelo con otros eclesiásticos para pedir perdón en nombre de su diócesis por los abusos sostenidos a lo largo de los años por una hermandad cuasi secreta de sacerdotes y seglares, pero a algunos no les parece suficiente. Le atacan de permisivo al decir por ejemplo que no informó a la cúpula de la CE, cuando no debe de hacerlo pues el sumario de estas investigaciones antes de llegar a la justicia civil es secreto pontificio.
También algunos medios aprovechan la ocasión para remover en la basura. Desde la línea editorial que ostenta “El Periódico de Catalunya” por ejemplo, aprovechan para hacer campaña anticlerical rancia, etiquetando al arzobispo de polémico. Sacan a relucir que difundió el celebrado libro en Italia de “Cásate y sé sumisa”, que hay que leer para entender, y que por cierto rozó el récord de ventas en Amazon. Sin ir más lejos la autora, Constanza Miriano, también escribió otro para los maridos en la misma línea de respeto a la esposa, “Cásate y da la vida por ella”. Y el titulo está pensado para precisamente generar el debate.
Nunca es suficiente con pedir perdón, hay también que reparar el pecado, y el delito. Debe ahora el obispo seguir con la investigación y facilitar a la justicia en lo que esté en su mano su labor. Además de asegurarse que mientras tanto los implicados no puedan seguir haciendo daño a nadie ni ofender a las personas con su mera presencia.
Volviendo a la maniobra rastrera de “El periódico de Catalunya”, debo decir que no desaprovechan una para cargar contra la iglesia. La católica solamente, eso sí. Un asalariado al que piden refritos de artículos con aviso de pocas horas de antelación es el esperpéntico teólogo Juan José Tamayo, experto en bombardear a la iglesia católica, institución que le retiró además el permiso para hablar en su nombre. Así, otra manera en que llevan a cabo esta guisa de periodismo miserable utilizando esta lacra de la pedofilia para zafarse en sus obsesiones personales es que en varios artículos coloca las palabras “Opus” y “Dei” bien cerca de “pederastia” y de “Granada”. Y en los buscadores de Internet en general y en Google en concreto aparecen juntas y sin los verbos, y eso lo saben los de “El Periódico de Catalunya”. Y añaden una frase mágica, Daniel (nombre ficticio) “sigue” en contacto con el Opus Dei. Quien lea ese artículo está llamado a confusión. Deben de ser “lamarquistas”, el famoso científico Lamarck creía que la evolución era a fuerza de estrés morfológico, así una jirafa habría llegado a tener un mega cuello a base de estirarlo para alcanzar las hojas de los árboles. Tal vez ellos piensan siguiendo esta línea, que a base de ósmosis y colocando una palabra al lado de la otra matan varios pichones del mismo trabucazo calumniando a quienes no les son gratos.
Suerte tenemos que la información es cada vez más plural, y el que lee con un mínimo de luces dilucida y entiende. La realidad es bien otra: Daniel fue abusado de los 13 a los 17 años aparentemente. Después de ese momento fue, aunque no se afirma pues el afectado permanece en el anonimato, cuando conoció el Opus Dei, y como él mismo afirma en la carta a Francisco, es miembro de esta prelatura personal. Por tanto es fácil deducir que siendo del Opus Dei ha cogido la conciencia y la fuerza para denunciar estas aberraciones sufridas en el pasado de manos de unas personas que no tenían nada que ver con esta institución; y esa denuncia es en aras a que se sepa la verdad ya evitar más abusos.
Un periodista de renombre en Catalunya y miembro del Opus Dei de hace ya unas décadas comenta cómo el Beato Álvaro del Portillo, primer obispo prelado del Opus Dei, le dijo una vez, ante la preocupación del periodista de levantar ampollas si se cuenta la verdad, que el periodista tiene obligación de contarla aunque a veces se pueda molestar a algún obispo.
Así es fácil concluir que en el Opus Dei “Daniel” ha recibido la ayuda y el apoyo que necesita en estas cuestiones. La lectura que debe de hacerse en consecuencia será puede tal vez expresarse mejor señalando no como dice “El Periódico de Catalunya” que [Daniel] “no ha renunciado a sus convicciones religiosas”, sino que ha permanecido en ellas y además las ha fortalecido. Como decía una amiga mía septuagenaria, su abuela ya le comentaba que si perdía la fe por culpa de un cura, poca fe tenía.
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