La idea del Monumento Funerario (Cruz, Basílica y Cripta) fue del Generalísimo Franco, jefe del Estado (1936-1975) en Acción de gracias al Altísimo por la victoria en la guerra civil (18 de julio de 1936 a 1 de abril de 1939) que causó la muerte de 300.000 españoles (50.000 asesinados por los enemigos de Dios y de la Patria: masones, marxistas y secesionistas) y como símbolo de Reconciliación de los españoles de ambos bandos (Nacional y Rojo).
El emplazamiento en el valle de Cuelgamuros fue personalmente elegido por el Caudillo de la Victoria que decretó (1 de abril de 1940) su construcción, encargando el proyecto y la dirección de las obras al arquitecto vasco Pedro Muguruza.
La Basílica está excavada en la roca de la montaña, la nave central tiene una longitud de 262 metros y su máxima altura en el crucero es de 41. Seis capillas laterales están dedicadas a la Virgen María en las advocaciones: Inmaculada, Carmen, Loreto (patronas de los ejércitos de tierra, mar y aire) a la derecha de la nave y África, Merced (patrona de los cautivos) y Pilar (patrona de la Hispanidad).
La Cruz que corona y domina el Valle, es el elemento esencial del Monumento por la belleza, armonía y magnitud de sus líneas (150 metros de altura sobre el basamento) que llena con su presencia el ámbito visual desde gran distancia. En la base se encuentran las esculturas de Juan de Ávalos: los cuatro Evangelistas de 18 metros de altura y las cuatro Virtudes Cardinales (sobre la transición de la base al fuste).
La Cripta contiene tres pisos de columbarios (nichos funerarios) situados detrás de las capillas del Santo Sepulcro y del Santísimo Sacramento que están detrás, a ambos lados, del Altar Mayor. El Templo acoge los restos mortales de unos 50.000 caídos en la guerra civil (de ambos bandos). En el archivo de la Abadía están registrados 33.000 nombres.
Delante del Altar Mayor se halla la tumba de Jose Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange Española, máximo ideólogo de la Tercera Vía (entre Socialismo y Capitalismo) y defensor de la unidad de España contra la República socialmasónica. Jose Antonio sufrió varios atentados, fue encarcelado por disponer de una pistola para su defensa personal y asesinado en la cárcel de Alicante (20/N 1936) por el gobierno del Frente Popular. Enterrado en el Monasterio de El Escorial, sus restos fueron trasladados (1959) al Valle cuando finalizaron las obras: Basílica-Cripta, Santa Cruz, Abadía y Seminario Benedictino, Colegio de la Escolonía (niños cantores) y Hospedería para peregrinos y retiros espirituales.
Detrás del Altar Mayor, en lugar no previsto, se enterró (20/N 1975) a Francisco Franco en contra de sus disposiciones ya que siempre quiso reservar el Valle para Memoria de los caídos en la guerra.
La Portada de la Basílica, a la que se llega desde una gran explanada (30.000 m2), tiene una magnífica puerta de bronce (10 por 6 metros) esculpida en relieve con los quince misterios del Santo Rosario. Sobre su cornisa está emplazada “La Piedad” de Juan de Ávalos, escultura monumental (12 metros de longitud por 5 de altura) en piedra negra.
Fuente: Patrimonio Nacional, “Santa Cruz del Valle de los Caídos”