Los avances de la ciencia del siglo XX nos permiten proclamar que la Síndone (Sábana Santa de Turín) prueba la autenticidad de las fuentes:
- San Juan (20-6): Simón Pedro entró en el sepulcro de Jesús y vio los lienzos en el suelo y el sudario que le había cubierto la cabeza, enrollado en un lugar aparte.
- San Marcos (15-46): José de Arimatea compró una sábana, bajó el cuerpo de Jesús de la cruz, lo depositó en un sepulcro excavado en la piedra e hizo rodar una losa para cerrar la entrada.
- San Lucas (23-52): José de Arimatea se presentó a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Y habiéndolo bajado de la cruz, lo envolvió en una sábana y lo depositó en un sepulcro cavado en la roca. Las mujeres que habían acompañado a Jesús desde Galilea vieron cómo fue colocado su cuerpo en el sepulcro.
- Beata Ana Catalina Emmerich (1774-1824): Nació de familia humilde en el norte de Alemania, ingresó (1802) en un convento agustino, enfermó (1813) con manifestación externa de los estigmas de Cristo. Durante los últimos años, postrada en la cama, fue visitada diariamente por el poeta Brentano que transcribió sus visiones, publicadas (1833) en el libro “La amarga Pasión de Cristo” que ha sido fundamental a Mel Gibson para su película ganadora del Óscar al mejor director.
La beata describe con todo detalle sus visiones sobre los hechos de la Pasión de Cristo, desde la Última Cena a la Resurrección.
A continuación transcribimos cuatro párrafos en que la beata menciona los lienzos de la mortaja:
- El sagrado cuerpo de Jesús fue transportado a un sitio algo más abajo de la cruz y allí lo depositaron encima de una roca plana. Jose y Nicodemo lavaron todo el cuerpo con esponjas, lo untaron con mirra y perfumes y envolvieron la parte inferior del cuerpo con la sábana. Después llamaron a las santas mujeres. María cubrió con un lienzo muy fino la cabeza de Jesús y lo ungió desde los hombros a la cara. Magdalena echó un frasco de bálsamo en la llaga del cortado, y las piadosas mujeres pusieron hierbas en las llagas de las manos y de los pies.
- Después los hombres envolvieron con vendas el resto del cuerpo, cruzaron los brazos de Jesús sobre el pecho y envolvieron su cuerpo en la gran sábana: con un extremo desde los pies hasta el pecho, y la otra punta sobre la cabeza y los hombros.
- Arrodillados todos, cuando rodeaban el cuerpo del Señor para despedirse, el más conmovedor milagro tuvo lugar ante sus ojos: el sagrado cuerpo de Jesús apareció impreso sobre la sábana que le cubría, con todas sus heridas, como si hubiese querido recompensar su celo y su amor, dejando su retrato a través de las vendas que le cubrían. Quedaron asombrados cuando, alzando la sábana, vieron que todas las vendas en contacto con el cuerpo estaban blancas y que solamente en la sábana superior había quedado fijada la milagrosa imagen. No eran manchas de las heridas sangrantes pues el cuerpo entero estaba envuelto y embalsamado. Era un retrato sobrenatural, testimonio de la divinidad que residía en el cuerpo de Jesús.
- Cuando las mujeres llegaron al sepulcro en la madrugada del tercer día, vi a los guardias tendidos en el suelo y la piedra de la entrada apartada. Los lienzos que habían envuelto a Jesús estaban sobre el sepulcro: la gran sábana en su sitio pero sin su cuerpo, las vendas habían quedado en el borde interior del sepulcro y el sudario con el que María había envuelto la cabeza de su Hijo estaba donde había reposado ésta.
La datación de la Síndone en 1988 por el método del carbono 14 (entre 1260 y 1390) fue un fraude de intereses anticatólicos. El científico W.Libby, premio Nobel de Química u descubridor del método, manifestó: “No puede aplicarse a la Síndone de Turín, los resultados necesariamente serían falsos”.
Durante siglos la Síndone sufrió la contaminación de cirios y contactos humanos. En 1352 sufrió un incendio parcial cuando se consevaba en la capilla de los duques de Saboya.
Hasta 1898 era sólo una reliquia, cuando la nueva técnica fotográfica descubrió que las manchas eran un negativo que al positivarse revelaban la imagen de Jesucristo.
En 1977 se descubrió la tridimensionalidad de la imagen, grabada milagrosamente con intensidad proporcional a la distancia del cuerpo a la tela. Los estudios científicos de los últimos años ponen de relieve varias peculiaridades novedosas:
- La iconografía del Vía Crucis representa a Jesús cargando con la cruz completa (dos maderos) porque se había perdido la memoria de la crucifixión romana, suprimida (año 312) por Constantino cuando se convirtió al cristianismo.
La Sábana Santa evidencia que llevó solo el travesaño porque se aprecian grandes erosiones en los hombros causadas por un madero de unos 60 Kg que iba atado a una pierna del reo por encima del tobillo izquierdo; la cuerda causó excoriaciones al moverse arriba y abajo, borrando las marcas de la flagelación que se aprecian en la pierna derecha. - La corona de espinas es un caso único en la historia sólo explicable por la reivindicación de ser rey ante Pilatos que completa la burla con el letrero sobre la cruz: INRI (Jesús Nazareno Rey de los Judíos) en tres idiomas, latín, griego y arameo. Los estudios anatómicos sobre la Sábana han encontrado hasta 50 heridas causadas por la corona.
- La flagelación, como demuestra la Síndone, fue administrada por dos personas de diferente altura, unos 120 golpes de correas terminadas en bolas que podían causar la muerte sin crucifixión. Fue un intento de Pilatos para contentar a los judíos sin dictar una sentencia que le parecía injusta.
- La tradición oral de la sexta estación del Vía Crucis, la Verónica limpia el rostro de Jesús, no tiene respaldo bíblico. Pero la Sábana Santa muestra un coágulo de sangre en la frente, al que falta parte sin secar, producida cuando la Verónica enjugó la frente de Jesús.
- El Sudario de la catedral de Oviedo, colocado sobre Jesús muerto, mantiene una correspondencia absoluta con la Síndone de Turín en tipo de sangre (AB, poco corriente en Europa) y disposición en la cruz. Dios nos tenía reservada una prueba científica para combatir la pérdida de fe en el siglo XX a causa de las ideologías perversas: masonería, socialismo y nazismo.
Fuentes:
- Carmelo López-Arias. Sábana Santa, el 5ºEvangelio.
- Semanario ALBA (22.abril.2011)