Obispo conservador americano inicia una
cruzada contra los católicos tradicionalistas
Carlos Esteban
15 agosto, 2020
El mediático Robert Barron, obispo auxiliar de Los Angeles y fundador del programa de evangelización multimedia Word on Fire, definido como ‘conservador’, quiere aunar esfuerzos para contrarrestar la creciente corriente tradicionalista en América, crítica con el Concilio Vaticano II.
“Amigos, algunos católicos en América hoy son cada vez más explícitos en sus ataques contra el Concilio Vaticano Segundo, un concilio ecuménico de la Iglesia convocado y presidido por el sucesor de Pedro”, alerta el obispo Barron desde su cuenta de Twitter, “¿Cómo debemos entender esta inquietante tendencia?”. A continuación, enlaza con una conferencia que impartió él mismo sobre el particular.
Barron, muy conocido por su presencia en Internet y ampliamente considerado como ‘conservador’, se une así a la polémica recientemente avivada por figuras como el profesor Di Mattei, el arzobispo Viganò y el cardenal chino Joseph Zen -en ambos lados de la discusión- en torno a las consecuencias del último concilio ecuménico concluido hace medio siglo.
Pero los esfuerzos de Barron van más allá. A principios de mes, el obispo convocó una reunión solo con invitación para discutir la amenaza que representan los ‘rad trads’, los tradicionalistas radicales cada vez más presentes en las redes y en la vida real del catolicismo practicante norteamericanos, a los que las restricciones impuestas por los obispos con ocasión de la pandemia han reactivado de modo especial.
Pese a la ‘parresia’ invocada por el Papa al inicio de su Pontificado, esa libertad de los hijos de Dios para discutir todo lo discutible sin temor, no debería haber nada de raro en que un obispo, y más un obispo con especial presencia mediática, se alarme ante el creciente número de fieles que quieren ‘revisar’ un concilio ecuménico. Lo llamativo, más bien, es la elección de las causas que mueven al episcopado a jalear en redes, la tácita jerarquía de sus alarmas.
Por ejemplo, hace relativamente poco supimos por el gigante de la demoscopia Pew Research que en torno al 70% de los católicos norteamericanos no cree en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, un artículo esencial de la fe católica. Los comentarios, entonces, fueron mucho menos encendidos, por decir poco, y la alarma sustancialmente menor en el propio Barron.
¿Importa más que ‘algunos’ católicos critiquen un concilio que el hecho de que una abrumadora mayoría descrea de un punto fundamental de nuestra fe? Aún más: ¿hay alguna relación entre el último concilio y esa pérdida de fe, un ‘fe selectiva’?
Recientemente, una alta funcionaria de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos ha expresado su alegría de que el candidato demócrata a la Presidencia, el sedicente católico Joe Biden, haya elegido como candidata a la vicepresidencia a la ultraabortista, especialmente hostil a la libertad religiosa, Kamala Harris.
¿Algún comentario de los obispos, alguna reacción?
Qué, cuánto y cómo se critica indica la importancia relativa que tienen los fenómenos para las personas públicas, no solo para la jerarquía católica. Y, en este caso, las diferencias son, cuanto menos, inquietantes.
