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viernes, 1 de agosto de 2014

CINE de Hollywood-Directores Católicos: John Ford, Henry Hathaway, Alfred Hitchcock, Von Stroheim, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Brian De Palma: Directores Católicos en el Hollywoood Clásico, dominado por Judios, Protestantes y Masones. Recomendación a los padres: vean en familia películas clásicas de CINE CATÓLICO (1446)











Autor del Libro: Pedro Gutiérrez Recacha (Zaragoza, 1975) es licenciado en Psicología y Filosofía, y doctor en el área de Historia del Cine por la Universidad Autónoma de Madrid, además de Máster en Historia y Estética del Cine por la Universidad de Valladolid. Entre los años 2008 y 2011 ha sido profesor asociado en el Departamento de Periodismo y Comunicación Audiovisual de la Universidad Carlos III de Madrid, impartiendo las asignaturas de Cine Clásico Norteamericano y Fundamentos de la Comunicación Audiovisual. 

Interesado fundamentalmente en los géneros cinematográficos, el cine norteamericano y la cultura popular, ha colaborado en diversas publicaciones, como las revistas Secuencias, Jano, Quatermass y la web Cinemanet. Autor de la monografía Spanish Western. El origen del western como subgénero en la cinematografía española (1954-1965) (Valencia, 2010) y del capítulo dedicado al realizador D.A. Pennebaker dentro de la antología Cine directo. Reflexiones en torno a un concepto (Madrid, 2008), ha colaborado asimismo en el libro colectivo Dentro y fuera de Hollywood (Valencia, 2004).

Filósofo, psicólogo y apasionado del cine, Gutiérrez Recacha recuerda que, “hace más el criterio que la censura”, y anima a los padres a que vean películas en familia, aunque sea más exigente para ellos, “porque les suscitarán cuestiones que deban aclarar con expertos para responder a los hijos”.

"Hay un tópico habitual que dice que en el cine clásico siempre hay un final feliz, el famoso “happy end”, pero esto es un tópico(...). Lo que sí tenemos habitualmente son finales que proporcionan sentido a la narración, aunque el protagonista muera al final, pero lo hará por algo o por alguien: su mujer, su familia, su patria, sus compañeros del regimiento… Ese sacrificio aparece valorado y justificado. En el fondo, nos trasmite que la vida tiene un significado..."

Noticias:

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Películas, documentales religiosos y cortometrajes
 recomendables de todos los tiempos, 
junto con las fichas técnicas de cada película

Monsieur Vincent (San Vicente de Paúl)

CORTOMETRAJES 
Esta selección de películas publicadas por Javier son para ver online. Este portal sin ánimo de lucro no las almacenó en ningún servidor, ya que son redireccionadas de Youtube.com y Gloria.tv. No son para descargar sino para promocionar, valorando su contenido y el apostolado de quienes las han realizado.

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1. La Pasión de Cristo (Mel Gibson 2004)
Logró muchos más votos que las tres siguientes votadas. 

2. Sonrisas y lágrimas (1965) 
También conocida como La Novicia Rebelde, es el clásico sobre la familia Von Trapp y la creativa monja e institutriz Fraulein María frente al auge del poder nazi (basado en una historia real). 

3. Un Hombre para la Eternidad (A Man for All Seasons, 1966) 
Un clásico incombustible e imprescindible: la historia de santo Tomás Moro, negándose a aceptar el matrimonio fraudulento de Enrique VIII por fidelidad a la Iglesia y a su conciencia. 

4. La Canción de Bernardette (The Song of Bernardette, 1943) 
La película clásica, en blanco y negro, de Bernadette y las apariciones de Lourdes. 

5. Qué Bello es Vivir (It’s a Wonderful Life, 1946) 
Clásico navideño que apuesta por la vida, la familia y la esperanza y sigue emocionando pese a los años transcurridos, con un magnífico trabajo de James Stewart. 

6. Los Diez Mandamientos (1956) 
La colosal producción bíblica de Cecil B De Mille, con Charlton Heston. 

7. Escarlata y Negro (The Scarlet and the Black, 1983) 
La historia real del obispo Hugh O´Flaherty que desafió a los oficiales nazis en Roma para salvar vidas de judíos en la Segunda Guerra Mundial. 

8. Jesús de Nazaret (1977) 
El octavo puesto es para el clásico pictórico y manierista de Franco Zefirelli 

9. La Lista de Schindler (1993) 
Es una película judía, de tema judío y director judío (Steven Spielberg) pero se basa en la historia real de Oskar Schidler, que era católico alemán y salvó a cientos de judíos de los nazis. 

10. Las campanas de Santa María (The Bells of Saint Mary, 1946) 
Comedia de Bing Crosby e Ingrid Bergman, que se repone poco en España y es menos conocida que otros clásicos de los años cuarenta

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Sean Smith-Editor de Chronicle: Ciertamente la actuación y los diálogos ayudaron a Frank Capra a convertir en un clásico "It's A Wonderful Life", dice el profesor Richard Blake, SJ (Fine Arts), como también ayudaron las canciones.

El dueto carismático de George Bailey y Mary Hatch, "Buffalo Gals", o el coro espontáneo de "Hark! The Herald Angels Sing" y "Auld Lang Syne" al final constituye más que un soundtrack, dice el Padre Blake. Reflejan la apreciación de Capra en cuanto al rol de la música en laconstrucción de una comunidad, un legado de sus años de juventud de cuando cantaba junto a su familia en el coro de una iglesia Católica en Sicilia, su tierra natal.

Alfred Hitchcock
Esta faceta de la experiencia juvenil de Capra ayuda a impregnar "Wonderful Life" – así como muchas otras de sus películas – con una dimensión religiosa, especialmente su celebrado final musical, señala el Padre Blake, quien es un critico de cine de la revista America.

"Auld Lang Syne" es una afirmación del renacimiento de la comunidad a través del sufrimiento y el triunfo de George, su líder inspiracional," dice. "Capra está sugiriendo un renacimiento, el inicio de una nueva era en la vida de George Bailey y de las personas de Bedford Falls."

Martin Scorsese
Capra es uno de los seis prominentes directores estadounidenses respecto de los cuales el Padre Blake explora sus usos de los simbolismos e imaginería católica en su nuevo libro AfterImage. Subtitulado “La indeleble imaginación Católica de Seis cineastas estadounidenses” (The Indelible Catholic Imagination of Six American Filmmakers), el libro examina también las películas de Martin Scorsese, John Ford, Francis Ford Coppola, Brian De Palma y Alfred Hitchcock.

John Ford
El Padre Blake utiliza el concepto de “afterimage” (imagen posterior) – la imagen que permanece en el ojo de la mente luego de que cesa su estimulación o esta es removida – como una metáfora respecto de la imaginación de esos cineastas Católicos, así como también para el título del libro.

"En algún momento de sus vidas, y en diversos grados, estos seis se vieron distanciados de los estímulos originales de sus experiencias religiosas en su juventud", explica. "Pero el estímulo fue tan poderoso, como el flash de un fotógrafo, que dejó una afterimage (imagen posterior) en su imaginación artística.

"De hecho, aunque cada uno de ellos haya cerrado sus ojos y hayan tenido estímulos no-Católicos," continua el Padre Blake, "la imagen posterior (afterimage) se introduce y deja un halo de significados al objeto de sus atenciones concientes."

Francis Ford Coppola
El Padre Blake eligió a estos seis no solo debido a su lugar en la historia del cine, sino porque representan diferentes tipos de Católicos, desde las contrastantes experiencias como italo-estadounidenses de Scorsese y De Palma hasta la crianza de Ford en un circulo irlandés-Católico en Maine, así como también la eventual metamorfosis del inglés Hitchcock como un Católico Estadounidense.

"Por todas estas diferencias, sus películas muestran un tipo de espiritualidad inconfundible e identificable," dice el Padre Blake. "Casi sin excepción, muestran un sentido Católico del pecado, la culpa, la enmienda y la redención. Sus héroes más virtuosos luchan con la gracia como miembros de una comunidad de pecadores. Buscan la redención junto a la comunidad más que como individuos, y usualmente la salvación se logra mediante el amor y auto sacrificio de un salvador"

En un capitulo introductorio, el Padre Blake examina el rechazo de los críticos de cine a utilizar la religión como una herramienta de análisis. También identifica grandes características de la imaginería Católica – sacramentalmente, meditación y comunión – y, contrayendo un artículo sobre la moral teológica de James Leenan, SJ, enumera elementos familiares a la imaginación Católica como se representan en las películas. El amor Católico por los santos, las actividades devocionales, los mentores, la narrativa sobre el crecimiento moral, por ejemplo, y su consideración por la jerarquía.

Luego el Padre Blake dedica un capítulo a cada cineasta, ofreciendo un pequeño bosquejo biográfico con una atención particular al trasfondo Católico de cada director.

Brian De Palma
En su sección sobre Coppola, el Padre Blake identifica "The Conversation" como la película más Católica del director y describe el fallido intento de salvación del protagonista mediante las buenas obras, terminando con su aislamiento de la redención del amor. La película ejemplifica un tema central en muchas de las películas de Coppola, el conflicto entre la moral pública y la vida privada.

El trabajo de Ford es categorizado por el Padre Blake como “Una travesía al Reino Eterno”, como se ve en películas como "Stagecoach," donde los protagonistas principales soportan una experiencia terrible de purificación y, al final, son libres para buscar la tierra prometida juntos. Si bien es poco probable que Ford tuviera la intención de hacer su película como alegorías religiosas, el Padre Blake señala que, sus nociones sobre la comunión, la salvación, la conciencia y la vida son un viaje a la casa materna que refleja una imaginería católica.

"Veo a la tradición religiosa como un ADN en el hueso medular," dice el Padre Blake. "Influencia la forma en que la persona piensa e imagina, y si la persona es un artista entonces esa tradición se encontrará en las producciones de su imaginación."

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Sacerdotes de película


El objetivo inmediato de este recorrido por la historia del cine será rastrear la presencia del sacerdote en la gran pantalla. Sin embargo, otro objetivo que esperamos cumplir nos permitirá valorar la imagen de la Iglesia a través de sus ministros en el mundo cinematográfico y poder inferir algunos patrones de la imagen pública, las tendencias de los públicos y las preocupaciones de productores y directores.

El procesos de secularización de las sociedades occidentales, de las que forma parte el cine que mayoritariamente analizaremos, tiene sin duda una fuerte incidencia en la evolución de la figura del sacerdote. Pero, como tendremos ocasión de ver, no es un proceso ni homogéneo ni lineal sino que hay excepciones, cambios de tendencia y descubrimientos de nuevas formas que abren posibilidades de futuro. Pensamos que esta es una de las utilidades de este tipo de recorrido por la historia del cine.

Nuestro punto de partida será el cine clásico de Hollywood y después de una digresión sobre el cine español de posguerra nos detendremos en las tendencias desde los años 60 al final del siglo XX. Para recalar más adelante en tres tendencias que se consolidan a partir del año 2000: las películas biográficas, las películas críticas y deformadoras y los sacerdotes que en papeles secundarios significativos.

En el período del cine clásico norteamericano, que se extiende hasta el año 1960, podemos destacar un grupo importante de películas que tiene a sacerdotes católicos como protagonistas. La calidad de las mismas así como su repercusión social y comercial será muy importante y definen una época donde el sacerdote es referente moral en medio de las convulsiones históricas. El hecho de la censura en torno al Código de Producción de William H. Hays potencia la aparición de estas figuras que además no pueden ser denigradas como indica el texto del código: “los ministros del culto en sus funciones de ministros de culto no serán mostrados nunca bajo un aspecto cómico o crapuloso. Los sacerdotes, los pastores y las religiosas nunca se podrán mostrar capaces de un crimen”.


Comencemos con el director Norman Taurog que realiza con éxito dos películas - Forja de hombres (1938) y La ciudad de los muchachos (1941)- que narran las aventuras del padre Flanagan, memorablemente interpretado por Specer Tracy, que acoge en una experiencia educativa a chicos sin hogar. Sus intentos para recuperar para la vida social a los jóvenes nos presentan a un Michey Rooney haciendo de rebelde marginal. En un parámetro similar se mueve el padre Connelly (Pat O'Brien) que entra en conflicto con su antiguo amigo de infancia Rocky Sullivan (James Cagney) para que este gangster reconocido no influya sobre un grupo de jóvenes en Ángeles de caras sucias (1938) de Michel Curtiz. También prolongando esta línea de sacerdotes que ayudan a jóvenes en situación de riesgo podemos recordar Refugio de criminales (1960) donde en esta ocasión el padre Clark y su amigo el abogado Louis Rosen montan un hogar destinado a la rehabilitación de jóvenes penados.


En un tono más de comedia tenemos las oscarizadas aventuras del padre O'Malley dirigidas por Leo McCarey. En Siguiendo mi camino (1944) este joven y dinámico sacerdote llega a una parroquia en dificultades, cuyo anciano párroco (Barry Fitzgerald) al principio se resiste a los cambios pero termina por aceptar los nuevos métodos pastorales de su vicario, entablando una entrañable amistad. Tras siete oscars en 1944 surge su continuación Las campañas de Santa María (1945) donde en esta ocasión el sacerdote es destinado a un colegio en Nueva York donde la hermana Benedicta, la mismísima Ingrid Bregman, intenta sacar adelante a un grupo de chicos de la calle. Nuevamente música y buenas intenciones para un público que comienza a ver el final de la Segunda Guerra Mundial.

Gregory Peck interpretará con gran éxito, nominado para el Oscar, a un sacerdote escocés misionero en China donde vive grandes dificultades acompañado por una religiosa y dos médicos que le ayudarán en su tarea de promoción humana y espiritual. Con Las llaves del reino (19944) de John M. Stahl son adentramos en este interesante subgénero de misiones que nos ofrecerá interesantes realizaciones.


El gran John Ford, director que se reconoce como católico, ha querido plasmar en dos de sus películas la figura del sacerdote. En primer lugar en su obra maestra y homenaje a su Irlanda natal El hombre tranquilo (1952). Las dificultades para casarse de Sean Thornton (John Wayne) y Mary Kate Danaher (espléndida Maureen O’Hara) serán resueltas por un acuerdo del sacerdote católico y el pastor protestante que verán por una vez dirimidas sus desavenencias para favorecer el enlace. La segunda es una obra menor pero emotiva y profunda, El fugitivo (1947) , en ella nos cuenta la fidelidad de un sacerdote que en plena persecución religiosa en un país imaginario, que podemos suponer que se identifica con México, y ayudado por los feligreses permanece como único referente en el servicio ministerial hasta llegar al sacrificio.


Con La ley del silencio (1954) llegamos a una de las figuras más significativas del sacerdote en la pantalla. En padre Barry, interpretado verazmente por Karl Malden, se nos presenta como el hombre íntegro que en medio de la manipulación de las mafias de estibadores lucha contra la injusticia en el nombre de la palabra de Dios. Lástima que la película tenga como fondo una cierta justificación de la delación que Elia Kazan realiza de algunos compañeros ante el Comité de Actividades Antiamericanas. Interesante es también el falso sacerdote católico interpretado por Humphrey Bogart en La mano izquierda de Dios (1955). Allí el impostor es poco a poco transformado por la misión y conducido al territorio de la bondad.


Aunque del otro lado del Atlántico pero dentro de esta tendencia cinematográfica que resalta la presencia del sacerdote hemos de hacer notar dos películas. Yo confieso (1953) de Alfred Hitchcock y protagonizada por Montgomery Clift en el papel de un sacerdote que fiel al secreto de confesión es acusado de cometer un crimen. En esta intriga, del maestro del género y también significado como director católico, nos ofrece un buen ejemplo de fidelidad al sacramento y al servicio a las personas que culmina con la absolución del verdadero culpable. De esta misma época es la película francesa El renegado (1953) de Léo Joannon Morand. Un sacerdote católico renegado se ve obligado a descubrir su verdadera identidad ante sus compañeros militares y prisioneros como él, cuando tiene que asistir espiritualmente al capellán del regimiento que está agonizando. Este gesto llena de admiración a Gerard, otro oficial, que se convierte a la vez que siente la llamada a la vocación sacerdotal. En esa cadena de comunicación de la fe se implica Morand, un eterno buscador, que encontrará a Dios con el testimonio hasta de muerte del joven Gerard.

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