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viernes, 7 de septiembre de 2018

Exhumación de FRANCO: “Nos negamos a creer que la Iglesia Católica Universal no proteja a quién fue su salvador y protector”. Últimas palabras de Franco antes de morir. Carta a la JERARQUÍA de la Iglesia CATÓLICA. Carta abierta de Pío Moa al PAPA. Acuerdo del Estado español y la Santa SEDE: tiene rango de tratado internacional. La Familia FRANCO pide a Pablo Casado que recurra la EXHUMACIÓN ante el Tribunal CONSTITUCIONAL

“Nos negamos a creer que la Iglesia Católica Universal 
no proteja a quién fue su salvador y protector”
9-julio-2018
InfoVaticana ha tenido acceso en exclusiva a la carta que la Fundación Francisco Franco ha dirigido al episcopado español con motivo del posible traslado de los restos de Francisco Franco desde la Basílica del Valle de los Caídos a otro lugar sin determinar.

Últimas palabras de Francisco Franco antes de morir
“Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante 
el Altísimo y comparecer ante su inapelable juicio, 
pido a Dios que me acoja benigno a su presencia, 
pues quise vivir y morir como católico.
 En el nombre de Cristo me honro y ha sido 
mi voluntad constante ser hijo fiel de la Iglesia, 
en cuyo seno quise morir”.

CARTA a la JERARQUÍA de la IGLESIA CATÓLICA
FUNDACIÓN NACIONAL FRANCISCO FRANCO
Francisco Franco, Caballero de la Suprema Orden Ecuestre de la Milicia de Nuestro Señor Jesucristo, consideración que Roma le concedió por sus singularísimos servicios a la Iglesia, está enterrado en la Basílica del Valle de los Caídos, en suelo sagrado, donde rige el Derecho Canónico y bajo la custodia de la Comunidad Benedictina por petición expresa de S.M. el Rey Juan Carlos I.
La intención del Gobierno del Sr. Sánchez al exhumar el cadáver de Francisco Franco es clara y netamente vejatoria y contraria a la dignidad de su memoria. Pretende una humillación póstuma de carácter público de sus restos que alcanza a millones de españoles que están agradecidos por todos los servicios que hizo a la Patria y a la Iglesia Católica no sólo española sino del mundo.
La exhumación de los restos del Generalísimo Franco cuenta con el apoyo decidido y explícito de quienes quieren acabar con un lugar sagrado en el que reposan muchos beatos mártires y desde luego acabar derribando por abandono o acción directa la mayor Cruz de la tierra.
Parece llegado el momento de decir las cosas claras: sólo la alta Jerarquía de la Iglesia Católica al amparo de la inviolabilidad que los Acuerdos con la Santa Sede otorgan a la Basílica puede impedir tamaño desafuero. Un tratado internacional, reconocido por el Tribunal Constitucional y que tiene jerarquía supra-legal.
Desde la Fundación Nacional Francisco Franco nos negamos a creer que la Iglesia Católica Universal no proteja a quién fue su salvador y protector en los momentos más críticos para esta en toda su historia. ¿Será necesario recordarlos? ¿acaso la defensa de la Cruz – siguiente objetivo – no merece un acto de valentía?
Rogamos a Dios que ilumine a la más alta Jerarquía de la Iglesia Católica en su decisión y que no contribuya por dejación u omisión a la desafección de millones de católicos de todo el mundo en un acto que sería de colosal ingratitud y vejación no sólo con el Fundador de ese monumento sino con los miles de españoles que reposan en la Basílica construida como símbolo de reconciliación bajo el amparo de los brazos de la Cruz.
Ignoramos cual será el desenlace de esta intención sectaria, llena de odio, revanchista y alejada de cualquier tipo de reconciliación del Gobierno, pero sí tenemos claro que la historia colocará en su sitio a justos y pecadores.
Fundación Nacional Francisco FRANCO
No será Exhumación sino PROFANACIÓN
TV 3 de los Golpistas. Cataluña
Espejo Público de Antena 3 con el General Alamán 
Manifiesto por El Soldado de España 
 Defensa de la figura de Franco como militar
Pío Moa
30 agosto, 2018 
Sin ser creyente, siento gran respeto por la cultura católica, raíz fundamental de la cultura española. Solo tengo que viajar un poco por el país para percatarme de la acumulación inmensa de arte, belleza y cultura en general que ha producido; y repasar la historia para constatar el altísimo número de escritores, artistas y pensadores generados por la Iglesia española a lo largo de siglos.
Pero durante la pasada guerra civil, la Iglesia sufrió la persecución quizá más sangrienta y sádica de su historia, abundantemente documentada. Unos 7.ooo clérigos fueron asesinados cruelmente así como numerosos cristianos por el hecho de serlo, miles de templos, monasterios, ermitas, bibliotecas y centros de enseñanza fueron incendiados y expoliados. Aquellas acciones constituyen técnicamente un genocidio, el único perpetrado en aquella contienda, y se realizó en nombre de una democracia o libertad negadas por los propios partidos que lo cometieron: se trataba de totalitarios socialistas y stalinianos, más ácratas, auxiliados por golpistas y grupos racistas-separatistas. Los cuales, por cierto, también se persiguieron y masacraron abundantemente entre ellos mismos. Y si el exterminio de la Iglesia no fue total, se debió primordialmente al general Francisco Franco, que derrotó a los exterminadores, restableció el culto y favoreció extraordinariamente a la Iglesia tras haberla salvado, literalmente, de la aniquilación en España.
Cabría pensar que aquellos partidos, una vez vencidos, habrían recapacitado, se habrían vuelto demócratas y abandonado las exaltaciones que les llevaron a tales crímenes. De haber aprovechado la lección de la historia, habría sido posible una reconciliación por otra parte necesaria para evitar el resurgir de los odios. Pero vemos que no es así. Hoy proliferan, en la calle y en la prensa, burlas, insultos y agresiones como las que preludiaron la Gran Persecución. Y el Partido Socialista –en el poder sin pasar por elecciones y apoyado por los partidos autoconsiderados herederos de los mismos genocidas– planea una cumplida venganza empezando por ultrajar la tumba de Franco, destruir el Valle de los Caídos o su significación, acosar a la Iglesia y suprimir las libertades de opinión, expresión, investigación y cátedra para cuantos discrepen de la versión de la historia fabricada por los suyos, al modo de países como Corea del Norte o Cuba.
Por la significación histórica de Franco, calumniado de los modos más burdos y odiosos; por el hecho de tratarse de un edificio religioso de primera categoría debido a su magnitud, originalidad y austera belleza; por el ataque que supone a la libertad de los cristianos, es decir, de todos, porque las libertades son indivisibles… Por todo ello consideramos muchos, creyentes y no creyentes, que tiene Vd, como máximo representante de la Iglesia Católica, referente moral de cientos de millones de personas, el deber ineludible de usar su gran autoridad moral y espiritual para oponerse a la tremenda fechoría que proyectan unos continuadores de aquel Frente Popular que jamás han expresado pesar alguno por su terrible persecución. Comprendo que la Iglesia afronta otros problemas muy serios, pero no salir al paso de este sería generalmente interpretado como omisión de auxilio e incluso colaboración pasiva con el crimen; y ni yo ni millones de otros españoles creemos que tal cosa pueda ocurrir.
Sánchez no puede declarar civiles 
las tumbas de Franco y Primo de Rivera
 porque están en suelo de la Iglesia
30/08/2018
Los Acuerdos con la Santa Sede tienen rango de tratado internacional
El enésimo plan del presidente del Gobierno para el Valle de los Caídos choca de nuevo con un serio problema legal: la tumba clave de todo este culebrón político -la del dictador Franco-, e incluso la de Primo de Rivera, se encuentran en terreno de la Iglesia. Por lo tanto la conversión del Valle en un cementerio civil -tal y como ha anunciado Sánchez desde Chile en su enésimo bandazo sobre este asunto- no solucionaría el problema: tocaría a todo el resto de tumbas, pero no a la que el presidente pretende sacar del Valle de los Caídos.
Los equipos jurídicos de la Fundación Francisco Franco y la familia del dictador hace tiempo ya que trabajan sobre este punto clave para evitar la exhumaciónde los restos mortales de Franco. Y es que el artículo 86 de la Constitución Española especifica que los decretos-leyes “no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado”.
Hay que recordar que en enero de 1979, unas semanas después de que se aprobara la Constitución Española, España y la Santa Sede cerraron sus acuerdos clave. Unos acuerdos que determinan las competencias legales de cada parte y el derecho a aplicar en cada materia.
El Tribunal Constitucional en su sentencia 66/1982 señaló claramente que “este Acuerdo del Estado español y la Santa Sede tiene rango de tratado internacional”. Y, por lo tanto, y según el artículo 96 de la Carta Magna española “los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones sólo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho internacional”. Y en este caso concreto, eso supone que “los lugares de culto tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes”.
Traducido al caso práctico -es decir, al deseo de Sánchez de exhumar los restos de Franco-: que o le da permiso expreso la Iglesia para desplazar la tumba, o su plan de conversión del Valle en cementerio civil tampoco tiene validez en suelo de la Iglesia. Lo tendrá fuera de la Abadía. Pero no dentro del templo.
La Basílica del Valle de los Caídos es inviolable 
como dictan los Acuerdos entre España y la Santa Sede
Porque hay que recordar que la tumba de Franco está situada ante el altar y dentro de una basílica católica. Y esa basílica es inviolable tal como dictan los Acuerdos entre España y la Santa Sede. Una inviolabilidad, por cierto, que opera exactamente igual en los acuerdos con otras confesiones religiosas y que se aplica a los lugares de culto de los protestantes, judíos y musulmanes en España.
En resumen, que un tratado internacional no puede modificarse ni ser vulnerado mediante una figura legal de rango inferior. Y en caso de hacerlo se entraría en un posible delito de prevaricación, figura que, como ya ha anunciado OKDIARIO, estudia la familia y la Fundación Franco precisamente como respuesta a los actos que se protagonicen a partir de ahora por parte del Gobierno.
Círculos cercanos a la familia temen, sin embargo, que el anuncio de crear un cementerio civil va dirigido a incrementar la presión a la Iglesia para que acepte la salida de los restos de Franco de la Basílica. Todo ello, pese a la oposición expresa de la familia que, tal y como adelantó este diario, ha vuelto a quedar clara tras la aprobación del decreto del Gobierno para iniciar los trámites de convalidación de la exhumación de la tumba del dictador.
La presión se basaría en generar la imagen de que todo el Valle podría ser reformado para dar lugar a un centro laico y neutro desde el punto de los bandos republicano y franquista y que sólo quedaría un vestigio: dentro de la Basílica.
La Familia FRANCO pide a PABLO CASADO 
Que RECURRA la EXHUMACIÓN 
Ante el Tribunal CONSTITUCIONAL
5/9/2018 
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Lo de Franco y el Valle
7 septiembre, 2018
Pío Moa
7 septiembre, 2018
Alberto Bárcena está haciendo una labor importante aclarando la verdad sobre el Valle de los Caidos, aunque lo haga desde posiciones un tanto integristas. Que no me citase es algo chocante, porque desde que empezaron las asechanzas al Valle  me esforcé en contrarrestarlas, en artículos explicativos, en mi blog en Libertad Digital, que era entonces el más leído de ese diario. Incluso escribí un manifiesto de historiadores, que fue publicado en varios periódicos: Hasta ahora [marzo de 2010] han dado su firma al manifiesto sobre el Valle de los Caídos los historiadores Ricardo de la Cierva, Jesús Palacios, Miguel Platón, José Andrés -Gallego, Serafín Fanjul, Jesús Salas Larrazábal, Ángel D. Martín Rubio, David Gress, José Luis Orella, Dominique Venner, Salvador Fontenla, Juan Blanco, José M. Manrique García, Juan Ernesto Pflüger, Santiago Velo  de Antelo, José Pla Blanch, Ángel Maestro, Lucas Molina Franco, Guillermo Rocafort Pérez, Teodoro A. López López, Alberto González Rodríguez, Carlos Gregorio Hernández, César Ramos, Antonio Manuel Barragán-Lancharro, Carlos Caballero Jurado, César Alcalá, y Pablo Sagarra Revuelta. También se han adherido intelectuales como Fernando Sánchez Dragó, Aquilino Duque y otros.
(la firma sigue abierta) 
¡Y dicen que Franco fue un dictador!
Laureano Benítez Grande-Caballero
9-9-2018
Las libertades del ser humano no se limitan solo al ámbito político, ya que éstas son solo una dimensión de la libertad humana. En efecto, la vida humana opera a muchos niveles, se desarrolla en muchos planos y dimensiones, de las cuales la esfera política es la menos importante. Por ejemplo, ¿qué libertad es más relevante: la de poder elegir la educación que deseamos para nuestros hijos, o la de votar a gente desconocida para que, una vez en el poder, gobiernen con arreglo a los intereses de su partido, muchas veces en contra del programa que ofrecieron en su candidatura, en oposición a los ciudadanos a los que dicen representar?
Limitar la democracia a un régimen donde se vota para elegir a individuos desconocidos –e ineptos y chupópteros– puestos ahí por su partido, cuyo principal fin es arramblar con los privilegio y prebendas de sus poltronas, satisfacer su megalomanía, y gobernar con arreglo a los designios de quienes les han puesto en el poder –léase mafias globalistas–, en vez de servir a los intereses y necesidades de la Patria; y, por el contrario, llamar dictadura a una forma de gobierno que restringe la libertad política pero concede una gran libertad en todos los demás ámbitos de la vida, es una falsedad, un engaño.
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