Pío Moa
Frases para la Historia
(publicado en Blogs de Intereconomía)
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El presidente Azaña y el general Franco |
Azaña, a los cuatro meses de implantada la república: “Araquistáin me ha invitado a comer a su casa con el doctor Negrín, también diputado socialista. Querían hablar conmigo de política. (…) “Yo soy partidario de la dictadura –dice Araquistáin—cuando conviene (…) Negrín asiente y añade que
se necesita una dictadura bajo formas y apariencias democráticas, que haga posible la preparación del pueblo para el futuro” (el futuro de un régimen totalitario socialista, obviamente)
Ortega escribía a primeros de setiembre de 1931: “Una cantidad inmensa de españoles que colaboraron en el advenimiento de la República con su acción, con su voto o con lo que es más eficaz que todo eso, con su esperanza, se dicen ahora entre desasosegados y descontentos:
¡No es esto, no es esto!"
Marañón a Ortega, por las mismas fechas: “No me deja el pensamiento de que debemos decir algo al país en estos momentos. Hemos sido una fuerza grande para traer la
República que ahora se hunde, precisamente, ese sentido de dignidad. Las pequeñas e inofensivas sandeces de los monárquicos sirven de pretexto para justificar la plebeyez de mala ley, de los que nunca supieron hacer nada por el progreso de España (…), y ahora quieren que esta (la República) se un instrumento de su exclusiva pertenencia. Perdone, pero estoy muy inquieto viendo tanta sandez”
Joan Salvat Papasseit, en 1923:
“Por lo que respecta al odio, es necesario que os diga esto: no suspiréis por nuestra libertad sin pasar por el odio.
¡Mientras no les odiemos nunca podremos vencerlos! Es necesario, pues, propulsar el odio contra España o dejar de existir. Porque no existe el odio en esta gente honesta de Estat Catala: no cumple lo que dice.
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