InfoCatólica-Luis Fernando Pérez Bustamante (11/7/2013): El director de Religión Digital ha entrevistado a James Alison, sacerdote vago (*), ex-dominico, al que presentan como “el sacerdote católico que trata de buscar desde la teología salidas a todo tipo de amor, incluido el amor gay“. Habrá que estar atentos al día en que busque una salida teológica a la poligamia -aunque ya la encontró Lutero para Felipe Hesse-, pero de momento está centrado en el tema de las relaciones homosexuales.
Dado que la entrevista es larga, me fijo solo en un par de preguntas y sus respuestas:
- La Iglesia protestante alemana acaba de firmar un documento en el que reconoce que existen formas diferentes de familia. ¿Crees que es un ejemplo de que comienza a haber ciertos cambios en ese sentido?
-Sí, la Iglesia protestante ha reconocido la homosexualidad de manera explícita, y en la Iglesia católica también ha habido cambios ya. La cuestión gay no creo que sea algo sumamente difícil de aceptar por los fieles católicos, sino por el estamento clerical católico. Por lo que se ha visto en sondeos realizados a nivel mundial, en los países de mayoría católica el porcentaje de población católica que percibe con buenos ojos la normalidad de sus amigos o parientes gays es hasta mayor que el promedio de la sociedad.
Conviene recordar que la iglesia luterana “oficial” está infectada de liberalismo teológico. No representa, ni de lejos, al protestante evangélico medio que hay en el mundo. El protestantismo liberal va camino de la desaparición “biológica”, aunque es probable que sobreviva todavía un par de generaciones. El único protestantismo que crece es el evangélico conservador.
La cuestión importante es lo que piensa esa población católica de la que habla Alison. No está claro si se refiere a los bautizados y practicantes o a los bautizados que han dejado a un lado la fe o la misma sirve solo para dar un cierto barniz a su indentidad como persona y ciudadano. O sea, lo que se conoce como catolicismo “social", que tiene de catolicismo genuino más bien poco.
El caso es que Alison separa a la población católica del estamento clerical. En la siguiente pregunta-respuesta ahonda en su tesis:
-¿Es decir, que quien se escandaliza es el clero, no el pueblo?
Ustedes mismos lo han visto aquí en su país, que aprobó la ley de matrimonio igualitario, y si me acuerdo bien un 60 o 70% de la población estaba perfectamente tranquila con esto. En cambio, los obispos no, y ahí está el problema. A diferencia de otras cuestiones de tipo moral como el aborto, por ejemplo, en torno a la cuestión gay el pueblo no está alineado con los obispos. Las dos cuestiones no tienen nada que ver una con la otra, pero la diferencia radica en que la convivencia les dice que eso de pensar que os gays son gente “objetivamente desordenada” a estas alturas del juego no tiene ni pies ni cabeza.
No sé si es cierto que el porcentaje de españoles que están de acuerdo con el gaymonio es tan alto. Pero una cosa sí es segura. El porcentaje de españoles que va a Misa cada domingo no es, ni de lejos, el 30%, que es el que alcanzan los ciudadanos que no están de acuerdo con que se dé el estatus matrimonial a las relaciones entre homosexuales.
Por tanto, plantear que por un lado está el pueblo y por el otro los obispos solo sirve si dentro del término “pueblo” se incluye a aquellos a los que les importa más bien poco, por no decir nada, lo que los obispos y la Iglesia digan.
Da igual. Demos un paso adelante y vayamos al meollo de la cuestión:
-¿O sea que a nivel de praxis ya se está viviendo, pero falta la aceptación en la doctrina?
¿Qué porcentaje de fieles está de acuerdo en la práctica con la Humanae Vitae? Poquísimos.
¿Diremos que Alison no tiene razón? Obviamente no. Parece claro que incluso entre los católicos practicantes casados, el porcentaje de los que usan métodos anticonceptivos es muy alto. ¿Significa eso que la Iglesia ha de cambiar la doctrina para que esos fieles se sientan más cómodos? Este es el quid de la cuestión. ¿La fe y la moral viene dada por la Revelación o depende de lo que las mayorías decidan? ¿Alguien se imagina que la Iglesia hubiera decidido que Cristo no es Dios porque el arrianismo tuvo un éxito popular indudable, de tal manera que hubo un tiempo en el que parecía que la cristiandad entera se había hecho arriana?
Por más que Alison razone sus tesis, por más que sus argumentos tengan éxito en la sociedad e incluso entre los católicos practicantes, la verdad sobre la sexualidad humana y el matrimonio permanecerá inalterable. No es que la Iglesia no quiera cambiarla, que no quiere. Es que no puede. Solo en la etapa de apostasía previa al regreso de Cristo cabe la posibilidad de que se produzca una catástrofe de ese tipo. Incluso esto es discutible que llegue a ocurrir. Pero si se da el caso, el Señor lo pondrá fin cuando vuelva en gloria y poder a juzgar a vivos y muertos.
(*) Para saber lo que es un sacerdote vago, léase el siguiente artículo del P. Pedro María Reyes: