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lunes, 11 de mayo de 2020

**Gobierno Mundial comunista del futuro: tendrá como modelo la Dictadura CHINA

 Futuro Gobierno Mundial 
Tendrá como modelo la dictadura marxista china
30/4/2020

Laureano Benítez Grande-Caballero volvió a ser entrevistado por Santiago Fontenla en el programa «Buenos Días, España», de Radiocadena española, continuando la serie de programas en los que ha intervenido para debatir sobre la pandemia del coronavirus.

Establecido ya en el programa anterior que el CoVid-19 es un virus de laboratorio, en el programa se abordó en primer lugar el interrogante de si es una creación china o americana, a lo cual Laureano Benítez respondió que «En un mundo caracterizado por el globalismo, es un contrasentido buscar la nacionalidad de un virus, y más cuando éste responde a intereses claramente globalistas.

La compleja trama internacional y multipolar del coronavirus podría llamarse como “Wuhan-Gate”, pues constituye una trama oculta en la que confluyen complots entre laboratorios militares secretos, documentos científicos ocultos, extrañas muertes de personas que sabían demasiado, traficantes de frascos biológicos detenidos en centros universitarios autorizados y en aeropuertos, espionajes, y, sobrevolando todo el embrollo, unas demostradas y desconcertantes relaciones entre los financiadores de supervirus y los próximos especuladores sobre las vacunas contra el CoVid-19, pertenecientes al Big Pharma, conglomerado farmacéutico que ha sufrido repetidas sentencias de condena y compensación por daños causados por sus medicamentos y sus prácticas de sobornos.

Igual que las guerras son necesarias y se planifican con el fin de aumentar las ganancias del mercado mundial armamentístico, las epidemias son una gran oportunidad para las compañías del Big Pharma a la hora de conseguir grandes beneficios para los inversores a través de las vacunas».

El entrevistado explicó a continuación las colaboraciones que se llevan a cabo entre proyectos de investigación en biotecnología pertenecientes a distintos países, especialmente entre China y los Estados Unidos. Por ejemplo, citó el caso de Fort Detrick, «que ha sido el centro del programa de armas biológicas de EE.UU desde 1943 1943 hasta agoto del 2019, cuando cerró por deficiencias en la seguridad de sus instalaciones, que tenía una asociación cercana y de décadas de antigüedad con Instituto de Virología Médica de la Universidad de Wuhan».


Otro ejemplo es el estudio realizado por el Ministerio de Ciencia de Pekín, que condujo al descubrimiento de 89 cepas de coronavirus de murciélago en el sur de China, en colaboración con la agencia USAID ―la Agencia Gubernamental de ayuda para países en desarrollo que a menudo financian movimientos políticos para el cambio de régimen, dependiente de la CIA―, el Pentágono y el Instituto de Salud y Servicios Humanos de Washington. «En algunos foros se comenta la posibilidad de que esta excursión en busca de coronavirus de murciélago proporcionó uno que fue el que se usó para hibridarlo con el virus del SARS a fin de crear el COVID-19», afirmó Laureano Benítez.

Un episodio de esta trama negra fue el arresto el 28 de enero del profesor Charles Lieber, jefe del Departamento de Biología Química de Harvard, por liderar un equipo de investigación chino centrado en el uso de la nanotecnología para identificar virus, convirtiéndose en un «científico estratégico» en la Universidad Tecnológica de Wuhan.

Laureano Benítez recalcó de manera especial la importancia decisiva de «la estrecha colaboración entre la Universidad de Carolina del Norte y el Instituto de Virología de Wuhan a la hora de desarrollar un virus quimérico, que consistía en la inserción de proteínas de murciélago en un virus del SARS, creando así un agente patógeno muy peligroso».

El entrevistado destacó asimismo el hecho de que varios virólogos del Pentágono y sus colegas de Canadá, Reino Unido, Japón y Alemania estaban haciendo sus estudios respecto a los coronavirus en el laboratorio BSL-4 de Wuhan, «lo cual permite deducir que no solamente los científicos chinos tenían conocimiento de virus creados posiblemente en ese laboratorio»

Para finalizar este apartado, señaló que Bill Gates tiene una estrecha relación con el gobierno de la República Popular de China. Un par de ejemplos: donó $ 33 millones al Ministerio de Salud de China entre 2009 y 2014, aparentemente para la investigación de la tuberculosis, y en 2017 fue elegido para la Academia China de Ingeniería.

«Así pues, el hecho de que el virus estallara en China no significa obligatoriamente que los científicos chinos fueron los únicos responsables»

Seguidamente, cuando se le preguntó si realmente la pandemia había comenzado en China, Laureano Benítez afirmó que, aunque explotara en Wuhan, hay ciertas informaciones que apuntan a que los primeros casos pudieron producirse en Estados Unidos: «En febrero, el informe de noticias japonés de la cadena Asahi afirmó que el coronavirus procedía de los Estados Unidos, no de China, y que algunas o muchas de las 14.000 muertes atribuidas a la gripe en Norteamérica antes de la pandemia pueden haber sido como consecuencia del coronavirus. Este hecho fue confirmado ―mediante autopsias― por los Centros de Control y Prevención Sanitaria de EE.UU».

Según el entrevistado, la clave de esta historia hay que buscarla en el cierre ―en agosto pasado― del laboratorio de Fort Detrick. A raíz de esto, se detectaron 200 casos de fibrosis pulmonar, de claro origen vírico, que las autoridades atribuyeron ¡al uso de cigarrillos electrónicos!

Ante la pregunta de cómo pudo llegar el virus a Wuhan, Laureano Benítez apuntó la posibilidad de que fuera llevado por los soldados norteamericanos que intervinieron del 18 al 27 de octubre en los Juegos Mundiales Militares… ¿Dónde?: pues en Wuhan.

«En el transcurso de los Juegos, varios estadounidenses fueron hospitalizados por “una extraña neumonía”», apostilló Laureano Benítez.


Otro aspecto que se trató en la entrevista fue si el coronavirus pudo escaparse por accidente de las instalaciones del laboratorio de biotecnología de Wuhan, y a este respecto Santiago Fontenla preguntó a Laureano Benítez sobre si es posible que un virus se fugue de instalaciones de máxima seguridad, a lo cual el entrevistado respondió que es un hecho muy improbable ―explicando algunas de las exhaustivas medidas de seguridad que exige el protocolo de estos centros― pero que, sin embargo, ya ha habido incidentes en este sentido, citando algunos ejemplos.

Ante la pregunta de cómo habría podido fugarse el virus, Laureano Benítez expuso algunas teorías curiosas que se manejan en este sentido: «Mediante un descuido; o porque un corrupto investigador del laboratorio lo robó en una probeta con intención de venderlo y, acosado por la policía en el mercado de animales, ésta se le cayó al suelo y liberó el agente patógeno… Hay también quien dice que este supuesto traidor vendía en el mercado animales que previamente habían sido contaminados por el virus en el transcurso de los experimentos… Teorías rocambolescas, pintureras, dignas de un guión hollywodiense».

En este punto, el entrevistador le preguntó sobre las causas por las que la pandemia comenzó en China, y no en otra parte. A este respecto, Laureano Benítez expuso un aspecto muy importante del estudio que la Fundación Rockefeller desarrolló en 2010 con el fin de diseñar los posibles escenarios para el Futuro de la Tecnología y el Desarrollo Internacional.

«Uno de estos escenarios era el que se conocía como Lock Step ― que quiere decir “encerrona”, “cuarentena”, en el cual se simulaba una pandemia planetaria creada por un coronavirus. En este escenario apocalíptico, el estudio hace un vivo elogio de cómo China logra controlar la pandemia, precisamente por la rápida adopción de medidas totalitarias, presentando esta política como modelo a seguir por las seudodemocracias occidentales.

Ante el éxito de la estrategia china ―basada en el control totalitario de la población bajo la dictadura marxista― las naciones occidentales tienen la excusa perfecta para aplicar ese modelo aparentemente tan exitoso, que de otra manera, al ser un método dictatorial, basado en un totalitarismo que niega las libertades y los derechos humanos, habría sido imposible de implementar en el mundo libre. Ese modelo despótico es justamente el que quiere imponer el Nuevo Orden Mundial.

En resumidas cuentas, el objetivo final de que la pandemia se desatara en China fue buscar la excusa ideal para exportar ese modelo totalitario al mundo libre. Porque el futuro Gobierno Mundial que quieren implementar tendrá como modelo la dictadura comunista», sentenció Laureano Benítez.

¿Qué pruebas hay de que el virus fue lanzado intencionalmente? Ante ese interrogante, el entrevistado afirmó que «El hecho decisivo para saber si el virus se liberó por accidente o de manera intencionada es estudiar cómo se propagó, porque si su difusión fue accidental, se habría transmitido de manera azarosa y aleatoria, sin seguir ningún patrón. Sin embargo, la expansión del virus parece haber seguido una “hoja de ruta”, siguiendo una trayectoria que levanta muchas sospechas».

En definitiva, Laureano Benítez afirmó que el mismo trayecto seguida por el virus en su difusión constituye una prueba de que fue liberado intencionadamente, como arma biológica, cuestión que se tratará en el siguiente programa sobre la pandemia de Radiocadena española.

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