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sábado, 31 de octubre de 2020

Covid-19, objetivo psicológico. ¡Peligro para la salud mental!

Covid-19, el objetivo psicológico
25-10-2020

Parte 1- Los psiquiatras hacen sonar la alarma

Somos un colectivo de psicólogos, psicoanalistas y psicoterapeutas y lanzamos un mensaje de alerta. En nuestra opinión, la política del gobierno se asemeja a una campaña de destrucción masiva de la psique de la población. Los que se supone que trabajan por el bienestar de nuestros conciudadanos están creando traumatismos potencialmente irreversibles.

Desde hace casi un año, el mundo se enfrenta a una crisis sin precedentes relacionada a la propagación de un nuevo virus de la familia de los virus corona, el SARS-COV-2, entre la población humana. La enfermedad causada por este virus se llama COVID-19, por " corona virus disease 2019".

Para hacer frente a esta epidemia mundial, las instancias políticas nacionales han decidido imponer medidas radicales que tienen un impacto muy fuerte en la vida cotidiana de los franceses. El método utilizado, particularmente coercitivo, ha demostrado ser ineficaz. Tiene consecuencias dramáticas en la economía y en la salud de la población, en particular en su salud mental, que es objeto de un ataque directo. Sin embargo, el gobierno se obstina en seguir una estrategia política deletérea que se está considerando un nuevo confinamiento.

Los franceses deben tomar conciencia de que su gobierno no actúa en su interés: se ha convertido claramente en "patógeno" (es decir, generador de patologías). El análisis de esta gestión de crisis nos lleva a la conclusión de que esta situación no es sólo el resultado de los errores del gobierno. La crisis actual tiene el mérito de levantar el velo sobre lo que ahora parece ser obvio: quienes afirman representar al pueblo actúan bajo la influencia de grupos de presión que defienden intereses diametralmente opuestos a los de la población. Los medios de comunicación, por su parte, transmiten los mensajes deliberadamente ansiosos de poder y practican una censura casi sistemática de todos los estudios que puedan cuestionar la narrativa oficial. Por lo tanto, es evidente que se ha formado una coalición malsana y maquiavélica, en la que se combinan los poderes del gobierno, los medios de comunicación y el poder del dinero. Está atacando de forma sistemática y caricaturesca la salud psíquica de la población.

Como "psiquiatras", no podíamos seguir sin reaccionar. Los franceses deben movilizarse colectivamente para poner fin a esta locura y proteger sus cerebros y los de sus hijos de los golpes del poder, de lo contrario nos enfrentamos a un desastre sanitario y humano sin precedentes.

Parte 2: ¡Peligro para la salud mental de los franceses!

Medidas que afectan a la salud de la población.

La gestión de la crisis sanitaria por parte del gobierno tiene graves consecuencias para la salud de la población. El confinamiento ha provocado un debilitamiento de la inmunidad por diversas razones: sedentarismo, la falta de aire y de sol, la falta de actividades deportivas y de interacción social. Esta medida radical, sin precedentes en la historia de la humanidad (que requiere que la población en su conjunto, incluidas las personas sanas, permanezcan en sus casas), ha tenido un efecto provocador de ansiedad que es en sí mismo perjudicial para la salud mediante el efecto nocebo (impacto medible en la imagen cerebral de una sustancia absorbida o de la información transmitida y percibida como negativa).

El uso obligatorio y generalizado de máscaras, otra medida sin precedentes en la historia de la humanidad, no ha demostrado en absoluto su eficacia. El uso de la máscara sólo puede ser eficaz en condiciones de uso muy específicas que no pueden respetarse a gran escala. Por otro lado, numerosos estudios muestran que llevar una máscara durante varias horas seguidas es perjudicial. Como resume Thierry Lagrange, médico generalista de La Rochelle, "se pide a las personas que permanezcan confinadas bajo sus máscaras, lo cual es totalmente inepto desde el punto de vista fisiológico". Esta medida deletérea es impuesta manu militari por un gobierno que, unos meses antes, luchaba por explicar su inutilidad.

Ejemplos de pacientes en nuestras consultas

La forma en que se gestionó esta crisis también provocó daños psicológicos. Lo hemos constatado en nuestras consultas

1.-Una paciente llegó a la consulta después del confinamiento en un estado de shock post-traumático. Estaba desorientada, no entendía lo que estaba pasando. Cuenta que un día fue asaltada en la calle mientras estaba de compras por alguien que la insultó porque no mantenía cierta distancia. Extremadamente ansiosa y deprimida, también había desarrollado trastornos del sueño.

2- Un paciente llegó a la consulta en estado de desequilibrio. Totalmente desorientado y confundido, no pudo entrar en razón. Su cerebro, sobresaturado con informaciones contradictorias, estaba repitiendo sin ser capaz de desenredar lo verdadero de lo falso. Estaba abrumado por la angustia y el terror.

3- Para escapar de la realidad (muy difícil de vivir) del confinamiento, un adolescente de 17 años había tomado una vez LSD, después de lo cual se sumergió en un trastorno psicótico (esquizofrenia).

4- Una madre trae a su hija de 7 años que tiene TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) desde el confinamiento. La niña ya no se atreve a tocar nada. Cada vez, le pregunta a su madre si puede tocar esto o aquello: hasta la hierba de su jardín; hasta sus lápices de colores o incluso la mesa de su clase. La pequeña vive en una permanente angustia de contaminación, multiplicando el lavado de manos y sufriendo conductas de trastorno de la personalidad ansiosa. También tiene miedo de olvidarse de lavarse las manos antes de tocar a sus amigos, convencida de que si se olvida, corre el riesgo de contaminarlos. Tiene miedo de hacer daño a alguien a quien llora todas las mañanas antes de ir a la escuela.

La madre entra en pánico cuando ve a su hija con tanta angustia. Después de algunas preguntas, parece que los padres están tan aterrorizados como su hija. Así que, desde el confinamiento y el aporreo mediático que siguió, lavan los alimentos con lejía antes de guardarlos en la casa. Si la niña tiene la desgracia de tocar los alimentos antes de lavarlos, se angustia y es reprendida inmediatamente.

La madre comprende entonces que ella misma ha adoptado un ritual obsesivo que ha transmitido a su hija, así como la angustia de tocar objetos sin lavar y de contaminar a otros.

Estos son sólo algunos ejemplos entre muchos. Por lo tanto, el confinamiento, así como el consiguiente desconfinamiento, condujo a la aparición de un gran número de síntomas:

*Angustias, especialmente en los niños pequeños, la enuresis.

*Estado de shock postraumático.

*Violencia doméstica y violencia contra los niños.

*Hipocondría.

*Trastornos obsesivo-compulsivos, especialmente en los niños.

*Aumento de los casos de descompensación psicótica.

*Depresiones.

*Suicidios, etc.

Parte 3: Cuando el poder perverso juega con nuestros cerebros

Comportamientos patológicos normalizados

Nuevos rituales de naturaleza obsesiva

Los "gestos barrera" y la generalización de la máscara, medidas que parecen menos brutales que el confinamiento, también tienen importantes consecuencias psicológicas. La sistematización de los "gestos barrera" significa generalizar dentro de la población comportamientos similares a los rituales de naturaleza obsesiva.

Lo más grave es que esta locura ha llegado hasta las escuelas preescolares: los niños ya no pueden ir libremente a descubrir su entorno; también tienen que seguir protocolos sacados de quién sabe qué cerebro enfermo.

La generalización de la máscara en los espacios públicos se asemeja a una medida de confinamiento psíquico generalizada. Usar la máscara nos corta radicalmente el enlace con el otro. Esto socava seriamente nuestra capacidad de reunirnos, compartir, intercambiar, construir juntos y, en última instancia, resistir. Como el hombre es un ser fundamentalmente social, la máscara ataca nuestra humanidad, nos aísla y nos conduce a la locura. Nos transforma en una masa indiferenciada de zombis.


Obligados a maltratar a nuestros hijos

El hecho de obligar a los estudiantes de secundaria y preparatoria a usar máscaras todo el día es, de momento, una verdadera vergüenza. Esta obligación es claramente un ejercicio de sumisión colectivo. Forzar a los niños de 11 años a llevar máscaras todo el día y castigarlos si no lo hacen es una fase superior de la violencia psicológica. Estamos encarcelando psicológicamente a nuestros niños. La Educación Nacional se ha convertido de alguna manera en el Ministerio de Sumisión Nacional.

Requerimientos paradójicos dignos del pervertido narcisista

Parece que se ha hecho todo lo posible para poner a los ciudadanos en un estado de máxima confusión, angustia, desconcierto y aturdimiento.

El proceso de la "doble coacción"

Al principio de la crisis, el gobierno y los medios de comunicación han estado lanzando mensajes contradictorios. Por ejemplo, el Presidente Macron estuvo en el teatro el 6 de marzo de 2020, instando a los franceses a salir y no cambiar su forma de vida. El 12 de marzo mantuvo la primera ronda de elecciones municipales del 15 de marzo... y el 16 de marzo anunció un confinamiento generalizado.

Cuando dos mensajes opuestos son pronunciados simultáneamente o casi simultáneamente (y especialmente cuando un mensaje explícito se opone a un mensaje implícito concomitante), el cerebro es incapaz de gestionar la información. De alguna manera "falla=bug". Este proceso, conocido con el nombre de "doble vínculo", es típico del funcionamiento perverso. Conduce a la destrucción de la capacidad de pensar y arroja a la persona a la confusión, la impotencia y finalmente a la depresión.

Terroristas que se ignoran

Cuando el presidente Macron anunció el confinamiento en su discurso del 16 de marzo de 2020, eligió la retórica de la guerra, repitiendo muchas veces que "estamos en guerra". Nos encontramos en una especie de versión 2.0 de la guerra contra el terrorismo, este enemigo invisible que puede surgir en cualquier momento. Lejos de movilizarse para hacer frente a la amenaza del virus, el gobierno ha decidido confinarnos. En lugar de tomar medidas, simplemente nos dijo "quédate en casa, salve vidas". Así que, para colmo, pudimos nosotros mismos albergar sin nuestro conocimiento a este asesino sediento de sangre. Éramos en cierto modo terroristas ignorándonos unos a otros.

División interna

Este mensaje ha tenido consecuencias psicológicas desastrosas, especialmente entre los jóvenes. Muy pocos de nuestros pacientes temían por ellos mismos, pero un gran número estaban aterrorizados de ser responsables de la muerte de un ser querido. El nivel de perversidad de este lema es inimaginable: afecta directamente a la integridad psicológica de los individuos al inculcar una división interna.

Cuando la respiración se convierte en un acto criminal

Cualquier cuestionamiento del discurso oficial ha sido violentamente reprimido. Así, tener la audacia de respirar libremente al aire libre en un bosque o en una playa se ha convertido en un acto delictivo, castigado con una multa de 135 euros (mucho más en caso de reincidencia). Para hacer cumplir estas reglas dictatoriales, el gobierno utilizó métodos sacados de las peores películas apocalípticas: se han visto drones volando sobre ciudades desiertas y ordenando a los pocos transeúntes que volvieran a casa. La culpabilidad de los refractarios y la incapacidad de rebelarse reforzaron el estado de impotencia en el que la población fue arrojada.

La falta de visibilidad sobre el futuro y los efectos psicológicos irreversibles

Pero lo peor de la gestión gubernamental de esta crisis por parte del gobierno es la total falta de visibilidad sobre el futuro. De hecho, nuestra psique es capaz de hacer frente a acontecimientos traumáticos siempre que estén limitados en el tiempo. Por otra parte, cuando la población no tiene perspectivas de volver a la normalidad y la situación traumática se prolonga en el tiempo, los efectos psicológicos se vuelven irreversibles.

Mensajes frecuentes que provocan ansiedad y un estado de estrés permanente

Esto es precisamente lo que está sucediendo en la gestión de esta supuesta crisis sanitaria: En pleno verano, aunque la epidemia había terminado, el gobierno decidió mantener la máxima presión sobre la población y no darle ningún respiro. Mantuvo el imperativo de los gestos de barrera y el uso de máscaras hasta el punto de que estas medidas se están convirtiendo en la norma. Cada vez que la tensión psicológica de la gente disminuye, los medios de comunicación nos dan un toque de atención: generan un nuevo mensaje que provoca ansiedad y que pretende mantenernos en un estado de estrés crónico que tiene consecuencias dañinas para nuestros cuerpos.

La naturaleza sistemática de este proyecto nos lleva a preguntarnos sobre las razones que empujan al gobierno a actuar de esta manera. Esta forma de proceder es similar a la técnica del embudo, un método de manipulación (utilizado especialmente en las técnicas de venta) cuyo objetivo es conducir al interlocutor paso a paso a adoptar una conducta deseada. En este caso, ¿cuál es el objetivo que persigue el poder al actuar de esta manera?

Parte 4: La población bajo propaganda

Incompetencia y manipulación

Esta crisis sanitaria mostró por primera vez la gran fragilidad de un poder que da la desagradable impresión de estar constantemente desbordado por los acontecimientos.

Incapaz de estar a la altura de las circunstancias y de actuar con serenidad, parece precipitarse en una inestabilidad emocional de tipo histérico. Luego, las autoridades trataron de recuperar el control manipulando sistemáticamente las cifras para dar una visión totalmente distorsionada de la realidad y silenciar cualquier voluntad de impugnación.

Manipulación de las cifras

*Numerosos testimonios indican que muchas de las muertes fueron clasificadas como "COVID19 " sin verificación o de manera deliberadamente engañosa. Por ejemplo, un paciente nos dijo que su madre, que sufría de cáncer terminal, dio positivo en el SARSCOV-2. Cuando murió, fue contada como si hubiera muerto de SARSCOV-19 (no de cáncer).

*Uno de los indicadores clave para evaluar la gravedad de una epidemia es la disminución de la esperanza de vida: no se puede meter en el mismo plano la muerte de una persona en la flor de la vida (un padre joven, por ejemplo) y la muerte de un anciano en el crepúsculo de su vida, que habría vivido, en el mejor de los casos, sólo unos meses más. Sin embargo, la disminución de la esperanza de vida ha sido casi nula entre 2019 y 2020 hasta la fecha (menos dos meses, lo que corresponde al nivel estándar de variabilidad anual). A partir de estos datos solamente, se puede concluir que no ha sucedido absolutamente nada que pueda, de alguna manera, justificar la paralización de la economía y meter en cintura al conjunto de la población.

El cambio brusco de los indicadores de seguimiento de la crisis

El cambio repentino de los indicadores de seguimiento durante la crisis de la epidemia ilustra las intenciones manipuladoras del poder:

*En el punto álgido de la epidemia, el Director General de Sanidad anunciaba cada noche, con la mayor solemnidad, el número de fallecimientos debidos al COVID19 en las últimas 24 horas, absteniéndose de dar ninguna indicación sobre la causa (edad, comorbilidad, etc.). Así que teníamos a una especie de "misa solemne" macabra del Telediario de las 20 horas.

*Luego, cuando el número de muertes se redujo mucho, la narración cambió repentinamente y los medios de comunicación dejaron de informar sobre ello. Se estableció un nuevo punto de referencia: el número de casos que daban "positivo". Muy pocas personas se conmovieron por este crudo cambio, que se asemeja a un juego de manos destinado a mantener el clima que provoca ansiedad el mayor tiempo posible.

*La noción misma de "casos positivos" está sujeta a una interpretación manipuladora, en la que el gobierno confunde deliberadamente el significado del test: un caso positivo no es, en la mayoría de los casos, enfermo o incluso contagioso.

Polémica en torno al profesor Didier Raoult

La polémica en torno al profesor Didier Raoult y su tratamiento a base de hidroxicloroquina (HCQ) y azitromicina plantea muchas preguntas:

*¿Por qué haber promovido la idea de que el HCQ era una molécula peligrosa cuando ha sido utilizada durante décadas y tomada por cientos de millones de personas?

*Incluso si la decisión se hubiera tomado desde octubre de 2019, ¿por qué se decidió el 13 de enero de 2020 clasificar el HCQ como sustancia venenosa, prohibiendo su venta sin receta por primera vez desde 1955, cuando muchos países (en particular China) ya estaban utilizando el tratamiento con cloroquina contra el VOVID19?

*¿Por qué el periódico Le Monde y el Ministerio de Sanidad calificaron de "fake news" los anuncios del profesor Raoult en febrero de 2020 sobre la efectividad de su tratamiento, acusando a este eminente profesor de ser nada más y nada menos que un mentiroso? El Ministerio de Sanidad se retractó después.

*¿Cómo explicar el asunto de Lancet Gate, que seguirá siendo uno de los mayores escándalos científicos de nuestro tiempo? El 22 de mayo de 2020, la prestigiosa revista científica británica The Lancet publicaba un estudio que se suponía iba a cerrar el debate sobre la eficacia del HCQ: las conclusiones desfavorables condujeron a la OMS y luego al Ministerio de Sanidad francés a suspender los ensayos relacionados con el HCQ. El gobierno francés también prohibió su uso para el tratamiento de COVID19. Unos días después, The Lancet se vio obligado a retirar su estudio, que era totalmente falso. ¿Por qué no se ha iniciado ningún proceso judicial para esclarecer el fondo de este caso?

*¿Por qué la Sociedad de Patología Infecciosa de lengua francesa (SPILF), que es una asociación compuesta por profesionales de la salud interesados por las enfermedades infecciosas y tropicales, presentó una denuncia contra el profesor Raoult ante la Orden de Médicos de Bocas del Ródano en mayo de 2020? ¿Por qué se alineó con la censura y la represión en lugar de entablar un debate honesto y abierto entre especialistas? La asociación y los miembros de su junta directiva reciben grandes sumas de dinero de las principales empresas farmacéuticas, entre ellas Gilead, que produce el Remdésivir, competidor del HCQ. ¿Por qué estos pagos, que han aumentado considerablemente en los últimos años, no han sido divulgados por los medios de comunicación? En general, ¿por qué los medios de comunicación han dado regularmente la palabra a médicos e investigadores que están sujetos a conflictos de intereses con la industria sin siquiera mencionarlos?

*Por qué se ha silenciado a todos los médicos del sector que han obtenido resultados con este tratamiento? ¿Por qué se ha prohibido a los médicos franceses que prescriban el HCQ, lo que equivale a violar el código de ética profesional que otorga a los médicos la libertad de prescribir?

*¿Por qué el gigante Facebook (2.500 millones de usuarios) ha decidido, de manera muy oficial, censurar cualquier información que defienda la efectividad de este tratamiento, por la propia admisión de su PDG Mark Zukerberg ("Si alguien" dice que el HCQ es una cura para COVID, lo eliminaremos”).

¿Por qué se tomó el tratamiento del profesor Raoult como objetivo cuando se utiliza para el tratamiento del COVID19 en muchos países, especialmente en los Estados Unidos, Brasil, China, Rusia, Irán, Portugal, los Países Bajos? Bas, Bélgica, Italia, muchos países africanos, etc.?

Didier Raoult calcula en 15.000 el número de muertes que podrían haberse evitado en Francia si su tratamiento hubiera sido generalizado. El profesor Perronne incluso habla de 25.000 vidas salvadas.
Operación psicológica contra la población ( PsyOp)

Ansiedades de muerte reactivadas y propaganda masiva

Así, el gobierno ha transmitido deliberadamente una visión distorsionada de la realidad de esta crisis de sanitaria. Ha engañado a la población para mantenerla en un estado de estrés crónico y delirio colectivo generalizado. La aparición de una pandemia despierta el espectro de las grandes epidemias del pasado (peste negra, cólera, tifus, gripe española). Por tanto, las poderosas ansiedades de la muerte se reactivan lógicamente. Por lo tanto, es responsabilidad del poder y las instituciones médicas proporcionar información precisa, actuar y tranquilizar. Pero el gobierno hizo lo contrario: aprovechó la aparición de la epidemia del SARS-COV-2 para imponer una propaganda masiva durante casi ocho meses. Todas las voces disidentes han sido silenciadas, el poder no teme usar la fuerza para imponer su visión bajo el falso y perverso pretexto de proteger a la población.


El bombardeo en alfombra ha dado paso a una invasión de máscaras...

Al proceder así, el gobierno, asistido por la mayoría de los medios de comunicación, ha servido a intereses opuestos a los del pueblo. Es culpable de una agresión psicológica contra los ciudadanos que se asemeja en todos los sentidos a las "operaciones psicológicas" (o, "Psy Op") llevadas a cabo por la CIA para aterrorizar a las poblaciones. Las acciones actuales del gobierno son similares a un ataque invisible, poco ruidoso, encubierto y perverso dirigido a debilitar nuestras defensas psicológicas. En la era del "poder blando", el bombardeo en alfombra ha dado paso a una invasión de máscaras de apariencia inofensiva, pero es el mismo terror que se está alimentando para someter a la población. Son nuestros cerebros los que están siendo tomados y es nuestra responsabilidad defenderlos.

En su famoso discurso del 16 de marzo de 2020, el Presidente de la República anunció el confinamiento y la puesta en marcha de un estado de emergencia sanitaria, justificando estas medidas golpeando que "estamos en guerra" contra este desagradable virus. Pero no nos equivoquemos: Macron habría sido más honesto si hubiera dicho: "Estamos en guerra con vosotros que me estáis observando". Queda por identificar y comprender quiénes son estos "nosotros"...

El profesor Raoult: un pilar frente al delirio colectivo generalizado

En el delirio colectivo generalizado deliberadamente mantenido, el profesor Raoult encarnó uno de los raros polos estables más allá de las fronteras de Francia. En un momento en que las autoridades hacían todo lo posible por aterrorizar a la población, ayudó a muchas personas a resistir al delirio y a evitar caer en la locura. Tenía la habilidad, la experiencia y la personalidad para hacerlo. En este océano de incompetencia, arrogancia, mentiras y manipulación, demostró que tenía la estabilidad, la solidez psíquica, la experiencia y la distancia para resistir la presión. Fue capaz de asumir sus responsabilidades. Los ataques que sufrió Raoult (difamación, insultos, etc.) atestiguan el hecho de que es un estorbo. Es, en efecto, una seria amenaza para todos aquellos que buscan instrumentalizar la crisis para servir a sus intereses.

Parte 5: Desarrollemos armas psicológicas

Enormes apuestas financieras

Huida hacia adelante en las mentiras

La obstinación del gobierno en mentir sobre la realidad de este virus e imponer respuestas inapropiadas y perjudiciales puede explicarse por el deseo de protegerse de cualquier ataque. Es una especie de huida hacia adelante en la mentira para enmascarar su incompetencia y errores iniciales. Aterrorizado por la necesidad de rendir cuentas, el gobierno ha perseverado en sus malas decisiones.

Una oportunidad para obtener beneficios récord

Pero esta razón por sí sola no puede, en nuestra opinión, explicar el nivel de manipulación del que hemos estado hablando: esta epidemia es objeto de enormes apuestas financieras. La tenacidad contra el HCQ, que es una molécula de bajo coste (ya no está patentada) y fácil de fabricar, puede explicarse, al menos en parte, por estas cuestiones financieras. El mercado de la salud en su conjunto está hoy cada vez más sujeto a la lógica capitalista.

Para la industria farmacéutica, la "pandemia" del SARS-COV-2 es una oportunidad extraordinaria para obtener beneficios récord. El coste de fabricación de una dosis de vacuna es mínimo y el margen que permite conseguir es muy significativo. Por lo tanto, la ganancia financiera que puede resultar de llevar una vacuna al mercado para 7.000 millones de personas es inimaginable. Bill Gates, un científico informático que ahora se autoproclama director médico del gobierno mundial, estima que el costo de vacunar al planeta es de 40.000 millones de dólares. Por lo tanto, esta epidemia está despertando apetitos feroces que nada puede frenar.

Es una verdadera carrera contra el reloj que se ha lanzado y los retos financieros son tales que habrá una vacuna, sin importar lo que diga el mayor especialista en enfermedades infecciosas del mundo, el profesor Raoult, quien explica por qué la idea misma de una vacuna contra el virus SARS-COV-2 es científicamente absurda...

Así pues, estamos asistiendo a una colusión de intereses de los que nos gobiernan con el poder mediático y ciertos grupos de presión. Juntos actúan para defender los intereses de una muy pequeña minoría contra los de la gran mayoría de la población. Macron se expresa como el portavoz de esta coalición usando procedimientos perversos y, para usar sus palabras, es esta coalición más que el virus el que está "en guerra" contra la población .

Las consecuencias previsibles de esta crisis.

Actualmente, constatamos que la presión no está disminuyendo. El objetivo es claramente preparar la venta de una vacuna que es globalmente inútil (debido a la baja letalidad del SARS-COV-2) y peligrosa (desarrollada apresuradamente pasando por alto los protocolos de comercialización habituales debido a la emergencia).

Los propagandistas oficiales intentan ahora incluso condicionar a la población a la idea de que no se tratará de una vacunación definitiva, sino que será necesario planificar una revacunación regular (con un nuevo recibo de pago...). El 2 de octubre de 2020, en la meseta de Europa 1, Christine Rouzioux, profesora de virología y miembro de la Academia de Medicina, desarrolló tesoros de ingenio para tratar de mostrarnos que, desgraciadamente, sin duda nos veríamos obligados a revacunarnos cada 3, 4, 6 meses porque "la inmunidad no persiste mucho". No puede haber límite a los intereses financieros...

A corto plazo, es probable que la situación empeore:

*Las consecuencias económicas de la gestión de la crisis se agravarán, provocando una cascada de desempleo y quiebras en cascadas.

*La presión sobre la población aumentará, incluyendo posibles medidas de reconfinamiento.

*La represión también se intensificará para cortar de raíz la ira popular que inevitablemente crecerá.

*La propaganda del miedo seguirá intensificándose para mantener a la población en un estado de shock y someterla.

*Se prevé que esta tendencia se intensifique hasta que llegue la vacuna, que se hará obligatoria si la propaganda no ha convencido suficientemente a la población para que vaya voluntariamente (la vacunación obligatoria contra el SARCOV-2 ya se ha anunciado en el Reino Unido).

La puesta en marcha de una vacuna podría conducir temporalmente a una relajación de la presión, pero no creemos en una vuelta a la normalidad. Por el contrario, creemos que la población será sometida a una creciente propaganda al servicio de poderosos intereses creados y en contra de sus propios intereses.

Como "psiquiatras", sabemos que es esencial, vital, no perpetuar un estado de excepción indefinidamente y volver a una situación normal lo antes posible. Eso es lo que el gobierno insiste en hacer. 

*¿Cuáles serán las consecuencias psicológicas para la población a largo plazo?

*No podemos dudar ni un solo momento de que el poder es plenamente consciente del impacto psicológico de las medidas que adopta. Entonces, ¿por qué lo hace?

Este texto propone un punto de partida para la reflexión, pero deja muchas preguntas sin responder. Por último, debemos preguntarnos cuál es la mejor manera de actuar en ese contexto.

Proteger nuestros cerebros y adoptar una postura responsable.

Ante la situación en la que nos encontramos, los ciudadanos deben movilizarse.

Paranoia o (locura de razonamiento) colectiva

La característica de la paranoia es que desarrolla un pensamiento pseudo-racional que tiene las apariencias de lógica aunque esté desconectada de la realidad. Hablamos de la "locura del razonamiento" de la paranoia. La paranoia colectiva que actualmente se desarrolla, fomentada deliberadamente por el poder, tiene una fuerza contagiosa mucho mayor que la del propio virus. En este contexto, por lo tanto, debemos ante todo recuperar el control sobre nuestros cerebros. Debemos recuperar nuestra capacidad de pensar, que es nuestro bien más preciado. Debemos salir de la pereza intelectual y desarrollar nuestro propio pensamiento. Debemos negarnos a ofrecer "tiempo cerebral disponible" a poderes que, lejos de servir a nuestros intereses, nos convierten inexorablemente en gallinas en jaulas en batería. Debemos limpiar nuestros cerebros de los años de propaganda encubierta con los que están llenos.

Recobrando el control sobre nuestros cerebros

Esperar todavía del poder un comportamiento favorable al bienestar de la población es de infantilismo. Esto equivale a comportarse como un adolescente disgustado con sus padres pero incapaz de convertirse en un adulto autónomo construyendo su vida de forma independiente. Un niño cuyos padres son tóxicos, perversos, enfermos, no tiene nada que esperar de ellos. Lo mismo ocurre con las actitudes de la gente hacia el poder. Tenemos que despertar y madurar intelectualmente.

La crisis actual plantea muchas preguntas prácticas: ¿Cómo podemos resguardarnos de un poder que reduce nuestras libertades cada día más? ¿Cómo podemos sobrevivir en una sociedad que cae en la locura y que se parece cada vez más a un hospital psiquiátrico al aire libre? ¿Debemos dejar a nuestros hijos en la escuela en estas condiciones, o debemos considerar una solución alternativa? ¿Cómo podemos proteger nuestra salud y la de nuestros hijos?

Durante mucho tiempo, la Terapia Provocativa y Humanista (TPH) se ha interesado en el impacto de la sociedad sobre los individuos. Es incluso un poco de su marca registrada. La situación actual sólo confirma, de manera flagrante, la relevancia de esta orientación. Dado que la "guerra" contra la población es de naturaleza psicológica, debemos desarrollar armas psicológicas para defendernos. En este contexto, los profesionales de la salud mental deben estar en primera línea.