(anticipó el 11-S-2001 y otros muchos desastres)
(13 abril 2010)
El juego de los Illuminati describe el plan para establecer un Nuevo Orden Mundial en el que la población acabara aceptando al Anticristo como líder único de la Tierra. Mientras preparaba el juego en 1990 (durante el mandato de George Bush padre) Jackson recibió una visita del Servicio Secreto de EEUU, en un intento por evitar que se desvelara el plan Illuminati, según unas fuentes , y buscando a un hacker que trabajaba en su empresa, según la siempre aséptica Wikipedia.
El famoso cazador de reptilianos (extraterrestres hostiles) David Icke asegura que el juego fue capaz de anticipar los atentados de 2001 y, por tanto, también está adelantando otros feos augurios de las cartas, tales como la “Reducción de la Población” (“con esta carta puedes destruir cinco Enormes Lugares”), la Pandemia tras el ataque al Centro de Control de Enfermedades o la Reescritura de la Historia. Y después, el Anticristo, que recemos porque no sea Obama, que guarda un parecido más que razonable con el protagonista de la carta Blacklash.
Más allá de relatar su tropiezo con Asuntos Internos, al improbable profeta Steve Jackson se le ve hoy día, en su página web, ajeno a las conspiraciones, disfrazado de pirata e interesado en los dinosaurios y en el cultivo de nenúfares.
Fuente: Poderes Unidos
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