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jueves, 24 de septiembre de 2015

Papa FRANCISCO: Nacionalista argentino. Progresista, pero no en la forma que algunos creen. Reformador de la Iglesia acorde con la Tradición de la Iglesia. Las reformas técnicas que está llevando a cabo con las finanzas y las comunicaciones del Vaticano son revolucionarias. Admirador de la labor de los laicos con predilección por Renovación Carismática Católica, Focolares, Comunión y Liberación, Opus Dei (1965)

ReL-J. Picazo (19/9/2015): Austen Ivereigh es un escritor británico, periodista y comentarista de asuntos políticos y religiosos en radio y televisión. Se doctoró en Oxford con su tesis sobre El Catolicismo y la Política en Argentina en el período 1810-1960. Recientemente ha publicado la más destacada biografia del papa Francisco, El Gran Reformador: Francisco, retrato de un papa radical (2014). En 2010, cofundó Catholic Voices, un projecto para formar gente ordinaria y que puedan dar razón de su fe católica en los medios de comunicación, y que ya se ha extendido en quince países. Su libro Cómo defender la fe si levantar la voz: respuesta civil a asuntos candentes de la fe catolica (Our Sunday Visitor, 2012) ha vendido 20.000 ejemplares en diversas lenguas. Recibe a ReL antes de partir para Cuba a seguir los andares de Francisc:
Austen Ivereigh cofundador de Catholic Voices
-¿Una clave para entender la reforma bergoliensis?
-Francisco centra su pontificado en Dios, los sacramentos y la vida de las comunidades parroquiales. Todas sus reformas tienen un objetivo pastoral y pienso que uno puede darse fácil cuenta a través de las más recientes sobre el perdón en la confesión sacramental del pecado del aborto, que podrá ser concedido no solamente por el obispo sino por los sacerdotes durante el año de la misericordia; y en los cambios en los procedimientos en las nulidades matrimoniales. Lo que está haciendo Francisco es liberar el acceso de los bienes de la iglesia para la salvación y eso es, pienso, la manera como debe entenderse su reforma.
-¿Va a cambiarlo todo, como temen los conservadores, o lo va a dejar todo como está, como temen los progresistas?
-Bergoglio recibió una gran influencia del libro de Yves Congar de 1950 Verdadera y falsa reforma en la Iglesia, que San Juan XXIII tenía como libro de cabecera en su mesita de noche cuando convocó el Vaticano II. Congar muestra cómo en el pasado la reforma católica auténtica en la Iglesia católica siempre ha tenido lugar en consonancia con la tradición de la Iglesia, no cuestionando las doctrinas católicas fundamentales. El Papa no va a cambiar la doctrina.
-¿Dejará entrever qué pasará en el sínodo de octubre durante su inminente viaje a Cuba y Estados Unidos?
-Un aspecto muy importante a no olvidar es que la visita del Papa a Cuba y Estados Unidos es pastoral en su objetivo, como pastorales son sus reformas: y estas reformas todas suponen un desplazamiento del centro que se abre a las periferias. Y en esas características soy del parecer que puedes resumir las reformas de Francisco. Claro que las reformas técnicas que está llevando a cabo con las finanzas y las comunicaciones del Vaticano han sido revolucionarias; pero no creo que eso sea una parte más importante que otras en toda su corta trayectoria como Papa. Los cardenales querían un Papa que solucionara esas cosas y creo que cualquier Papa hubiera hecho lo mismo, lo hubiere logrado al final o no. Pero cuando hablamos de la visión del Papa Francisco de la Iglesia y de cómo está cambiando la Iglesia, debemos darnos cuenta de que está llevando a cabo una reforma diseñada para liberar las energías misionales de la Iglesia y también va encaminada a combatir la mundanidad espiritual y devolver la Iglesia a donde pertenece, sacándola de las manos de príncipes y devolviéndola a la gente. 
-¿Cuál es la visión del Papa Francisco sobre el rol de los laicos católicos en “il bel mezzo della strada [en medio de la calle]"?
-Cuando profundicé en el estudio de la figura del cardenal Jorge Bergoglio me di cuenta de que era un profundo admirador de la labor que tienen los laicos por delante, y que sentía predilección, entre otros movimientos eclesiales, por la Renovación Carismática Católica, por los Focolares, Comunión y Liberación, el Opus Dei, etc. Personalmente veo en Bergoglio al arzobispo menos clerical con el que me haya topado en mi vida. Incluso soy del parecer de que en él tenemos al Papa menos clerical en generaciones, por no decir en la historia de la Iglesia. Constato constantemente que se siente absolutamente cómodo en su vocación sacerdotal y de esa forma no se siente amenazado en ningún momento por el laicado. Una vez dijo algo muy interesante en Argentina, dijo que a menudo se quiere clericalizar al laicado y “nos piden de rodillas que les clericalicemos”. Una de las diferencias con Benedicto XVI es que Benedicto, en mi opinión, era una dignidad más sacerdotal, tenía una presencia más hierática, y así los conservadores se sentían más seguros. Ahora sin embargo, Francisco es más directo, más “echado para adelante”, me recuerda a los curas villeros de Buenos Aires; y eso aunque políticamente Bergoglio haya reflejado un estilo de peronismo católico durante sus tiempos de dirigente de la Iglesia en ese país. Bergoglio es un nacionalista argentino, contrario a todo tipo de colonialismo. Pero a la vez que echado para adelante, muy firme en su identidad sacerdotal. No trata de ser laico: es sacerdote y se siente cómodo siendo sacerdote 
-"¿Quién soy yo para juzgar?”: ¿será la frase del siglo XXI? 
-Aquellos que ven en Francisco al progresista quedarán decepcionados. El Papa busca hacer de la misericordia de Dios el centro de todo lo que hace, y creo que hay que encuadrar su “hermenéutica” correctamente; es un agente de cambio, pero no en la forma que algunos creen.