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miércoles, 2 de octubre de 2019

El globalismo satánico mueve ficha. Congreso USA pone en marcha un ‘impeachment’ para derrocar a Trump

Nancy Pelosi y George Soros
El globalismo satánico mueve ficha
 El Congreso de EEUU pone en marcha un ‘impeachment’ 
para derrocar a Trump
25-9-2019
Nancy Pelosi convirtió ayer un martes de septiembre en un día para la historia de EE.UU. La líder demócrata de la Cámara de Representantes compareció a última hora de la tarde ante las cámaras de televisión, con un fondo de banderas con barras y estrellas, para anunciar el inicio formal del «impeachment» o proceso de recusación del 45º presidente de EE.UU., Donald Trump.

«Las actuaciones de la presidencia de Trump han revelado el hecho deshonroso de la traición del presidente a la jura de su cargo, la traición a nuestra seguridad nacional y la traición a la integridad de nuestras elecciones», anunció Pelosi. «Por ello, hoy anuncio que la Cámara de Representantes impulsará una investigación oficial para un » impeachment». Nadie está por encima de la ley».

La decisión de Pelosi se produce después del último escándalo político del multimillonario neoyorquino: una llamada telefónica de finales de julio con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la que podría haber presionado a su homólogo para que investigara al principal obstáculo para su reelección: el favorito en las primarias demócratas, Joe Biden. Según especulan algunos medios de EE.UU., la llamada habría servido para buscar información dañina contra Biden.

La tentación entre los sectores demócratas de plantear un proceso de recusación a Trump existió desde antes de que el multimillonario neoyorquino jurara su cargo como presidente. La investigación de la trama rusa sobre el complot entre la campaña de Trump y Rusia para favorecer la victoria electoral de 2016 y la obstrucción de la acción de la justicia dio pábulo a la posibilidad desde la primavera de 2017. El «impeachment» se convirtió en un clamor entre los sectores más izquierdistas del partido demócrata cuando la oposición a Trump recuperó la mayoría en la Cámara de Representantes -el órgano que impulsa la recusación- el pasado otoño. Desde entonces, las investigaciones legislativas contra el presidente se han disparado, pero las conclusiones del fiscal de la trama rusa, Robert Mueller, fueron un jarro de agua fría: no había pruebas sobre complot y, aunque no exoneraba a Trump de obstrucción de la justicia, tampoco le imputaba.

Recusación: arma de doble filo
En todo este tiempo, Pelosi ha sido el bastión principal de los demócratas contra iniciar el «impeachment». La legisladora californiana es una política veterana, que conoce a la perfección las manijas del Capitolio. La recusación es un mecanismo de gran riesgo político, un arma de doble filo para los demócratas. Si no tiene apoyos suficientes entre el propio partido y en la opinión pública, solo serviría para reivindicar la repetida queja de Trump de que el único objetivo de los demócratas es la «persecución» del presidente. Con un Senado de mayoría republicana, con el partido conservador dominado con puño de hierro por Trump y a falta de conocer el contenido de esa llamada, es muy improbable que un «impeachment» acabe con el desalojo de Trump de la Casa Blanca. Toda la clase política sabe que el juicio político a Trump dominaría el ciclo informativo durante meses y llegaría hasta la campaña de reelección, con resultado incierto.

El escándalo de Ucrania, sin embargo, ha cambiado la opinión de Pelosi y de otros demócratas renuentes a abrir el melón del «impeachment». La idea es que la ilegalidad de la llamada al presidente ucraniano para verter basura sobre un enemigo político es mucho más fácil de vender a la opinión pública que la compleja investigación de Mueller. En los últimos días, el número de legisladores demócratas que se inclinaban por el «impeachment» creció. En estos momentos, 160 de los 235 diputados demócratas lo apoyan.

Entre las últimas adhesiones está la de John Lewis, un tótem demócrata en el Capitolio, que durante meses prefirió no pronunciarse sobre el «impeachment». «Llega un momento en el que el espíritu de la historia te tiene que mover para que actúes y protejas y preserves la integridad de nuestra nación», dijo ayer Lewis.

Biden aún no se pronuncia
La marea también llegó hasta el propio Biden, candidato del «establishment» moderado al que también pertenece Pelosi y que, al contrario que los candidatos izquierdistas, todavía no había mostrado su apoyo a la recusación. «Yo puedo soportar los ataques políticos. Vienen y van, y pronto se olvidarán. Pero si permitimos que el presidente se vaya de rositas mientras hace trizas la Constitución, esto durará para siempre», defendió.
Si el «impeachment» sale adelante, será el tercero en toda la historia de EE.UU. Por él pasaron Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. Richard Nixon, acosado por el escándalo Watergate a finales de la década de 1970, dimitió antes de que se formalizara.

Reacción del presidente
La reacción de Trump ayer fue furibunda. Cuando el anuncio de Pelosi era solo un rumor, aseguró que todo el asunto era «ridículo»: «Voy por delante en las encuestas», dijo, aunque en todos los sondeos aparece por detrás de Biden.
«No tienen ni idea de cómo pararme. Lo único que pueden intentar es el “impeachment”». Se encontraba en Nueva York, donde dio por la mañana su discurso en la Asamblea General de la ONU.
«Un día tan importante en la ONU, tanto trabajo y tanto éxito, y los demócratas lo arruinan a posta con más noticias de basura de caza de brujas», escribió en Twitter, donde también acusó al inicio del «impeachment» de ser un nuevo capítulo del «acoso al presidente».
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