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domingo, 2 de febrero de 2020

Del San Nicolás histórico al Santa Claus ficticio y pagano. Cómo el Protestantismo Masónico expulsó a JESÚS de la NAVIDAD. Papá Noel: invento de la Coca-Cola en 1931

Santiago Clavijo
14/1/2012
Papá Noél, el anciano bonachón vestido de rojo, es un invento de la Coca-Cola, que en 1931, encargó al ilustrador Sundblom que vistiera a Santa Claus (San Nicolás de Mira o Bari) con los colores de la marca y eliminara los signos religiosos.
Del San Nicolás histórico y católico 
al Santa Claus ficticio y pagano
24/12/2019
Cómo el Protestantismo echó a Jesús de la Navidad

En estas fechas decembrinas en la mayoría de las tiendas del mundo cristiano occidental se llenan con la figura regordeta de santa Claus como el protagonista único de la fiesta de Navidad perdiendo ésta su verdadero significado. Esta suplantación no es casual ni ha sido rápida, ha llevado más de mil años, pero especialmente se descristianizó la Navidad en los últimos cuatrocientos años y este artículo intentará mostrar de forma concreta y breve cómo fue echado Jesús de su propia fiesta de nacimiento, fue suplido por un personaje de ficción que tenía un origen real pero que igual fue adulterado y desdibujado hasta acabar en el ícono comercial de la temporada, a quien muchos niños dirigen erróneamente sus peticiones de regalos.

El origen real e histórico de lo que hoy conocemos como santa Claus se remonta a finales del año 300 y principios del cuatrocientos cuando aún no era reconocida la Iglesia Católica como la religión del imperio romano y enfrentaba la que sería su última persecución. En Turquía en la ciudad de Myra, vivía una familia adinerada de comerciantes en la que nació Nicolás que desde temprana edad dio muestras de santidad y que siempre fue un niño que vivió los preceptos cristianos de forma total.

Este niño tenía un tío que era el obispo de esa región y que fue el encargado de educarlo y a la muerte de sus padres el vendió todos sus bienes, que eran muchos y se dedicó a hacer caridad y repartirlo entre los pobres.

Luego se ordenó sacerdote de manos de su tío el obispo y a la muerte de éste no se había logrado elegir a su sucesor y por azares del destino la elección recayó sobre Nicolás, que a partir de ahí comenzó a usar vestimentas rojas de obispo, y su fama de santidad ya había recorrido gran parte de la región de lo que es hoy Turquía.

Se dice que ya había realizado milagros espectaculares como resucitar a tres niños que habían sido asesinados y descuartizados por un matrimonio que los tenía como carne para vender, escondidos en un barril y el obispo Nicolás los fue a visitar y pidió que le sirvieran de la carne del barril y al escuchar esto los asesinos salieron de su casa despavoridos por haber sido descubiertos y en ese momento los tres niños salieron por su propio pie del barril.

Este milagro catapultó su fama a todo el imperio y esto significó un peligro para las autoridades romanas que intentaron detenerlo, pero mientras lo conseguían siguió haciendo milagros y predicando fervorosamente.

Otro de los milagros fue que un padre de familia con tres hijas se había quedado sin dinero y las iba a vender para que no murieran de hambre, sin embargo Nicolás, sabiendo esta situación, durante varias noches consecutivas arrojó bolsitas de monedas al interior de su casa.

Otro milagro que hizo llegar su fama a Europa fue cuando un barco lleno de alimento y provisiones atracó en el puerto de Myra y la gente que padecía en aquella época una gran hambruna, solicitó a su santo obispo los ayudara, lo cual el hizo pidiendo a la tripulación que les regalaran todo lo que portaban para alimentar a toda esa pobre gente y ellos aunque no querían, finalmente accedieron y el milagro fue que cuando partieron y en medio de una gran tempestad Nicolás oró por ellos y no sólo se salvaron de naufragar, sino que milagrosamente se volvieron a llenar las bodegas del barco de provisiones y alimentos.

Estos acontecimientos, más su muy efectiva predicación hicieron que se convirtiera en un objetivo político para las autoridades romanas, que finalmente lo arrestaron y mantuvieron preso durante muchos años hasta su vejez y en todo este cautiverio los soldados romanos que lo custodiaban, le decían que todos los cristianos del mundo habían sido asesinados y que sólo quedaba él y él sin perder la fe seguía orando para que resurgiera la semilla cristiana y estando preso se dio la conversión de Constantino y la legalización del cristianismo como la religión oficial del imperio, con lo cual todos los cristianos que estaban presos quedaron libres.

Así que en cuanto fue liberado se puso en camino a su diócesis para reconstruir la Iglesia creyendo que de verdad era el último cristiano sobre la tierra y fue inmensa su sorpresa cuando llegó a Myra exactamente la noche del 25 de diciembre y estaba, no solo su iglesia en pie y remodelada, sino llena de fieles que celebraban la Navidad. Cuando él entró en el templo, el pueblo entonaba Adeste Fideles y todo el pueblo -que lo creía muerto- se alegró mucho y ese fue su mejor regalo de Navidad.

A su muerte, su tumba se convirtió en un lugar muy visitado ya que para entonces era uno de los santos más populares de Europa y había grandes peregrinaciones a su tumba en la cual sus restos desde el primer día derramaron un aceite milagroso que curaba a los enfermos.

Hacia el año 1000 los restos de san Nicolás que ya tenían alrededor de seiscientos años seguían derramando el aceite milagroso y como los habitantes de la ciudad portuaria italiana de Bari que había tenido un gran desarrollo y prosperidad pensaron que la tumba del santo y sus restos corrían gran peligro al estar bajo el dominio musulmán y decidieron mandar una misión de marineros que una noche abrieron un hueco en la pared de la tumba y se robaron los restos del santo y lo llevaron a Bari en donde hasta el día de hoy se conservan.

La figura de san Nicolás fue muy útil a los evangelizadores de los pueblos bárbaros germanos que adoraban a Wotan el dios del invierno y esta figura fue sustituida por el santo obispo y posteriormente a la reforma protestante los países del norte de Europa que asociaban la figura de san Nicolás con la Navidad, para no venerar a un santo católico, retomaron parte del vestuario con apariencia de Wotan. Los que se encargaron de llevar a este personaje que ya no era el santo obispo sino un híbrido entre san Nicolás y Wotan a América fueron los primeros colonizadores holandeses que llevaban consigo la tradición de Sinter Klass que en alemán era Klaus.

En Estados Unidos la desaparición de los ornamentos católicos de obispo sustituidos por los del dios pagano Wotan tomaron fuerza, ya que los primeros colonizadores deseaban apartarse tanto como fuera posible del catolicismo.

Este Sinter Klass pasó a ser saint Klaus en inglés y fue a principios de 1800 cuando un novelista norteamericano Moore completó el invento del personaje de ficción a través de la historia “Un Cuento de Navidad” en ese cuento el conserva el traje rojo que era la única reminiscencia del obispo real, pero le pone pantalón, botas, renos y trineo de ahí, el personaje se apoderó de la Navidad como el objeto central e icónico de la misma. Fue casi 100 años después que a Coca-Cola se le ocurrió usarlo como la imagen de su refresco para promocionarlo en diciembre, dándole los últimos retoques que ha conservado hasta la actualidad el traje rojo con blanco, cinturón ancho con botas negras para que tuviera los colores de la Coca-Cola.

Este personaje ficticio que es la deformación y adulteración del personaje histórico real y fue un gran santo, acabó posicionándose como el personaje de la navidad haciendo a un lado al obispo y por supuesto al personaje central, no solo de la Navidad, sino de la historia humana: a Jesucristo que el sionismo y el protestantismo angloamericano se han encargado de que la gente ignore y olvide para convertir la Navidad en la época más redituable comercialmente, más materialista y en la que bajo ninguna circunstancia se recuerde el nacimiento de Jesús.

A esto han contribuido enormemente el aparato judío de Hollywood que a través de cientos de películas dedicadas a santa Claus han hecho creer a los niños de todo el mundo que el personaje central de la Navidad es él y que a él es a quien deben pedirle regalos supliendo el papel de Dios como padre providente.

Además a santa Claus lo han despojado de cualquier signo religioso católico o cristiano y lo han rodeado de gnomos y demás personajes del folclore gnóstico que incluso esos pequeños seres de la naturaleza, que habitaban en las leyendas germánicas, muchos teólogos los identifican con demonios.

Así que como siempre suelen hacer: algo bueno lo convirtieron en todo lo contrario y para muchos judíos y sionistas la mayor burla y afrenta que pueden hacerle a Jesús es haberlo sacado de su propia fiesta de nacimiento sustituyéndolo por un impostor.

Sin embargo algo que no podrán sustituir ni las películas judías de Hollywood, ni Coca-Cola, ni el sionismo angloamericano protestante, es que hasta el día de hoy el aceite curativo sigue manando de las reliquias del san Nicolás en Bari, Italia y eso sí es un verdadero milagro.

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