Píldoras Anti-Masonería

El blog CLAVIJO defiende los valores

de la Iglesia Católica y de España

amenazados por el proyecto masónico-luciferino

"Nuevo Orden Mundial"


e-mail: ClavijoEspana@gmail.com



martes, 1 de noviembre de 2022

España orgullo de la cristiandad. Por Javier Navascués

España orgullo de la cristiandad
28/10/2022

Cardenal Müller

Con ocasión del Congreso sobre Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, que ha tenido lugar en la universidad San Pablo CEU de Madrid del 26 y al 27 de octubre tenemos la oportunidad de entrevistar brevemente al cardenal Gerhard Ludwig Müller, que fue hasta 2017 prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Nos habla de la importancia del Congreso y de la influencia de Benedicto XVI en su vida y en la teología de la Iglesia.


¿Qué ha supuesto para usted participar en el Congreso con motivo del 95 cumpleaños de Benedicto XVI?

Como editor de la Opera Omnia de Joseph Ratzinger/Benedicto XVI, ha sido para mí un honor y un placer contribuir a este Congreso. Estamos agradecidos por todo lo que nos ha dado, especialmente por su teología, que permanecerá en la gran historia del pensamiento cristiano. Es un Doctor de la Iglesia para nuestro tiempo.

¿En qué medida considera que es un homenaje merecido y necesario, con ponentes de primer nivel?

Madrid es un centro católico con teólogos y publicistas cualificados, famoso en todo el mundo de la Hispanidad, la cultura católica mundial de habla hispana.

Ciertamente el evento ha tenido lugar en España, un país que históricamente ha sido uno de los grandes defensores de la fe y que llevó el catolicismo a América.

Me siento en casa en el mundo español, en España y América Latina, desde el punto de vista teológico, eclesiástico y humanamente. He trabajado académicamente y pastoralmente (Perú, Brasil) en estos países durante muchos años.

 

Sí, España puede estar orgullosa de sus aportaciones a la vida y al pensamiento católicos a escala de la Iglesia mundial. Pero ahora no debemos llorar porque el pasado se haya convertido en historia, sino mirar hacia adelante para llevar el Evangelio de Cristo al futuro. No hay alternativa a Cristo.

Él es el único Salvador del mundo. Esto es evidente cuando pensamos en los políticos e ideólogos, desde Pekín a Moscú, pasando por Bruselas y Washington, y en sus prisas por alcanzar el poder y el engaño impío con el que hunden al mundo en el desastre con sus campañas contra la vida a través de la guerra contra los nacidos y no nacidos. “¡Maldito el hombre que confía en el hombre! … ¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza!”. (Jer 17:5,7).

¿Cómo fue su relación con Benedicto XVI y hasta qué punto fue una referencia para usted?

Le conozco personalmente desde la época de mi disertación. Como estudiante, la “Introducción al cristianismo” me causó una profunda impresión y reforzó mi decisión de ser sacerdote y despertó mi pasión por la teología para siempre. Aunque mi naturaleza racional está más en línea con el estilo tomista, su influencia a través de Agustín y Buenaventura siempre ha sido una buena contrapartida para el pensamiento existencial para mí.

¿Qué balance general hace de su pontificado?

Pasará a la historia de la Iglesia como uno de los grandes teólogos de la Cathedra Petri después de León Magno, Inocencio III y Benedicto XIV.


¿Qué aspectos en concreto querría destacar del mismo?

Quedarán las dos obras de primer orden sobre Agustín y Buenaventura, el trabajo sobre el Concilio y su recepción, y sobre todo la Trilogía de Jesús y, por supuesto, mucho más, que es fácilmente accesible en la edición de la Opera Omnia.

¿Considera que la figura de Benedicto XVI es suficientemente valorada?

Sí, hay dos círculos de estudiantes con jóvenes teólogos muy dotados y un amplio público culto que aprecia su pensamiento y su testimonio de fe. Además, debido a su escasez intelectual, los ataques de los medios de comunicación caen como la paja del trigo. Los juegos de poder de la política eclesiástica contra un gran pensador, Cardenal Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y Papa, se desechan como sal rancia que desaparece en el polvo en el camino de la historia. Sigue siendo el gran Cooperator veritatis (3 Jn 9).