El Cristianismo ya no me parece tan malo
José Miguel Alvarado Atienza*
4/9/2020
Independientemente de la veracidad y la autoría de los dogmas cristianos hay que reconocer que estos tienen un efecto positivo en sus creyentes.
Para empezar no realizan sacrificios humanos, como los aztecas, los celtas o los germanos. Es de agradecer. Allí donde ha enraizado el Cristianismo se ha puesto fin a tales prácticas. Y es que el sacrificio de Jesús valía por todos los que se hicieran en el futuro y ya no era necesario realizar más.
¡Qué descanso para la vista dejar de contemplar los ríos de sangre que corrían escaleras abajo por las pirámides de Tenoctitlán; cambiar los despojos de carne humana que sus chamanes arrojaban desde la cúspide por ostias consagradas; o derribar los monumentos de calaveras que aterraban a los súbditos y les amenazaban con ser las víctimas propiciatorias de unos dioses ávidos de sangre y dolor!
En vez de eso vemos iglesias y catedrales perfumadas con incienso que exaltan a un Dios amoroso para con sus criaturas predilectas y no les exige nada más que amor y reconocimiento para entrar en el cielo, junto a Él.
En segundo lugar hay que destacar el mensaje de amor universal del cristianismo, que invita a terminar con la esclavitud y a tratar a todos los hombres como hermanos; idea matriz de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de su precedente: las Leyes de Indias redactadas por Isabel la Católica.
No todas las religiones lo hacen. El Talmud y el Corán, por ejemplo, llaman al repudio sectario de las otras confesiones y mientras éste permite mentir y engañar a quien no sea de su fe (taqiyya), aquel –además- anima a prestar con usura a los goyim y a esclavizarlos a todos (Deuteronomio 3.7 y Simeon Haddaesen, fol. 56 d).
En tercer lugar cabe destacar el respeto del cristianismo por la austeridad y el trabajo (claro legado del estoicismo y del ejemplo de Jesús) que, si bien no es profesado con sinceridad por todos sus creyentes, sí refrena los vicios que conducen a la autodestrucción.
Asimismo, al contener gran parte de las enseñanzas platónicas y aristotélicas, el cristianismo es una de las religiones más racionales que existen. ¡Cuanto más la iglesia católica que, frente a las protestantes (escépticas ante la razón humana), es un dechado de raciocinio tal como denota la escolástica medieval que tanto empeño por opacar han mostrado los hijos de Lutero con su leyenda negra anticatólica!
El respeto por la mujer, en otras culturas inexistente, es otra de las virtudes cristianas, especialmente de las ramas que rinden culto a La Virgen… como España, donde la violencia doméstica contra las mujeres es de las más bajas del mundo y los hombres admiten sin rechistar las leyes feministas les roban la presunción de inocencia.
Con tales cualidades no es de extrañar que el cristianismo se haya propagado tanto. Lástima que esté a punto de ser destruido por dentro, pues la masonería y el comunismo (a las órdenes de los usureros internacionales) se han infiltrado y están a punto de carcomer no sólo los cimientos del Vaticano sino de toda la cristiandad.
La primera infiltración se produjo cuando Napoleón** conquistó Italia en 1805. Más o menos por las mismas fechas se hicieron con la cúpula de los jesuitas, y desde ésta orden militar fueron extendiéndose con sigilo hasta aprobar el Concilio Vaticano 2º, que hirió de muerte a la Iglesia. “El humo de satanás se había colado por una rendija”.
El jesuita Bergoglio es el encargado de darle la puntilla. Y lo está haciendo muy bien pues, además de des-virginizar a María, el muy masonazo ha protestantizado la Iglesia en el sínodo del Amazonas y pretende diluir los principios del cristianismo en una sola religión global. ¿Será el anti Papa del que hablan las profecías, ese que precede al Anticristo que domeñará toda la Tierra desde el trono del Nuevo Orden Mundial?
Y lo que no es menos importante: una vez finiquitado el Cristianismo, ¿volveremos al despotismo asiático, al esclavismo descarado, a los sacrificios humanos y a la pederastia institucionalizada que tanto les gusta a Jeffrey Epstein y a los fans de la ceremonia satánica con la que se inauguró el túnel de San Gotardo?
¡Qué odio le tienen al Cristianismo esos cabrones! Les ha obligado a ocultarse en las sombras durante mucho tiempo para hacer sus sangrientos sacrificios. Pero todo apunta a que dentro de poco van a poder hacer sus diabluras en público… de nuevo.
No diré que “que Dios nos coja confesados” pues, aunque ya no soy ateo, soy agnóstico. Sin embargo he aprendido a valorar el cristianismo y a congratularme de haber nacido bajo su manto.
Por ello animo a los cristianos a ir con la cabeza bien alta en estos tiempos apocalípticos y a luchar contra la mafia usurera que está dirigiendo la destrucción del pilar religioso en el que se fundamenta la civilización europea. Eso sí, que no dejen que en nombre de Cristo se cometan barbaridades… y no me estoy refiriendo a las Cruzadas, que fueron un contraataque justo y necesario.
*José Miguel Alvarado Atienza, se trata del youtuber:
**Santiago Clavijo, editor deL Blog:
- La masonería es la ideología satánica para destruir la Iglesia católica, iniciada en 1717 por la corona inglesa de los seguidores de Lutero.
- EEUU es una Nación masónica desde su fundación.
- Napoleón, hijo de la Revolución francesa masónica, creó miles de logias en el continente europeo.
- El sionismo masónico-satánico de los Rockefeller y cía controla el poder supranacional del Nuevo Orden Mundial contra el Catolicismo tradicional y la soberanía de las Naciones.
- La infiltración de la masonería en el Vaticano es mayor cada día, pero todavía no ha llegado la apostasía de un Papa.
- El Modernismo, condenado por Pío X en 1907, impregna una parte de las actividades de la jerarquía católica del Vaticano, Alemania, EEUU, etc.
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