InfoCatólica-Luis Fernando (29/1/2014): En la madrugada de ayer, 28 de enero, falleció don Blas Piñar, fundador del partido Fuerza Nueva -previamente fue una editorial-. Miembro de Acción Católica y de la Asociación Católica de Propagandistas, desempeñó algunos cargos durante el régimen de Francisco Franco. Fue procurador en las Cortes Españolas y consejero nacional del Movimiento. También fue nombrado director general del Instituto de Cultura Hispánica en 1957.
Los medios de comunicación le presentan como el líder histórico de la ultraderecha en España durante la Transición. Llegó a ser diputado, por la circunscripción de Madrid, en la legislatura de 1979 a 1982. Dado que yo entonces era apenas un adolescente, no tengo un recuerdo personal claro de lo que don Blas y su partido representaba en ese momento de la historia de este país. Obviamente luego he leído mucho, pero con una figura de esta condición es complicado encontrar material “imparcial".
Sí diré que me parece muy simplista presentarle como el rescoldo de la ideología franquista en la democracia, más que nada porque la práctica totalidad de la clase política española de derechas venía de dicho régimen y FN Fuerza Nueva podría considerarse como representante solo de un sector del franquismo. Ello se demuestra por el hecho de que a pesar de ser un magnífico orador con una capacidad “apologética” de sus ideas muy contundente, nunca llegó a ser ministro de Franco, cosa que sí fue Manuel Fraga, fundador de Alianza Popular, hoy Partido Popular.
Blas Piñar siempre fue fiel a sus ideas. No se acomodó a la ola de lo políticamente correcto que llevó a gran parte del franquismo a los presupuestos de la democracia liberal y relativista. Una democracia sin valores morales objetivos -y si los tiene, son perversos-, como se demuestra por la legislación abortista y aniquiladora de la institución familiar;una democracia, por tanto, congénitamente inmoral que hoy tenemos como régimen. Valga como ejemplo de su discurso y pensamiento, el siguiente vídeo con su intervención en el debate previo a la investidura de Calvo Sotelo como presidente del gobierno. Hay mucha “actualidad” en esas palabras.
Esa fidelidad fue la misma en cuanto a su condición de cristiano católico. Pocos conocen el hecho de que don Blas, sin haber estudiado -al menos que yo sepa- la carrera de teología, podría ser considerado como un teólogo seglar. Hace años tuve la oportunidad de leer sus escritos teológicos y lo que recuerdo es que en ellos no había sombra alguna de heterodoxia. Más bien todo lo contrario.
Cuando ayer di el pésame a uno de sus yernos, Rafael López-Diéguez, del que sé que tenía un cariño enorme por don Blas, me explicó que había muerto rodeado de sus seres queridos y que entre sus últimas palabras había dicho lo siguiente: “Seguid luchando por Dios y por la patria“. Es decir, ha muerto como ha vivido: católico y español. El Señor se apiade de su alma y le conceda el descanso eterno.