Etapa final de la Conspiración masónica contra España
¿Sabías que la primera capital de la España unificada por los godos fue Barcelona? ¿Que la Barcelona de 1714 estuvo defendida también por un Tercio de castellanos y que Felipe V, tras la Guerra de Sucesión, constituyó un cuerpo para su protección personal dirigido por catalanes? ¿Que en Barcelona, cuando nadie conocía la sardana, el baile más popular era el de San Isidro, en memoria del patrono madrileño? ¿O que, hasta la llegada del catalanismo, a ningún catalán se le ocurrió poner el nombre de Jordi a sus hijos? ¿Y que el monasterio de Montserrat tuvo monjes castellanos durante cuatro siglos y dependía de la comunidad benedictina de Valladolid? ¿Y que el origen de los castellers no fue catalán sino valenciano? ¿O que en el diccionario de lengua española hay más de mil vocablos de origen catalán? ¿Sabía que los catalanes participaron en todas las grandes gestas militares del imperio español, como en la crucial batalla de Lepanto?Este libro descubre infinidad de historias que demuestran la verdadera esencia hispánica de Cataluña y desvela la mitología y las miserias intelectuales del nacionalismo catalanista.
En este libro se desglosa la evolución del nacionalismo o independentismo catalán desde sus inicios -mediados del siglo XIX- cuando se empezó a pensar en Cataluña como una nación y hasta nuestros días. A lo largo de sus páginas se verá cómo los principios básicos y estéticos, en los que se basaron los primeros políticos catalanes no difieren en mucho de algunos conceptos que hoy en día se barajan. También se refleja que esos conceptos han sido tergiversados por algunos en beneficio propio. En la parte final se esgrime cuál ha de ser el futuro de Cataluña. Un futuro que no pasa por la independencia. Pues sí, como se ve diariamente, el mundo tiende a globalizarse, difícilmente un país o una nación puede sobrevivir siendo independiente al resto. En este viaje por el nacionalismo catalán descubrirán realidades que son propias de Cataluña y que, por culpa de malas interpretaciones o de discursos irracionales han provocado la confusión y, en algunos casos, la antipatía y el menosprecio.
Capdeferro escribió en 1967 una Historia de Cataluña plagada de errores y distorsiones por haber bebido de fuentes románticas no muy rigurosas en el relato de los hechos pasados. Años después, en un ejercicio de honradez intelectual difícil de encontrar hoy en día, el propio Capdeferro decidió escribir Otra historia de Cataluña pero, como el propio autor dice: «Escrita sin romanticismo, sin fanatismo, sin apasionamiento, con carencia total de miras políticas, causa frecuente de ofuscación del pensamiento. Porque el pasado fue como fue, no como nos gustaría que hubiera sido».
Otra historia de Cataluña es un libro de juicio templado, original y esclarecedor de muchos de los acontecimientos que han configurado el Principado en estos siglos, y que en la historiografía oficial se ocultan, tergiversan o deforman de forma incomprensible.
«Pero este no es un libro sólo para catalanes dice Javier Barraycoa en su prólogo- sino que debe ser una obra que deberían leer todos los españoles, pues la historia de Cataluña es parte, no poco importante, de la historia de España. De tal forma que se cumple aquél adaggio de que sólo se ama lo que se conoce. La experiencia me ha enseñado que conociendo la verdadera historia de Cataluña, la admiras y la amas más. Y, a la vez, amando Cataluña irremisiblemente acabas amando más España».
Según la elaboración histórica catalanista, 1714 significó el final de la soberanía catalana y el comienzo de la opresión española. Sin embargo, fue precisamente entonces cuando comenzó la prosperidad de Cataluña, que pronto se destacaría como la región más industrializada de España. La política proteccionista benefició durante dos siglos a una industria catalana que gozó privilegiadamente tanto del mercado nacional como del colonial.
Además, Cataluña fue la metrópoli imperial española del siglo XIX, así como la principal beneficiaria del tráfico y tenencia de esclavos. La intransigencia de los industriales catalanes ante las reivindicaciones autonomistas y librecambistas de los cubanos fue la chispa que prendió la guerra independentista. Y, tras el 98, pasaron en un instante del más exaltado patriotismo español al separatismo.
En el siglo XX la burguesía catalana, separatista cuando le convino, fue el principal apoyo a la dictadura de Primo de Rivera y protagonista esencial del alzamiento del 18 de julio. Y Cataluña fue la región más beneficiada por la política económica del régimen franquista. De todo esto no suelen hablar los promotores del eslogan «España nos roba».
A veces con apaños en los juzgados, en las fiscalías generales del Estado, a veces con indultos graciosos de los culpables condenados, a veces comprando sentencias y, las más, con apaños políticos para que los pillados –que son muchos– salieran indemnes. La bandera catalana ha sido el refugio de conductas indignas. Las comisiones depredan la actividad económica de Cataluña y generan unas maneras de hacer negocios que devalúan el futuro de los catalanes.
Con los años, la sensación de impunidad viajaba en los coches de consejeros y altos cargos de la Generalitat nacionalista, hasta que con la crisis, llegó el hartazgo de los ciudadanos por lo corrupto y por los corruptos. Y con él la amenaza de volar por los aires ese ambiente de coimas, dinero en paraísos fiscales, financiación inconfesable y parasitismo que preside la economía de Cataluña.
Este ensayo describe cómo el entorno de Jordi Pujol, el carismático líder nacionalista, siempre hizo negocios al amparo de la administración que dirigía. Sus hijos son multimillonarios, sin que puedan explicar a qué deben su fortuna, más allá de la sombra del propio Pujol.
Este libro surge de la necesidad de llenar un vacío. Frente a una estrategia claramente meditada y pensada, así como bien financiada, de fabricación de un potente discurso nacionalista, millones de españoles se encuentran huérfanos de planteamientos para defender algo muy sencillo: que la idea de España, una realidad con más de quinientos años de historia, ha sido un proyecto exitoso y que sigue siendo la plataforma más segura y potente para navegar por las aguas turbulentas de un mundo globalizado, complejo e incierto. Los distintos gobiernos de la nación y los grandes partidos nacionales han estado hasta ahora en otra cosa: en el pacto, en el parche, cuando no en la más pura indolencia cómplice con el chantaje y el victimismo permanente que representa la obsesión identitaria.
Los autores de este ensayo, ante una de las mayores crisis históricas, se han planteado con A favor de España abrirse a esa parte de la sociedad civil preocupada por lo que está sucediendo y la falta de una respuesta de las instituciones a la altura del desafío. Con este ánimo ha convocado a expertos y académicos independientes, junto a otros colaboradores habituales ˗varios de ellos procedentes tanto del País Vasco como de Cataluña˗, con el objetivo de analizar con serenidad todas las contradicciones y falacias que se encuentran tras la estrategia secesionista, así como valorar los costes directos e indirectos (económicos, sociales, políticos…) que este proceso tendría para todos los españoles, incluidos los propios ciudadanos catalanes y vascos.
¿Hubo represión acabada la Guerra Civil por parte del bando vencedor? Por supuesto. Pero para contarla es necesario hacerle muchas matizaciones a la historiografía oficial progre, que nos tiene secuestrado el pasado reciente de España, y el no tan reciente. Lo primero, las cifras. Las usualmente dadas por válidas (entre 75.000 y 125.000 fusilados, entre guerra y posguerra) son pura propaganda comunista. Sostiene Moa, basándose en las más rigurosas investigaciones recientes, que las sentencias de muerte fueron unas 25.000. Lo segundo, la represión propiamente dicha. “Aquí la represión se encauzó por vías legales, no como en Europa. Eran juicios con menos garantías que los actuales, pero muchas más que las del Frente Popular. Y con defensa. A nadie se le reprimió por cómo pensaba, sino por lo que hacía. Lluís Companys, presidente de la Generalidad de Cataluña desde 1934 y durante la Guerra Civil, no era inocente. Ni tampoco las Trece Rosas, unas jóvenes estalinistas”.
La victoria de Franco en la Guerra Civil no garantizaba la continuidad de su dictadura. Por el contrario, su supervivencia y consolidación, así como su neutralidad en la guerra mundial, fueron hechos sumamente improbables. Sin embargo, ocurrieron, y el historiador debe exponer su cómo y su porqué, al margen de mitos y prejuicios. Tal es la tarea que aborda Pío Moa con Años de hierro que, como otros títulos suyos, propone una reinterpretación a fondo de un pasado tan crucial en la configuración de nuestro presente.
- Marca Hispánica, Tratado de Corbeil,
- Compromiso de Caspe, Dinastía Trastamara,
- Reyes de Aragón, Jaime I el Conquistador,
- Almogávares Aragoneses
Cataluña NO es una NACIÓN ni lo fue nunca
Los nacionalistas falsifican la Historia de ESPAÑA. Origen de la bandera de las cuatro barras. El catalán es un dialecto del provenzal. El término Catalania escrito aparece hacia 1172. Pilar Paloma de Casanova, marquesa de Astorga y descendiente de Rafael de Casanova, reivindica su "patriotismo" y "españolidad".
Santiago "matamoros" en la batalla de Clavijo (año 859)
Blog: Píldoras Anti-Masonería
Google+: Santiago Clavijo España
Twitter: @Clavijo859
Editor: clavijoespana@gmail.com
Investigador de la Conspiración Masónica-Liberal
para el "Nuevo Orden Mundial-Nueva Era"
DIOS-Patria-Familia
Verdad-Justicia y Amor-Misericordia
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