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domingo, 1 de febrero de 2015

BORBONES: Felipe VI suprime la Cruz de Borgoña. Los Hijos Secretos de la Dinastía, La Maldición, Carlos IV-María Luisa de Parma-Fernando VII-Isabel II, y La Leyenda Negra (1698)

CRUZ de BORGOÑA: Bandera de España, procede de la de San Andrés. En 1506 fue incluida en los escudos de armas y banderas del Imperio Español. La historia, iniciada con la guardia borgoñona de Felipe el Hermoso, Archiduque de Austria y Duque de Borgoña, acaba con Juan Carlos I
Escudo de Juan Carlos I 
Escudo de Felipe VI 
En 2014, la Cruz de Borgoña ha desaparecido del Escudo de armas de Felipe VI, así como de su estandarte y de los estandartes, banderas, banderines, guiones, pendones y confalones de las Fuerzas Armadas de España (Wikipedia).
¿Es Traición a España, a su Gloriosa Historia de Nación Católica, a los Tercios Españoles del Gran Capitán, a la Infantería Española y a todo el Ejército, eliminar la CRUZ de Borgoña? ¿Es Apostasía no mencionar el hecho religioso en los discursos de investidura y de Navidad?
 
BASTARDOS Y BORBONES
LOS HIJOS SECRETOS DE LA DINASTIA
(2012)
RESUMEN DEL LIBRO: A principios del siglo XIX, los cimientos de la dinastía se tambalean: María Luisa de Parma, esposa del rey Carlos IV, confiesa que el monarca no es el padre de ninguno de sus hijos. A partir de ese día, la bastardía será la tónicaen el lujurioso linaje de los Borbones: desde los numerosos amantes de la reina Isabel II, uno de los cuales fue el verdadero padre de Alfonso XII, hasta Alfonso XIII —conocido como el “rey de los bastardos”—, padre de numerosos hijos ilegítimos, entre ellos, posiblemente un célebre actor español que llegó a interpretarle en el cine, incluyendo a Juan Carlos I, que tampoco se libró de que le adjudicasen la paternidad de una hija ilegítima. Con ayuda de documentos inéditos rescatados de los archivos del Ministerio de Justicia, el Archivo Histórico Nacional y el Palacio Real, así como de valiosos testimonios de amigos y familiares, José María Zavala nos brinda en Bastardos y Borbones un inolvidable recorrido a través de las vidas de todos ellos y sus esperanzas de ser, al fin, reconocidos.« Muerto prematuramente Juan Balansó, Zavala es quizá el mayor conocedor de las interioridades de los Borbones.»
LA MALDICION DE LOS BORBONES
 (2007)
RESUMEN DEL LIBRO: Un fascinante libro de Historia lleno de historias sorprendentes. Desde el primer Borbón hasta el actual Príncipe de Asturias, este libro es una invitación a recorrer las pequeñas y grandes tragedias que han azotado a esta dinastía. Enfermedad, locura, voracidad sexual, endogamia... son sólo algunos de los estigmas que jalonan la crónica de los Borbones, repleta de contratiempos y escándalo.

Familia de Carlos IV-María Luisa de Parma (Goya)
Carlos IV-Goya-Museo del Prado
Reinado: 14 de diciembre de 1788–19 de marzo de 1808
Nacimiento: 11 de noviembre de 1748 en Portici, Reino de Nápoles
Fallecimiento: 19 de enero de 1819 (70 años) en Nápoles, Reino de las Dos Sicilias
Enterrado: Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Predecesor: Carlos III
Sucesor: Fernando VII
Consorte: María Luisa de Parma
Guerras: Rosellón, Revolucionarias francesas, Naranjas, Napoleónicas

Carlos IV contrajo matrimonio con su prima hermana María Luisa de Borbón-Parma (hija de Felipe, Duque de Parma) en 1765. Tuvieron 14 hijos de las veinticuatro veces que María Luisa de Borbón-Parma estuvo embarazada, pero solo siete llegaron a la edad adulta:
-Carlota Joaquina (25 de abril de 1775 – 7 de enero de 1830), casada con Juan VI de Portugal.
-María Amalia (9 de enero de 1779 – 22 de julio de 1798), casada con su tío Antonio Pascual de -Borbón, Infante de España hijo de Carlos III) y hermano menor de Carlos IV.
-María Luisa Josefina (6 de julio de 1782 – 13 de marzo de 1824), casada con Luis de Borbón-Parma, duque de Parma yrey de Etruria.
-Fernando (14 de octubre de 1784 – 29 de septiembre de 1833), rey de España como Fernando VII.
-Carlos María Isidro (29 de marzo de 1788 – 10 de marzo de 1855), conde de Molina, fundador del carlismo y pretendiente al trono de España.
-María Isabel (6 de julio de 1789 – 13 de septiembre de 1848). Casada con su primo Francisco I de las Dos Sicilias y después con Francisco, Conde del Balzo.
-Francisco de Paula Antonio, duque de Cádiz (10 de marzo de 1794 – 13 de agosto de 1865). Casado con su sobrina, Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, hija de su hermana María Isabel de Borbón y Francisco I de las Dos Sicilias. Su primogénito, Francisco de Asís de Borbón, se casó con la reina Isabel II de España.
María Luisa de Borbón-Parma
Reina consorte de Carlos IV
Reinado: 14 de diciembre de 1788-19 de marzo de 1808
Nacimiento: 9 de diciembre de 1751 en Parma, Ducado de Parma
Fallecimiento: 2 de enero de 1819 (67 años) ePalacio Barberini, Estados Pontificios
Enterrada: Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Padre: Felipe I de Parma
Madre: Luisa Isabel de Francia
Consorte: Carlos IV
Hijos:
-Carlota Joaquina
-María Amalia
-María Luisa
-Fernando VII
-Carlos María
-María Isabel
-Francisco de Paula
Fernando VII de España
Fernando VII-López Portaña-Prado
Rey de España: 19 de marzo de 1808-6 de mayo de 1808
Predecesor Carlos IV-Sucesor José I
11 de agosto de 1808 / 11 de diciembre de1813-29 de septiembre de 1833
Predecesor José I-Sucesor Isabel II
Nacimiento: 14 de octubre de 1784 en San Lorenzo de El Escorial
Fallecimiento: 29 de septiembre de 1833 (48 años) en Madrid

Enterrado: Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Consortes:
-María Antonia de Nápoles (1802-1806)
-María Isabel de Braganza(1816-1818)
-María Josefa Amalia de Sajonia (1819-1829)
-María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1829-1833)
Descendencia:
-Isabel II
-Infanta Luisa Fernanda

Guerras: Independencia (1808-1813), Hispanoamericanas (1808-1833), Cien mil hijos de San Luis (1823)
Isabel II de España
Reina de España (Foto)
María Isabel Luisa de Borbón y Borbón-Dos Sicilias
Reinado: 29 de septiembre de 1833-30 de septiembre de 1868 (35 años)
Proclamación: 23 de julio de 1843. Abdicación 25 de junio de 1870
Nacimiento: 10 de octubre de 1830 en Madrid
Fallecimiento: 9 de abril de 1904 (73 años) en Palacio de Castilla, París
Entierro: Cripta Real del Monasterio de El Escorial
Predecesor: Fernando VII
Sucesor Pascual Madoz: Presidente de la Junta Provisional Revolucionaria
Consorte: Francisco de Asís de Borbón
Regente: María Cristina de Borbón-Dos Sicilias (1833-1840) y Baldomero Espartero (1840-1843)
Descendencia:
-María Isabel de Borbón y Borbón
-Alfonso de Borbón y Borbón
-María de la Concepción de Borbón y Borbón
-María del Pilar de Borbón y Borbón
-María de la Paz de Borbón y Borbón
-María Eulalia de Borbón y Borbón



No existe en la vieja Europa una monarquía que no se tercie de tener su correspondiente maldición, y, claro, la Casa de Borbón posee todo tipo de maldiciones, misteriosas enfermedades y supersticiones esotéricas. Como podemos apreciar, todo un batiburrillo de historias sobrenaturales que atormentan con todo tipo de desgracias y desastres a los miembros de una de las Casas Reales de más rancio abolengo de Europa.
Los orígenes de la dinastía de Borbón son de origen navarro-francés, gobernaron, primero, en sus lugares de origen y en el Gran Ducado de Luxemburgo. Durante el siglo XVIII, ocuparon los tronos de España, parte de Italia, destacando el Reino de las dos Sicilias, además de varios pequeños ducados y condados.
Esta Casa Real gobernó la Baja Navarra (desde 1555), y Francia (desde 1589) hasta 1792, cuando el rey fue derrocado por la Revolución francesa, aunque posteriormente hubo una restauración, tras la caída del Primer Imperio Francés en 1815; pero la Revolución de Julio les depuso otra vez y la rama Borbón-Orleans tomó el poder entre 1830 y 1848, cuando la monarquía fue abolida definitivamente.
Una de sus maldiciones, la más desconocida, arranca desde la rama de La Dinastía de los Capetos, la más antigua dinastía real de Europa, que incluye a todos los descendientes de Hugo Capeto. La rama de Borbón procede de un hijo de Luis IX de Francia, Roberto de Clermont. El primer duque de Borbón fue su hijo, Luis I de Borbón en 1317.
La infidelidad de las Borgoña: Tres reinas libidinosas son el origen del trágico final de la dinastía de los Capeto. Cuenta la historia que Felipe IV, “El Hermoso”, Rey de Francia, unió en matrimonio a sus tres hijos con tres herederas de la poderosa Casa de Borgoña, pretendiendo conseguir con la triple unión riqueza, prestigio y poder para Francia.
La unión entre Margarita de Borgoña, hija de Roberto II de Borgoña y de Agnes de Francia, quien a su vez era hija del Rey de Francia Luis IX; con solo 15 años contrae nupcias con el futuro Luis X de Francia y I de Navarra “ El Obstinado”, quien recibiría el reino de Navarra, por su madre Juana II de Navarra. Sus hijos varones, Felipe y Carlos, contraen nupcias con las hermanas Juana y Blanca de Borgoña, quienes eran hijas de Otón V, Conde Palatino de Borgoña.
La tragedia comienza cuando la suegra de las jóvenes, la reina Juana, que aunque aparentaba ser una mujer muy recta y devota, no dudaba en tener sus apasionados escarceos amorosos fuera del matrimonio en la Torre de Nesle, y no dudaba en deshacerse de sus amantes ocasionales a través de la ventana de la citada torre que daba al río Sena. La suegra solía ser muy discreta, pero no sucedía lo mismo con las nueras, que organizaban sin ningún tipo de pudor, fiestas y orgías.
Juana de Borgoña, recatada y de carácter más débil no se oponía a las cuñadas y se convirtió en cómplice de los adulterios de Margarita y Blanca. Sus maridos, dedicados a los deportes y a la caza, seguramente de algún que otro venado, sin albergar ninguna sospecha les permitían una total libertad.
Pero, el destino intervino de una manera trágica y la reina de Inglaterra, Isabel, hermana de Luis, Felipe y Carlos; dedicada a todo tipo de labores para mitigar en parte su desesperado estado conyugal, había regalado a sus cuñadas unos bolsos hechos por ella misma. Visitando a sus padres en Francia, notó con tremendo asombro que éstos bolsos los llevaban a la cintura los hermanos D’Aunay.
Una vez descubierto el adulterio Real, y siendo considerado como un crimen de lesa majestad; Margarita y Blanca de Borgoña fueron declaradas culpables de ésta execrable acusación y Juana de complicidad. Felipe IV hizo rapar sus cabezas y, después, encarceló a sus nueras en el Castillo de Gaillard, siendo sometidas a una de las vejaciones y humillaciones más grandes que puede ser sometida una mujer.
Margarita apareció muerta en su celda un año después coincidiendo con el ascenso al trono de su esposo. Fue asesinada por su esposo para que éste pudiera casarse con Clemencia de Hungria. Juana fue perdonada por su cuñado, el rey Luis X ya que no se le pudo probar ningún adulterio y solo fue acusada de complicidad. Blanca murió en prisión 10 años después.
Este fue el final que el destino deparó a las tres casquivanas mujeres, pero la peor parte se la llevaron los hermanos D´Aunay, sufrieron los más atroces tormentos, debido a la gravedad del delito cometido ya que se suponía que estas relaciones podrían haber gestado un hijo bastardo de sangre real, aunque hubiese sido fruto de amores ilícitos. Los amantes fueron desollados, descuartizados y castrados vivos, cuando se comprobó su muerte fueron decapitados, las partes de sus cuerpos fueron arrastradas por todo París y sus genitales tirados a los perros. 
El asesinato de Blanca de Borbón: La reina Blanca de Borbón falleció en 1361, a la edad de 22 años, asesinada por orden de Pedro I de Castilla. Pero antes, fue enviada a Medina Sidonia a fin de mantenerla alejada de los enfrentamientos entre Pedro I y el reino de Aragón y, al mismo tiempo, el Papa Inocencio VI presionó para que fuera liberada.
Doña Blanca de Borbón, Reina de las Españas, se llevó consigo el sufrimiento del injusto repudio a los tres días de casarse con ella. El guardián del convento de San Francisco comenta que «Ni tan siquiera se sabe muy bien el lugar donde está enterrada Doña Blanca". Mientras, la que fuera amante de "El Cruel" descansa hoy en día junto a su rey en la Capilla Real de Sevilla, con honores de Reina según lo ordenó Felipe II al Cabildo catedral de la Capital Hispalense con motivo del traslado de los restos de ambos a tan histórico lugar.
Después de su asesinato, el cadáver de la reina Blanca de Borbón recibió sepultura en el monasterio de San Francisco de Jerez de la Frontera, y el sepulcro que contenía sus restos mortales permaneció en la capilla mayor de la iglesia del monasterio hasta que la reina Isabel, "la Católica" ordenó trasladarlo al altar mayor. Tras el altar mayor de la iglesia está colocada una lápida con la siguiente inscripción:
"CHR. OPT. MAX. SACRUM. DIVA BLANCA, HISPANIARUM REGINA, 
PATRE BORBONICO, EX INCLITA FRANCORUM REGUM PROSAPIA, 
MORIBUS ET CORPORE VENUSTISSIMA FUIT: SED PRAEVALENTE PELLICE, 
OCCUBUIT JUSSU PETRI MARITI CRUDELI, 
ANNO SALUTIS 1361, AETATIS VERO SUAE 25."
Con este prólogo tan sangriento sobre los orígenes de la leyenda negra de La casa de los Borbones en España, casi tan endogámica como la precedente austríaca, que no sufrió –sin embargo– los embates de las enfermedades propias de los matrimonios.
Haciendo un poco de historia sabemos que llegaron al trono de Francia en el siglo XVI, emparentaron con los Habsburgo en el XVII y se ciñeron la corona española en 1700 y la de Nápoles y Sicilia, poco después. Pero su historia estuvo también marcada por la tragedia, desde el asesinato del primer rey Borbón, Enrique IV y los enfrentamientos dinásticos del XIX hasta la actualidad.
Una maldición muy "literaria", el diamante de la esperanza: El diamante Hope o diamante de la Esperanza es un diamante de color azul marino con un peso superior a 45 quilates. Robado al joyero francés Jean Baptiste Tabernier en 1642, fue envuelto en una legendaria y supuesta maldición que perseguía a sus respectivos poseedores.
La gran disputa del diamante de la Esperanza, siguió un rastro de muerte y desgracia a sus propietarios desde el primer momento que fue robada a Tabernier. El diamante perteneció a la estatua de la Diosa Deidad Sita, situada en la mina de Golconda Kollur en la India.
Inmediatamente después de la venta de Luis XVI, Tabernier se reunió con su trágico final en su siguiente viaje a la India, donde unos perros salvajes acabaron con su vida. Heredado de nuevo por Luis XVI y su reina María Antonieta, el diamante recibió el título real de Diamante azul de la Corona. Queriendo dar otro aire más romántico para el gusto de María Antonieta, el diamante se convirtió en una piedra en forma de corazón, reduciendo su peso a 67 quilates.
Pero la desgracia del diamante de la Esperanza golpeó de nuevo. Después de un inquietante y inestable reinado fueron decapitados durante la Revolución Francesa de 1789. Ya fuera por el maleficio de una joya maldita o por el delirio aniquilador durante la Revolución Francesa, los Borbones "perdieron" la cabeza, pagando con ello todos los desmanes y abusos que habían cometido sus antepasados con el pueblo, disuadiendo a sus sucesores de cualquier aspiración dinástica al trono de Francia.
Durante la crisis política fueron depositadas en las Reales Joyerías de Garde Meublè, donde fueron robadas en varias ocasiones. Con el tiempo fueron recuperando parte de las joyas, pero el famoso diamante azul desapareció por un largo periodo de tiempo.
Ambiguas creencias rodean de misterio a joyas valiosas. El dinero no garantiza la posesión de virtudes y riqueza. Aunque, el dinero y las joyas entran en el terreno de la estratificación social, no garantizan la felicidad pues en esencia ponen en evidencia una pérdida total de valores y se acaban convirtiendo en una serie de episodios de envidias, maleficios sobre el prójimo, toda una estrategia de poder, digamos sobrenatural, que la superstición convertía en realidad.
Un rey hechizado: El primer miembro de la Casa de Borbón en España fue Felipe d’Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, que inaugura la saga, un maníaco depresivo que reinó durante 45 años con el nombre de Felipe V, quien sucedió a los Austrias. Era nieto de Luis XIV, rey de Francia, y sobrino-nieto de Carlos II el Hechizado, último de los Austrias españoles, que murió sin descendencia. Aunque Carlos II en realidad era estéril, circulaba la versión -de ahí su apodo- de que fue víctima de un hechizo que le impedía procrear. Desesperado, acudió al exorcista fray Antonio Pérez de Argüelles, que le recetó un remedio mágico. Consistía en "sesos y riñones de hombre ajusticiado, aceite bendito, enemas con polvos de víbora, pichones recién muertos sobre su cabeza y entrañas calientes de cordero sobre el abdomen". Inútil, porque el 1 de noviembre de 1700 falleció sin herederos. Antes de morir, consultó juristas, y hasta al Papa, decantándose por Felipe V como su sucesor. El otro aspirante era Carlos de Austria, descendiente de los Austrias por línea de varonía.
El infortunio no dio tregua a Felipe V ya que su mujer, María Luisa Gabriela de Saboya falleció a causa de una tuberculosis ganglionar, que sumió en tal tristeza al monarca que le llevó a a abdicar en su hijo Luis I, fallecido de viruelas y sin descendencia, lo que obligó al padre a retomar la corona hasta su muerte. a causa de un aneurisma aórtico. La mujer de Luis I, Luisa Isabel de Orléans, falleció de coma diabético. Fernando VI, hipocondríaco, hijo y sucesor de Felipe V, aunque sufrió de viruelas, terciarias, cefaleas, hernia inguinal, inapetencia, tisis diarreas, insomnio, y estirilidad, que le impidió dar un heredero a la Corona, padeció lo que ahora llamaríamos un trastorno bipolar, es decir, una psicosis maníaco-depresiva, como la de su padre que se exacerbó al fallecer sus amadísima esposa Bárbara de Braganza a causa de una carcinomatosis peritoneal y una embolia pulmonar. Él murió de una tuberculosis cerebral. Su hermano Carlos III perdió a su mujer María Amalia de Sajonia, a causa de una tuberculosis pulmonar, un año después de llegar a Nápoles donde habían reinado. Él disfrutó de una salud bastante buena y falleció a causa de una neumonía.
La leyenda negra de la Casa de Borbón sigue en 1872, cuando Mercedes y su primo el príncipe Alfonso habían iniciado una relación amorosa, cuando ella tenía solo 12 años. A pesar de la oposición de Isabel II a la boda, a causa del enfrentamiento que mantuvo con el Duque de Montpensier, y de la preferencia del gobierno por un matrimonio con alguna princesa europea (una de las candidatas deseadas fue la princesa Beatriz del Reino Unido, hija de la reina Victoria), se impusieron los deseos del ya convertido en rey Alfonso XII, celebrándose la boda el 23 de enero de 1878 en la madrileña basílica de Atocha. Fue la Reina consorte más joven de España, con 17 años. 
El matrimonio fue breve por la prematura muerte de la reina Mercedes a causa del tifus cinco meses después (aunque se llegó a rumorear que fue la sífilis lo que mató a la joven reina). Falleció en el Palacio Real de Madrid, 2 días después de su 18 cumpleaños, acompañada en todo momento por su esposo. Fue enterrada en una capilla del Monasterio de El Escorial, no pudiendo ser en el panteón real, reservado únicamente a las reinas que tuvieran descendencia. La reina Mercedes fue impulsora de la construcción de la Catedral de la Almudena de Madrid, cuya construcción se inició en 1883. Sus restos fueron trasladados a esta catedral el 8 de noviembre de 2000, en cumplimiento del deseo expresado en su día por el rey Alfonso XII.
El asesinato de Enrique IV de Borbón
El 14 de mayo de 1610 Enrique IV de Borbón, el primer monarca de esta dinastía que reinó en Francia, fue asesinado mientras paseaba en su carroza por las calles de París en compañía de varios de sus cortesanos. El autor del regicidio, un oscuro personaje con todas las características propias de un desequilibrado mental, François de Ravaillac, fue inmediatamente reducido, detenido y juzgado, confesando bajo tortura haber actuado por cuenta propia y única iniciativa.
Y, tras dos siglos de misterio, Enrique IV, rey Borbón de Francia, recuperó su cabeza. 
El monarca Enrique IV de Francia (1572-1610), primer rey Borbón de ese país, reposó al fin en paz dos siglos después de que su cabeza, cercenada de su cadáver durante la Revolución Francesa, fuese recuperada e identificada para saldar uno de los grandes enigmas de la realeza. Aunque, revivió la polémica entre las dos familias que se disputan la legitimidad de la corona francesa. Enfrentó a las dos ramas que pretenden el trono: los legitimistas, partidarios de Luis Alfonso de Borbón, y los "orleanistas", que consideraban al heredero de la casa de Orleans como sucesor. 
Al parecer, la cabeza del soberano era la que ha guardado un jubilado dentro de un cofre en el armario de su casa durante más de cincuenta años. 
Su ancestral diferencia encontró un nuevo campo de batalla en la identificación de la cabeza de Enrique IV, el rey que gobernó Francia entre 1589 y 1610 tras poner fin a la Guerras de Religión entre católicos y protestantes, que arrasaron el país en la segunda mitad del siglo XVI y cuyo episodio más conocido y trágico fue la "Noche de San Bartolomé", el 24 de agosto de 1572.
En esa noche, miles de hugonotes (protestantes) que habían acudido a París para asistir al matrimonio entre uno de sus principales valedores, el príncipe Enrique de Navarra (futuro Enrique IV) con la princesa Margarita de Valois, fueron masacrados por los católicos, en un episodio cuyas verdaderas motivaciones aún siguen siendo oscuras, a juicio de muchos especialistas.
Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou, propietario de la cabeza que Gabet y Charlier atribuían a Enrique IV, inició los trámites para poder restituirla a la basílica de Saint-Denis, al norte de París y que es el panteón de los reyes de Francia.
El Duque de Cádiz, primo hermano del actual rey de España, Juan Carlos I, quiso presidir la ceremonia de restitución de la cabeza, en un acto que le presentaría ante la opinión pública como legítimo heredero de la corona que ningún rey de Francia porta desde que en 1848 fuera derrocado Luis Felipe de Orleans, creador de la otra dinastía que también reclama el trono.
Lo cierto es que la cabeza tiene una historia bastante novelesca. Asesinado en 1610 a puñaladas, Enrique IV fue enterrado en la basílica parisiense de Saint-Denis, donde su cuerpo permaneció hasta que en 1793, en pleno "terror" revolucionario, el mausoleo real fue profanado y muchos de los cadáveres fueron decapitados y enterrados en una fosa común.
En 1817, con la restauración monárquica, Luis XVIII ordenó reabrir la fosa y reintegrar los restos reales en el mausoleo, pero la cabeza de Enrique IV no apareció.
La pista de la reliquia se perdió hasta que en 1919 el anticuario Joseph Émile Bourdais creyó haberla encontrado entre los enseres de una pintora de Montmatre, donde la compró por 3 francos.
Obstinado, el anticuario pasó la vida tratando de demostrar la autenticidad de su hallazgo. Sin éxito.
Con la Restauración, el rey Luis XVIII ordenó en 1817 extraer sus cuerpos para que recibieran sepultura, pero tres aparecieron decapitados, entre ellos, el del amado Enrique IV. No hubo noticias de la cabeza sin corona del primer rey de la casa de Borbón de Francia hasta 1919, cuando un anticuario la compró por 3 francos en la casa de subastas Drouot, convencido de que adquiría la cabeza del monarca aunque en la época nadie confió en las pruebas que aportó. 
incuenta y cinco años después, y con motivo este año del cuarto centenario de la muerte de Enrique IV, Bellanger confió la cabeza a los dos periodistas que seguían su pista desde hacía tiempo para que pudieran autentificar el hallazgo. En la actualidad, la cabeza del rey francés se encuentra custodiada por Luis Alfonso de Borbón Martínez-Bordiú, descendiente directo y jefe de la casa borbónica, además de pretendiente al trono francés como Luis XX.
El misterioso asesinato de Louis Joseph de Bourbon: Louis Joseph de Bourbon (París; 13 de abril de 1756 – Saint-Leu-la-Forêt; 27 de agosto de 1830), En este período se produce la misteriosa muerte de Louis Joseph de Bourbon (París; 13 de abril de 1756 – Saint – Leu – la – Forêt; 27 de agosto de 1830), noveno y último Príncipe de Condé y Duque Enghien, además de Príncipe de Sangre Real. Fue el único hijo de Luis José de Borbón-Condé y de Carlota Isabel Godefride de Rohan 
En 1829 Luis Enrique escribe un testamento en el que señalaba a la Baronesa de Feuchères (su antigua amante) con una herencia de dos millones de francos, sus castillos y las relativas propiedades que poseía en Francia, bajo la condición de crear un orfanato para los hijos de los soldados del ejército de la contrarrevolución. El resto de sus bienes (algo así como 66 millones de francos) se los entrega a su sobrino y ahijado Enrique de Orleans, hijo de Luis Felipe de Orleans, futuro rey de Francia.2 
La mañana de 27 de agosto de 1830, poco después de los eventos de la Monarquía de Julio, el Príncipe de Condé (o como era más comunmente llamado, Duque de Borbón) fue encontrado estrangulado con una cuerda en el cuello, cuyo extremo se encontraba atado a una ventana, extrañamente los pies del duque tocaban tierra. Nada en el vida de Luis Enrique hacía presagiar una acción suicida. 
Rápidamente circuló el rumor que había sido mandado a asesinar por Luis Felipe de Orleans y su esposa María Amalia para hacerse con la fortuna heredada de su hijo. El confesor de Luis Enrique, el abad Pellier de Lacroix, declaró públicamente que el último príncipe de Condé era inocente de su muerte (el suicidio era proscrito como delito y herejía). La tesis del asesinato, sin pruebas concretas, se basaba en la presunta intención que tenía Condé en modificar su testamento en favor de Enrique de Artois, Duque de Bordeaux. Al saber esto, los padres del heredero habrían encargado el asesinato simulando un suicidio. 
Los Orleans y sus seguidores se empecinaron en demostrar su inocencia basándose en la amistad que tenían con Condé, además de las falta de pruebas de que éste último quisiera modificar su testamento. 
Hoy se sostiene que la causa más probable haya sido un intento de estrangulamiento practicado con fines eróticos (asfixia autoerótica). En esto habría estado implicada su antigua amante la Baronesa de Feuchères, quien en un intento de encubrir la vergonzosa situación, simuló un suicidio con la ayuda de su hermano. Pero la Baronesa, que fue públicamente sospechosa, no fue jamás llamada a declarar.
Trágica muerte de Enrique María de Borbón: Paradójicamente, los Borbones deben su continuidad en la Corona al trágico colofón de la frenética vida de Enrique, que murió en 1870 en duelo con Antonio María de Orleans, hijo del rey de Francia, quien echó así por tierra sus grandes posibilidades de instaurar la dinastía de los Orleans en España tras la fugaz primera República de 1873 que liquidó el impopular reinado de Isabel I. La muerte violenta de Enrique María de Borbón, que se había postulado a sí mismo como rey consorte para democratizar la monarquía con el apoyo de la masonería, cerró la puerta a los Orleans, cuya instauración en el trono había sido fraguada por Isabel II. 
Enrique de Borbón fue uno de los pretendientes para contraer matrimonio con Isabel II, pero fue descartado por ser liberal, especialmente tras sus declaraciones de que esa fórmula democratizaría a la Corona española. El elegido fue Francisco de Asís de Borbón, duque de Cádiz, una persona manejable, de claras tendencias homosexuales. Galdós rememoró en 1909 en uno de sus episodios nacionales -España trágica, la violencia de 1870- "que empieza con la muerte en duelo de Enrique de Borbón y termina con el vergonzoso atentado contra Prim por bandoleros orientados por los republicanos pero pagados con el oro de los negreros borbónicos cubanos", como premonición de los estallidos revolucionarios en España desde 1875 a 1931.
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