Denominación historiográfica del estilo artístico que se desarrolló en Europa occidental durante los últimos años de la Edad Media, desde mediados del siglo XII hasta la implantación del Renacimiento (siglo XV para Italia), y bien entrado el siglo XVI en los lugares donde el gótico pervivió más tiempo. Se trata de un amplio período artístico, que surge en el norte de Francia y se expande por todo Occidente.
Antigua iglesia medieval, muy reconstruida tras los destrozos de la Segunda Guerra Mundial. Muestra una acusada influencia del gótico francés con gran sentido ascensional y torres muy elevadas.
La Catedral de Aquisgrán (Aachen y en Aix-la-Chapelle) es considerada la catedral más antigua del norte de Europa. Su origen se remonta a la Capilla Palatina construida por el emperador franco Carlomagno a finales del siglo VIII.
Hasta el siglo XVI la Capilla sería utilizada como el lugar tradicional de coronación de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que se consideraban sucesores de Carlomagno.
Hasta el siglo XVI la Capilla sería utilizada como el lugar tradicional de coronación de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, que se consideraban sucesores de Carlomagno.
En 1414 a la Capilla original se le añadió un audaz
CORO GÓTICO sin contrafuertes ni arquitrabes.
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El arte gótico se presenta en Francia como sucesor del románico, pero de ninguna manera supone una mera continuación. La renovación es absoluta. Las maravillas, abundantes.
Catedral de Amiens. Fuente
El arte gótico se presenta en Francia como sucesor del románico, pero de ninguna manera supone una mera continuación. Está imbuido de una nueva filosofía y responde a una realidad socioeconómica muy diferente.
La nueva y grandiosa arquitectura de las ciudades recuperadas es consustancial al fenómeno gótico, pero no fue ni mucho menos su única expresión. En el siglo XII se traduce a Aristóteles y sus ideas opuestas al platonismo se extienden por toda Europa gracias, en gran medida, a Santo Tomás; la sensación prima ahora sobre la abstracción; pintores y escultores dejan a un lado el expresionismo y el simbolismo del románico para basarse en la observación y el cálculo e iniciar una búsqueda del naturalismo. En Italia y en Inglaterrase viven procesos muy similares, que dan lugar a resultados parecidos, aunque con ciertas diferencias.
Es en Francia donde la monarquía feudal emerge más poderosa, en la figura de los Capeto. El abad Suger, consejero real, decide reformar, entre 1132 y 1140, el lugar de enterramiento de los reyes de Francia: la abadía de Saint Denis, en un estilo más grandioso que se asocie a la dinastía reinante. Emplea la bóveda de crucería y el arco apuntado. El espacio que dejaba libre el muro es ocupado por la vidriera, en la que Suger busca despertar la mente de los creyentes de las tinieblas mediante la luz.
Entre el siglo XII y XIII tres catedrales marcarán el canon gótico que luego se extenderá por toda Europa: las de Chartres, Reims y Amiens. En la segunda mitad del XIII, la Sainte Chapelle de París lleva hasta el extremo la eliminación del muro, sustituido totalmente de vidrieras en lo que ha sidollamado el gótico radiante
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Basílica de Saint-Denis
En 1144, la consagración del coro de la basílica representó el advenimiento de una nueva arquitectura. El abad Suger, consejero real, decide reformar la abadía que era el lugar de enterramiento de los reyes de Francia y dotarla de un estilo más grandioso.
Emplea para ello la bóveda de crucería, el arco apuntado, la vidriera. Suger utiliza la magia de la luz para despertar la mente de los creyentes y construir un espacio espiritual desconocido hasta entonces.
El abovedado adoptó la técnica de la cruz de ojiva que permite repartir mejor la fuerza de las columnas. Así, cada una de las capillas laterales podía recibir la luz de colores a través de grandes ventanales gemelos decorados con vidrieras.
Catedral de Amiens
Con influjos evidentes de las catedrales de París y Chartres, Notre-Dame de Amiens es la mayor y más alta de todas las catedrales góticas francesas: mide 42,3 metros bajo la bóveda.
La magnífica fachada principal tiene una disposición tripartita en el plano horizontal tanto como en el vertical: tres portales que se abren a las tres naves del interior, tres niveles de altura y dos torres que, inacabadas, representan el único elemento inarmónico. Es notorio el profundo abocinamiento de los pórticos y las ventanas, con gran número de arquivoltas.
Aunque responde a los cánones habituales del gótico clásico, muestra ya algunos elementos innovadores del flamígero, como el rosetón, la bóveda septentrional o la galería entre el coro y trascoro.
Catedral de Chartres
Edificio paradigmático dentro del modelo gótico, la Catedral de Chartres marca el arquetipo del gótico en el norte de Francia e inicia una fase de plenitud, en la técnica y en el estilo, que influirá decididamente en la mayor parte de las construcciones posteriores, muy especialmente en las catedrales de Reims y Amiens.
Al ser uno de los pocos edificios que conserva la práctica totalidad de sus vidrieras originales, Chartres puede considerarse el monumento más sobresaliente entre todos los que se conservan del siglo XIII. Su interior es, gracias a ello, uno de los que evocan con más autenticidad el ambiente original de las catedrales góticas.
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Las catedrales góticas en España tienen una gran riqueza tanto monumental como arquitectónica. En cualquiera de los rincones de España existen catedrales que merece la pena visitar.
Estos templos tienen grandes dimensiones y precisaron enormes recursos para su construcción. Habitualmente su edificación se extendió a varios siglos, por lo que suelen ser el resultado de distintas épocas y estilos arquitectónicos.
A continuación os mostramos algunos de los templos más reconocidos de nuestro país consideradas de estilo Gótico.
La actual Catedral de León, iniciada en el siglo XIII, presenta un diseño del más depurado estilo gótico clásico francés. Conocida como la pulchra leonina y Catedral de santa María de Regla. Se encuentra en pleno Camino de Santiago. Es junto a la Catedral de Burgos una de las mejores muestras del Gótico español.
La Catedral de León es conocida sobre todo por llevar al extremo la desmaterialización del arte gótico, es decir, la reducción de los muros a su mínima expresión, con el objetivo de ser sustituida la piedra por el vidrio, constituyendo una de las mayores colecciones de VIDRIERAS medievales del mundo. Estas vidrieras son restauradas continuamente para ofrecer al visitante el mejor de los espectáculos. No perderse su interior sobre todo cuando entra el sol a través de las vidrieras, algo único de la catedral. Sencillamente impresionante.
La Catedral de Santa María de Burgos es un templo católico dedicado a la Virgen María. Su nombre oficial es Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santa María de Burgos. Su construcción comenzó en 1221, siguiendo patrones góticos franceses.
Tuvo importantísimas modificaciones en los siglos XV y XVI. Las últimas obras de importancia pertenecen ya al siglo XVIII, siglo en el que también se modificaron las portadas góticas de la fachada principal.
El estilo de la catedral es el gótico, aunque posee, en su interior, varios elementos decorativos renacentistas y barrocos. La construcción y las remodelaciones se realizaron con piedra caliza extraída de las canteras del cercano pueblo burgalés de Hontoria de la Cantera.
La catedral burgalesa fue declarada Monumento Nacional en 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1984. Es la única catedral española que tiene esta distinción de la Unesco de forma independiente.
La Catedral de Ávila es considerada la primera Catedral gótica de España con influencias francesas y cierta semejanza con la Basílica de Saint-Denis primera iglesia gótica.
La mayoría de los historiadores otorgan al maestro Fruchel la autoría de la Catedral y la fechan en el siglo XII. Se cree que Fruchel construyó la parte más antigua de la catedral, la correspondiente a la cabecera, mientras que el cuerpo de naves, las capillas adyacentes y el remate de las torres, serían fruto de las sucesivas obras entre los siglos XIII y XVI.
Considerada calle mayor de Europa, el Camino de Santiago Francés desde Roncesvalles es, sin duda, la ruta del Camino de Santiago con mayor tradición, aunque el privilegio de la ruta más antigua recaiga en el Camino Primitivo, que transcurre por el norte. Sus huellas se remontan al siglo IX, poco después del descubrimiento de los restos del Apóstol. De gran riqueza artística y paisajística, acoge a peregrinos de hasta 150 países.
Su mayor tradición histórica y el peso y recorrido que tiene en el ámbito internacional han logrado que en los albores del siglo XXI, cuando se cumplen 20 años de su declaración como patrimonio mundial por la UNESCO, el Camino Francés reviva con fuerza. Las estadísticas lo avalan. A lo largo del 2013 llegaron a Santiago de Compostela 215.880 peregrinos, una cifra tan solo superada desde que se tienen registros en el último año santo 2010. De entre ellos, más del 70 % lo hicieron por este itinerario que se inicia en Francia y que, tras salvar los Pirineos, cubre el norte de la península ibérica de este a oeste y, por la noche, se guía con el rastro marcado por la Vía Láctea.
El que fue considerado calle mayor de Europa, título refrendado en 1987 al ser declararlo primer itinerario cultural europeo, adquiere en la actualidad un matiz si cabe más global al acoger a un mayor número de romeros ultrapirenaicos, que llegados de hasta 150 países distintos recorrerán el Camino de Santiago a pie, en bicio a caballo.
El trazado del Camino Francés
El Camino de Santiago Francés cuenta con un itinerario preciso en el país galo, de donde parten cuatro ramales. Tres de ellos, con origen en París-Tours, Vézelay-Limoges y Le Puy-Conques, confluyen en Ostabat, población situada a 20 kilómetros de Saint-Jean-Pied-de-Port. Tras cubrir este corto trayecto juntos y trepar por los Pirineos, los peregrinos acceden a España por Roncesvalles. El cuarto recorrido galo, procedente de Arles-Toulouse, entra a su vez por el puerto de Somport y continúa hasta Jaca, localidad situada en la comunidad española de Aragón. Ambas variantes no se unificarán hasta Puente la Reina (Navarra), una de las localidades con mayor acervo jacobeo.
Desde este punto el Camino frances mantiene un único itinerario hasta la llegada a Galicia, con pequeñas variantes en algunos tramos, como las que optan, a partir de Sahagún, y de forma minoritaria, por continuar camino por las antiguas vías o calzadas romanas. Llegados a Galicia, y tras salvar el legendario ascenso a O Cebreiro, los romeros avanzarán en un rápido ambular entre los bosques autóctonos de la provincia de Lugo y las praderas y pequeños montes de A Coruña. Si se parte desde el país galo, y tras casi un mes de peregrinación, se alcanza entonces Santiago de Compostela.
Camino Francés: del esplendor al olvido
La peregrinación desde Francia se mantiene ininterrumpida desde el siglo IX tras llegar al país vecino y a diversos rincones de Europa noticias del supuesto hallazgo de los restos del Apóstol en Santiago. A pesar de ubicarse la tumba, y la posterior Catedral de Santiago, en un extremo occidental europeo, este hecho no supuso ningún problema para los centenares de romeros que, procedentes de Alemania, Italia o Francia, pronto comenzaron a arribar a Compostela.
Del país galo partió uno de los primeros caminantes documentados, Godescalco, obispo de Le Puy, quien alcanzó la meta en el año 950. La corte carolingia, que defendía que había sido Carlomagno el descubridor de los restos, funcionó como altavoz para esta vía de peregrinación que, ante los azotes del islam, también fue potenciada por diversos monarcas visionarios españoles necesitados de milagros y leyendas que animasen a las tropas cristianas en sus combates contra los musulmanes.
Compostela se convertía en meta para miles de fieles a través de un recorrido que, sin embargo, no se hallaba exento de dificultades, con salteadores y diferentes peligros en todo su trayecto. Por ello, y como forma de ayuda y protección hacia los caminantes, reyes y nobles dotan al Camino Santiago Frances de servicios específicos para romeros, como una completa red asistencial con decenas de hospitales esparcidos por la toda la ruta, algunos tan significativos como el Hospital de San Marcos en León o el antiguo Hospital Real de Santiago, en la actualidad, Hostal dos Reis Católicos. La cluniacense y otras órdenes religiosas, como la templaria, contribuyeron a levantar monasterios y templos al pie del Camino, potenciando que el recorrido se convirtiese en una autopista cultural y artística.
Santos constructores, como Santo Domingo de la Calzada, san Juan de Ortega o san Lesmes, también ayudaron a edificar puentes y calzadas que facilitaron a los caminantes la tarea de salvar las barreras naturales. Al mismo tiempo los reyes aprobaban la creación de nuevos burgos junto a la ruta con estatutos jurídicos propios, muchos de ellos conocidos como burgos francos, por el origen de sus peregrinos-moradores. Jaca, Estella o Villafranca del Bierzo son algunos ejemplos.
El Códice Calixtino, la primera guía del Camino de Santiago
A finales del siglo XI el trazado francés queda fijado, algo que confirma la publicación hacia el año 1135 del Códice Calixtino, una guía medieval de peregrinación a Santiago de Compostela atribuida al clérigo francés Aymeric Picaud, en la que se describen con minuciosidad los pueblos, ríos, hospitales e iglesias que se encontrará el peregrino. En el siglo XII el Camino Francés de Santiago ya era un itinerario de masas, con hasta mil peregrinos diarios llegados a Compostela, una cifra que, sin embargo, no se puede autentificar ante la inexistencia de pruebas documentales.
El esplendor del itinerario se mantiene hasta el siglo XVI (en el 1434 se celebra el primer año jubilar documentado), aunque poco a poco comienza a remitir y oscurecerse. El cambio de mentalidad, una dura crítica a ciertas tradiciones jacobeas, como la del voto de Santiago (injusta renta medieval que se entendía como una compensación de la España cristiana al apoyo divino del Apóstol durante la Reconquista y que sirvió como base económica para las distintas instituciones jacobeas compostelanas) y la llegada al poder en el siglo XIX de los Gobiernos liberales contribuyen a que el Camino de Santiago Francés entre en un periodo de decadencia, tan solo rehabilitado por el redescubrimiento de las reliquias del Apóstol en la catedral santiaguesa en 1879 y la confirmación de la autenticidad de los restos por parte del papa León XIII cinco años después.
El Camino Francés, símbolo histórico de unidad europea
A mediados del siglo XX, a partir de la dura posguerra mundial, comienza a notificarse la llegada de nuevos peregrinos que recorrían el viejo itinerario en busca de ese símbolo histórico de la unidad europea. Se fundan las asociaciones de amigos del Camino de Santiago y se señaliza la ruta con las características flechas amarillas. El año 1993, año santo, supone un punto de inflexión con un apoyo decidido por parte de la Xunta a su recuperación y por el renovado interés de los peregrinos en llegar a Santiago, sean sus motivos religiosos, culturales o deportivos. Desde entonces la vía francesa no ha parado de crecer, con números que se superan año tras año y que pueden convertirse en una desventaja ante el riesgo de masificación.
Sin embargo, los puntos a favor de recorrer el Camino frances son incontestables. Sus valores artísticos, con innumerables muestras del mejor arte románico o gótico, o su grandeza medioambiental, que permite al caminante conocer desde las encantadoras poblaciones francesas, los escarpados Pirineos, las villas fortificadas de Navarra, la región vitivinícola de La Rioja, la silenciosa y dura meseta castellana, la comarca maragata de Astorga o la verde Galicia, son dos argumentos de peso. También el de atravesar poblaciones tan destacadas como Pamplona, Logroño, Burgos, con su bellísima catedral, León o enclaves de claro sabor jacobeo como Puente la Reina, Santo Domingo de la Calzada o Sahagún.