Padres: Mínimo de tres hijos para salvar España |
El Alcalde de Zalamea (5/5/2014): Hay causas que son tan elevadas, tan sagradas y tan bellas que necesitan de mucha humildad para defenderlas, que necesitan de cierta genialidad para transmitirlas, que precisan de ternura y amor, que precisan palabras apropiadas y formas exquisitas, elegantes discursos y estrategias meditadas. Que para que tengan éxito hay que tocar los corazones y elevar las almas, abrir ojos y curar sorderas. Hay causas que van en vasijas de barro y debemos tomarlas con el cariño con el que se cuida de un recién nacido y mimarlas con la ternura de una madre que pasa noches sin dormir por un hijo enfermo...
Son causas que siempre deben estar por encima de las ideas y de la torpe lucha partidista. Son cuestiones urgentes, elementales, pero aparentemente perdidas en un mundo enloquecido de racionalismo en exceso. Por eso son causas que solo serán movidas por sentimientos positivos y jamás lograrán nada con palabras altisonantes, condenas tremebundas y exabruptos dañinos. Menos aún con esas divisiones que provocan quienes señalan y acusan como si estuvieran en un pedestal de moralidad... Fariseos de todos los tiempos, nunca cambiaréis. Un ejemplo: el éxito de comunicación del Papa Francisco, cuyo mensaje es siempre el eterno mensaje que la Iglesia no se cansa de repetir, se ha logrado precisamente dando un giro a las formas, no a los fondos, ganando las simpatías de muchos medios que hace poco tiempo dirigían envenenadas campañas contra el cristianismo. Tanto tenemos que aprender...
Pero he aquí que en España -y hoy quiero tocar la fibra de quienes piensan parecido a mi, no a quienes mantienen posiciones políticas más bien diferentes-, desde hace muchos años, cierto ámbito que quiere defender políticamente principios muy importantes, comete errores de bulto que solo llevan a desprestigiarlos -cuánto conviene al sistema-, provocando un daño muy grave. Veamos algunos puntos inquietantes, porque diríase que el adversario político logra dañarnos sin demasiado esfuerzo:
El patriotismo: algunos creen que el patriotismo debe ser patrimonio de una ideología política concreta, cuando todos deberíamos de estar unidos por la Nación por encima de las ideas. Ese patriotismo contradictorio es falso patriotismo, pues rechaza a quien no piensa igual, creando división. Al final, dañan a la causa de la unidad de España, que debe estar por encima de las ideologías.
La vida: algunos creen que la defensa de la vida es patrimonio de su ideología, cuando en los diversos partidos encontramos personas preocupadas por el disparate del aborto. Así, a quienes utilizan la defensa de la vida como arma arrojadiza, se les ha visto, de forma contradictoria, invertir esfuerzo en criticar a organizaciones provida, e incluso a la Iglesia Católica, solo porque no apoyan a su partido. Al final, dañan a la causa de la vida, que debe estar por encima de las diferentes organizaciones o partidos que la defienden.
La familia: algunos critican permanentemente a la sociedad sin saber dar el testimonio preciso y precioso de la belleza de la familia, de la única familia. Así, generan antipatías en un mundo que permanentemente sospecha y que necesita que le hablen al corazón, que necesita tocar y sentir lo bueno, lo verdadero y lo bello. Así, quienes condenan a los demás sin entender sus circunstancias, jamás lograrán nada positivo para la fundamental institución familiar.
Las víctimas del terrorismo: algunos han utilizado políticamente a las víctimas para hacer oposición al Gobierno de turno y después se han olvidado de ellas,incluso las han insultado y despreciado. Es otra muestra de una sociedad enferma, dirigida por unos políticos nefastos e inmorales. Al final, la causa de las víctimas ha perdido muchos puntos delante de la sociedad cuando los que han sufrido por España deberían ser un referente moral de todos.
Acabamos de ver una serie de cuestiones muy importantes, buenas causas, que deben ser tratadas con mucho respeto porque, actitudes interesadas y formas poco adecuadas pueden acabar haciendo más daño que bien. Algunos no me entenderán, porque su lucha política consiste en manipular estas causas por puro interés y sólo buscan matices o sacar afirmaciones de contexto para enfrentar y dividir.
En este tiempo España necesita urgentemente un compromiso por unos principios básicos para lograr la gran transformación política que necesitamos. No se puede exigir un acuerdo de todos con todo, esto es, que todos pensemos exactamente igual. Así es la política. Pero si de verdad estamos convencidos de nuestros principios, podremos avanzar de la mano en muchas cuestiones con quienes piensan diferente.
Publicado por Blas Piñar Pinedo