La gran Tribulación que llega
Juan Pablo II en Fulda-Alemania 1981
HISPANIDAD-Eulogio López (15/09/2015): Es posible mitigar el castigo pero no evitarlo. Y lo dice el casi racionalista Karol Wojtyla. Al parecer, la gran tribulación no es opinión de cuatro majaderos amigos de lo esotérico. La Virgen María cumple un papel clave en este momento de la historia. No, no había sufrido el atentado aún. Fue en una reunión con cristianos en Alemania.
La pregunta clave de aquella charla con católicos ‘selectos’ -que vaya usted a saber qué significa eso- es la que uno de los selectos formuló: ¿Qué va a pasar con la Iglesia? A eso, Karol Wojtyla (en la imagen) responde, algo que no deben perderse: “Nosotros debemos prepararnos para sufrir grandes pruebas dentro de poco, tales que demandarán de nosotros una disposición a perder la vida, y una total dedicación a Cristo y por Cristo… Con vuestras oraciones y las mías es posible mitigar esa tribulación, pero ya no es posible apartarla, porque solo así la Iglesia puede ser efectivamente renovada. ¿Cuánto tiempo llevará la renovación de la Iglesia surgida de la sangre? Ese tiempo, demasiado, no será de otra manera. Nosotros debemos ser fuertes y estar preparados, y confiar en Cristo y en su Madre, y ser muy, muy asiduos en el rezo del Rosario”.
Es decir, que la gran tribulación no es obra de cuatro majaderos amigos de visiones, sino que lo dice san Juan Pablo II, el papa más tomista, racional y escolástico que recuerdan los tiempos modernos.
Entonces, estaba en solfa el tercer secreto de Fátima, sobre el que luego ha habido tanta parafernalia, acerca de si ese tercer secreto se había contado entero o no. Bueno, lo cierto es que esa gran tribulación que se prepara es asunto recurrente, en especial en las apariciones marianas. El problema es que en las más claras, apocalípticas, si lo prefieren de esas apariciones y revelaciones marianas (Garabandal en España y Medjugorje en Bosnia-Croacia) han sido los obispos, la jerarquía, quienes han censurado el mensaje de Santa María y resulta que la Virgen cumple el papel clave en este momento crucial de la historia.
Pero insisto es el racionalísimo y escolástico san Juan Pablo II quien habla de un tiempo de tribulación que ya no puede ser evitada, sólo mitigada, y donde el arma de los cristianos será el Santo Rosario, es decir, La Señora y la oración que el intelectual medio desprecia con más interés.
Digo que todavía ni se había producido el atentado de Alí Agca -faltaban semanas- y digo que hablaba del III Secreto de Fátima, revelado en tiempos de Benedicto XVI. Pero lo que sí digo es que Juan Pablo II, habló (¿por qué lo hizo?) de datos como ese: “Por otra parte, debería ser suficiente para todos los católicos saber esto: si hay un mensaje en el cual está escrito que los océanos inundarán todas las áreas de la Tierra, y que en un momento millones de personas perecerán, verdaderamente la publicación de tal mensaje ya no es algo tan de desear”.
Han leído bien: océanos inundarán todas las zonas de la tierra. Ninguno de los despreciados videntes de Garabandal, Medjugorje, Amsterdam o Akita, han dicho alto tan duro.
Y entonces, ¿por qué no se dice? Seguimos respondiendo con Juan Pablo II en Fulda: “Muchos quieren saber simplemente por curiosidad y por el gusto de lo sensacional, pero ellos olvidan que el conocimiento también implica responsabilidad. Ellos procuran solo la satisfacción de su curiosidad, y es peligroso si, al mismo tiempo, no están dispuestos a hacer algo, y si ellos están convencidos que es imposible hacer nada contra el mal”. Parece claro que ni la curiosidad, ni la negación irracional, ni la desesperación sirven para nada cuando hablamos del fin de la historia. Y hay mucho de todo eso.
En definitiva, ¿estamos próximos a la gran tribulación? Estoy seguro que sí. Es más, pienso, como otros muchos, que se ha retrasado y que ya no puede retrasarse (mitigarse) mucho más. ¿Es el fin del mundo? Creo que no, después de este sufrimiento (en Garabandal se describe como la ‘troika’: aviso, milagro y castigo). Luego el triunfo de Cristo y la Nueva Jerusalén, una Iglesia purificada, una sociedad donde no prive el miedo sino el amor (la civilización del amor, de la que hablaba Juan Pablo II). Mientras tanto, algunos siguen discutiendo si son galgos o son podencos.
Eulogio López:
Leyes peperas con olor a Masonería en la última etapa de legislatura.El Nuevo Orden Mundial (NOM) actual viene marcado por la cristofobia y por el odio a la inocencia.
Los dos medios de los obispos están manipulados por homosexualistas, feministas, blasfemos y tibios. Y algunos de sus gestores se dedican al saqueo. Total: pagan los curas. Pretender lanzar-hacer medios cristianos sin periodistas cristianos es como hacer vino sin uvas. ¿Sectarismo? ...
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