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jueves, 22 de septiembre de 2022

El Islam: perseguidor de cristianos


El Islam: perseguidor de cristianos
22/09/2022 Iglesia

P. D. Eduardo Montes

El P. Eduardo Montes Esteire, sacerdote diocesano, es licenciado en Teología Fundamental en la Universidad Gregoriana de Roma y estudioso de la Historia de las Religiones en general y del islam en particular.

El sábado 24 de septiembre impartirá una conferencia titulada: ¿Qué pensar sobre el islam? en el espacio Ardemans de Madrid (AQUÍ).

¿Por qué decidió impartir una charla sobre lo que hay que pensar sobre el islam?

Ahora que Vd. lo dice caigo en la cuenta de que no hay mucha necesidad de organizar conferencias u otro tipo de actos desde el momento en que una cualidad positiva de los musulmanes en general es su sinceridad rotunda con que hacen públicas sus aspiraciones respecto a los no musulmanes: Afirmaciones como «con vuestras leyes democráticas os invadiremos, con nuestras leyes religiosas os dominaremos» o lo que en abril de 1974 declaraba en la mismísima ONU el presidente de Argelia entre 1965 y 1978 Houari Bumedian: «Un día millones de hombres abandonarán el Hemisferio Sur para irrumpir en el Hemisferio Norte. Y no lo harán precisamente como amigos. Porque comparecerán para conquistarlo. Y lo conquistarán poblándolo con sus hijos. Será el vientre de nuestras mujeres el que nos dé la victoria». Y el actual presidente de Turquía Erdogan el 6/12/1997 hizo públicamente suyas estas palabras de un poeta turco: «Los minaretes son nuestras bayonetas, las cúpulas nuestros cascos, las mezquitas nuestros cuarteles y los creyentes nuestros soldados», son suficientemente claras para saber lo que debemos pensar sobre el islam.

De todos modos, teniendo en cuenta que el tema del islam es inmenso e interesantísimo creo que podré ofrecer algunos datos útiles a todos los que el día de la conferencia me honren con su atención.


¿Por qué no se advierte desde los púlpitos sobre la amenaza islámica sobre España y Europa, especialmente?

En general, con honrosas excepciones, lo que se hace desde los lugares a que Vd. alude es todo lo contrario, contribuyendo así a la islamización en dulce de Europa. ¿Por qué? Aquí yo invitaría a prestar atención a una reciente reflexión de Pío Moa sobre el término «revisionismo». Esta palabra de manera automática se maneja como llena de un contenido negativo y no tiene por qué ser así. La vida nos enseña a «revisar», por ejemplo, la adhesión o el rechazo a ciertas ideas o proyectos a los que, con la aparición de nuevos datos o experiencias de los que antes no disponíamos, podemos adherir o rechazar, según los casos, con fundamento racional. A mi modesto juicio los católicos deberíamos también revisar un breve texto que está en la base de esas actitudes blanqueadoras a las que Vd. alude en su pregunta. Es un texto del Vaticano II de rango menor con respecto a las Constituciones dogmáticas pero que sigue formando parte del conjunto de documentos emanados de tan augusta asamblea. Es la Declaración Conciliar Nostra Aetate, está al alcance de cualquiera en la red y allí vemos una presentación de la religión islámica en la que únicamente se hace alusión a aspectos como la práctica de la limosna, la peregrinación o el monoteísmo y lo referente a la llamada guerra santa o yihad sencillamente no aparece. Que se pregunte a los miles de cristianos perseguidos en países islámicos si esa visión de colorines tiene algo que ver con la realidad.

Incluso ha habido algún sacerdote católico español al que han querido condenar por denunciar el islam. ¿Teme ser perseguido por hablar de este tema?

Cualquiera que hable de este tema en otros términos que no sean de absoluta conformidad puede ser perseguido. Aquí hay otra cuestión importante que exige revisión para ser mínimamente justos. Y es que para las Naciones Unidas existe el delito de islamofobia, pero no el de cristianofobia. Y la sangrante realidad es que los asesinados por su condición religiosa NO son los musulmanes -y nos parece muy bien que no se persiga injustamente ni a ellos ni a nadie- sino los cristianos. Sólo en Nigeria ya han sido asesinados 3.000 cristianos por el grupo islamista radical Boko Haram. Es urgente que todos los que puedan hacerlo presionen para que esa situación de desamparo legislativo sea revisada y corregida eficazmente.


Algunos hablan de un islam moderado que se desmarca del integrismo y terrorismo. ¿Se puede sostener esa tesis?

Pues un musulmán tan destacado como el presidente de Turquía Erdogän ha dicho públicamente que no está de acuerdo con la expresión de islam «moderado», «el islam es el islam» sentencia el político turco. Lo que sí se puede hablar con fundamento es de musulmanes más que moderados, yo diría heroicos. Por citar un ejemplo, y sin duda habrá muchos más, el caso de Salman Tasir, en enero del 2011. Era gobernador del estado pakistaní del Punjab y fue asesinado por uno de sus guardaespaldas por reclamar la reforma de la ley de la blasfemia. Y desde luego que cuando hizo esa reclamación sabía a lo que se exponía.

¿Dónde está a su juicio el principal peligro del islam y en que se basa para demostrarlo?

El principal peligro está en la pérdida de la identidad occidental. El islam frente a sí no tiene a nadie. O casi a nadie. Están, eso sí, los mártires cristianos actuales. Sólo en Nigeria más de 3.000. Y cuidadosamente olvidados. Recordemos que la campaña de Black live matter tuvo eco enorme en el mundo y se trataba de un solo negro y, además, el que le mató iba a ser sometido a procedimiento judicial. Uno frente a 3.000 -de la misma raza todos- pero ya vemos con qué diferencia de trato. Estamos cometiendo -cada uno según su grado de responsabilidad- un gravísimo pecado de omisión. ¿Qué podremos responder a Dios cuando nos pregunte, como le preguntó a Caín, qué hemos hecho por nuestros hermanos de las minorías cristianas de tantos países islámicos? Aparte de eso estamos desaprovechando el argumento apologético de la constancia de los mártires actuales. Porque eso sí, la Iglesia de los escándalos es también la Iglesia de los mártires, de miles de mártires.