CEE a la sociedad adormecida y enferma por la ideología:
Aborto, desnaturalización del matrimonio,
familias a la carta, FIV, anticoncepción, EpC...
"Nadie puede votar leyes como las vigentes,
que dañan gravemente las estructuras de la sociedad".
Conferencia Episcopal Española:
Texto íntegro del documento: 'La verdad del amor humano"
Congreso Mundial Familias-Madrid 2012:
“La familia fundamentada en el matrimonio y abierta a la vida"
REDACCIÓN HO:
La mejor respuesta a la "ideología de género" y a la actual crisis matrimonial es la "nueva evangelización". Los obispos españoles resumen así la situación actual en su documento:
"La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar", que este mediodía ha presentado la Conferencia Episcopal Española (CEE).
El texto fue aprobado por la XCIX Asamblea Plenaria y lleva fecha de 26 de abril de 2012. Ha sido revisado, para su publicación, por la última Comisión Permanente, celebrada los días 19 y 20 del pasado mes de junio, y marcará el trabajo de los obispos españoles en los próximos años.
Los prelados alertan contra las imposiciones de esta ideología, que convierte a España en una "sociedad adormecida" y llaman a los católicos a oponerse a las legislaciones que amparan el aborto, la desnaturalización del matrimonio al equipararlo a las uniones homosexuales, la anticoncepción, la fecundación in vitro o Educación para la Ciudadanía.
A través de 27 páginas y a lo largo de seis capítulos, los obispos anuncian el evangelio del matrimonio y de la familia como un bien para toda la humanidad. Se explica que "las prácticas abortivas, las rupturas matrimoniales, la explotación de los débiles y de los empobrecidos -especialmente niños y mujeres-, la anticoncepción y las esterilizaciones, las relaciones sexuales prematrimoniales, la degradación de las relaciones interpersonales, la prostitución, la violencia en el ámbito de la convivencia doméstica, las adicciones a la pornografía, a las drogas, al alcohol, al juego y a internet, etc., han aumentado de tal manera que no parece exagerado afirmar que la nuestra es una sociedad enferma".
El texto recoge orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar. Afirma que el ser humano no puede vivir sin amor, y que el matrimonio es un bien social de primer orden que reclama mayor compromiso político. Así lo subrayaba también Mons. Juan Antonio Martínez Camino en la presentación del documento ante los medios:
"Esperamos que haya políticos de este gobierno o de cualquier otro, y en todos los niveles de la administración, capaces de entender bien la trascendencia personal y social del amor conyugal, del matrimonio y de la familia".
En una breve introducción, ofrecen el contexto para comprender mejor el documento, con menciones particulares al Concilio Vaticano II, la exhortación apostólica “Familiaris consortio” (Juan Pablo II, 1981) y el magisterio que sobre la familia y la vida han publicado los obispos españoles en los últimos años.
Como recuerda el texto, la CEE ya venía llamando la atención sobre “las nuevas circunstancias en las que se desarrollaba la vida familiar, y la presencia en la legislación española de presupuestos quedevaluaban el matrimonio, causaban la desprotección de la familia y llevaban a una cultura que, sin eufemismos, podía calificarse como una cultura de la muerte”. El tiempo transcurrido permite advertir motivos para la esperanza en amplios sectores de la sociedad que valoran adecuadamente el bien de la vida y de la familia “Hemos de reconocer – señalan los obispos- que a la difusión de esta conciencia ha contribuido grandemente la multiplicación de movimientos y asociaciones (…) Estas luces, sin embargo, no pueden hacernos olvidar las sombras que se extienden sobre nuestra sociedad” (aborto, rupturas matrimoniales, explotación de los débiles y empobrecidos, etc.). Detrás de estos fenómenos negativos, “está la profusión de algunos mensajes ideológicos y propuestas culturales; por ejemplo, la de la absolutización subjetivista de la libertad que, desvinculada de la verdad, termina por hacer de las emociones parciales la norma del bien y de la moralidad”.
Por todo ello, movidos por el deseo de contribuir al desarrollo de la sociedad, los obispos proponen de nuevo “a los católicos españoles y a todos los que deseen escucharnos, de manera particular a los padres y educadores, los principios fundamentales sobre la persona humana sexuada, sobre el amor esponsal propio del matrimonio y sobre los fundamentos antropológicos de la familia”.
Se subraya que con "las teorías de "género" el cuerpo queda reducido a materia manipulable para obtener cualquier forma de placer". Unas ideologías que persiguen "enmascarar algunas de las verdades básicas de las relaciones humanas". El documento habla de "deformación lingüística"al emplear el término "pareja" "cuando se habla de matrimonio", "la inclusión en el concepto de "familia" de distintos "modos de convivencia" más o menos estables, como si existiese una especie de "familia a la carta"; el uso del vocablo "progenitores" en lugar de los de "padre" y "madre"; la utilización de la expresión "violencia de género" y no la de "violencia doméstica" o "violencia en el entorno familiar", expresiones más exactas, ya que de esa violencia también son víctimas los hijos".
"Como pastores, hemos denunciado el modo de presentar la asignatura de "Educación para la Ciudadanía". También hemos querido hacer oír nuestra voz ante las exigencias que se imponen, en materia de educación sexual, en la "Ley de salud reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo". Vemos con dolor, sin embargo, que las propuestas de la "ideología de género", llevadas a la práctica en programas de supuesta educación sexual, se han agudizado y extendido recientemente; no pocas veces facilitadas, cuando no promovidas, por la autoridad competente a la que ha sido confiada la custodia y promoción del bien común. Son medidas que, además de no respetar el derecho que corresponde a los padres como primeros y principales educadores de sus hijos, contradicen los principios irrenunciables del Estado de derecho", añade el texto, que insiste en que "si nos atenemos al caso de la legislación actual en España sobre el matrimonio, es un derecho y un deber de los ciudadanos mostrar su desacuerdo e intentar la modificación de la ley que redefine el matrimonio eliminando su contenido específico".
"No hay, en las políticas que se hacen en nuestro país, un reconocimiento suficiente del valor social del matrimonio y la familia", añaden los obispos, que apuntan que "los procedimientos democráticos, tan importantes y necesarios en la construcción y desarrollo de la convivencia social, no determinan, por sí mismos, la verdad y la bondad del matrimonio y de la familia", puesto que "el matrimonio y la familia son instituciones fundamentales en la promoción del bien común, el legislador ha de dictar leyes que favorezcan su existencia y desarrollo. Y eso exige, en primer lugar, que las disposiciones que se adopten no contribuyan a diluir la realidad. El lenguaje y la terminología no son inocentes (...). Realidades diferentes no pueden ser tratadas como si fueran iguales. Reconocer la diferencia no es discriminación, sino justicia"
"Las leyes vigentes en España no reconocen ni protegen al matrimonio en su especificidad. Asistimos a la destrucción del matrimonio por vía legal", continúa el texto, que añade que "nadie puede refrendar con su voto leyes como las vigentes, que dañan tan gravemente las estructuras básicas de la sociedad. Los católicos, en particular, deben tener presente que, como servidores del bien común, han de ser también coherentes con su fe".