Misa en el Cementerio de los Mártires de Paracuellos
(18 de noviembre de 2012)
(18 de noviembre de 2012)
«Primavera para España,
constelación de estrellas que nos anuncian el cielo»
Clausura del LXXV Aniversario del Martirio
de los 119 Beatos de Paracuellos de Jarama
Testigos de la Fe
«Paracuellos de Jarama», afirmó Mons. Reig, «es primavera para España, constelación de estrellas que nos anuncian el cielo, fulgor del firmamento que nos anuncia nuestra verdadera patria, sin ella no podríamos vivir, sin ellos no tendríamos intercesores, nos olvidaríamos, estaríamos perdidos en el camino sin saber la meta, pero ellos están aquí advirtiéndonos, intercediendo por nosotros»
«Aquí hay una constelación de estrellas que nos alumbran en este momento para que viéndoles a ellos nuestros niños, nuestros jóvenes, aquellos que están escolarizados y que pueden venir aquí en peregrinación, aquellos que quieren sentir el dolor de la descristianización de su pueblo, vengan aquí para aprender la lección de la fe, para aprender la lección de una vida generosa hasta el derramamiento de la sangre y para vigorizar nuestra esperanza»
La capilla del Cementerio de los Mártires de Paracuellos de Jarama acogió el pasado domingo 18 de noviembre, a las 12 del mediodía, una Misa solemne con ocasión de la clausura del LXXV aniversario del martirio de los 119 beatos cuyas reliquias descansan en dicho Camposanto. La celebración fue presidida por el Obispo de la diócesis, Mons. Juan Antonio Reig Pla.
Concelebraron superiores y representantes de las órdenes religiosas a las que pertenecen los sacerdotes y religiosos (119 han sido beatificados por Juan Pablo II y Benedicto XVI) cuyos restos mortales reposan en el Cementerio de Paracuellos. Asistió una gran multitud de fieles además una nutrida representación de la Hermandad de Nuestra Señora de los Mártires de Paracuellos.
Durante la homilía, Mons. Reig Pla recordó que la Diócesis de Alcalá de Henares, fundada sobre la sangre de los Santos Niños Mártires Justo y Pastor, se vio engrandecida en pleno siglo XX por este nuevo camposanto martirial, considerado por el Obispo como “el lugar de patrimonio espiritual más importante en nuestra Diócesis”. Señaló que acudía al Cementerio, al que calificó como “la catedral más grande que se ha edificado en el mundo con aquellos que fueron testigos de la fe”, “con ilusión, entusiasmo y espíritu de gratitud y de veneración”.
Mons. Reig recordó que, a pesar de ser insultados, ultrajados y forzados, ninguno de los asesinados en Paracuellos apostató de la fe. “Acudían a la confesión, rezaban el Rosario, lloraban y se animaban juntos unos a otros; todos ellos acababan perdonando, gritando ‘viva Cristo Rey’, ‘viva España’, viva aquello que era la tradición de sus padres, la tierra que les habían dado como herencia”.
D. Juan Antonio explicó que llegará un día en que los mártires, sabios –por vivir en el temor de Dios–, “brillarán con el fulgor del firmamento y serán como una constelación de estrellas, un punto de verdadera luz, un santuario de oración y un lugar de peregrinación donde podamos recibir la fortaleza de nuestros hermanos mayores, testigos de la fe. Ellos constituyen el mejor patrimonio para la Iglesia en un momento de oscuridad, de crisis de civilización”.
Mons. Reig Pla explicó que los beatos «nos alumbran en este momento para que viéndoles a ellos nuestros niños, nuestros jóvenes, aquellos que están escolarizados y que pueden venir aquí en peregrinación, aquellos que quieren sentir el dolor de la descristianización de su pueblo, vengan aquí para aprender la lección de la fe, para aprender la lección de una vida generosa hasta el derramamiento de la sangre y para vigorizar nuestra esperanza».
«Paracuellos de Jarama», insistió D. Juan Antonio, «es primavera para España, constelación de estrellas que nos anuncian el cielo, fulgor del firmamento que nos anuncia nuestra verdadera patria, sin ella no podríamos vivir, sin ellos no tendríamos intercesores, nos olvidaríamos, estaríamos perdidos en el camino sin saber la meta, pero ellos están aquí advirtiéndonos, intercediendo por nosotros».
Después de la ceremonia tuvo lugar un conmovedor recorrido por las siete fosas donde reposan los cuerpos de los asesinados en 1936. Monseñor Reig rezó, en cada una de ellas, un responso por el eterno descanso de todos los allí sepultados. El clima fue de intensa oración y paz, a través de los cantos y del impresionante silencio que reinaba en todo el lugar. Este año, como novedad, se ha incorporado un octavo responso ante los pinos donde las víctimas eran bajadas de camiones para ser despiadadamente ametralladas.
Los datos de los Mártires
En la Guerra Civil española, durante la batalla de Madrid de 1936, varios miles de prisioneros fueron asesinados en el paraje del Arroyo de San José, en Paracuellos de Jarama. Las matanzas se realizaron con ocasión de los traslados de presos, conocidos como “sacas”, desde diversas cárceles de Madrid entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre de 1936. Muchas de aquellas víctimas fueron asesinadas únicamente como consecuencia de su fe católica y en el contexto más amplio de la persecución religiosa que venía dándose en España desde años atrás. Al finalizar la guerra aquel paraje fue progresivamente dignificado construyéndose allí una pequeña iglesia y dando lugar a lo que hoy conocemos como Cementerio de los Mártires de Paracuellos.
Dicho Cementerio está custodiado por la Hermandad de Ntra. Sra. de los Mártires de Paracuellos, asociación de fieles católicos perteneciente a la Diócesis de Alcalá de Henares.
Según consta en los archivos, son miles las víctimas inocentes, centenares de ellas menores de edad, cuyos restos descansan en aquel Camposanto.
De entre dichas víctimas hay sacerdotes y seminaristas de, al menos, ocho arzobispados y diócesis: Archidiócesis de Madrid, Arzobispado Castrense, Archidiócesis de Toledo y las Diócesis de Getafe, Ciudad Rodrigo, Jaén, Lugo y naturalmente Alcalá de Henares.
Allí también reposan los restos mortales de centenares de religiosos pertenecientes, al menos, a 20 órdenes religiosas: Agustinos, Capuchinos, Carmelitas, Carmelitas Descalzos, Claretianos, Dominicos, Escolapios, Franciscanos, Hermanos de las Escuelas Cristianas, Hospitalarios de San Juan de Dios, Jerónimos, Jesuitas, Marianistas, Maristas, Misioneros Oblatos, Paules, Pasionistas, Redentoristas, Sagrados Corazones de Jesús y María y Salesianos.
De entre estos religiosos ya han sido beatificados por el Papa Beato Juan Pablo II y por el Santo Padre Benedicto XVI, 119 mártires: 63 religiosos Agustinos, 22 Hospitalarios de San Juan de Dios, 13 Dominicos, 6 Salesianos y 15 Misioneros Oblatos.
De entre los miles de seglares católicos, cuyos restos mortales descansan en ese mismo lugar, muchos pertenecían a asociaciones y movimientos apostólicos como Acción Católica, la Adoración Nocturna Española o las Congregaciones Vicencianas.
Respecto a centenares de estos cristianos laicos se iniciará en su momento una causa de beatificación; a tal efecto el Sr. Obispo Mons. Juan Antonio Reig nombró un Delegado y un Subdelegado para la Causa de los Santos, que con las ayudas pertinentes, han dado los primeros pasos en este sentido.
Todas estas circunstancias hacen del Cementerio de los Mártires de Paracuellos un lugar sagrado, un verdadero ‘coliseo’ español, una verdadera «‘catedral’ de los mártires», levantada con la sangre de multitud de testigos de la Fe, muchos de ellos elevados ya a la gloria de los altares.