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miércoles, 26 de junio de 2013

De LAOS a España: Un Viaje hacia la Conversión con el OPUS DEI. Y otros Testimonios (898)


Un viaje hacia la conversión (30 de mayo de 2013): Soulino Sphabmixay apenas era un niño cuando su familia tuvo que huir de Laos. El triunfo de la revolución comunista les condujo a España, donde llegaron en 1980 como refugiados políticos. Este largo viaje fue un instrumento de Dios para acercarle a la fe.

Si bien tu bautismo no se produjo hasta los 13 años, ya en Laos habías tenido algún contacto con el cristianismo ¿Cómo fue aquel primer encuentro con la fe?

En Laos asistía a un colegio católico llamado Notre Dame. Y aunque allí sólo recibí unas nociones básicas sobre el cristianismo, considero esa experiencia fundamental para mi posterior bautismo. La bondad y le profunda fe de aquellas monjas se quedó grabada en mi memoria de niño. A su vez, un Dios personal, un Dios que moría en la cruz, era para mi algo sorprendente, que llamó profundamente mi atención.

Y todavía eras alumno de esa escuela cuando tuvisteis que salir del país ¿Podrías relatarnos ese episodio?

En un primer momento sólo escapamos mi padre, mi hermano y yo. Atravesamos el río Mekong con la esperanza de recibir asilo en Tailandia y poder traer con nosotros más tarde a mi madre y mi hermana. Estuvimos un mes en prisión y luego los militares tailandeses nos llevaron a un campo de refugiados. Una vez allí, mi padre envió a unos hombres para que trajeran a mi madre y mi hermana, que aún permanecían en Laos. Y gracias a Dios en esa aventura, trágica aventura, no perecimos ninguno: nos hemos salvado toda la familia.

Y de allí a España…

Una vez conseguimos volver a juntarnos, mi padre pidió a la ONU país de acogida. En ese momento España se ofreció para recibir familias del sudeste asiático. Así fue como hicimos una entrevista con un funcionario de la embajada, y más tarde nos trasladamos a la Península con otras cincuenta familias laosianas. Viajamos de Bangkok a Santiago de Compostela, y nuestro primer destino fue Bayona.

En Galicia permanecimos dos meses, de abril a junio de 1980, recibiendo clases intensivas de castellano. Al terminar ese periodo nos enviaron a Palencia. Allí Dios iba a terminar la labor que había iniciado tiempo atrás en el colegio Notre Dame de Laos. 

Y para ello iba a utilizar como instrumento a un sacerdote que impartía cursos de Formación Profesional en el colegio al que asistías ¿Cómo conociste a don Florentino?

Mi hermano y yo estudiábamos los últimos cursos de EGB en el Ramón Carande. Un día nos vio de lejos, se acercó y estuvimos un rato charlando. Se interesó por nuestra historia y se empeñó en hablar con mis padres, así que no tuvimos más remedio que invitarle a nuestra casa. Con el tiempo, fue ganándose la confianza y el cariño de la familia. Su trato amable y la ayuda material que nos prestaba –en una ocasión llegó a regalarnos un calefactor– le hicieron digno de la confianza de mi padre, que accedió a que nos enseñara la doctrina católica a mi hermano y a mí.

¿Qué recuerdas de aquella catequesis?

Íbamos dos veces por semana. Nos enseñaba el catecismo y leíamos la Biblia. Era habitual que nos hiciera reflexionar sobre el libro del Éxodo, ya que era una experiencia del pueblo de Israel análoga a la que estábamos viviendo nosotros. Nos hacía ver qué bueno era Dios, porque nos había sacado de un país en guerra y nos había conducido a España, un estado democrático y pacífico. Nos regaló dos Biblias para que las leyéramos, y eso nos ayudó a abrir los ojos poco a poco. Dos años después pedimos el bautismo. Mi hermano tenía quince años y yo trece.

¿Cómo se produjo tu encuentro con el Opus Dei?

Fue poco después de mi bautismo. En aquel momento estudiaba octavo de EGB en el colegio Padre Claret, y tenía dos compañeros que me invitaron a estudiar a un centro juvenil inspirado en las enseñanzas de San Josemaría. Me hablaron de las actividades que allí hacían. Me convencieron y allí fui, donde más que doctrina –que por supuesto recibía– descubrí cariño. 

Además, al poco tiempo de conocer la Obra tuve la oportunidad de encontrarme con don Álvaro del Portillo, prelado del Opus Dei, en una tertulia celebrada en Aldebarán. Le pregunté cómo podía perseverar en el amor a Dios, y me contestó con mucha simpatía y cariño. Para mi familia aquello fue una gran experiencia, y creo firmemente que tanto san Josemaría como su sucesor al frente del Opus Dei interceden por mí desde el Cielo.

¿Qué conclusión sacas de tu historia personal?

Pienso que Dios estaba detrás de todo eso, porque nosotros nos sentíamos perdidos en un país extraño, con una cultura y una lengua muy distinta a la nuestra. Sin embargo, conocíamos el cristianismo gracias a la escuela de Notre Dame, y eso nos ayudó mucho. Además, gracias a las monjas aprendimos la escritura occidental, básica para leer cuanto antes la Biblia y el Catecismo. Ahora me doy cuenta de que el Señor estaba detrás de todo eso, y también de nuestra huida a España. Yo concibo a Dios como un ser tierno que no se impone, sino que se propone poco a poco. Y así lo fui descubriendo, sin pretender yo hacerme católico y sin buscar el Opus Dei. Él estaba detrás de ese camino, me iba guiando, me llevaba de la mano como un niño pequeño.


Otros Testimonios

Del "cristianismo sociológico" al encuentro con Dios
Pedro Luis García, España

19 de junio de 2013: Hace unos años que llegué a estudiar a la Universidad de Navarra. Allí viví en el Colegio Mayor Belagua. Ambas instituciones son obras corporativas del Opus Dei. Hasta entonces, yo practicaba un “cristianismo sociológico”. Únicamente cumplía con la celebración dominical, sin comprender en absoluto la riqueza de una fe y una doctrina común que no había tenido la suerte de profundizar. Poco a poco, durante mi estancia en Belagua descubrí una nueva forma de vivir el cristianismo. Allí conocí a personas que testificaban con su conducta el esfuerzo por seguir a Jesucristo cada día y transmitían su alegría a los demás. La coherencia con la que vivían su fe era un ejemplo. En mi caso, me fui dando cuenta poco a poco de lo que me estaba perdiendo: había un Dios cercano con el que podía compartir algunos ratos de mi vida y Él me había amado y lo seguía haciendo cada día. [continuar leyendo...]


Descubrí un mundo inexplorado
Dulce Rosa Pérez, Costa Rica

8 de junio de 2013: Aunque fui bautizada en la Iglesia Católica a los once años, recibí poca instrucción religiosa durante mi infancia y juventud. A pesar de esto, mi acercamiento a la fe fue intensificándose con el tiempo y, para esto, Dios se valió de varias personas que he conocido en diferentes momentos de mi vida. [continuar leyendo...]


Mi viaje hacia la fe
Saida Wangeci, Kenya

20 de mayo de 2013: Como los planes de Dios no son los de los hombres, me gustaría contar mi viaje hacia la fe católica. Mi padre era musulmán y mi madre católica. Se casaron en la Iglesia Católica pero mi padre siguió practicando su religión y así lo acordó con mi madre, que mantuvo su fe católica. En la familia somos cuatro hermanos y yo soy la pequeña. Los tres primeros se bautizaron en la Iglesia Católica cuando eran muy pequeños y recibieron los demás sacramentos. Mi padre estaba de acuerdo, pero cuando yo nací, él pensó que era mejor que yo esperara a ser adulta para decidir entre ser católica y musulmana. A mi madre no le pareció bien, pero mi padre permaneció muy firme en su decisión. De todas maneras, mi padre me dejaba acompañar a mi madre a la iglesia, aunque me dijo que no recibiera doctrina hasta que eligiera mi religión. [continuar leyendo...]


Traducir libros de fuego
Hijung Shin, Corea

10 de mayo de 2013: Cuando estaba en la Universidad, en Estados Unidos, una amiga me dio un ejemplar de Camino. Era el primer libro de san Josemaría que leía. Me impresionó profundamente y quería leer más. Aprendí muchas cosas de los escritos de san Josemaría: cómo hablar con Dios, cómo cuidar las pequeñas cosas y amar a la Iglesia. Pero, sobre todo, puedo decir que sus palabras me han hecho muy feliz. Quería compartir esta alegría con mucha gente, en especial con mi familia y con los amigos de mi país de origen, Corea. [continuar leyendo...]


Tras las páginas de un libro
Lassi Viljakainen, Finlandia

4 de abril de 2013: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?"(Mt 16, 24-26). [continuar leyendo...]


Buscaba la belleza y me encontré con Dios
Josefina Calvente, arquitecta, Argentina

5 de marzo de 2013: Tenía 25 años cuando hice las valijas y me fui a Valencia. La excusa fue hacer un Máster en Arquitectura. Digo “excusa” porque mi objetivo en realidad era irme, no importaba dónde. No era feliz y necesitaba un cambio. Nunca me imaginé que el cambio sería tan grande. [continuar leyendo...]


Encontrar a Dios siendo madre, esposa, médico
Joanna Pestalozzi, madre y médico, Suecia

13 de febrero de 2013:Soy la mayor de seis hermanos, crecimos en la isla de Gotland (Suecia), donde la única parroquia católica cuenta con 200 feligreses. Mis padres trataron siempre de asegurar una formación católica para todos nosotros y procuraron que conociéramos a otros amigos católicos: una tarea nada sencilla si tenemos en cuenta que en Suecia sólo el 1% de la población es católica.  [continuar leyendo...]


Algo había reservado para mí
María Jara, Costa Rica

29 de enero de 2013: Pese a que fui criada en el seno de una familia católica, la rebeldía aliada de la inmadurez y la ignorancia me alejaron de la Iglesia. Durante unos quince años, Dios no representó nada en mi vida, aunque sé que nunca me dejó de amar y de proteger. Me centré en mi trabajo como periodista, en ganar dinero, ir a fiestas…, y me encerré en una vida mundana y frívola. [continuar leyendo...]


Salir de la niebla
Fausta Gianela, Suiza

23 de enero de 2013:Casada y madre de nueve hijos, Fausta relata su lucha durante su juventud para descubrir la auténtica libertad, en medio del confusionismo ideológico circundante. Nunca habría pensado, mientras estaba en el entrenamiento de voleybol una tarde de 1968, que mi vida habría tomado la dirección que desde hacía tiempo buscaba. Aquella tarde vino a jugar con nuestro equipo, María, una universitaria siciliana que vivía en la Residencia Viscontea, en Milán. [continuar leyendo...]


A los 32 años me convertí de nuevo
Marco, Italia

2 de enero de 2013:Me llamo Marco y conocí el mensaje de San Josemaría sobre la vida cristiana hace poco más de un año. Me había alejado de la Iglesia hacía más de quince años; rezaba todos los días pero sin saber lo que decía, ni a quién se lo decía. Veía a mi alrededor algo de Dios – en un día soleado, en una sonrisa, en una obra de arte pero me faltaban herramientas para empezar a comprenderlo. [continuar leyendo...]


Ya no tengo miedo
Raquel Taveira-Marques, Portugal

7 de diciembre de 2012: “Cuando llegué de Portugal para realizar mis estudios de Doctorado en Neurología y Neurociencia en la University College London, enseguida me enamoré de Londres, y de algo que nunca hubiera imaginado: de la Fe Católica.” Raquel Taveira-Marques es residente de Ashwell House -una residencia universitaria, llevada adelante por personas del Opus Dei- y le impresionó mucho otra estudiante, Carmen, que se estaba preparando para el Bautismo, que recibió unos meses después en la capilla de la residencia. [continuar leyendo...]


Papeles que nos ayuden a ser mejores
María Denisse Fanianos de Capriles

4 de diciembre de 2012: Si hay una frase que ha marcado el camino de nuestro matrimonio en estos 20 años de feliz unión ha sido esta de San Josemaría: “Soñad y os quedaréis cortos”. Y es que, retrocediendo unos 30 años, recuerdo cuando en mi primer día de clases en la Escuela de Periodismo escribí un ensayo sobre: ¿Por qué quería estudiar esa carrera? Mi gran pasión, y también preocupación, era la educación en valores de Venezuela. Sabía que mi país necesitaba una urgente educación en valores humanos y familiares. En ese momento no hablaba de valores cristianos ni católicos porque no conocía lo que significaba Cristo y la Iglesia Católica. [continuar leyendo...]


La fe te ayuda a dar lo mejor de ti
Mariane, madre de 4 hijos, ingeniero químico, Chile

26 de noviembre de 2012: La enfermedad de una hija. El año 1999 nació mi hija mayor, Trini, que a los pocos meses de vida presentó una epilepsia compleja que le causó graves daños neurológicos y me obligó a estar un año encerrada en mi casa, porque no la podía dejar ni un segundo sola. En esas circunstancias, difíciles y dolorosas para nosotros como familia, uno de mis momentos de respiro era asistir todos los lunes a un grupo que tenía una cuñada donde se leía y comentaba el Evangelio. Era lo que le daba sentido a mi semana y me oxigenaba para las dificultades y preocupaciones diarias. La asistencia constante a esos encuentros, nos ayudó como matrimonio, ya que con la enfermedad de nuestra hija necesitábamos apoyo y permanecer unidos para que no nos afectara en nuestra estabilidad matrimonial y familiar. [continuar leyendo...]


Desde que descubrí el regalo de la Fe, no quiero vivir de otra forma
Ángela Urrutia, Chile

12 de octubre de 2012Casada y madre de tres niños, sufrí la pérdida de mi madre al poco de nacer. Mi niñez, sin embargo, transcurrió en paz gracias al apoyo especial de una tía. La llegada de la adolescencia y otras ausencias causaron en mí una dura crisis personal de la que sólo salí gracias a mi reencuentro con Dios. [continuar leyendo...]


Por un libro que leí en la cárcel
J. A.

17 de septiembre de 2012: Tenía 29 años y llevaba dos en prisión a causa de un delito. Por aquel entonces, veía a Dios muy lejos de mi vida. Le veía a Él en el cielo y a mí en la tierra. Lo único que tenía claro era que existía. [continuar leyendo...]

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