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sábado, 3 de septiembre de 2016

FE y CIENCIA: Creacionismo y Evolucionismo, Edades de la Evolución, Creacionismo Evolutivo Discontinuo. Monogenismo y Extraterrestres (2348)

DIOS Creador, Infinito y Eterno
1. Creación y Evolución 
2. Edades de la Evolución
3. Evolución Discontinua y Creacionismo Evolutivo 
4. Creación del Hombre (Catecismo)
5. La Creación en 6 días (Génesis)
6. EVOLUCIONISMO (Encíclica Pio XII)
7. DIOS y el Universo (P. Manuel Carreira)
8. Monogenismo y Poligenismo (Doctrina Católica)
9. Darwin: Fraude científico (Guillermo Buhigas)
10. Ciencia y FE (P. Mariano Artigas)
11. Las cuatro Evoluciones (José María Macarulla) 
12. Encontrando el diseño en la Naturaleza (Card. Schönborn)
13. Todo lo hiciste con sabiduría (Daniel Iglesias)
14. Origen de las RAZAS Humanas (Santiago Clavijo)
15. Homo sapiens sapiens, Eva mitocondrial y Adán genético
16. EVOLUCIÓN de las ESPECIES (Antonio Pardo)
17. Vida Humana EXTRATERRESTRE (Santiago Clavijo)
18. Evolucionismo teísta, diseño inteligente y fe católica
19. Apocalipsis Magnético: Inversión Polar y Tormenta Solar

1. Creación y Evolución
Hipótesis para Conjugación de Fe y Ciencia
Hace unos 13.700 millones de años, DIOS Todopoderoso, Infinito y Eterno creó el Universo desde Nada-Cero, a la vez que las Leyes de la Evolución de la Materia y de la Vida. Antes del Bigbang no existía el Tiempo ni el Espacio ni la Energía ni la Materia. La Creación se inicia con la explosión de una partícula infinitesimal de energía superconcentrada. Todos los días o etapas de la Creación se realizan en un instante de Dios, que está fuera el tiempo. La existencia de todos los hombres fue prevista por Dios desde el principio de los tiempos. Todas las almas de la humanidad, pasado, presente y futuro, están en la mente de Dios hasta la concepción.
Azar
El Azar es el Efecto-Suma de todas las Causas cuyas Leyes Naturales, Físicas, Químicas y Biológicas, creadas por Dios, desconoce todavía la Ciencia. No existe el Azar sino la Ignorancia del Hombre y la Omnipotencia de Dios.
Cosmología
El Universo tiene un número de Planetas del orden de mil trillones (21 ceros) en base a mil millones de Galaxias, cien mil millones de Estrellas por galaxia y diez Planetas por estrella (sistema solar).
Linaje Humano
La voluntad omnipotente, infinita y eterna de Dios Creador completó su obra con la Creación del Hombre a su imagen y semejanza. El alma no puede ser consecuencia de una super-mutación, la probabilidad de que eso suceda es cero. Adán y Eva fueron creados hace unos 35.000 aC., al final de la IV glaciación, cuando DIOS concedió el alma a una pareja especialmente evolucionada de "Homo Sapiens Sapiens". El resto de los homínidos (animales superiores sin alma) se extinguió poco después. Los científicos nunca podrán encontrar pruebas de la existencia de alma en los restos arqueológicos de homínidos que tienen inteligencia y algunos sentimientos elementales superiores, tal es el caso de simios o perros. 
Los primeros humanos pudieron unirse excepcionalmente con algunos de los últimos homínidos de su especie con el fin de evitar la extinción del género humano a causa de las enfermedades contagiadas por animales después de la expulsión del Paraiso. Los frutos de esas uniones habrían sido humanos, si Dios les hubiera concedido el Alma en el instante de la concepción, heredando el pecado original de Adán; en esta hipótesis ¿monogenismo o unigenismo?, todos los humanos descendemos de Adán pero no todos de Eva.
Genética
Los tres billones de pares de información del Genoma humano están organizados en 23 cromosomas; uno de los pares es el determinante del sexo, dos cromosomas X en mujeres, un X más un Y en varones. Los cromosomas contienen aproximadamente igual cantidad de proteinas y ADN (Ácido Desoxirribo Nucleico).
Vida Humana Extraterrestre
La inmensidad de un Universo con unos 1.000 trillones de planetas y la complejidad del Hombre, cuyos genes contienen una información superior a 3.000 Megabites, demuestran por la ley de probabilidades que la Creación no es producto del Azar sino de un DIOS eterno fuera del tiempo, todopoderoso e infinito, capaz de concebir y organizar las Galaxias y el Genoma Humano.
El Universo con sus leyes de Evolución, fue creado para el Hombre a mayor gloria de DIOS (principio antrópico) con el fín de hacer posible la Encarnación de Jesucristo, soberano de Cielo y Tierra (cristocentrismo). La Redención de la Humanidad en el planeta Tierra, apoya la hipótesis de que el género humano está sólo en el Universo.
Nota: El editor acepta rectificar errores contra el Magisterio de la Iglesia o inexactitudes científicas. Se solicitan correcciones en cada párrafo más que una crítica teológica, filosófica o científica.

Fuentes:
2. Edades de la Evolución 
(Ma = Inicio de Etapa en Millones de años) 
  1. Luz, Firmamento y Astros (15.000 Ma) 
  2. Tierras y Mares (5.000 Ma) 
  3. Vida Unicelular (3.500 Ma) 
  4. Eucariotas (2.000 Ma) 
  5. Plantas, Hongos, Artrópodos (500 Ma) 
  6. Anfibios (300 Ma) 
  7. Mamíferos (200 Ma) 
  8. Reptiles, Aves (100 Ma) 
  9. Simio (275 cc cerebro)-Gorila-Chimpancé-Orangután (50 Ma) 
  10. PreHomínido (450 cc): Australopitecus africanus "Lucy" (5 Ma) 
  11. Homo Habilis (600 cc-2 Ma) 
  12. Homo Erectus (900 cc-1 Ma) 
  13. Homo Sapiens (1.200 cc-500.000 años) 
  14. Eva Mitocondrial (200.000 años) 
  15. Homo Neanderthalis (100.000 años) 
  16. Homo Sapiens Sapiens (75.000 años): Durante la 4ª glaciación salió de África y se dispersó, primero por Asia y desde allí por continentes e islas. Las diferentes subespecies (Cromañón, etc.) no fueron compatibles para la procreación. La catástrofe del volcán Toba en el norte de Sumatra cambió el curso de la historia al producir la casi extinción de los homínidos. Sobrevieron unos mil individuos que repoblaron el planeta hasta su extinción hace unos 20.000 años 
  17. ADÁN y Eva (25.000 aC)
3. Creacionismo Evolutivo
P. Manuel Guerra
La creación evolutiva se basa en la existencia de un Dios Creador personal que interviene dando el ser a lo que luego va a evolucionar. El proceso evolutivo, iniciado en el Big Bang, parte de una substancia real creada de nada (no de la nada, como si “la nada” fuera una especie de materia).
Dios, además de trascendente, es inmanente: actúa en y desde dentro de las cosas y seres. La evolución no se contrapone a la creación sino a la emanación, es un proceso progresivo desde lo más perfecto a lo menos. La emanación es un proceso de dirección inversa: de lo divino en sentido panteísta (hinduista, budista, gnóstico, "new age") procedería lo sensorial (inconsciente, material). La Creación es el impulso inicial (creación del universo) o un corte (creación del hombre) en el proceso evolutivo. A la creación no se opone la evolución sino el evolucionismo (naturalismo, materialismo cientifista). La evolución sería el mecanismo escogido por Dios para la realización del diseño inteligente de la Creación que crea, no por necesidad de algo (compañía, gloria), sino por amor y gratuidad. Antes de la existencia de “algo” creado sólo existía Dios, ser sobrenatural y puramente espiritual, que supera totalmente el alcance de la ciencia.
Algunos científicos actuales, en funciones de filósofos, especulan sobre la posibilidad de la creación de universos (en plural). A partir de fluctuaciones en un vacío cuántico (sin materia ni energía ni espacio ni tiempo), pero lleno de “partículas virtuales” que habrían traspasado al lado opuesto del estado no- vacío. Hawking afirma que el universo se origina a partir de una nada absoluta mediante un proceso de tunelización cuántica.
El misterio de la creación del universo, de la vida y del hombre puede ser descodificado y comprendido por el “logos” (pensamiento, palabra, mente, inteligencia) humano. La clave está en el Génesis (“Y dijo Dios…”) y en el inicio del evangelio de San Lucas “En el principio existía el Verbo y el Verbo era Dios”.
Más que un corte o interrupción externa en el proceso evolutivo, la creación del hombre es una elevación desde dentro al estado sobrenatural mediante la participación de la naturaleza divina en el alma en gracia.
El “dios-relojero” de Voltaire que pone en marcha un universo que seguirá funcionando hasta que se acabe la cuerda no es compatible con el Dios de la revelación cristiana. Tampoco lo es la teoría del “diseño sin diseñador”, ni la creencia en un dios inactivo que no interviene en el universo ni en la historia de la humanidad. El hombre no es una equivocación, ha sido diseñado, es parte del amor de Dios Creador.
Las leyes de la evolución no existen por azar ni por necesidad. El discurso científico desde los tiempos de la masónica Royal Society se basa en el empirismo científico bajo patronazgo de la herejía anglicana y de la corona británica.
Los científicos iluministas tienen como dogma infalible que la única forma de conocer la realidad de todo lo que existe es la verificación empírica. En el arte, la obra no es la cárcel del autor, entre la obra y el autor siempre existe una distancia irreductible porque son de naturaleza substancialmente diferente. La verificación empírica no es el único modo de conocer ciertas realidades como la intimidad del hombre o el sentido de su existencia.
El joven Sócrates decepcionado de los charlatanes sofistas buscaba un maestro que le enseñara la verdadera causa de las cosas. Le hablaron de Anaxágoras pero descubrió que era sólo un empírico. La amistad y el amor no es un cóctel bioquímico, mitad azar mitad necesidad.
Muchos científicos actuales, no han tenido tiempo de leer a los clásicos. Ciertos neurólogos niegan la existencia del alma espiritual porque no la encuentran dentro del cerebro. Algo parecido sucede con la controversia sobre la existencia de Dios. Ahora resulta que el universo es demasiado colosal y la mente humana del científico ateo prefiere suponerlo fruto del azar y la necesidad.
Esto es lo que propone Lucifer: un dios fabricado por el hombre a su medida, una religión universal (Nueva Era) aceptable para profanos, herejes y ateos al servicio de una elite de poderosos plutócratas que utilizan la financiación de Fundaciones y Universidades para “comprar” científicos, economistas y políticos. Así caminamos hacia un “Nuevo Orden Mundial” sin identificar al enemigo causante de nuestra enfermedad social, asesina de valores.

4. Creación del Hombre
7 Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla (*5) del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser (*6) viviente.
18 Después dijo el Señor Dios: «No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».
21-22 Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas (*7 ) y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.
Notas (Santiago Clavijo):
(*1) Todo lo visible: Materia, Energía y Vida con sus Leyes de Evolución Física, Química y Biológica.
(*2) Todo lo invisible: Ángeles y Almas de todos los Humanos desde Adán y Eva hasta el Fin de los Tiempos.
(*3) Al comienzo del tiempo: El "Big-bang" es el instante de la Creación.
(*4) Creó a la vez de la nada: Lo visible -Universo de materia y vida- y lo invisible -Ángeles y Almas-. Las Almas permanecen en la mente de Dios hasta la Concepción de cada Ser Humano.
(*5) La arcilla es la materia primigenia evolucionada de que están hechos los homínidos (animales).
(*6) Ser viviente (Humano) es el homínido que recibió el Alma por el soplo de Dios
(*7) La costilla representa la misma naturaleza genética del hombre.
325 El Símbolo de los Apóstoles profesa que Dios es "el Creador del cielo y de la tierra", y el Símbolo Niceno-Constantinopolitano explicita:...de todo lo visible (*1) y lo invisible (*2).
327 La profesión de fe del IV Concilio de Letrán afirma que Dios, "al comienzo del tiempo (*3), creó a la vez de la nada (*4) una y otra criatura, la espiritual y la corporal, es decir, la angélica y la mundana; luego, la criatura humana, que participa de las dos realidades, pues está compuesta de espíritu y de cuerpo".
355 "Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó" (Gn1,27). El hombre ocupa un lugar único en la creación: "está hecho a imagen de Dios" (I); en su propia naturaleza une el mundo espiritual y el mundo material (II); es creado "hombre y mujer" (III); Dios lo estableció en la amistad con él (IV).
I "A imagen de Dios"
356 De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS12,3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad: «¿Qué cosa, o quién, fue el motivo de que establecieras al hombre en semejante dignidad? Ciertamente, nada que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en ti mismo y te dejaste cautivar de amor por ella; por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar tu Bien eterno» (Santa Catalina de Siena, Il dialogo della Divina providenza, 13).
357 Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar.
358 Dios creó todo para el hombre (cf. GS 12,1; 24,3; 39,1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación: «¿Cuál es, pues, el ser que va a venir a la existencia rodeado de semejante consideración? Es el hombre, grande y admirable figura viviente, más precioso a los ojos de Dios que la creación entera; es el hombre, para él existen el cielo y la tierra y el mar y la totalidad de la creación, y Dios ha dado tanta importancia a su salvación que no ha perdonado a su Hijo único por él. Porque Dios no ha cesado de hacer todo lo posible para que el hombre subiera hasta él y se sentara a su derecha» (San Juan Crisóstomo, Sermones in Genesim, 2,1: PG 54, 587D - 588A).
359 "Realmente, el el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado" (GS 22,1): «San Pablo nos dice que dos hombres dieron origen al género humano, a saber, Adán y Cristo [...] El primer hombre, Adán, fue un ser animado; el último Adán, un espíritu que da vida. Aquel primer Adán fue creado por el segundo, de quien recibió el alma con la cual empezó a vivir [...] El segundo Adán es aquel que, cuando creó al primero, colocó en él su divina imagen. De aquí que recibiera su naturaleza y adoptara su mismo nombre, para que aquel a quien había formado a su misma imagen no pereciera. El primer Adán es, en realidad, el nuevo Adán; aquel primer Adán tuvo principio, pero este último Adán no tiene fin. Por lo cual, este último es, realmente, el primero, como él mismo afirma: "Yo soy el primero y yo soy el último"». (San Pedro Crisólogo, Sermones, 117: PL 52, 520B).
360 Debido a la comunidad de origen, el género humano forma una unidad. Porque Dios "creó [...] de un solo principio, todo el linaje humano" (Hch 17,26; cf. Tb 8,6): «Maravillosa visión que nos hace contemplar el género humano en la unidad de su origen en Dios [...]; en la unidad de su naturaleza, compuesta de igual modo en todos de un cuerpo material y un alma espiritual; en la unidad de su fin inmediato y de su misión en el mundo; en la unidad de su morada: la tierra, cuyos bienes todos los hombres, por derecho natural, pueden usar para sostener y desarrollar la vida; en la unidad de su fin sobrenatural: Dios mismo a quien todos deben tender; en la unidad de los medios para alcanzar este fin; [...] en la unidad de su Redención realizada para todos por Cristo (Pío XII, Enc. Summi Pontificatus, 3; cf. Concilio Vaticano II, Nostra aetate, 1).
361 "Esta ley de solidaridad humana y de caridad (ibíd.), sin excluir la rica variedad de las personas, las culturas y los pueblos, nos asegura que todos los hombres son verdaderamente hermanos.
II “Corpore et anima unus”
362 La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (Gn2,7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios.
363 A menudo, el término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana (cf. Mt 16,25-26;Jn 15,13) o toda la persona humana (cf. Hch 2,41). Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cf. Mt 26,38; Jn 12,27) y de más valor en él (cf. Mt 10,28; 2M 6,30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: "alma" significa el principio espiritual en el hombre.
364 El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu (cf. 1 Co 6,19-20; 15,44-45): «Uno en cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador. Por consiguiente, no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día» (GS 14,1).
365 La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la "forma" del cuerpo (cf. Concilio de Vienne, año 1312, DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza.
366 La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (cf. Pío XII, Enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) —no es "producida" por los padres—, y que es inmortal (cf. Concilio de Letrán V, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final.
367 A veces se acostumbra a distinguir entre alma y espíritu. Así san Pablo ruega para que nuestro "ser entero, el espíritu [...], el alma y el cuerpo" sea conservado sin mancha hasta la venida del Señor (1 Ts 5,23). La Iglesia enseña que esta distinción no introduce una dualidad en el alma (Concilio de Constantinopla IV, año 870: DS 657). "Espíritu" significa que el hombre está ordenado desde su creación a su fin sobrenatural (Concilio Vaticano I: DS 3005; cf. GS 22,5), y que su alma es capaz de ser sobreelevada gratuitamente a la comunión con Dios (cf. Pío XII, Humani generis, año 1950: DS 3891).

5. La Creación en 6 días
1-2-3-4-5 Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se cernía sobre las aguas. Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el primer día
.6-7-8 Dios dijo: «Que haya un firmamento en medio de las aguas, para que establezca una separación entre ellas». Y así sucedió: Dios hizo el firmamento, y este separó las aguas que están debajo de él, de las que están encima de él; y Dios llamó Cielo al firmamento. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el segundo día.
9-10-11-12-13 Dios dijo: «Que se reúnan en un solo lugar las aguas que están bajo el cielo, y que aparezca el suelo firme». Y así sucedió. Dios llamó Tierra al suelo firme y Mar al conjunto de las aguas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces dijo: «Que la tierra produzca vegetales, hierbas que den semilla y árboles frutales, que den sobre la tierra frutos de su misma especie con su semilla adentro». Y así sucedió. La tierra hizo brotar vegetales, hierba que da semilla según su especie y árboles que dan fruto de su misma especie con su semilla adentro. Y Dios vio que esto era bueno.
13 Así hubo una tarde y una mañana: este fue el tercer día.
14-15-16-17-1-19 Dios dijo: «Que haya astros en el firmamento del cielo para distinguir el día de la noche; que ellos señalen las fiestas, los días y los años, y que estén como lámparas en el firmamento del cielo para iluminar la tierra». Y así sucedió. Dios hizo que dos grandes astros –el astro mayor para presidir el día y el menor para presidir la noche– y también hizo las estrellas. Y los puso en el firmamento del cielo para iluminar la tierra, para presidir el día y la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios vio que esto era bueno. Así hubo una tarde y una mañana: este fue el cuarto día.
20-21-22.23 Dios dijo: «Que las aguas se llenen de una multitud de seres vivientes y que vuelen pájaros sobre la tierra, por el firmamento del cielo». Dios creó los grandes monstruos marinos, las diversas clases de seres vivientes que llenan las aguas deslizándose en ellas y todas las especies de animales con alas. Y Dios vio que esto era bueno. Entonces los bendijo, diciendo: «Sean fecundos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares y que las aves se multipliquen sobre la tierra». Así hubo una tarde y una mañana: este fue el quinto día.
24-25-26-27-28-29-30-31 Dios dijo: «Que la tierra produzca toda clase de seres vivientes: ganado, reptiles y animales salvajes de toda especie». Y así sucedió. Dios hizo las diversas clases de animales del campo, las diversas clases de ganado y todos los reptiles de la tierra, cualquiera sea su especie. Y Dios vio que esto era bueno. Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: «Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra». Y continuó diciendo: «Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán de alimento. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como alimento el pasto verde». Y así sucedió.
31 Dios miró todo lo que había hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y unamañana: este fue el sexto día.

6. Evolucionismo
7. DIOS y el Universo 
P. Manuel Carreira
El Deber del Creyente es Ensanchar la Razón
Doctrina Católica
San Pablo (Carta a los romanos 5,18): Por consiguiente, así como la falta de uno sólo (Adán) causó la condenación de todos, también el acto de justicia de uno sólo (NSJ) producirá para todos los hombres la justificación que conduce a la Vida.
Catecismo de la Iglesia Católica (390): El relato de la caída (Gn 3) utiliza un lenguaje hecho de imágenes, pero afirma un acontecimiento primordial, un hecho que tuvo lugar al comienzo de la historia del hombre (cf. GS13,1). La Revelación nos da la certeza de fe de que toda la historia humana está marcada por el pecado original libremente cometido por nuestros primeros padres (cf. Concilio de Trento: DS 1513; Pío XII, enc. Humani generis: ibíd, 3897; Pablo VI, discurso 11 de julio de 1966).
Papa Francisco (a Pontificia Comisión Bíblica): «La interpretación de las Sagradas Escrituras debe ser siempre confrontada y autentificada por la Tradición viva de la Iglesia». Los cristianos gozan de una gran libertad para acercarse a la Biblia y discernir a través de ella la voluntad de Dios para sus vidas, que es en definitiva lo que importa. Una regla de interpretación, atribuida a diferentes santos dice “En lo esencial, unidad; en lo accesorio, libertad; en todo, caridad".
Pío XII (Humani generis): 
29. Magisterio de la Iglesia: no prohíbe el que —según el estado actual de las ciencias y la teología— en las investigaciones y disputas, entre los hombres más competentes de entrambos campos, sea objeto de estudio la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva preexistente —pero la fe católica manda defender que las almas son creadas por Dios.
30. Hipótesis del Poligenismo: los fieles cristianos no pueden abrazar la teoría de que después de Adán hubo en la tierra verdaderos hombres no procedentes del mismo protoparente por natural generación.
32. Divina inspiración de las narraciones populares incluidas en la Sagrada Escritura: en modo alguno pueden compararse con las mitologías u otras narraciones semejantes, las cuales más bien proceden de una encendida imaginación que de aquel amor a la verdad y a la sencillez que tanto resplandece en la Sagrada Biblia.

9. Darwinismo
Fraude Científico
“El dogma darwinista, heredero del gnosticismo, es básico en el proceso de dominación mundial ideado por unos pocos poderosos que se creen los “elegidos” por razón de herencia, raza o riqueza. El darwinismo era necesario para la implantación definitiva de un poder fundamentado en el dinero e inspirado por el relativismo luciferino-masónico. Es un siniestro movimiento pseudocientífico” .
Charles Darwin (1809-1882) no estudió Biología, fue declarado incapaz para la Medicina por lo que cursó Teología en Cambridge sin conseguir la graduación. Según el propio Charles su célebre Teoría fue más una cuestión de “iluminación” que de imaginación, inventada ocho años después de su viaje en el Beagle. Su padre lo consideraba un chico muy corriente por debajo del promedio.
La afición del joven Charles por la Biología y su descreimiento religioso le vino por su abuelo Erasmus, biólogo y médico, tan libertino como masón, que plagió y manipuló los estudios de los misioneros españoles en América. Erasmus fue el fundador de la secta gnóstica, masónica y esotérica “Círculo Lunar” que practicaba ritos luciferinos. Erasmus dejó en herencia a su nieto sus investigaciones que plasmó en la obra “Leyes de la vida orgánica” (1796), en la que se basó Charles para la tesis “El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas más favorecidas en la lucha por la vida” (1859).
Darwin reconocía en su obra la imposibilidad de demostrar su Teoría, pedía un acto de fe (actitud nada científica) y se fue a la tumba veintitrés años después sin cumplir esa promesa.
Transcurridos ciento cincuenta años, los dogmáticos darwinistas no han sido capaces de “reencontrar” esos hechos aludidos por Darwin en los que supuestamente fundaba sus conclusiones.
La tesis fundamental del teólogo aprendiz metido a naturalista es que la naturaleza de cada especie varía mediante la lucha por la existencia entre los individuos de esa especie. Darwin habla de variación, nunca de evolución. La variación es cambio, la evolución es desarrollo. La evolución es evidencia natural, sea por azar, por la acción de Dios u otro agente. 
Resultan reveladoras las palabras de Benedicto XVI (2007): asistimos a un encendido debate entre el creacionismo y el evolucionismo, presentados como alternativas excluyentes. Esta contraposición es absurda porque existen muchas pruebas científicas a favor de la evolución. Pero la doctrina de la evolución no responde a todos los interrogantes, especialmente al gran interrogante filosófico: ¿de dónde viene todo esto y cómo todo toma un camino que desemboca finalmente en el hombre? Hay una razón anterior a todo, nosotros somos un reflejo de la Razón creadora. Somos pensados y queridos, es la idea que nos precede, que debemos descubrir para dar significado a nuestra vida.
El variacionismo selectivo de Darwin se fundamenta en lo que denomina “selección natural” que determinaría la supervivencia de los más aptos: es la ley del más fuerte. Las variedades dentro de una especie con alguna mínima ventaja sobre las otras, serían las supervivientes. Esta ley de la lucha por la existencia, según el criterio de Darwin, sería también aplicable a las relaciones entre las diversas especies.
Este determinismo, de raíz orientalista, es una visión violenta y catastrofista, un utopismo naturalista fascistoide pues la hipótesis de Darwin, además de terrible, no se corresponde con la realidad ¡gracias a Dios! Las relaciones de los seres vivos no son sólo de competencia y de lucha: se asocian y trabajan en conjunto para nacer y sobrevivir. La depredación, excepto por el hombre, se rige por un equilibrio natural de interdependencia, ya que el depredador no pretende destruir la especie que le alimenta. En la naturaleza es mucho más frecuente la madre protectora que la abeja reina. El felino caza sólo cuando tiene hambre; la inmensa mayoría de las aves depredadas no lo son por el color de sus plumas, ni por su astucia, ni por su competencia para volar; se topan con su destino para sobrevivir por algo tan aleatorio y circunstancial como la relación en el espacio y en el tiempo con sus depredadores. Darwin no investigó las especies para conocerlas mejor, se limitó a buscar ejemplos para demostrar la tesis utópica de su abuelo: fundamentar la existencia de la “Gran Primera Causa”, es decir, el “Gran Arquitecto del Universo” (el dios impersonal de la masonería).
La obra de Darwin es una elucubración dogmática más que una teoría científica. A partir de Locke, todos los darwinistas han buscado en la naturaleza la fórmula mágica que explique el dilema del ser o no ser, emulando a los primitivos filósofos que llegaron a creer que todo nacía del agua, el fuego o el aire. Locke pretendió suprimir del pensamiento la necesaria metafísica para la comprensión de lo humano más allá de lo material. Sentó las bases del relativismo materialista, el imperio de la opinión que se opone al racionalismo.
Las elucubraciones de los darwinistas no son más que ciencia-ficción, han asentado en el subconsciente colectivo la idea del transformismo de las especies como algo existente en la naturaleza. La hipótesis darwinista es la base “científica” para la creación de semihumanos en la moda, comics y cine. La serie “The Matrix” (1999) es emblemática y, curiosamente, su director Larry Wachowski se ha hecho una operación de cambio de sexo. El paleontólogo Colin Patterson (1933-1998), director del Museo Británico de Historia Natural, ateo confeso y militante darwinista, aclaró que no existen pruebas fósiles que apoyen la Teoría (variacionista) de Darwin.
Fuente: Guillermo Buhigas. Eugenesia y Eutanasia. Sekotia (2009)
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