El único programa no-anticristiano es el de Vox
Eulogio López
25/4/2019
El abajo firmante (¿o es arriba-firmante?) ha publicado que un católico no podía votar a Vox, al menos tras escuchar a Santiago Abascal asegurar que él no metería en prisión a una mujer que abortada tas haber sido violada. Es el tipo de demagogia hipócrita que no soporto. O tras escuchar a una cabeza más formada que la de Abascal, la de Rocío Monasterio, asegurar que Vox no se introduce en la cama de los demás, para evitar hablar de un tema tabú: la homosexualidad. Pues deberías meterte compañera, porque no hablamos de camas, sino de leyes. Es decir, hablamos de política.
Ahora bien, si uno analiza los progamas (por cierto, magnífico resumen el realizado por religión en libertad) resulta que el único programa político de entre los que concurren el domingo 28-A a las elecciones, que no conculca los principios no negociables de Benedicto XVI, aquéllos que un católico no puede secundar, son los de Vox. En teoría -los programas son teoría- un católico sólo podría votar a Vox. No olvidemos que los principios no negociables del Papa Benedicto XVI son cuatro: vida, familia natural, libertad de enseñanza y bien común. Un detalle, Vox es el único partido que defiende el cheque escolar, que es la formulación práctica de la libertad de enseñanza y, también el cheque sanitario.
Podemos es neo-comunismo
y Ciudadanos es derecha pagana
Representan los dos extremos del espectro
Yo, que había dicho que un cristiano no podía votar a Vox… digo también que es el único que cumple con los principios no negociables. Y digo también que lo más opuesto al cristianismo en la política española no es Podemos, mero neo-comunismo, sino el PSOE del ateo Pedro Sánchez: cristófobo, cristianófobo, progre, feminista, guerracivilista, amante de la blasfemia, con un plan sistemático para asfixiar a la Iglesia y, encima, disfrazado de moderado y filantrópico (¡Dios nos libre de los filántropos!).
A mí no me preocupa Podemos
me preocupa el ‘moderado’ Pedro Sánchez
En cualquier caso, tenemos dos partidos progres de derechas (PP y Cs), dos partidos progres de izquierda (PSOE y Podemos) y Vox. El progresismo, no lo olvidemos, consiste en esto: abajo los curas y arriba las faldas. Y también en esto: prohibido tener convicción alguna porque eso es intolerancia.
E insisto, los principios no negociables para un católico en política, son cuatro: vida, familia, libertad de enseñanza y bien común. A ellos habría que añadir la libertad religiosa que hoy es libertad de los cristianos, que son los perseguidos.
Y el PP es la derecha tibia que ha abandonado
sus principios cristianos y sólo genera ‘Garridos'
Ojo, y para quien analiza el espectro político, mejor que no se confundan. El partido ultra no es Vox, son Podemos y Ciudadanos. Sí Ciudadanos, que es derecha pagana, para quien sólo existe un valor: la unidad de España. El problema es que una España unida pero desprovista de valores cristianos no es nada. La unidad de España sólo constituye un valor moral cuando se forja alrededor de sus raíces cristianas. España sin Cristo no es que sea mala, es que acaba en engendro.
Por eso, el peligro de Ciudadanos es jacobino: creer en la unidad de España… y en nada más. Rivera es derecha pagana, enemigo jurado del catolicismo y, al igual que el PSOE, cuando no es revolucionario, es masónico.
Y el PP tampoco nos sirve a los católicos porque es derecha tibia, vergonzante y, en economía, socialdemócrata, en absoluto defensora de la propiedad privada pequeña. Es más, el partido cuyo programa mas se aproxima a lo sensato, a la Doctrina Social de la Iglesia, es Vox, sin duda el mejor programa económico de todos los presentados y el único que representa una alternativa al sustrato común de los otros cuatro: lo público y/o los grandes monopolios privados.
Además, el problema del PP es que lleva 20 años traicionando a los católicos. Y claro, la gente se ha cansado de sentirse engañada. Por eso el PP sólo genera ‘Garridos’. Es decir progres, es decir, traidores a sus principios. Se empieza traicionando a los principios y se acaba traicionando a las personas.
¡Ah!, y no olviden que el voto católico sí existe, aunque cuando quienes lo practiquen no lo llamen voto católico… o ni tan siquiera sean practicantes.