Valle Inclán y la República:
los cargos institucionales y sus últimos días
Santiago Clavijo
22 abril 2022
Fuente: WIKIPEDIA
Mística y cannabis como vía estética en Valle-Inclán:
La situación social y política hace que abandone sus quehaceres artísticos y apoye a la república española, incluso se presenta a diputado por La Coruña en las listas del Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux, aunque no sale elegido. Ese mismo año, una semana después de la proclamación de la República y en un intento de atraerle a sus filas, el pretendiente carlista, Jaime de Borbón y Borbón-Parma (Jaime III), le nombra caballero de la Orden de la Legitimidad Proscrita.
Se encuentra a mitad de la sesentena de edad. Conociéndose públicamente su intención de irse a México en busca de mejora para él y su familia, Manuel Azaña, entonces aún ministro de la Guerra, previo sondeo del interesado, hace gestiones ante el Consejo de Ministros para que se le habilite un cargo que le permita subsistir dignamente. El 2 de septiembre de 1931, el gobierno de la República lo nombra Conservador General del Patrimonio Artístico Nacional, seguido cinco meses después de la dirección del Museo de Aranjuez, «encargándole la realización, como Museo, del que fue Real Sitio de Aranjuez», pero unos meses más tarde, en junio de 1932, dimite por los desacuerdos con el director general de Bellas Artes en relación a la gestión del nuevo Museo de Aranjuez y por no haber sido informado de la preparación del proyecto de ley de protección del Patrimonio Artístico.
Ese mismo año de 1932 se presenta al Premio Fastenrath correspondiente a 1931, convocado por la Real Academia Española, que termina declarándose desierto. Después de la nula satisfacción con el veredicto, desde el Ateneo de Madrid se lanzaron diatribas contra la Real Academia Española, así como contra todos los académicos que votaron, al interpretarse la decisión en términos políticos y no estrictamente literarios. En compensación por este fallo se realizó un homenaje público de desagravio, en el que participó una gran parte de los intelectuales y escritores del momento.
El 30 de mayo de 1932, conocido ya el veredicto del Premio Fastenrath 1931, Valle-Inclán es elegido para la presidencia del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid, sucediendo en el cargo a Manuel Azaña, y se instala con su familia en el domicilio destinado para tal fin, en la calle de Santa Catalina. El tiempo en que permanecerá en el cargo es de siete meses y medio, siendo relevado del cargo el 14 de diciembre por Augusto Barcía Trelles. Valle-Inclán ya era un destacado tertuliano en la «sala de La Cacharrería», fundando su propia tertulia. En su presidencia introduce cambios notorios, y a iniciativa suya, en 1933 se organiza en su sede el primer Congreso de la Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios. También es cofundador, el 11 de febrero de 1933, de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética, acciones desarrolladas en un claro revulsivo a la política gubernamental antisocialista de la época, que sostenía un tono condenatorio en relación a los relatos sobre las conquistas y los problemas del socialismo en la URSS.