“Ahora mismo todos están enfocados
hacia la eliminación de Mu Barack,
pero ésta es solo la primera escena
de un drama que tiene que ser representado”...
hacia la eliminación de Mu Barack,
pero ésta es solo la primera escena
de un drama que tiene que ser representado”...
”No queremos que se evidencie que estamos
interviniendo nosotros”
interviniendo nosotros”
(Henry Kissinger)
Todo lo que está sucediendo (Afganistán, Iraq, Egipto, Libia, Líbano, Grecia, Siria, Gaza...) obedece a un plan diseñado en 1974 por el entonces Secretario de Estado de los EE.UU., Henry Kissinger, en función de los intereses de la Reserva Federal de los EE.UU. (un lobby sionista que integra a las familias Rotschild, Rockefeller, Lehman Brothers, Warburg, Morgan..., dueños del petróleo, de la banca, y de las armas), para controlar la población mundial, adueñarse de las riquezas y de los recursos naturales de los países del listado, llevar a cabo el trazado de nuevas fronteras, desestabilizar, abrir focos de conflicto, situarse estratégicamente y crear el "Gran Israel" a costa de sus países vecinos. El instrumento que utilizan para sus fines es el gobierno de los EE.UU. (Geopolítica Petrolera en Asia Central y en la cuenca del Mar Caspio. Amuradha M. Chenoy)... con sus aliados, y la U.E., la OTAN, la ONU, el TPI, los medios de comunicación, consultoras, creadoras de opinión, clubes, AI, Human Rights Watch, etc., a su servicio. Un gigantesco pulpo que se ha infiltrado hasta en los sectores de la izquierda. Cinco presidentes de los EE.UU. que a lo largo de la historia no se doblegaron a sus dictados, fueron asesinados.
El 24 de abril de 1974 el Congreso de los EE.UU. aprobó el conocido como Informe Kissinger: “Implicaciones del crecimiento mundial para la seguridad de los EE.UU. e intereses de ultramar”, convirtiéndose en ley a partir de ese momento. Poco antes, e inspirada por Brzezinski, éste, David Rockefeller y Edmon Rotschild, habían creado la conocida como Trilateral (Trilateral Commission), vinculada al Grupo Bilderberg, que consiste, y por resumir, en planificar la explotación del mundo al servicio de los intereses de estas familias.*
Siguiendo el guión de Kissinger, también Premio Nobel de la Paz como Obama y la U.E., y segundo de a bordo de David Rockefeller, destacamos muy someramente algunas de las ideas centrales de su informe:
-Es necesario detener (se ha hecho evidente ya que por cualquier medio) el crecimiento de la población, que pone en peligro el control de los recursos por parte de los EE.UU., y las “políticas extranjeras que afecten a la estabilidad internacional” (el objetivo es eliminar a 2.800.000.000 de personas)
- La nación como estructura debe desaparecer, hay que corroer las soberanías nacionales para sustituirlas por una élite de técnicos y financieros mundiales.
-Hay que controlar el creciente poder en el escenario mundial de otras naciones, especialmente cuando afecta a países en los que los EE.UU. tienen intereses concretos.
-La seguridad de los EE.UU. en los países menos desarrollados incluye los factores comerciales y políticos relativos, que pueden verse afectados por un cambio potencial en el equilibrio de la influencia política y hasta en el poder militar en el mundo en desarrollo.
-La población de Egipto se incrementará significativamente. "El grande y creciente tamaño de la población egipcia, constituye y lo será por muchos años una importante consideración en la formulación de muchas políticas extranjeras y domésticas, no sólo de Egipto sino también de sus países vecinos" (pág. 22).
-Es prioritario velar por la seguridad de acceso de los EE.UU. a los “minerales” necesarios para usos militares e industriales. En los lugares donde estos "materiales críticos y estratégicos" se encuentren, por consiguiente, los intereses económicos de los EE.UU. coincidirán con las consideraciones militares.
-EE.UU. ha de ser la única potencia dominante. La hegemonía de cualquier otra habrá de ser impedida con cualquier medio.
-Las concesiones a compañías extranjeras pueden ser expropiadas o estar sujetas a intervenciones arbitrarias. Donde por una acción del gobierno, por conflictos laborales, sabotaje o disturbios cíviles, se ocasione el lento fluir de materias primas, el flujo debe ser acelerado. “Cualquier cosa debe ser llevada a cabo para impedir la interrupción de suministros...”. Así, continua el estudio (pág. 43), el control de las poblaciones extranjeras se convierte en un tema para la seguridad industrial y militar de los EE.UU.
Si nos trasladamos al presente podemos constatar que los planes trazados se van cumpliendo, y no solo con guerras. Los ataques al euro, desde el primer momento de su implantación como moneda única europea, el sometimiento de la política a los intereses de la banca, los problemas financieros de Grecia, Portugal, Italia, España..., el asalto a los bolsillos de los ciudadanos, y a las reservas de oro y bancos de los países en el objetivo (no contaminados por el dólar, es decir sin relación con el Banco de Compensaciones Internacionales), deben entenderse en este contexto. Veamos.
Afganistán no era el caos. El caos fue creado desde fuera. A finales de diciembre de 1979, la URSS entraba con su ejército en Afganistán, tras aceptar la petición de ayuda del PDP (Partido Democrático Popular) ante la invasión de muyahidines provenientes de Pakistán, Arabia Saudí, Irán e incluso Argelia, armados y asesorados por la CIA, que se estaba produciendo en ese país y que amenazaban la estabilidad y viabilidad del gobierno (Nicaragua, Afganistán, Libia, Siria..., la historia se repite). Durante el dominio de la URSS se abrieron hospitales, escuelas y universidades y las mujeres accedieron a estatus jamás soñados. La invasión por los EE.UU. se inició con el pretexto del autoatentado del 11-S y la voladura de los Budas por la CIA, tras intensas campañas contra los talibanes -con el burka de por medio- que evidenciaban un desconocimiento y un etnocentrismo occidental sin precedentes. En realidad los hidrocarburos de la cuenca del Mar Caspio y las repúblicas de Asia Central han sido un histórico objeto de deseo las potencias occidentales, que los han visto como una alternativa ante la disminución de las reservas de Oriente Medio y un instrumento para controlar los precios de la OPEP, que otorgaría a las empresas transnacionales que se hicieran con ellos un poder estratégico de primer orden.* Así lo entendió EE.UU. cuando invadió Afganistán por cuyo suelo -previos acuerdos suscritos con los líderes talibanes- ha construido gaseoductos, para dar salida al gas procedente de Turkmenistán, y oleoductos, que transportarán petróleo desde la cuenca del Caspio. Estas construcciones son propiedad de Unocal Corporation, empresa de la que esa accionista mayoritario Dick Cheney, ex Vicepresidente del Gobierno de los EE.UU., y de la que, por otra parte, es asesor Henry Kissinger. Para mayor garantía de los intereses de este lobby, en Afganistán han colocado de Presidente a Hamid Karzay, ex empleado de Unocal Corporation. Otra empresa, en este caso de suministros, relacionada también con Dick Cheney y escandalosos casos de corrupción es Halliburton Corporation, instalada en Iraq, Afganistán y otros numerosos países.
Afganistán es hoy un caos (no es cierto que los invasores se retiran, cuando se retira el ejército quedan los contratistas), utilizado como campo de entrenamiento y experimentación con todo tipo de armamento, que ha visto expoliados hasta sus tesoros arqueológicos, ahora exhibidos impúdicamente en el British Museum, de Londres, en la exposición “Tesoros de Afganistán”. La destrucción y expolio del patrimonio arqueológico e histórico de los países en el punto de mira es otro de los objetivos del sionismo: borrar las huellas de las ancestrales culturas de estos pueblos (“pueblo elegido” solo hay uno)
Iraq. La campaña contra este país se inició mucho antes de su invasión mediante un intenso bombardeo mediático contra Sadan Husein, que contó con contratos adjudicados a empresas de publicidad con la finalidad de crear titulares de prensa que perjudicaran la imagen de este gobernante. No vamos a extendernos en este artículo en el bloqueo que padeció este próspero país previo a la guerra, pero sí trataremos de los pretextos inventados para derrocar al gobierno de Sadam Husein, un gobierno laico, que era una muestra de convivencia, con miembros de distintas culturas y creencias, como el vicepresidente Tarek Aziz, cristiano caldeo y hombre de diálogo y concordia.
Alentado por el gobierno de los EE.UU., Sadam Husein invade Kuwait el 2 de agosto de 1990, con la idea de recuperar ese territorio que había pertenecido a Iraq hasta unas décadas antes, y que fue desgajado por las potencias coloniales, que colocaron a una monarquía títere en el poder para garantizarse el aprovechamiento de sus recursos petroleros. Había caído en la trampa que le había tendido el lobby anglojudeoamericano, que sirvió de pretexto a esta guerra.
Los objetivos del ataque a Iraq eran varios: geoestratégicos, rapiña de los recursos petrolíferos, asalto al Banco Central Iraquí y posicionamiento en la zona geográfica, entre otros. El arma principal empleada por los atacantes, británicos y estadounidenses, fue la mentira... Y también ciento diez mil vuelos y 200.000 toneladas de TNT arrojadas en seis semanas. Desde los primeros días, las centrales eléctricas de Bagdad fueron destruidas. Sin electricidad, el sistema de aprovisionamiento de agua se detuvo. Se extendieron las epidemias, miles de niños murieron de diarrea. Los invasores saquearon la única fábrica de leche en polvo de Bagdad, arrasaron los barrios residenciales de Basora y aniquilaron numerosas pueblos. Distinto tipo de armamento, como los misiles crucero, fueron experimentados en seres humanos. Miles de soldados iraquíes que se rindieron fueron fríamente bombardeados por británicos y estadounidenses, dejando un reguero de diez mil muertos. Nada comparable a lo que vendría después: Un millón de muertos y cuatro millones y medio de desplazados. Ello sin hablar del tema de la cárcel de Mazar-y Charif. El capítulo de la captura, la humillación, las vejaciones y asesinato de Saddan Husein es uno de los más abominables que haya escrito el ser humano.
Libia. Este país seguía a Iraq en el listado que comentara públicamente el ex comandante supremo de la OTAN y ex general de los EE.UU., Wesley Clark: Iraq, Libia, Líbano, Siria, Somalia, Sudán e Irán. Libia ha sido arrasada con el pretexto de una matanza de civiles efectuada por su gobierno, tan falsa como las armas de destrucción masiva de Iraq. Desde luego esto entraba en abierta contradicción con la política del gobierno de la Jamahiriya, que había proporcionado a los libios la mayor esperanza de vida y el mayor índice de desarrollo humano de toda África, además de préstamos sin interés, vivienda como derecho constitucional, sanidad y educación de alto nivel y gratuitas, reparto de las rentas del petróleo, pleno empleo, etc. y otros muchos logros no alcanzados ni de lejos por la mayor parte de las potencias atacantes.
La campaña orquestada a base de calumnias y mentiras contra el coronel Khadafi, se remonta mucho tiempo atrás y culminó el 15 abril 1985 con el bombardeo de Trípoli por los EE.UU., en el que murió una de las hijas de este gobernante. Luego se vino manteniendo en el tiempo hasta culminar con la invasión (así fue y así es) de 2011, en la que una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU -la 1973- supuestamente para proteger a los civiles fue pervertida hasta el punto de servir de pretexto a una guerra a un magnicidio y a la ocupación y reparto de un país.
Hoy Libia es una colonia estadounidense, (una especie de protectorado sin protección) sobre la que se están trazando nuevas fronteras. En el reparto de su territorio, y de su petróleo, participan EE.UU., Reino Unido y Francia, si bien -esto es clamoroso- el planificador e instigador de esa guerra, Bernard Henri-Levy también ha sido beneficiado con una cuota del petróleo. Pero éste no era el único objetivo de las potencias agresoras. Había otros, como hacerse con los miles de kilómetros de oleoductos que construyó el gobierno del Coronel Khadafi, controlar las inmensas reservas de aguas fósiles de Libia, impedir que se implantara el dínar de oro como moneda de circulación en el continente africano, impedir un movimiento panarabista, que estaba encabezando el Coronel Kadhafi (independiente y con telecomunicaciones propias), y situar al AFRICOM en el Norte de África, para asaltar desde ahí nuevos países, etc.
No contaban los invasores con que Libia no era tan fácil de conquistar. Las tribus, base de la sociedad libia, no se doblegan. Ellas mantienen su cultura, sus tradiciones, el poder judicial, los archivos históricos, su sistema político, de democracia directa, etc. El objetivo es destruirlas, con la colaboración (que trasciende la complicidad) de los medios de comunicación occidentales, que han guardado silencio sobre los múltiples crímenes cometidos por estos aliados en Libia, recrudecidos en el asedio a Sirte y Beni Walit, y el genocidio que se viene cometiendo con la tribu de los Warfalla, que representa casi un tercio de la población libia y que el gobierno colonial se empeña en aniquilar (con todo tipo de armamento, incluidos el napalm y el gas sarín). También el linchamiento del Coronel Khadafi, y las humillaciones infligidas a su cadáver pueden entrar en el récord Guinnes de los oprobios.
España, que se sumó a esta guerra, con el gobierno socialista de Zapatero, recibió como pago la adjudicación de las obras del AVE La Meca-Medina (Si es que un holding de empresas es España...Puede que sí)
Siria es la puerta de entrada occidental a Eurasia, el objetivo geopolítico más grande y ambicioso que se puede codiciar. La clave para saltar a Irán. Pero además confluyen en Siria otros intereses: petróleo y enormes reservas de gas; oleoductos y gaseoductos, presentes y futuros; y territorios para anexionar a Israel, como ya sucediera con los Altos del Golán. Los proyectos de la “Comunidad Internacional”, y muy concretamente Francia, para con Siria consisten en libanizarla y dividirla en mini estados. De nada vale que el gobierno de Bashar el Assad ganara un referéndum constitucional, y unas elecciones legislativas (el 7 de mayo de 2012), ni que en sendos informes de observadores internacionales (de la Liga Árabe y de ésta y la ONU) se reconociera la existencia de mercenarios extranjeros, ni que el pueblo sirio apoye masivamente a su gobierno, ni que hayan ganado tres propuestas de resolución del Consejo de Seguridad planteadas con el objetivo de "intervenir", como hicieran en Libia...La autodenominada "Comunidad Internacional", que juega muy sucio, trata de repetir historias anteriores, acusando a Siria de poseer armas químicas (sorprendente que acusen a un país de hacer lo que ellos hacen), mientras invaden Siria con mercenarios, entrenados, armados y pagados por los países que la constituyen, que se dedican a cometer todo tipo de asesinatos y sabotajes, tratando de sembrar el terror en Siria. Además ha promovido un "gobierno” exterior, con un presidente, Ahmad Moaz Al-Khatib, que es alto cargo de la Shell y militante de los "Hermanos Musulmanes"(Muslim Brotherhood). Todos los gobiernos -laicos- que están siendo asaltados, siguiendo los planes de la Reserva Federal Norteamericana, son sustituidos por estos radicales islamistas (Egipto, Túnez, Libia...).
De acuerdo con Walter Graziano (Nadie vio Matrix) Occidente inspiró y mueve los hilos de los Hermanos Musulmanes, un partido/logia fundado en Egipto en 1928, hoy con sedes en Londres y Ginebra y con sucursales en todos los países árabes o islámicos y que maneja un gran cantidad de think-tanks, comités islámicos, universidades, colegios y una gran diversidad de instituciones. El interés del lobby anglo-judeo-franco-americano en esta organización consiste en que resulta básico para sus planes antinacionalistas, en países estratégicos geopolíticamente por causas petrolíferas, un exacerbado radicalismo religioso que sea terreno fértil para proveer militantes al terrorismo, usado como excusa para invadir países, empobrecerlos y apropiarse de sus recursos naturales. Si no hay fundamentalismo islámico, no hay enemigo, y esta logia/partido es el mejor aliado de los intereses financiero-petroleros occidentales. Los Hermanos Musulmanes (y/o sus conexiones) habrían cometido entre otros hechos el asesinato de Gamal Abdel Nasser, por promover un cerrado nacionalismo en Egipto; el asesinato de Zulfiqar Bhutto en Pakistán; la muerte de Anwart El Sadat en Egipto, y más recientemente distintos procesos de desestabilización y derrocamientos del poder establecido en Egipto, Túnez, Libia (en cuyos gobiernos se han situado), Siria, y numerosas acciones terroristas en otros lugares. Todas estas operaciones habrían sido desarrolladas en coordinación con la CIA. No resulta para nada descabellado pensar que las agencias de inteligencia occidentales y el terrorismo islámico son socios y no enemigos. Porque EE.UU. es fundador y protector de Al Qaeda y está aupando al poder a los Hermanos Musulmanes... Es decir: el terrorismo es el pretexto para actuar con un terrorismo mayor: el de estado, que, vulnerando toda la legislación internacional, se injiere en asuntos internos, desestabiliza, declara guerras, da golpes de estado y se apropia de los recursos del país víctima.
Líbano. A mediados de 2006, una nueva guerra estalló en Líbano, por causa del "terrorismo". La razón supuestamente fue la captura de dos soldados israelíes por parte de las milicias armadas de Hezbollah, pero semejante pretexto no era fácil de creer. Siguiendo al autor y al texto anteriormente mencionado, “esa guerra es sólo una más de la serie de muy confusos enfrentamientos, guerras, guerras civiles, asesinatos políticos y actos terroristas que se han desarrollado en El Líbano en los últimos cincuenta años. Todo esto puede entenderse mejor si se comprenden los siguientes cuatro factores:
a). En julio de 2006 terminó de construirse, y se inauguró, uno de los oleoductos más importantes del mundo, el BTC (Bakú-Tbilisi-Ceyhan) que lleva el petróleo que se extrae en Azerbaiján hasta los puertos turcos. De allí se embarca mayoritariamente a Occidente. Sin embargo, está planeado construir una extensión de ese oleoducto a la ciudad israelí de Ashkelon. De Ashkelon puede conectarse con facilidad, con la infraestructura ya existente, al puerto israelí de Eilat en el Mar Rojo, y embarcarse a China y al sudeste asiático. La idea es convertir a Israel en un poderoso factor "triangulador" del petróleo que se consume en China, India y todo el Oriente Lejano, de manera que se pueda evitar cualquier posible "eje" chino-iraní o indo-iraní y, por supuesto, hacer que el petróleo azerí sea controlado enteramente por las grandes corporaciones anglo-norteamericanas. El problema de este gran megaproyecto es que la conexión entre el puerto turco de Ceyhan y el israelí de Ashkelon debe pasar por tierra, o bien por mar, de soberanía siria y libanesa. Ambos países resultan un obstáculo a esas pretensiones de las petroleras de concentrar crecientemente el comercio de petróleo hacia el Oriente Lejano en Israel. De ahi los ataques que vienen padeciendo tanto por parte de EE.UU. y sus títeres aliados como por parte de Israel. Cuanto más devastadas estén ambas naciones, más difícil les será oponerse a los deseos de las megapetroleras y la elite globalista que las domina.
b). Ésa no es, sin embargo, la única causa "petrolera" por la cual El Líbano es casi siempre zona de conflicto, y Siria está siendo atacada. Ocurre que el petróleo de los yacimientos del oeste de Irak, muy poco explotados aún, bien podría ser transportado en el futuro hacia el mar Mediterráneo mediante oleoductos que atraviesen El Líbano y Siria. Más aún, por suelo sirio ya hay más de 2.000 km de oleoductos construidos (mientras que en El Líbano hay muy pocos). Usar el territorio de Siria y El Líbano puede ser en el futuro más rentable y funcional para los intereses occidentales que usar Basora y seguir efectuando el transporte de petróleo a través del Golfo Pérsico. Incluso, en el futuro, puede diseñarse una estrategia para que la salida del petróleo del oeste iraquí se concentre en puertos israelíes.
c). En tercer lugar, y aún más importante que el petróleo, está el agua. Tanto Israel como El Líbano padecen fuertes limitaciones de agua potable. Israel la obtiene en medida mayoritaria de las alturas del Golán (territorios ocupados a Siria a partir de 1967, y nunca devueltos por esta razón principal), que le dan acceso al río Jordán, y de los afluentes subterráneos de Cisjordania (reclamada por los palestinos como propia). En cambio el extremo sur de El Líbano es atravesado por la única fuente acuífera que tienen al alcance de la mano: el río Litani, que incluso llega a fluir a menos de 10 km de la frontera israelí. Ya desde el propio origen del Estado de Israel, Ben Gurion reclamaba que la frontera norte israelí fuera la ribera de ese río, previendo el problema. Finalmente no lo pudo conseguir, pero la destrucción sistemática que Israel viene haciendo del sur de El Líbano tiene como una de sus principales causas la necesidad de canalizar el agua de ese río.
A medida que el petróleo comienza a escasear en el mundo, y a concentrarse cada vez más en torno del Golfo Pérsico, comienza a resultar más importante la distribución interna del mismo y del gas natural en la zona en cuestión. Arabia Saudita es el mayor productor mundial y también el país con más reservas declaradas de petróleo, pero tiene muy poco gas natural, con el agravante de que algunos de sus yacimientos petroleros más importantes están comenzando a dar señales de agotamiento. Además, no se sabe a ciencia cierta cuántos de los 120.000 millones de barriles de reservas que declara poseer son realmente extraíbles. La segunda nación en reservas mundiales de petróleo es Irán, que es también el país que figura segundo en todo el mundo en reservas de gas natural, tras Rusia. Por lo tanto, si el deseo geopolítico de la elite petrolero-financiera globalista es contar con los recursos iraníes aunque fuera al extremo de bombardear o invadir el país, es necesario ir sumando excusas. En el caso iraní una de las más poderosas excusas que se viene preparando desde hace muchos años es el apoyo que su gobierno le presta a las milicias de Hezbollah, situadas en el sur de El Líbano y consideradas como terroristas por el gobierno norteamericano y los grandes medios de comunicación internacionales, aunque no por las Naciones Unidas. Hezbollah brinda entonces una muy útil excusa para las ambiciones tanto israelíes como norteamericanas respecto de El Líbano e Irán, así como Al Qaeda y Osama bin Laden sirvieron como excusa para invadir Afganistán e Irak. Vemos entonces cómo nuevamente el terrorismo sirve de pretexto a la elite para apropiarse de recursos ajenos.
Si todo esto queda claro, también queda claro entonces por qué El Líbano ha sido sujeto en los últimos 50 años a muy confusas guerras e invasiones, por qué está seriamente dividido políticamente, por qué su aparato económico es sistemáticamente destruido y vuelto a construir, por qué en la prensa se lo menciona como base de terroristas, por qué su capital Beirut es bombardeada, sus líderes frecuentemente asesinados, y por qué Hezbollah es en el fondo funcional a los intereses de las megacorporaciones petroleras anglo-norteamericanas y de la elite globalista que la utilizan como pretexto para sus fines.
De Gaza a Jordania. El 14 de noviembre de 2012 Israel inicia una intensa campaña de bombardeos sobre Gaza. La Operación denominada “Pilar Defensivo” (o Columna de Nube) se inició un día después de la finalización de unas maniobras militares conjuntas con EE.UU. y termina el 21 del mismo mes con el acuerdo de un alto al fuego, con más de cien muertos, miles de heridos y numerosas viviendas, equipamientos e instalaciones de todo tipo destruidas. Pero esta operación de bombardeos sobre Gaza, a nuestro entender hay que enmarcarla en otro contexto más amplio, y relacionarla con otros hechos.
Los agentes británico-saudíes y los Hermanos Musulmanes se están movilizando en Jordania para derrocar al rey Abdullah II por su negativa a permitir que este país sea utilizado como una base para la guerra contra Siria. Ese sería el pretexto. El objetivo final parece ser otro, y serviría a las ansias expansionistas de Israel que pasarían por el traslado de la población palestina a Jordania. Por tanto, ya se ha puesto en marcha en Jordania la “primavera árabe”, con una oleada de protestas populares. Israel se anexionaría Gaza, Cisjordania y otros territorios de Siria y Líbano, que se añadirían a los Altos del Golán, reclamados por Siria, y a las Granjas de Sheba, reclamados por Líbano y Siria. Pero Israel tiene en el objetivo extender sus fronteras por Líbano hasta adueñarse del río Litani, cumpliendo así unos proyectos largo tiempo anhelados y convirtiéndose en “El Gran Israel”.
El tema de Cisjordania trasciende al contenido de este artículo. Según el derecho internacional, no pertenece de iure a ningún estado al renunciar Jordania a su soberanía (tras su anexión ilegal en 1948), por lo que se encuentra a la espera de resolverse su estatus definitivo, junto con la Franja de Gaza, en futuras rondas de negociaciones entre israelíes y palestinos. Por ello, al no existir soberanía previa, según Israel, éste lo considera un «territorio disputado» y no un régimen de «ocupación», como es en realidad y como lo consideran la Autoridad Nacional Palestina que gobierna Cisjordania y Hamas que gobierna la Franja de Gaza. Pero Cisjordania entra también en los planes de Israel, como ya hemos comentado.
Alberto Cruz, del CEPRID, entiende que Israel ha servido de punta de lanza de la decisión árabe-occidental para debilitar en la Franja a Hamás, inmerso en la elección de su Buró Político en el que la batalla por el control de la organización está siendo cruenta (en términos literarios).
Aunque aún no se conoce en todos sus extremos, será el actual segundo de a bordo, Mousa Abu Marzouk, quien pase a dirigir la organización mientras que el nuevo segundo será Ismail Haniye. Es decir, Gaza adquiere un claro poder dentro de Hamas y ese poder había que debilitarlo antes de que se hiciese lo suficientemente fuerte como para controlar toda la organización. Este ha sido el objetivo encubierto de la reciente agresión a Gaza y de ahí la destrucción de la práctica totalidad de las estructuras administrativas y comunicacionales de Hamas, además del pretendido “debilitamiento” militar de la organización.
Mientras que Alfredo Embid escribe, en el boletín “Armas contra las Guerras”, dedicado a Gaza, lo siguiente: A principios de agosto el secretario de defensa norteamericano León Panetta fue a Israel para reunirse con Ehud Barack, ministro de defensa de Israel, coincidiendo con la intensificación de los ataques de todo tipo a Siria (incluyendo los diplomáticos), y volvió el 3 de octubre, dos meses más tarde. El 18 de octubre, los Estados Unidos e Israel lanzaron dentro de Israel la primera fase de las mayores maniobras guerreras conjuntas que nunca habían realizado. Estas maniobras, que en inglés se denominan juegos de guerra (“war games”), se llamaron “Reto austero 12” (“Austere Challenge 12”). Los “juegos de guerra” se llevaron a cabo durante cuatro semanas y finalizaron curiosamente coincidiendo con el inicio de los bombardeos de Gaza (14 de noviembre). El 23 de octubre, el Emir de Qatar, Sheikh Hamad bin Khalifa Al Thani visitó la franja de Gaza, se reunió con el Gobierno de Hamas a hizo promesas de ayuda financiera. La “visita” del Emir de la Qatar a Gaza la semana antes del ataque es cualquier cosa menos inocente. Hamás habría sido invitado a dejar de colaborar con Irán y a reconocer a Israel y Jerusalén como su capital a cambio de una ayuda importante. Según el profesor Michel Chossudovsky: “La visita del Emir de Qatar a Gaza al principio de los juegos de guerra conjuntos de Estados Unidos-Israel tiene todas las apariencias de una operación encubierta de Estados Unidos”. Según un informe de los servicios de inteligencia iraníes "el Emir de Qatar proporcionó datos a los israelíes que fueron utilizado en los bombardeos dirigidos a edificios claves del Gobierno de Hamas". En concreto proporcionó una serie de relojes y bolígrafos a los líderes de Hamas que transmitieron señales de baja frecuencia a satélites israelíes. Estas señales recibidas sirvieron para localizarlos y asesinarlos con misiles teledirigidos.
Probablemente con el lanzamiento de varios cohetes Hamas haya dado a Israel el pretexto perfecto para atacar Gaza. Pero no son los cohetes de Hamas el objeto de esta campaña bélica. Parece que Israel está apuntando también a Siria y a Irán...Y quien sabe si a Jordania, cuyo rey ya estorba.
Mientras esto escribo se alumbra una pequeña llama de esperanza: La Asamblea General de las Naciones Unidas ha admitido -con fecha 29 de noviembre- a Palestina como estado observador, lo que viene a ser un reconocimiento implícito de la soberanía del pueblo palestino sobre los territorios que viene ocupando Israel desde 1967.
Ello no supone la admisión de Palestina como miembro de pleno derecho, pero sí otorga a los palestinos legitimidad en su lucha contra la ocupación, y es una llamada de atención sobre el clima de inestabilidad y violencia que este pueblo viene padeciendo. Masivamente el mundo ha mostrado su apoyo a la causa palestina. EE.UU. e Israel se encuentran más aislados que nunca. Únicamente la República Checa, Canadá, Panamá, Nauru, Palau, Micronesia y las Islas Marshall votaron junto a ellos.
Irán. Este país es objeto de deseo secular del lobby anglojudeoamericano, por sus numerosos recursos naturales, entre los que destacan el petróleo y el gas. La historia reciente de Persia -actual Irán- ha sido la del saqueo del petróleo desde 1901, por los británicos, que crearon la Anglo-Persian Oil Company, o Anglo Iranian Oil Company (AIOC), posteriormente, origen de la Britisch Petroleum, una empresa que aparece como impulsora de las más recientes guerras por petróleo de los últimos tiempos, por no hablar de la contaminación que provoca por todos los lugares en donde está presente.
La AIOC se convirtió así en un estado dentro del estado, con barcos y hasta una línea aérea propia, un gobierno con funcionarios y jurisdicción territorial y en algunos sitios hasta se tomó atribuciones como las de pagar los impuestos directamente a los jefes de las tribus en las que se encontraban los yacimientos antes que al gobierno iraní. En 1953, el primer ministro Mohammad Mosaddeq fue expulsado del poder al intentar nacionalizar los recursos petrolíferos, en una operación orquestada por británicos y estadounidenses, que situaron en el poder a Mohammed Reza Pahlevi, que les garantizaba el control del crudo.
El ayatolá Jomeini denunció insistentemente las maniobras de estos países, convirtiéndose así en el más firme opositor al régimen de Reza Pahlevi. Una manifestación de apoyo a Jomeini en su pueblo natal, situado 150 km al sur de Teherán, brutalmente reprimida por la policía -que provocó centenares de muertos-, obligó al Sha a exiliarse en Egipto. Jomeini regresó a su país y ganó masivamente un referéndum sobre la proclamación de la República Islámica. Pocos procesos más democráticos se han dado en el mundo como el de los iraníes lanzados a la calle, muriendo ametrallados por defender el derecho de su país a decidir su futuro. Irán ha hecho su propia revolución, ha impulsado un crecimiento tecnológico de muy alto nivel y goza de un elevado índice de bienestar, pese al bloqueo impuesto por la autodenominada “Comunidad Internacional”, y pese a la campaña mediática sin precedentes que mantiene a Irán en el objetivo desde hace décadas. El Mossad y la CIA llevan tiempo cometiendo asesinatos en ese país, centrados principalmente en científicos e investigadores (no es nada nuevo) y tratando de preparar el terreno para ulteriores acciones.
Hasta aquí, hemos venido ofreciendo un muestrario de las últimas guerras y objetivos del lobby sionista, sin remontarnos a otras más o menos lejanas en el tiempo, y sin extendernos en detalles sobre planes de desestabilización en otros distintos lugares del mundo (Colombia, Paraguay, Honduras...), que pasan también por la construcción de nuevas bases militares por toda América Latina y otros continentes. El dólar se va quedando reducido solo al valor de su papel y la Reserva Federal Norteamericana, más peligrosa que nunca, muerde en todas las direcciones.
Pero antes de finalizar nos parece importante destacar un preocupante artículo publicado con fecha 16.11.2012, por Henry Kissinger en el Washington Post, dirigido al recién elegido presidente Obama, en el que le conmina públicamente a resolver "el más urgente problema que el presidente debe enfrentar": Irán. Y es que cada mandato presidencial en los EE.UU. lleva consigo también el mandato de proporcionar nuevas guerras a las familias mencionadas al principio.
Fuente: "El Espía Digital"
Purificación González de la Blanca (8/12/12)
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