InfoCatólica-Pedro Trevijano
(10/7/2014)
Hoy en día la cuestión de las causas, o tal vez mejor, factores de la homosexualidad es un debate que sigue abierto y con muchos puntos oscuros, si bien va ganando terreno la hipótesis de que la orientación sexual se establece en edades muy tempranas y que la homosexualidad es un trastorno emocional que se origina en la niñez.
Aunque siempre, en todos los tiempos, culturas y civilizaciones la tendencia heterosexual ha sido con mucho la predominante, la homosexualidad ha afectado en todas las épocas de la historia a una minoría más o menos considerable de la humanidad. Actualmente las cifras que se dan de personas homosexuales oscila entre el uno y el cuatro por ciento. De estas estadísticas hay que excluir a niños y adolescentes, puesto que su desarrollo sexual aún no está completo. Pero hay ciertamente una minoría de adultos para la cual la atracción sexual hacia personas del mismo sexo es un factor de su vida sexual. Todos conocemos a personas de las que no sospechamos en modo alguno su homosexualidad.
El primer gran problema con el que nos enfrentamos es: ¿la inclinación homosexual queda fijada desde el nacimiento o es el resultado de acontecimientos biográficos, en otras palabras es algo innato o adquirido?
Los defensores de que la homosexualidad es algo innato creen que sus causas pueden ser: a) hipótesis genética,basada en que los estudios hechos con gemelos hijos de padre homosexual apoyan la conclusión que los factores hereditarios juegan un papel en la homosexualidad masculina. En efecto la probabilidad que los gemelos idénticos de un hombre homosexual también sean homosexuales es de cerca del 20 por ciento (comparado con el 2 a 4 por ciento de la población en general), lo que indica que la orientación sexual se ve genéticamente influenciada, pero no predeterminada. Es decir: influye, pero no determina, y no es un factor totalmente decisivo; b) hipótesis biológica, pero investigaciones recientes afirman que no hay motivo para admitir la existencia de una homosexualidad transmitida hereditariamente, pues no se ha demostrado científicamente.
En cambio los defensores de que se trata de algo adquirido ven más bien como causas: c) hipótesis psicodinámica, con fijación en la madre y pérdida de la figura paterna y en las mujeres el no abandono de la fijación en la madre; d) hipótesis ambiental, muy relacionada con la anterior, cargando el acento en la baja estima propia debida especialmente a experiencias infantiles en el seno de la familia nuclear, conductas de rechazo por los compañeros, no conformidad con el propio sexo en la niñez y las preferencias homosexuales en la adolescencia; dándose más fácilmente en familias conflictivas. Por ello muchos psiquiatras tienden a ver la homosexualidad como una interrupción o bloqueo en el desarrollo psicosexual del individuo.
Para los autores que defienden que la homosexualidad no es algo innato, como R. Cohen, J. Nicolosi, G.J.M. Van der Aardweg y A. Polaino, nadie nace con una orientación homosexual, ni existen datos científicos que indiquen una base genética para las atracciones hacia personas del mismo sexo, sino que esta atracción es el resultado de traumas sin resolver que conducen a una confusión de género.
La orientación sexual es el resultado de un proceso histórico y no de un hecho que se impone desde el nacimiento. Con frecuencia, es un problema inherente al desarrollo, a menudo consecuencia de las primeras incomprensiones entre padre e hijo. El desarrollo heterosexual requiere el sostén y la colaboración de ambos padres, especialmente en el momento en que el chico vive la separación de la madre y el sucesivo proceso de identificación con el padre. Del fracaso de la relación entre padre e hijo puede surgir la incapacidad de interiorizar la propia identidad sexual masculina, lo que también tiene consecuencias durante la infancia y la adolescencia en sus relaciones con los coetáneos de su sexo.
La orientación sexual es el resultado de un proceso histórico y no de un hecho que se impone desde el nacimiento. Con frecuencia, es un problema inherente al desarrollo, a menudo consecuencia de las primeras incomprensiones entre padre e hijo. El desarrollo heterosexual requiere el sostén y la colaboración de ambos padres, especialmente en el momento en que el chico vive la separación de la madre y el sucesivo proceso de identificación con el padre. Del fracaso de la relación entre padre e hijo puede surgir la incapacidad de interiorizar la propia identidad sexual masculina, lo que también tiene consecuencias durante la infancia y la adolescencia en sus relaciones con los coetáneos de su sexo.
Estos autores piensan por tanto que la homosexualidad se aprende, es decir ven su origen en el clima familiar y social. Parece ser que los factores educativos, afectivos y ambientales, y no sólo los biológicos, influyen en la orientación sexual. Con ello uno se hace homosexual, sucediendo algo parecido, cambiando lo que hay que cambiar, en la homosexualidad femenina, es decir la condición homosexual generalmente indica un insano apego o desapego emocional extremo con uno o con ambos padres. En cambio si un hombre logra superar los traumas que le bloquean, se siente naturalmente atraído hacia la mujer. Es decir, todo homosexual es de forma latente un heterosexual que simplemente se ha estancado en una fase temprana de su desarrollo psicosexual.
El asunto tiene su trascendencia moral y práctica, porque si la causa de la homosexualidad es biológica y hereditaria, la consecuencia es que el homosexual es así y por tanto el cambio es prácticamente imposible. No nos extrañe por ello que sean las personas con tendencias homosexuales que quieren continuar siéndolo, los defensores más encarnizados de la base biológica, es decir de haber nacido así. Por el contrario si es una causa adquirida, se puede ayudar a madurar emocionalmente a los homosexuales, incluso saliendo de ella. Los autores de esta línea piensan por su experiencia clínica que es posible salir de la homosexualidad y llegar a la heterosexualidad y no hay que olvidar lo que decía la Filosofía medieval: «contra el hecho no valen argumentos».
Hoy en día la cuestión de las causas, o tal vez mejor, factores de la homosexualidad es un debate que sigue abierto y con muchos puntos oscuros, si bien va ganando terreno la hipótesis de que la orientación sexual se establece en edades muy tempranas y que la homosexualidad es un trastorno emocional que se origina en la niñez, pues es difícil negar la importancia de las dinámicas familiares en períodos precoces del desarrollo personal, aunque sólo se consolide tras la adolescencia. La orientación sexual no la da solamente la biología, sino también la historia individual, familiar y social de cada uno, siendo la homosexualidad síntoma de un desarrollo afectivosexual inacabado y no de una evolución equivalente a la de la heterosexualidad.
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-Esta República, desde luego no (14/06/14)
Génesis (12 – 19): Lot, sobrino de Abraham, habitó en Sodoma, en la región de Pentápolis. Yavé dijo a Abraham: “El clamor que llega contra Sodoma y Gomorra es ciertamente grande y su pecado es muy grave”.
Los sodomitas llamaron a Lot y le dijeron: ¿Dónde están los hombres que han venido a ti esta noche? Sácanoslos para que abusemos de ellos. Uno de los ángeles dijo a Lot, a su mujer y a sus hijas: Huye a la montaña para que no perezcas y no mires atrás.
Entonces Yavé hizo llover fuego y azufre desde el cielo. Y destruyó las ciudades y toda la llanura, todos los habitantes y toda la vegetación.
Homosexualidad: Alfred Kinsey publicó (1948) un informe sobre experimentos sexuales con muestras sesgadas poco representativas de adultos y niños. Su tesis fraudulenta fue “Todos los actos sexuales están al mismo nivel moral, ya sea dentro o fuera del matrimonio, con el mismo o distinto sexo, con niños o animales.” Hasta 1990 esta tesis no comenzó a ser cuestionada.
La Asociación de Psiquiatras Americanos (APA) eliminó (1973) la homosexualidad del catálogo de patologías, provocando una rápida expansión del vicio nefando de la sodomía. La opinión pública ha llegado a considerar normal la homosexualidad. Fue un gran éxito de los especialistas de marketing de la universidad de Harvard y de los medios de comunicación controlados por la Masonería.
José Nicolosi (California 1947) es un psicólogo clínico cofundador de la Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la Homosexualidad (NARTH). Es el promotor de la Terapia reparativa para vencer o reducir sentimientos no deseados. Paralelamente nuestro Aquilino Polaino, catedrático de Psiquiatría y psicólogo clínico trabajó en España desde los años 80. Muchos de los pacientes de Nicolosi y Polaino llegaron a ser completamente heterosexuales. La
mayoría de los homosexuales no está orgullosos de su orientación sexual.
Desde 1990 la ONU define el “género” como un sistema de roles para sustituir a la biología (ley natural). La ideología de género está presente en todos los documentos internacionales de la ONU desde la Conferencia de Pekín (1995), fusiona los postulados del social-feminismo y de la homosexualidad.
Pederastia: La infiltración marxista y masónica en la Iglesia provocó (años 70) la secularización y la herejía (teología de la liberación) así como la relajación de la moral. En algunos seminarios, especialmente en USA, facilitó el trabajo de Satanás en el pecado de la carne. Los casos de pederastia en el clero católico son estimados en menos del 1% del 1% de otros grupos sociales (maestros, entrenadores, jueces, periodistas, políticos, médicos, etc.), es decir: el 1 por 10.000.
El temor al escándalo hizo cometer errores de transparencia a algunas autoridades eclesiásticas. Recientemente el Papa ha dictado normas para que no vuelva a suceder. El cardenal Bertone ha comentado que la pederastia está más relacionada con la homosexualidad que con el celibato, como pregona la “progresía”.
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Blog Clavijo-Píldora nº 23
(23/4/2010)
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