Vacunados contra el comunismo
13 JUL 2021
Cuba en llamas. El fuego de la desesperación consume la patria cubana. Décadas de tiranía que parecían más fuertes que nunca en Hispanoamérica pero que ahora flaquean en el epicentro de su narco-Imperio comunista: La Habana. Porque miles de personas han decidido salir a marchar por la calle, han decidido oponerse a la falta de libertades, al terrorismo de Estado, a la opresión, a la tortura, a la pobreza y a la tiranía de unos pocos que viven como jeques a costa de la mayoría. Al grito de “¡Patria y Libertad!”; gritando “¡no tenemos miedo!”, “¡basta de tiranía! o “¡abajo la dictadura!”; el pueblo ha mostrado su valía, su dignidad y su gallardía ante la escasez de medicinas y de productos relacionados con la salud. A diferencia de nuestros compatriotas los podemitas, con Yolanda Díaz y Alberto Garzón a la cabeza, los cubanos parece que ya están inmunizados contra el comunismo.
Las autoridades cubanas han censurado la conexión a Internet de la población para que no puedan subir más vídeos a las redes sociales sobre las protestas. De nuevo, lo que los españoles con espíritu crítico encontramos en Facebook o en Twitter aportado por la población cubana vale mucho más que la información falsa, sesgada y extremadamente comedida que la mayoría de medios de desinformación masivos españoles están dando. La protesta surgida de forma espontánea, fruto del hartazgo y de la ira en la ciudad de San Antonio de los Baños, ha ido contagiando a distintas poblaciones del país hasta infestar las calles cubanas en un mismo sentimiento de hermandad.
Se han filmado imágenes de cómo algunos policías disparaban a la población; hemos visto como los “boinas negras” de Cuba reprimían, con ejecuciones —tiros en la nuca— en la calle y con una violencia inaceptable las protestas. Pero también hemos asistido a escenas donde otros agentes del orden y la ley cuya máxima debe ser la de “servir y proteger al ciudadano”, dejaban sus puestos en defensa del comunismo para caminar junto a los manifestantes en situación precaria. Los cubanos huidos y exiliados de todo el mundo han salido también a la calle en clara muestra de apoyo a las protestas dentro del país. Cabe destacar la importancia de dicho movimiento en los Estados Unidos desde donde, con Antonio Rodiles a la cabeza, lideran la oposición internacional y ejercen una limitada pero tenaz presión mediática para que el Gobierno useño mande una ayuda necesaria a Cuba.
En agosto de 1994 hubo unas protestas similares, hoy conocidas como el “Maleconazo”, que Fidel Castro supo reprimir con dureza y silenciar con éxito. Hoy en día, gracias a Internet, esa opción ya no es viable sin generar, a cambio, un escándalo internacional de consecuencias definitivas para el régimen. A Miguel Díaz-Canel, que ha mandado “a la calle” a “los revolucionarios” para contraatacar, se le está poniendo cara de Nicolae Ceacescu, tirano rumano comunista que murió fusilado con más de 100 impactos de bala en el cuerpo. (Por cierto que a Santiago Carrillo, Ceacescu lo tuvo viviendo a cuerpo de rey en Rumanía).
A La Habana se le está poniendo el aspecto de Praga en 1968 y las multitudes cubanas tampoco parecen dispuestas –no lo estaban los checos entonces–, a dejarse amedrentar por la opresión militar y los discursos castrenses de las autoridades. (Por cierto que ni los actores pro-comunistas de la calaña de Willy Toledo, ni los “intelectuales” de izquierdas pro-comunistas del estilo de Ignacio Ramonet han dado muestras de su “amor al pueblo cubano”, por el que llevan años clamando como plañideras). Los mismos “progres” que cantaban loas a la llamada “Primavera Árabe”, supuesto movimiento espontáneo en realidad tan planificado o más que el 15M de España, guardan un ominoso silencio ante las revueltas cubanas de estos días.
Eso si no hablan de “bloqueo” desde la ignorancia, cuando de lo que se trata es de un embargo internacional que solo responde a los crímenes contra los derechos humanos del régimen castrista. Por último, cabe mencionar a los desaparecidos y asesinados por el régimen. Es el caso reciente de un religioso católico, el Padre Castor, que se encuentra en paradero desconocido después de haber sido agredido y arrestado por orden de las autoridades comunistas. Un sacerdote de Bejucal, un pueblo situado en los alrededores de La Habana, ha portado una imagen de la Virgen de Caridad del Cobre como emblema de las protestas y bendición de los manifestantes. Que Dios les guarde.
Como dijo hace meses Isabel Díaz-Ayuso, se trata de comunismo o de libertad. Seis décadas de tiranía se tambalean en Cuba. Y si el pueblo cubano sale vencedor de esta contienda, puede hacer temblar también a otros países que llevan décadas oscilando en torno a la sombra de un comunismo más o menos explícito: Venezuela, Ecuador, Argentina, Chile, Colombia, México o, ahora también, Perú, gracias al indocumentado estatista de Pedro Castillo. Esperemos ver en los próximos días como el comunismo granítico de Cuba y de Hispanoamérica toda se derrumba.
Hay que derrocar al comunismo que amenaza Hispanoamérica y también España para restaurar la democracia y la libertad. Ha querido la Providencia que coincida en el tiempo la reedición en español de El libro negro del comunismo con estas históricas protestas que demuestran que los cubanos están vacunados contra el comunismo. Hoy más que nunca todos los hermanos de la Hispanidad tenemos que gritar en comunión: ¡Viva Cuba Libre!
Nacido el 3 de noviembre de 1998 en Madrid, es estudiante de Literatura General y Comparada en la UCM y, además, colabora en diversos medios digitales y audiovisuales de la disidencia. Con formación en oratoria y experiencia como crítico cinematográfico, defiende el incomparable legado de la Hispanidad dentro de Occidente y el saber perenne de la filosofía tradicional a través de la literatura como bastión de defensa contra el mundo moderno. Sus enemigos son los mismos enemigos de España, así como todos aquellos que pretenden cambiar el curso de la historia y el carácter de los pueblos con medidas de ingeniería social. En definitiva, es un reaccionario.