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jueves, 31 de octubre de 2013

HALLOWEEN: Se debe responder a las costumbres neo-Paganas que alejan a los Católicos del culto a los Santos y de la oración por los Difuntos (1090)


¿Es malo celebrar Halloween? 
¡Ojo con Halloween!
2  Respuesta cristiana a Halloween 
3 ¿Truco o trato?
4  Esoterismo, Satanismo y Halloween (
5  HALLOWEEN: Fiesta de disfraces en la IKASTOLA
9 Cómo colaborar con Satanás


 ¿Es malo celebrar Halloween? 

Como decía en el año 1985 el entonces cardenal J. Ratzinger, “la cultura atea del Occidente moderno vive todavía gracias a la liberación del miedo a los demonios que ha traído el cristianismo. Pero si esta luz redentora de Cristo llegara a extinguirse, el mundo recaería en el terror y la desesperación con toda su tecnología, no obstante su gran saber. Existen ya signos de este regreso de fuerzas oscuras, mientras en el mundo secularizado aumentan los cultos satánicos”.

La Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) continúa con sus colaboraciones en el portal católico Aleteia, aportando asesoramiento en torno al fenómeno de la nueva religiosidad y sus diversas expresiones culturales.

La celebración cristiana de Todos los Santos, de donde deriva “All-Hallows-Evening”, o “All-Hallows”, el actual “Halloween”, es una fiesta cristiana que se celebra desde el siglo octavo. No obstante, hoy en día, la fiesta de Halloween es una fiesta con elementos que en nada remiten ya a la fiesta cristiana de Todos los Santos, sino que toma elementos paganos y ligados a los muertos y lo monstruoso. Por esta razón no es adecuado celebrar este tipo de fiestas, participar en ellas, o alentarlas, al ser un culto contrario al verdadero y único Dios, Señor de vivos y muertos, verdadero Señor de la naturaleza y de toda la creación.

¿Tiene la fiesta de Halloween un origen pagano que fue posteriormente borrado por el cristianismo para introducir sus fiestas de todos los santos y de los fieles difuntos?

La verdad es que no, todo lo contrario. La fiesta fue cristiana en su origen. Halloween es una palabra que aparece por vez primera en el siglo XVI, en concreto en el año 1556, y es una variante escocesa de “All-Hallows-Evening”, o sea, la noche anterior al día “All Hallows”, que significa “Todos los Santos”.

Los movimientos neopaganos quieren derivan Halloween de la fiesta pagana de Samhain, una fiesta gaélico-celta, -cuya mención primera es del siglo X d. C- que se celebraba siguiendo los movimientos lunares. Nuestras fiestas cristianas siguen los calendarios provenientes del imperio romano, que son los que usamos, así el calendario juliano, o el actual, el gregoriano, que usamos en España y en muchos países de Europa desde el año 1582 (el resto de países se fueron adecuando a él en fecha posterior).

La fecha de esta fiesta celta, Samhaim, que las corrientes neopaganas pretenden rescatar y decir que existía antes, y estaba en la base de las fiestas cristianas, es la fiesta del 1 de noviembre (Todos los Santos) y colateralmente, la del 2 de noviembre (Todos los Fieles Difuntos).

Sin embargo la verdad es que los celtas lo celebraban sus festividades en fechas lunares. Así, para este año 2012 tendrían que buscar la siguiente luna llena al día que media entre el equinoccio de otoño y el solsticio de invierno. Es decir: la fecha entre el equinoccio de otoño, que cae el 22 de septiembre para el 2012, y el solsticio de invierno, que es el 21 de diciembre para el año 2012; siendo el día mitad el día 6 de noviembre. La lunación (luna llena) siguiente a esta fecha no ocurre hasta el 28 de noviembre. Esta deberá ser, 28 de noviembre, el día que los celtas o neopaganos deberían tener en cuenta para su fiesta.

Así, los seguidores del neopaganismo no deberían usar la fecha solar del 1 de noviembre o de la noche del 31 de octubre anterior para celebrar sus fiestas, pues niegan sus propios calendarios usando fiestas que no les corresponden y son de origen cristiano.

¿Tiene así la fiesta de Halloween un origen cristiano?

La fiesta de “All-Hallows-Evening”, o de “All Hallows”, que podemos traducir por “Todos los Santos” es una fiesta cristiana. Si bien no hay un origen celta ni pagano como acabamos de ver, tampoco lo hay romano, como a veces se dice, queriendo ligar esta fecha a la fiesta de la diosa romana Pomona, o del dios etruscoVertumnus.

Será en torno al año 609 d.C., cuando la fiesta surgió, debido a la dedicación del antiguo Panteón romano, como iglesia cristiana, por parte del papa Bonifacio IV, dedicada al a Virgen María y a todos los Mártires. No obstante, la fecha inicial de la fiesta fue en el siglo VII el día 13 de mayo. Al parecer, la fiesta del 13 de mayo vendría a cristianizar la fiesta de Lemuria, festividad de los romanos.

S. Efrén el Sirio en el siglo IV atestigua que la Iglesia de Oriente celebraba en el día 13 de mayo la fiesta de Todos los Mártires, si bien también en aquellas regiones a veces se tomaba para ello el domingo tras Pentecostés o el Viernes Santo.

Será el papa Gregorio III en el siglo VIII quien movió la fiesta desde el día 13 de mayo al día 1 de noviembre, ligada ahora a todos los Apóstoles, todos los Mártires y Confesores, y todos los Santos o Justos de la Iglesia, al dedicarles un oratorio en el actual emplazamiento de la Basílica de San Pedro, según algunos autores el día 1 de noviembre. Sea o no sea esa la fecha en la que ocurrió dicha dedicación, sabemos que el Pseudo-Beda afirmaba que ya a principios del año 700 en algunas zonas de las islas Británicas se celebraba la fiesta el día 1 de noviembre. Así, en Irlanda se celebraba el día 20 de abril.

El reconocimiento final y completo en su extensión, no sólo ya de la diócesis de Roma, llegaría con el papa Gregorio IV en el año 835 cuando pidió al rey-emperador Luis el Piadoso, hijo de Carlomagno, que marcara la fiesta en el día 1 de noviembre para todo el Imperio Sacro, posiblemente por influjo de las zonas británicas que ya lo celebraban ese día.

Entonces, y tras ver el modo paganizado como se vive hoy la fiesta de Halloween, ¿es malo celebrarla?

Halloween es una fiesta del paganismo, celebra cambios de estaciones, entrada en la oscuridad tras el paso por la mitad luminosa del año, también pretende protegerse ante los muertos, que pudieran cometer contra los vivos algunos actos malvados. Es fiesta así que une aspectos de magia, fertilidad, cambio de ciclo, agradecimiento por los meses luminosos del año, y petición de protección ante los meses de oscuridad.

Los practicantes en el neopaganismo han vuelto a una fiesta y a una religiosidad que de nuevo coloca al hombre dependiente de la naturaleza creada. Alejándose de la religión cristiana que muestra a Dios como Señor de la Creación y a su Hijo Jesucristo, Dios y hombre verdaderos, como ante quien todo se somete, no hacen sino volverse a la oscuridad y a los miedos de las antiguas religiones. Los cristianos debemos de llevarles con nuestras palabras y actos la Buena Noticia de que Cristo, la Luz verdadera, ilumina todo lo existente, incluido el sentido del hombre, y Dios es Providencia y Padre nuestro.

No obstante, la mayoría de quienes viven esta fiesta lo hacen por influjo grupal, social, por el peso de los medios televisivos…, en definitiva, por la cultura del momento, alentada por el consumismo y sus métodos de marketing. Pero hemos de ser consciente de qué celebramos y en qué participamos, pues todo acto en el ser humano es importante, también nuestro ocio y nuestros momentos celebrativos. Somos para la gloria de Dios.

Cuando se trata de niños, muchos se visten porque todos lo hacen en colegios, en el barrio, o en la fiesta infantil. Para un niño pequeño que se deja llevar por lo que ve y le dicen en el colegio o en el ambiente, culpa no hay. Sí en los adultos, principalmente de sus padres, que debieran vigilar en qué celebraciones participan sus hijos, las cuales inciden en aspectos de horror, miedos, sangre, monstruos y elementos del imaginario gore y satánico. Todo ello modelará la personalidad del niño.

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ReL: Los que somos padres de familia tenemos una grave responsabilidad con nuestros hijos; podemos estar seguros de que Allá Arriba nos pedirán cuentas de la educación y el ejemplo que les hemos dado, para bien o para mal.

Y la maldita noche de Halloween es eso mismo: maldita. No hay palabra más adecuada para definir esta fiesta pagana importada de Estados Unidos, que en España se celebra ya por todo lo alto cada 1 de noviembre en lugar de la de Todos los Santos, que es lo mismo que sustituir a la luz por las tinieblas, a Dios por el demonio.

Recuerdo a don Gabriele Amorth, exorcista del Vaticano, llevándose las manos a la cabeza durante nuestra entrevista en Roma porque cada vez más incautos celebraban la noche de Halloween como si fuera un juego infantil, sin saber que en realidad se trata de una peligrosa rendija por la que se cuela el demonio. Sí, el demonio. Magia, brujería, cartomancia, macro-botellón, rock satánico, oüija… ¡y Halloween!

A los niños les encanta Halloween porque sus padres y los profesores del colegio se lo han inculcado. Acaban de poner a la venta unas galletitas “muy monas”, en palabras de una amiga de mi mujer, con los dibujos de la calabaza y unas cuantas caras de brujas; aunque no hace falta ni siquiera entrar en un comercio para toparse en el escaparate con los más horribles disfraces, incluidas las macabras calaveras.

¿Qué dirán desde el Cielo todos nuestros santos, desde Francisco de Asís hasta Teresa de Jesús, pasando por Josemaría Escrivá de Balaguer o el Padre Pío? Que el Señor nos pille confesados.



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(Blogueros con el Papa-Yvette Camou  31/10/12)

“No destruyan los templos paganos, más bien hay que rociarlos con agua bendita, colocar altares sobre ellos y reliquias. En los lugares donde se solía ofrecer sacrificios a sus ídolos diabólicos, que se celebren festivales Cristianos, de otra forma o costumbre y en la misma fecha. Por ejemplo: En la Fiesta de los Santos Mártires, que los fieles hagan coronas y parrados con ramas para celebrar fiestas de caridad. Al permitir que los conversos experimenten estos placeres externos, la alegría del alma será más fácil de transmitir. No podemos eliminar todo lo pagano de estas almas salvajes de una sola vez. El hombre no puede escalar la montaña a grandes pasos, sino más bien tomando pasos lentos y firmes” (Papa San Gregorio Magno, Carta a Mileto, 60).

Con estas sabias palabras, el Papa Gregorio Magno aconsejaba a los misioneros que envió a Inglaterra, durante el siglo VII, entre ellos a San Agustín de Canterbury. Estas palabras bien pudieran aplicarse hoy en día en el contexto de nuestra cultura neopagana. No es extraño encontrar en nuestro entorno Católicos celebrando Halloween, hasta en colegios católicos. No hablemos de los orígenes de Halloween porque hay varias hipótesis, lo que nos debe llamar la atención es porqué hay tanta gente dispuesta a exponerse a un culto pagano, vistiéndose con máscaras horribles, promoviendo la cultura de la muerte y exponiendo a sus hijos y seres queridos a envenenamiento, pedofilia, actos de vandalismo, drogas y satanismo.

Aún en Estados Unidos, ya hay advertencias que no proceden de organizaciones religiosas. Hay tiendas que ponen letreros indicando que ya no quieren que entre gente disfrazada. Las franquicias de McDonald´s han adquirido unas máquinas tipo scanner para revisar los dulces que les dan a los niños. Mediante este servicio, han detectado navajas, vidrios, droga, agujas, ácidos y hasta pesticidas en los dulces. Una de estas franquicias ubicada en el Sur de Arizona recogió más de 1200 libras de dulces contaminados.

Además de este tipo de advertencia sobre los dulces, han surgido otras que ya aparecen en los reportes policiacos: la desaparición de niños y jóvenes que son secuestrados por sectas satánicas y por toda una variedad de pedófilos que se disfrazan y aprovechan Halloween, haciendo de los propios niños sus víctimas de ‘Trick or Treat’.

¿Qué podemos hacer para evangelizar a las familias que parecen hacer caso omiso aún de las advertencias y reportes policiacos, además de ofender a Dios? El demonio parece haber tenido mucho éxito en convencernos de que la diversión requiere del pecado. No tiene porque ser así, más bien lo contrario. Lo mejor está con los santos, que llenan nuestras mentes y corazones con una gran alegría que abunda aún en quienes los rodean. Basta revisar las biografías de los santos y sus escritos, para darnos cuenta que su legado es una alegría y dulzura que inunda los corazones, aún a través de lo siglos.

El demonio se ha penetrado la conciencia de una sociedad contemporánea cuyo relativismo moral le brinda una hospitalidad que ni siquiera ha pedido, simplemente irrumpe porque se ha quebrantado la Comunión. Es el mismo demonio que sedujo a Adán y a Eva, sólo que no está disfrazado de serpiente. Ahora pide a sus seguidores que se disfracen ellos y le rindan culto, aunque sus seguidores sean Cristianos y juren que aman a Dios. El demonio es el padre de la mentira y la primera mentira es asegurarnos que no existe, que no hay nada malo. ¿Estamos dispuestos a creerle si la evidencia demuestra lo contrario?

Preparémonos y organicémonos para decirle NO al demonio. No debemos tenerle miedo, ya que Cristo nos ha redimido, pagando el precio de nuestra redención con su sangre y Nuestro Señor venció la muerte y el pecado con la Resurrección. No debemos dejarle el camino libre al demonio, más bien, hagamos efectivo nuestro Bautismo.

Muchos Católicos por ignorancia y porque no perseveran en su fe son presa fácil. Es importante que evangelicemos con eficacia. Es muy importante que consideremos la relación que tenemos con las personas. Se pueden dar estas situaciones:

Familias o parejas que celebren Halloween, pero sin relación con sacrificios o rituales que alaben al demonio. En este caso, valiéndonos de la confianza que les tenemos, podemos acercarnos y explicarles lo que significa y porqué no deben hacerlo, explicándoles y hablándoles de corazón para que acepten esta enseñanza. No olvidemos las palabras de San Juan Bosco: “La Educación es cosa del corazón”.

Si no conoces bien a esas personas, pero tienen alguna relación contigo a través de tus hijos, hermanos, primos, etc., cuida de los menores de tu familia que tengan relación con ellos, puedes acercarte a ellos, presentarte o que te presente un amigo (a) mutuo y le puedes manifestar respetuosamente que no deseas que tu familia participe, por tu fe. No les hagas críticas negativas ni uses lenguaje condenatorio o insultos para ellos. Con una actitud hostil e irrespetuosa estarías creando la impresión de que en la Fe Católica no hay lugar para la diversión. Hay que despedirnos con cortesía de esas personas y ponernos a sus órdenes, con alguna tarjeta de presentación, a través del colegio de los hijos (si es que los suyos asisten al mismo), retirándonos con amabilidad. El testimonio vale más que las palabras. Encomendémoles en oración y Dios nos brindará una oportunidad de acercarlos a su viña.

La cultura ha creado momentum en los niños y a los niños les gusta Halloween, pero no olvidemos que los niños tienen un corazón abierto. Podemos enseñarles otras tradiciones, haciéndolos partícipes de una Fiesta con sentido Cristiano. Por ejemplo: Organizar una fiesta en honor a María, al cierre del mes del Santo Rosario y siendo la Víspera del Día de Todos los Santos, que vengan disfrazados de santitos y angelitos. Se pueden crear incentivos con esos disfraces, que aprendan algo sobre el santo que representan, un convivio para ellos, con dulces y pastelitos. Sus maestros, sus catequistas o sus mismos padres asegurarían que esa fiesta fuera sana y prevaleciera la alegría de los santos.

Coloca un letrero a la entrada de tu casa que diga ‘No aceptamos Halloween’, de tal manera que la costumbre vaya perdiendo terreno.

Todas situaciones nos conducen a asegurar el principio espiritual que nos proponía el Papa Gregorio Magno. Mientras la Iglesia expande su acción misionera a otras tierras, el misionero siempre busca una interacción con la cultura de esos pueblos que le permita ubicar la verdad y la belleza de esas tradiciones paganas en un contexto Cristiano, de tal manera que esos pueblos sean evangelizados y acepten los frutos de la fe, sintiéndose acogidos en la gran Familia de la Iglesia. Cuando los misioneros son perseguidos, como sucede en los países donde no hay libertad religiosa, entonces la evangelización enfrenta obstáculos mayores.

Lo que inició como una fiesta de Año Nuevo en una cultura pagana entre los celtas, se ha vuelto una fiesta secular donde no hay Año Nuevo que celebrar. Al no haber almas, ni santos que celebrar, se ha eliminado también la dignidad de nuestro destino como hijos de Dios y se ha reducido a una celebración de superstición medieval con relación a los muertos. No enviemos a los niños y jóvenes a celebrar una fiesta que se ha convertido en el equivalente del cumpleaños del demonio, cuando esa fiesta corresponde a los santos.

Hasta el siglo IX, la Iglesia celebraba el Día de Todos los Santos el 13 de Mayo, durante la temporada de Pascua. Recordemos que los santos y los mártires viven la Pascua del Señor en su plenitud. El Año 835 fue cambiado al 1 de Noviembre para cristianizar los tiempos paganos y traer luz a la oscuridad de la muerte, que es una esperanza para los Cristianos.

Los santos y los mártires nos ofrecen un testimonio que podemos adecuar a nuestra cultura. Así como cada año se reúnen las víctimas y los familiares de los que perdieron la vida aquel fatídico 11 de Septiembre del 2001, en los ataques terroristas a las torres gemelas en Nueva York, para recordar a sus seres queridos, incluyendo memoria en detalle de los sucedido aquel día, también nosotros nos reunimos en torno a la Eucaristía para recordar a nuestros hermanos mayores en la Fe, los santos y los mártires. Su muerte fue una victoria, no fue una derrota, es por eso que no hay duelo sino celebración.

Podemos redimir Halloween con una Vigilia de dos fiestas, o mejor dicho tres, si consideramos el cierre del mes del Rosario, unido al Día de Todos los Santos y al de los Fieles Difuntos. Podemos mantener la celebración íntegra de estos dos últimos, aprovechando su riqueza litúrgica, pero esa Vigilia, a manera de fiesta comunitaria, nos permitiría evangelizar y desterrar este neopaganismo que se ha interpuesto en nuestras celebraciones. No es la única celebración neopagana que se cruza en nuestro camino. También tenemos los carnavales justo en martes, antes del Miércoles de Ceniza y Mardi Grass, un popular carnaval típico de Nueva Orleans, donde también desfilan máscaras diabólicas, manifestándose topo tipo de degradación moral: embriaguez, drogadicción, homosexuales, nudismo, fetichismo, etc.

En Halloween, debemos discernir el compromiso que realizaron en nuestro bautismo nuestros padres y padrinos y que muchos ya lo hemos hecho a nombre de otros: Mantenernos alejados de las tentaciones del demonio. Esta temporada, la televisión nos satura con muchos programas donde se exalta la brujería, ocultismo y los signos satánicos. Se nos asegura que es diversión, pero no lo es. Recordemos la advertencia en 1 Tm 4,1: “….algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas”. La conexión entre ´Trick or Treat´ y el perdón urge ser reclamada. Mientras esperemos que alguna catequista o evangelizador creativo nos presente un formato que enseñe a los niños correctamente este valor, ejerzamos prudencia. Hay quienes no van a dar dulces a los que piden y si reciben algún truco que rebase el nivel de tolerancia, van a llamar a la policía. Hay que sustituir esos anti-valores que implican invadir la morada de otra familia, causar daños y encubrir el acto con un disfraz. Podemos transformarlos en las virtudes y valores cristianas que debemos promover en nuestra comunidad: Perdón, misericordia, caridad, santificación de nuestras fiestas, humildad y otros más.

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No quería dejar pasar esta fecha para expresar mi opinión acerca del fenómeno Halloween en España, nuestro país. Seguramente no diga nada nuevo acerca del tema, pero aun así quiero mojarme desde mi cosmovisión juvenil y de católico. El término “Halloween” es una contracción de “All hallow’s eve”, cuyo significado es “víspera de todos los santos”. Como podemos ver, el significado de la palabra no tiene nada que ver con su contenido en nuestros días. En lugar de ser una fecha de celebración religiosa se ha convertido en puro marketing pagano y consumo exacerbado.

La tradición y cultura juegan un papel fundamental en nuestra configuración como país y la base que sustenta esa unidad es el cristianismo. Como diría Menéndez Pelayo: “Pueblo que no sabe su historia es pueblo condenado a irrevocable muerte. Puede producir brillantes individualidades aisladas, rasgos de pasión de ingenio y hasta de género, y serán como relámpagos que acrecentará más y más la lobreguez de la noche.” Pues bien, no sólo muchos desconocen nuestra historia, sino que algunos conociéndola, la niegan y buscan desarraigar la tradición de nuestra sociedad actual.

Y es que nuestra tradición se está diluyendo como un azucarillo en medio de la vorágine modernista y del materialismo en vena. Ya que estamos hablando de “Halloween”, la consecuencia visible es una fiesta importada, metida con calzador en nuestra sociedad y que destila un tufillo artificial y prefabricado. El truco es sencillo y resulta atractivo. La maquinaria del marketing funciona al máximo nivel, fiestas por doquier cuyo aliciente es un disfraz de cualquier tipo de cosa añadiendo la coletilla “sexy”, alcohol como bebida espirituosa idolatrada y una música con una base repetitiva hasta la saciedad y a ser posible a un volumen elevado para que no se puedan entablar conversaciones.

El trato, sin embargo, es mucho más perjudicial. Se sustituye una celebración religiosa por una fiesta de carácter lúdico; se disfraza el miedo a la muerte de burla y fiesta y no de esperanza; y sobretodo se desarraiga una tradición de siglos en pos de máscaras, maquillaje, disfraces, dulces y demás artículos que fomentan y estimulan el negocio del “terror”.

Yo me quedo con la celebración tradicional de la fiesta de Todos los Santos. Una fiesta que nos invita a la esperanza y a la oración por los que ya no están y con los que estamos unidos a través de la Comunión de los Santos. ¿Halloween? Mejor decir “Holywins”. Lo santo gana, amigos.

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Esoterismo, Satanismo y Halloween


P. Manuel Guerra-Real Academia de Doctores (26/10/12):  Muchos son los autores que afirman que el mayor logro del diablo es hacer pensar a la gente que no existe. Bajo esta estrategia parecen trabajar también las sectas satánicas en España, que practican el más absoluto secretismo. Es difícil catalogar cuántas hay y con cuántos miembros cuentan, explicaba hace unos días el medio digital Religión en Libertad.

Manuel Guerra, sacerdote, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) y autor del Diccionario enciclopédico de las sectas, explica a ReL que a fecha de hoy, se han contabilizado en España, "164 sectas demoníacas. Pero estoy convencido de que bastantes de ellas ya no existen y no pocas han cambiado de nombre, aunque habrán brotado otras, tal vez en número no menor que las extinguidas", reconoce el padre Guerra.

A pesar de ser uno de los mayores expertos en sectas satánicas de España, debido a la estrategia que siguen estos grupos, tiene que hacer suyas las palabras de Vicente Jara, miembro también de la RIES, quien afirma que "los datos son precarios, insuficientes, deficientes, no fácilmente cotejables", pues "actúan entre tinieblas", son grupos secretos. Las zonas que aglutinan mayor número de sectas son "sin duda, Barcelona y su entorno, la costa mediterránea, los archipiélagos balear y canario y Madrid”, explica.

Misas negras y otros rituales

Estas "organizaciones demoníacas destructivas" realizan ritos, como la llamada "misa negra". "Es la misma Misa del misal católico (canon romano) pero con ligeros cambios: uso de Satanás en lugar de Dios, padre nuestro que estás en el infierno, etc.", explica Guerra. Las misas negras satánicas "pueden tener tres intenciones":

- Sexual, para que alguien acceda a los deseos sexuales de quien la encarga.
- "Compasiva", para ayudar a alguien en su salud, bienes materiales, etc.
- Dañina, para perjudicar a alguien, incluso mediante su muerte violenta.

Hay varias sectas que celebran misas negras en España, pero "casi nunca" llegan al asesinato ritual de una víctima inocente (cuando se da, es un niño/a o adolescente). Por otro lado, "ahora es casi imposible descubrirlo a no ser que se les sorprenda en la celebración misma del rito, pues se incineran los restos humanos (corazón y otras vísceras) no ´comulgados´ junto con la Hostia consagrada y las cenizas desaparecen por el desaguadero".

"La película El día de la bestia, de Alex de la Iglesia, describe con realismo fílmico -asegura Manuel Guerra- una misa negra con Hostia consagrada y sangre de mujer virgen, pero sin asesinato ritual".

Sectas brujeriles

Hay otro tipo de sectas más activas actualmente en España que son la sectas brujeriles. Realizan distintos sacrificios animales y humanos. "Las sectas brujeriles, en sus reusniones, sacrifican animales (perros, gatos, etc) y si la fiesta es muy importante, como la de Halloween, seres humanos, preferentemente niños, porque no han pecado y son los preferidos de Dios", explica el padre Guerra.

Halloween es el aquelarre 
más solemne e importante de las brujas, 
celebrado en la noche del 31 de octubre. 
Señala el comienzo del Año Nuevo satánico". 

Por eso,Cristina Kneer, una antigua sacerdotisa bruja que después se convirtió al catolicismo, aconseja encarecidamente no celebrar dicha fiesta.

Las armas del Demonio

Según afirma Guerra, el Demonio suele valerse de la curiosidad. También utiliza la necesidad que sienten las personas de apoyarse en algo sensible y seguro ante circunstancias de inseguridad psicológica o social, como la adolescencia, juventud, inmigración, crisis socioeconómica, etc.

Muchas personas acuden a la consulta presencial, telefónica o televisiva de videntes o médiums o empiezan a practicar la uiyá (ouija) jugando o bromeando. Con el tiempo no pocos comprueban que tiene consecuencias no gratas, entre las que se encuentra el miedo, la obsesión, la dependencia y hasta la posesión diabólica.

Aunque sorprenda -continúa explicando-, la experiencia enseña que quienes consultan a astrólogos, médiums, videntes, uiyá (ouija), etc., al menos los que lo hacen con cierta asiduidad, corren el riesgo de adentrarse por los vericuetos que desembocan en las redes del demonismo en cualquiera de sus manifestaciones (maleficio, infestación, pacto, posesión satánica, etc.).

¿Las prácticas esotéricas, son peligrosas?

"Las creencias y prácticas esotéricas hacen perder el verdadero sentido religioso, así como la práctica y vida de oración. Son incompatibles con la fe en la providencia divina; en la paternidad de Dios, lleno de misericordia incluso con los hijos pródigos, y hasta con la libertad humana. Dejan al hombre sometido a la fatalidad".

En la actualidad se practican más de cuarenta variedades de ´mancias´, es decir, tipos de adivinación: cartomancia (cartas, tarot), cristalomancia (cristales), quiromancia (rayas en la palma de las manos), nigromancia (consultar a los muertos), etc. Otra forma de esoterismo es la magia o creencia en una energía personal, difusa en el universo, aunque concentrada en algunos lugares, objetos y personas (magos, brujas/os, etc.).

“A partir de la Ilustración se creyó que el progreso iba a desterrar definitivamente el oscurantismo de las supersticiones, producto de la credulidad religiosa, e incluso a la religión misma. Pero, a pesar de los avances científico-técnicos actuales, nunca como ahora las supersticiones han florecido con tanta frondosidad”. Hoy “se puede tocar madera al subir a un avión supersónico en el que falta el asiento nº 13, el de la buena suerte entre las brujas y, tal vez por ello, el de la mala suerte fuera del ámbito brujeril”.

Para luchar contra el demonio

El padre Manuel Guerra quiere recordar que para luchar contra el Demonio y las sectas demoníacas los cristianos pueden:

1) Vivir en gracia. El Demonio quiere poseer las almas mediante el pecado, mucho más que los cuerpos. De ahí que un medio eficaz consista en procurar vivir en gracia, huir de las ocasiones de pecado, especialmente de la soberbia (en su triple manifestación: orgullo, vanidad, timidez) y de la lujuria.

2) Practicar la caridad. El Demonio es “el Espíritu que ha fijado en la negación” (Goethe), o sea, el “no” al Amor, a la Verdad y a la Vida, que es Dios, Jesucristo, es decir, el odio, la mentira y la muerte, tan fomentadas y florecientes en nuestros días cuando tanto prolifera lo demoníaco, organizado y sin organizar. Un medio eficaz de luchar contra el Demonio será practicar de veras la caridad (sobrenatural), la veracidad/ sinceridad/transparencia y la defensa de la vida.

3) Hacer oración. La oración, la vibración interior; que facilita el encuentro contemplativo y amoroso con Jesucristo, "el único real y completo vencedor del Demonio".

4) Estar informado. Tener información adecuada. La información es una buena prevención a no ser en periodos de inmadurez cuando puede convertirse en tentación incitadora y hasta en atracción irresistible. Tanto oír hablar de demonios, Satanás, espíritus, uiyá (ouija), etc., los adolescentes quieren experimentarlo.

5) Tener una buena formación doctrinal cristiana. Por falta de ella el 28% de los jóvenes (entre 13 y 24 años) españoles creen en la reencarnación de las almas (encuesta Fundación Santamaría, 2004).

6) El dinamismo apostólico, ser apóstol y hacer apostolado.

7) Maduración del sentido crítico. Acostumbrarse y enseñar a pensar ´críticamente´, a leer, a oír la radio, ver televisión o cine, navegar en Internet, etc., ´críticamente´, o sea, de acuerdo con un ´criterio´, que, para un cristiano, en cuestiones ético-religiosas, debe ser la Revelación divina y –si es católico– interpretada al trasluz del Magisterio de la Iglesia.

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JOSÉ ANTONIO FÚSTER
(La Gaceta de InterEconomía-30/10/12)

Joseba Imanol Rebollotegui no podía dormir. Eran las tres de la mañana y los nervios le picaban la piel. Faltaban horas para el concurso de disfraces de Halloween y no sabía de qué ir. Aquel concurso era algo serio. El primer premio eran 10.000 euskos y lo que para Rebollotegui era más importante, la admiración o por lo menos el respeto de sus compañeros de último curso de la ikastola Martzelo Bielsa de Llodio, centro reconocido por el Ministerio de Educación vasco desde 2065.

A las cuatro de la mañana, no lo soportó más y se levantó. Sin hacer ruido, llegó al salón, susurró “Apala” y el holograma de un mayordomo virtual se formó en el aire. Apala 3.0 preguntó qué podía hacer por él. Rebollotegui suspiró y dijo: “Apala, necesito un disfraz para Halloween”.

Una pantalla virtual se formó detrás del mayordomo, que conectó con las tiendas de disfraces en un radio de 30 millas (Euskal Herria adoptó el sistema inglés de medidas tres años después de su independencia) y ofreció a Rebollotegui un amplio catálogo de disfraces clásicos como Drácula, el Hombre Lobo, el Estrangulador de Barakaldo, la Momia... Apala añadió que “todos llevan sistemavirtualblood y screamingsounds dolby 8.0 incorporados”.

Rebollotegui miró desganado el catálogo. “Necesito algo diferente. Que dé miedo de verdad. Necesito terror, Apala. Terror, terror... Piensa conmigo, Apala. Define terror”.

En la pantalla virtual se formó la palabra “terror” y Apala 3.0 enumeró: “Uno, masculino. Miedo muy intenso. Dos, masculino, persona o cosa que produce terror”. Con un movimiento de la mano, Rebollotegui detuvo la lección y ordenó al programa que pusiera ejemplos. En el aire se formó el holograma de un tsunami. Rebollotegui enarcó las cejas: “No jodas, Apala”.

Durante los siguientes cincuenta segundos, los terrores más reconocidos de los últimos siglos desfilaron por aquel salón. Al segundo cincuenta y uno, Rebollotegui levantó la mano y un holograma quedó flotando. Rebollotegui soltó un grito de triunfo, corrió al costurero de su madre, tomó unas tijeras, fue a la cómoda de la ropa de cama, sacó una sábana blanca, la miró con ambición y cortó.

Esa noche, Rebollotegui llegó tarde a la puerta del Kursaal. La música sonaba a través de las puertas cerradas. Rebollotegui tomó aire, giró el picaporte y entró. Se hizo el silencio. Cientos de zombis pútridos se volvieron hacia él mientras se oía un grito desmayado y el sonido de una copa al hacerse añicos contra el suelo.

Rebollotegui, con sus vaqueros wrangler, su sudadera negra ajada, los guantes oscuros, el pasamontañas blanco, la txapela enroscada y el parche con el hacha y la serpiente, se quedó quieto y tragó saliva.

Kepa Satrustegi, el delegado de alumnos, le gritó: “¿Quién eres?”. Desde dentro del pasamontañas salió un tímido “Rebollotegui”. Satrustegi anduvo hacia él y le susurró al oído: “¿De etarra? ¿Has venido de etarra? ¿De etarra en Halloween? Rebollotegui, eres un capullo. La fiesta del Día de Acción de Gracias es el mes que viene, idiota”. 
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