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sábado, 26 de abril de 2014

Federico Mayor Zaragoza mete cizaña en la catedral de Córdoba para su entrega a Mahoma (1329)


Vicente Alejandro Guillamón
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Federico Mayor Zaragoza
Rector con Franco
Ministro con Suárez
Director General UNESCO
Manifestante por los presos de ETA

ReL-Vicente Alejandro Guillamón (7/4/2014): Respeto que no tuvieron los invasores musulmanes cuando llegaron a la ciudad cordobesa y arrasaron la basílica de San Vicente Mártir, en cuyo solar levantaron la mezquita, con la enorme cantidad de terreno que había a su alrededor.

Lo habrán leído estos días atrás: el que fue de todo en todas las situaciones políticas pasadas, Federico Mayor Zaragoza, ha metido baza contra la catedral de Córdoba, antigua, muy antigua mezquita, que unos pájaros de cuenta quieren que sea “patrimonio de todos”, es decir y hablando en plata, que los moritos puedan celebrar –me temo- en lo que fue mezquita, sus ritos y ceremonias, como si aquí sólo las piedras tuvieran derechos y no la historia y las personas que la encarnaron. Pero enredan no por afinidad religiosa con los del turbante, si no para tocar los bolicos a la Iglesia católica, propietaria de este recinto sagrado desde hace ocho siglos, más sus ancestros visigodos.

Lo primero que hay que recordar a esa “Plataforma Mezquita-Catedral de Córdoba Patrimonio de Todos”, de composición socio-comunista si no estoy muy equivocado, que la antigua mezquita, hoy santa iglesia catedral desde 1236, primero bajo la advocación de Santa María Madre de Dios, luego –y hasta hoy- de la Asunción de Nuestra Señora, ha conservado y mejorado todo su esplendor, orgullo de Córdoba y de España, gracias al cuidado exquisito y respetuoso con las formas de sus orígenes que aplicó con mimo el cabildo catedralicio. Respeto que no tuvieron los invasores musulmanes cuando llegaron a la ciudad cordobesa y arrasaron la basílica de San Vicente Mártir, en cuyo solar levantaron la mezquita, con la enorme cantidad de terreno que había a su alrededor.

Federico Mayor Zaragoza, erigido en inquisidor del templo cordobés, es un catalán charnego a juzgar por sus apellidos, nacido en Barcelona a principios de 1934, típico personaje todo terreno adaptable a todas las situaciones políticas, por contradictorias que sean entre sí. Es decir, que flota siempre en lo alto de la cucaña como si fuera de corcho. Doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de Madrid (1958), catedrático de Bioquímica en Granada (1963). Designado por el Gobierno, -el Gobierno de entonces-, no elegido por el claustro, Rector Magnífico de la Universidad granadina (1968-1972), en un tiempo en el que para ocupar un cargo público –el de rector lo es- había que jurar públicamente amor eterno al llamado Caudillo y al Movimiento Nacional. Fue ensalzado como el “rector más joven de España”. En 1971 Vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Presidente en funciones 1972-1973. De 1972 a 2004, catedrático de Bioquímica en la Universidad Autónoma de Madrid.

Más: Subsecretario de Educación y Ciencia en el Gobierno de Arias Navarro. Ministro de lo mismo con Suárez (1981-82). Director general adjunto de la UNESCO (1978-1981). Director general de la misma (1987-1999). Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los jerifaltes de los organismos de la ONU y similares suelen llevar mandil (*), es razonable suponer que visto de lejos también pueda parecer que lo viste nuestro personaje, aunque a lo mejor se trata sólo de un delantal de cocina porque le gustan los fogones. No sería el primer hombre aficionado a los guisos domésticos.

Copresidente de la Alianza de Civilizaciones –ya saben, aquel invento para dar carrete a los Mohamed del mundo entero, en tanto que ellos machacan a los cristianos allí donde los pillan desprotegidos-. Hijo predilecto de Andalucía (2008), nombrado por la Junta de los EREs, Mercasevilla y demás bagatelas al uso en las tierras de San Blas Infante. Doctor honoris causa de no sé cuantas universidades, incontable número de galardones, distinciones y premios, perejil de todas las salsas más o menos culturales y académicas, etc., etc.

En el año 2000 creó con su familia y unos cuantos amigos, la “Fundación para una cultura de paz”, aunque en el caso que nos ocupa se dedica a encizañar y soliviantar a los católicos (“¡que los zurzan a los meapilas!”). Presidió o formó parte de la comisión que dictaminó el expolio del archivo de Salamanca de la guerra civil en beneficio de los revanchistas catalanes. 

En las elecciones generales del 2011 apoyó públicamente a los socialistas, y en enero de 2013 se sumó abiertamente a la manifestación de Bilbao reclamando la aproximación de los terroristas de ETA en prisión, a las cárceles del País Vasco. Este es a grandes trazos, el individuo que quiere birlarle al obispado de Córdoba, la propiedad y custodia de la catedral, antes, muchísimo antes, mezquita. Cría cuervos y ya sabes lo que te pasará.

(*) Clavijo: mandil masónico


Otros artículos de Vicente Alejandro Guillamón:

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Federico Mayor Zaragoza
Promotor de Hans Küng y la New Age
(Clavijo 10/8/2011)

Hans Küng, al que la Santa Sede prohibió la enseñanza de la teología católica, presentó (1993) el proyecto de “Ética Planetaria” en el “Parlamento de las Religiones del Mundo” de la ONU, con los avales de la UNESCO, Foro Económico de Davos y WWF. 

El príncipe Felipe de Edimburgo, presidente de WWF, patrocinó la primera edición de la nueva ética de Küng, que se convirtió en una de las cabezas visibles de la ética cósmica, enunciada al estilo de la masonería como mezcla de gnosis, buenos deseos y alineante espiritualidad “new age”. La “Ética Planetaria” es la respuesta al proyecto de la UNESCO de “Ética universal de valores relativos”. Küng la define como: “ Una síntesis superadora de todas las religiones del mundo”. 

Federico Mayor Zaragoza, en abierta oposición a la jerarquía eclesiástica española, facilitó (2003) una serie de conferencias de Hans Küng en España. 

El contenido de la “Ética Planetaria” está lleno de ambigüedades, de modo que cada individuo puede interpretarlas de acuerdo a su tradición cultural o a sus intereses. Es un alegato a favor de la tolerancia universal, los principios serán elaborados por consenso y ninguna norma es irrevocable. Ignora la existencia de Dios, se excluye la verdad absoluta y ni siquiera la existencia del alma humana como entidad individual queda clara. Relativiza el valor y el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural. 

Las actitudes morales fundamentales quedan reducidas a palabras sin definición clara: paz, justicia, equidad, dignidad, compasión, tolerancia, solidaridad, diálogo, respeto a la pluralidad. 

Küng declara en el primer capítulo: “Los Principios de la Ética Planetaria son imprescindibles para que el Nuevo Orden Mundial pueda subsistir”. 

El director del Fondo Monetario Internacional (FMI) elogió (2000) a Küng ante la Junta de Gobernadores del Fondo. Aunque, aparentemente, la “Ética Planetaria” es bien acogida en el mundo de las finanzas y la “Carta de la Tierra” en el ámbito de la internacional socialista, ambos proyectos aparecen en las mismas redes y foros, coincidiendo en las mismas estrategias: subversión del orden natural y destrucción de las raíces de la cultura cristiana a través del relativismo moral y el sincretismo religioso. Es el antiguo proyecto de las logias masónicas que hoy utiliza el “Poder Superplutocrático Mundial”, cuya finalidad es la destrucción de la Iglesia Católica y la construcción de su iglesia títere al servicio del “Nuevo Orden Mundial”. 

Fuente: Juan Claudio Sanahuja "Poder global y religión universal" (2010)

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