España puede caer por falta de demócratas
7-junio-2018
El historial siniestro de Margarita Robles
culminó hace poco en la presentación
de la nueva ley de memoria histórica,
por orden de Sánchez, es decir, del PSOE
El proyecto de ley, tan totalitario como el anterior, ataca aún más directa y frontalmente las libertades de opinión, expresión, conciencia y cátedra, es decir, los fundamentos mismos de la democracia. Como de costumbre el PP no hizo la menor oposición real, se limitó a no admitirla “por falta de presupuesto” por lo que el delito quedó momentáneamente en suspenso. Es seguro que ahora volverán a la carga, ya lo han indicado Sánchez y Robles. Como se recordará, escribí dos manifiestos alertando sobre tal desmán contra las libertades de todos, y finalmente salió uno de consenso. Las firmas fueron importantes, pero faltaron muchísimas más, de políticos, intelectuales y periodistas que debieran haber repelido masivamente la fechoría. Y, por supuesto, habrá que volver a defender la libertad. Pero la experiencia sugiere algunas consideraciones:
- La sensibilidad y responsabilidad democrática de la gran mayoría de la clase política, intelectual y periodística es casi nula, como ha quedado de relieve y se manifiesta en tantos hechos más, en que vengo insistiendo. Solo los intereses de partido parecen contar para la gran mayoría.
- El “antifranquismo” del PSOE, que no existió prácticamente durante aquel régimen, es solo el disfraz de su aversión a España y a la libertad, bien evidente en toda su trayectoria. Contra sus pretensiones retóricas, el PSOE jamás defendió ninguna democracia. Esto, hoy, debería ser de conocimiento público, pues está sobradamente documentado. Es una deformación de la expresión pública, cultivada por todos los partidos, lo que hace que ese conocimiento, necesario para un buen funcionamiento democrático, sea aún muy restringido
- El hecho de que atacar al franquismo como lo hacen implique necesariamente atacar también las libertades políticas, pone de relieve tres hechos históricos: que el franquismo no derrotó a ninguna democracia, pues ningún partido del Frente Popular fue demócrata; que el franquismo no tuvo oposición democrática, sino básicamente comunista y terrorista, aparte de algunos intrigantes y pícaros; y que el franquismo creó las condiciones para una democracia no convulsa ni caótica como fue la república. Por ello, atacar a aquel régimen ¡cuarenta años después de su desaparición!, supone necesariamente falsificar la historia y atacar los fundamentos de la convivencia en paz y en libertad. Es una consecuencia necesaria, que por cobardía no quieren ver muchos.
Se ha dicho que la república feneció por falta de republicanos. La democracia española corre serio riesgo de naufragar definitivamente por falta o insuficiencia de demócratas, y dar lugar a una confrontación en la que “nada nos sea común a los españoles”, como ocurrió en la república. Pues sin patriotismo y respeto a la verdad y a las libertades, los intereses de partido se vuelven absolutos y desgarran a la sociedad. Hemos tenido una dura experiencia histórica que no debiera pasar en vano.