Cada vez resulta más frecuente entrar en el gimnasio de un colegio y ver a los alumnos con postura de flor de loto o tumbados en un tatami, con los ojos cerrados y sonrisas bobaliconas practicando mindfulness. Lo cuenta la hermana Estela Mª Morales, sierva del Hogar de la Madre, en HM Revista.
Durante estos últimos años se han publicado cientos de manuales al respecto y se han multiplicado los congresos, retiros y charlas sobre el mindfulness, presentado como complemento a la oración o como forma de sobrellevar la ansiedad o el estrés. Por desgracia se ha extendido incluso en la Iglesia y podemos encontrar estas técnicas en casas de retiros y como asignatura en colegios.
El 15 de octubre de 1989, la Congregación para la Doctrina de la Fe alertaba –en una Carta dirigida a los obispos católicos–, sobre algunos aspectos de la meditación cristiana. Ciertos «métodos orientales», es decir, prácticas de meditación no cristiana, han ido proliferando en el entorno católico para favorecer la oración. El Catecismo de la Iglesia Católica (nº 2726), previene contra los «conceptos erróneos sobre la oración», los cuales considera una «simple operación psicológica» o un «esfuerzo de concentración para llegar a un vacío mental».
«Para evitar caer en un pernicioso sincretismo» (Carta de la Congregación a los obispos, 15- X-1989), se deberán revisar cuidadosamente estas prácticas, para evitar generar confusión entre los fieles y no desviar la oración de su verdadero objetivo, que es el encuentro con Cristo, y no la relajación o la mera calma de los sentidos.
Contexto: la Nueva Era
Anthony E. Clark, profesor de Historia Oriental, afirma: «Cuando uno entiende bien las intenciones de la oración cristiana y la atención plena, está claro que, en su raíz, apuntan en direcciones opuestas». La meditación budista se centra en el yo, mientras que la meditación cristiana se centra en Dios. El «Mindfulness» o «atención plena» es la última gran moda de la «meditación oriental» y de la New Age, que ha hecho furor en Occidente popularizada por Jon Kabat-Zinn.
A menudo se intenta esconder y prescindir de su connotación espiritualista bajo una máscara de terapia contra el estrés, la ansiedad, el dolor y mil cosas más… pero es innegable que tiene su origen en el budismo. El mismo Jon Kabat afirma que esta técnica es el corazón de la meditación budista por su relación con la meditación Zen y la Vipassana. De hecho, representa el séptimo paso en el Noble Camino Óctuple, que los budistas consideran como parte del proceso para alcanzar el Nirvana.
La espiritualidad budista es muy apreciada por la Nueva Era, y muy a propósito para el desarrollo de su sincretismo pseudoreligioso, ya que carece de la fe en un Dios Creador y personal del cual se depende, y ante el cual debemos posicionar nuestra libertad de elección.
La New Age utiliza el budismo y sus técnicas de meditación como un instrumento para llevar a cabo los planes de la nueva etapa en la que se encuentra: «religión no, misticismo sí» y en la que se pretende «matar» el sentido de divinidad y el respeto a Dios. De hecho, en 1970 se desarrolló el tercer seminario interdisciplinario sobre la New Age en Esalen donde se trató el tema de cómo difundir el orientalismo en Occidente a través de los gurúes, la música, la educación y el yoga. Y es justamente a partir de esta época cuando hace su aparición en Occidente el Mindfulness, extendiéndose de manera febril.
¿En qué consiste?
Mindfulness consiste en una serie de técnicas de relajación y concentración a través de las cuales se busca generar un estado activo de atención en el presente, en el que la persona observa su respiración, sensaciones, pensamientos y sentimientos, sin juzgarlos como buenos o malos. Es llevar a cabo un proceso de observación que no enjuicia. Ser consciente sin juzgar aquello de lo que uno es consciente.
En la práctica, consiste en dirigir la atención hacia la respiración, concentrarse en ella, y aceptar cada una de las sensaciones y pensamientos que se nos aparecen cuando estamos quietos y concentrados, anotándolos mentalmente pero dejándolos ir sin hacer nada al respecto.
Expertos budistas como Bhikkhu Bodhi afirman que lo que se está practicando en Occidente no es en realidad atención plena sino atención desnuda, pues no existe ningún componente ético. Basta con 5 o 10 minutos para observar la forma en que respiramos y las más imperceptibles sensaciones que nos produce nuestro propio cuerpo. Lo importante es no reaccionar de ninguna forma, limitándose a percatarse de todo eso. Y esto mismo es lo que se trataría de llevar a la vida cotidiana: el ser conscientes en cada momento de lo que sucede, y solamente de eso, fijando en ello toda nuestra atención, sustrayéndose de todo lo demás y sin hacer ninguna valoración de lo que se piensa o se realiza.
Graves peligros
Aunque al principio esta práctica pueda parecer inofensiva, lo cierto es que provoca graves trastornos. Por poner algunos ejemplos señalaremos que en los últimos diez años ha proliferado en España el llamado mindfulness como terapia aplicada a numerosos ámbitos, principalmente personal y laboral. Lo cuenta Laura Díez en Redacción Médica. Ante el llamado boom de esta práctica, muchos expertos han querido advertir de cuál es su situación real y alertar de los posibles riesgos que puede tener su expansión sin límites.
Un estudio realizado por el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos ha puesto de manifiesto en 75 artículos, que la práctica de reiki, técnicas de meditación concentrativa con mantras, zen, yoga y mindfulness inducen a estados alterados de conciencia con graves complicaciones neurofisiológicas.
El 62,9 % de los que practican estas técnicas refieren efectos negativos como ansiedad y crisis de pánico inducidas por la relajación, reacciones paradójicas de tensión, falta de motivación vital, dolores, distorsiones de la percepción de la realidad, confusión y desorientación, sentimiento de estar desplazado, depresión, negativismo, disociación leve, sentimientos de culpa, síntomas psicóticos, euforia, comportamiento destructivo, sentimientos suicidas, sensación de desamparo, miedo, irritabilidad, temores y desesperación, despersonalización, exacerbación de rasgos obsesivos y esquizoides, psicosis aguda con sintomatología polimorfa, recaída de trastornos psicóticos pre-existentes, crisis epilépticas…
Tim Lomas, un psicólogo de Londres, afirma que a algunos de sus pacientes, la atención plena «los hizo conscientes de su angustia, pero incapaces de lidiar con ella, por lo que encontraron que la meditación era no solo inútil, sino contraproducente».
Un efecto psicológico negativo del Mindfulness está relacionado con lo que se ha llamado bypass espiritual, que consiste en recurrir a la espiritualidad y a sus prácticas para evadir los problemas de la vida cotidiana, auto engañándose o dejando de resolver los propios conflictos que sería más adecuado resolver mediante otros métodos, como un tratamiento psicoterapéutico. Usar la espiritualidad para evitar sentir el dolor y los aspectos negativos de la propia personalidad es una práctica cada vez más común, como intento para no salir de la zona de confort. Nuestra cultura está programada para evitar el dolor, para negarlo o despreciarlo. La supuesta conciencia y el supuesto desarrollo espiritual muchas veces son usadas para evitar el dolor y nuestras verdaderas carencias.
También algunos pacientes, después de la práctica de esta técnica, han experimentado intensas reacciones emocionales (sollozar, gritar, «ponerse histéricos»). Están documentados casos donde la emergencia de recuerdos infantiles desagradables o incluso traumáticos interfieren de manera negativa en el proceso terapéutico (Myers Owens, 1994).
Otros de los efectos adversos de la práctica del Mindfulness, que han sido documentados (Walsh & Roche, 1979; Epstein & Lieff, 1981; McGee, 2008), son la exacerbación de trastornos mentales o la aparición de alteraciones psicopatológicas en personas que están realizando una práctica intensiva de meditación. Estos efectos podrían ser debidos a una mayor autoconsciencia por la práctica de la auto-observación y a una reducción de las barreras mentales mediante la relajación que produce la meditación. Estos factores podrían favorecer la emergencia de problemas latentes en la persona que practica esta técnica y, como consecuencia, desencadenar la aparición de problemas psicopatológicos.
Susan Brinkmann, experta en este tema y ex feminista que ha abandonado la Nueva Era, ha publicado un libro al respecto, A Catholic Guide to Mindfulness, en el que advierte de los peligros de esta última moda de meditación oriental. Entre otras cosas afirma: «Hay una preocupación en el mundo científico sobre la cobertura que hacen los grandes medios solo sobre los beneficios del Mindfulness y que no reportan los estudios que muestran los efectos negativos de la práctica».
Algunos estudios muestran que con esta práctica, la gente puede desconectarse en vez de concentrarse y comprometer el pensamiento crítico sobre los problemas que exigen una concentración y valoración sobre ellos para poder solucionarlos.
Pestilencia masónica en las aulas
Investigo sobre esta técnica y encuentro que en España los lugares donde más se ha extendido –y en algunos casos exigido– en las escuelas por organismos gubernamentales, son justamente en aquellas Comunidades Autónomas donde la masonería tiene un mayor empuje. Aproximadamente unos 200 colegios públicos españoles han incorporado el mindfulness al horario escolar. Un ejemplo de ello es el Colegio Ramiro Solans de Zaragoza, cuyos profesores y niños practican meditación después del recreo (unos 15 minutos).
El Gobierno de Canarias implantó por primera vez una asignatura obligatoria y evaluable que se llama Educación Emocional, donde se obliga a los alumnos a practicar esta técnica budista. En otras autonomías existe el Programa Aulas Felices, como el caso de Aragón, el Programa Treva en Cataluña o Escuelas Conscientes en la Comunidad Valenciana. En Andalucía incluso colegios católicos se han unido a este tren, aunque no es el único lugar. Y es que la ignorancia es madre del atrevimiento.
Sigo investigando y encuentro lo siguiente: «Conscientes de la importancia de la práctica de la atención pura como medio de realización interior, la Respetable Logia Hermes nº 13 de Madrid (España), pone a disposición de todos los masones los materiales de apoyo a la práctica meditativa colgados en esta web».
«Tales prácticas forman parte de la herencia histórica tradicional de la masonería operativa y constituyen uno de los instrumentos más potentes para pasar de la iniciación virtual comunicada en logia, a una iniciación efectiva, es decir, a una experiencia de la sacralidad o la transcendencia. Dichas prácticas han sido adaptadas a un formato lo más actualizado posible compatible con los principios tradicionales» (masón33.com).
Estas prácticas son: relajación corporal previa a la meditación; meditación de la atención pura de la respiración; meditación de la atención pura de las sensaciones corporales…, vamos, mindfulness puro y duro. Te aconsejo que no pierdas tu tiempo en escucharlas. Si quieres «emociones fuertes» acude a Santa Teresa de Jesús, a San Juan de la Cruz, a San Ignacio de Loyola, y sobre todo… a Jesucristo.
En síntesis, lo que se busca es: Religión Católica fuera de las aulas; Imposición de la filosofía budista tan apreciada por la masonería, gran enemiga de Jesucristo y de la Iglesia; Aborregamiento de los alumnos a los que se les va acostumbrando desde pequeños a prescindir de .algo tan importante como los juicios morales; y población despreocupada cien por cien manipulable.