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jueves, 21 de octubre de 2021

Historia del diario EL ALCÁZAR (1936-1987)

Historia del diario EL ALCÁZAR
SANTIAGO CLAVIJO
21 octubre 2021

Ahora todo el mundo critica las autonomías
Nuestro periódico fue el único que lo hizo en 1978
Columnistas: Fernando Vizcaino Casas, Ángel Palomino, 
Ismael Medina o Rafael García Serrano
12 Jul 2012
El periódico quebró porque le quitaron la publicidad
El Estado fue condenado a indemnizar con 2.500 millones

Pocas cabeceras periodísticas españolas generaron tanta polémica como el diario El Alcázar (1936-1987). Dentro del ciclo de entrevistas dedicado a la historia reciente de los medios de comunicación, Periodista Digital realiza una entrevista, sobre el desaparecido periódico, al que fue su director, Antonio Gibello.

Ccreación de EL ALCÁZAR como ‘HOJA de GUERRA’
El periódico El Alcázar fue fundado durante la batalla por la toma del Alcázar de Toledo de la Guerra Civil Española, (todas los personalidades del bando ‘de la derecha’ de Toledo se atrincheraron aquel edificio sitiados en una ciudad controlada por las tropas del bando ‘de la izquierda’.

Gibello explica brevemente el comienzo de aquel periódico:
«Cuando se produjo el alzamiento nacional el 18 y 19 en la península, las fuerzas militares y la guardia civil de Toledo acudieron a las órdenes del entonces coronel don José Morcardó a la capital de Toledo y se encerraron en la fortaleza del alcázar. Empezaron los ataques de las fuerzas republicanas después de unos bombardeos por parte de la aviación y artillería republicanas, empezaron los combates».

«El día 26 de julio se publicó por primera vez un folio por las dos caras con el título de ‘El Alcázar’ que era un diario de guerra que se hace para mantener el espíritu de la tropa que está combatiendo. Como se habían encerrado también todos los familiares de los guardias civiles que estaban defendiendo la fortaleza servía justamente para eso, para mantener el espíritu de combate de los combatientes y el espíritu de resistencia de los niños, de los familiares que estaban allí».

CONVERTIDO EN PERIÓDICO DE ÁMBITO NACIONAL
Acabada la guerra e iniciada la dictadura del general Franco, el diario El Alcázar se convirtió en uno de los diarios nacionales del momento (junto a los matutinos ABC, Ya y Arriba, y los vespertinos Informaciones, Madrid y Pueblo).

«Una vez fue liberado el Alcazar de Toledo el 27 de septiembre de 1936, esa hoja volante pasó a ser un periódico impreso y se convirtió en el periódico de los requetés en el frente de Madrid. [con Evaristo Casariego como director] y así fue hasta el final de la guerra. En el año 41, Serrano Suñer autorizó la aparición de un periódico vespertino llamado Pueblo, fundado por Juan Aparicio, y luego la autorización para que se publicara también como vespertino el diario El Alcazar».

CONTROL de EL ALCÁZAR por PESA (Opus Dei) y DYRSA (Falange)
En los años sesenta los propietarios de la cabecera de El Alcázar, la Hermandad de combatientes en el alcázar de Toledo, vendieron la gestión del periódico a la empresa PESA. Que hizo un plan para relanzar el periódico, pero que pronto se enfrentó a los propietarios que consideraron que PESA estaba alineado con los aperturistas del Opus Dei, que pretendían sentar bases para una democracia parlamentaria en España.

«Prensa y Ediciones S. A. (PESA) se hace cargo de la edición de El Alcázar pero incumple el contrato que tenía con la hermandad de defensores del Alcázar».

«En el contrato suscrito con PESA se comprometían a la inalterabilidad de la línea editorial tradicional seguida por el periódico.

Se decía que El Alcázar de PESA se había alineado al Opus Dei porque el director [José Luis Cebrián], el subdirector [Luis Apostua] y algunos de los miembros del consejo editorial eran del Opus Dei. La línea informativa se apartó e incumplió el contrato que tenía suscrito con los propietarios de la cabecera de El Alcázar».

Gibello se refiere al incidente de 1968. El Alcázar, en ese momento dirigido por Luis Apostua – PESA había desviado a Cebrián a la dirección de Nuevo Diario – cuando, tras unos artículos de El Alcázar criticando la suspensión del diario Madrid (también aperturista del Opus) y lanzando unas críticas entre líneas al Gobierno, la Hermandad consideró que PESA había incumplido el contrato.

«El 27 de septiembre de 1968, Luis Apostua presenta la dimisión. Lo hace a petición de la Hermandad y por incumplimiento del contrato. La Hermandad solicita de la dirección general de prensa que no admita a registro al periódico a partir del día 27. Con lo cual la dirección general de prensa suspende a la publicación y durante unas semanas de 1968 desaparece el periódico El Alcázar».

Poco después reapareció El Alcázar pero ahora la empresa que lo gestionaría no sería PESA, sino DYRSA, una empresa que más tarde se vincularía a la Confederación Nacional de ex Combatientes de José Antonio Girón. Asumiendo inicialmente Lucio del Álamo la dirección y Antonio Gibello la subdirección, asumiendo este último la dirección poco después.

«Me llamó Jaime Campmany y me dijo ‘vas subdirector a El Alcázar con Lucio del Alámo'».
«Para que saliera de nuevo el periódico El Alcázar, hubo un acuerdo de secretaría general del Movimiento (Torcuato Fernández Miranda & Alejandro Rodríguez de Valcárcel) con Manuel Fraga, que era el ministro de Información y turismo para llegar a ésta combinación de la edición del periódico por parte de la Hermandad ahora gestionado por DYRSA. Y el día 7 de octubre, aniversario de la batalla de Lepanto, el periódico reapareció».

«PESA se LLEVÓ 120 MILLONES»
«Se produjo una querella por parte de PESA y se produce un juicio por el cual se anulaba la decisión administrativa que había tomado la dirección general de prensa al no admitir el registro. Finalmente se llegó a un acuerdo en virtud del cual PESA recibió 120 millones de pesetas, superior al capital social de la empresa»

EL ALCÁZAR contra "La TRAICIÓN’ de SUÁREZ"
Si por algo es recordado el diario El Alcázar fue por su firme oposición total a la transición democrática que comenzó en España tras la muerte del general Franco. Una labor en la que sólo coincidió con ellos el breve diario El Imparcial de Julio Merino (1978-1980).
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Antonio Gibello, director de El Alcázar durante la Transición explica los motivos por los que se posicionó en contra del resto de medios.
«Adolfo Suarez y yo éramos amigos y habíamos sido compañeros jefes del departamento jurídico de la Delegación Nacional de Juventudes Falangistas del 63 al 64. Cuando a él le nombraron secretario general del Movimiento, todos los periódicos empezaron a meterse con él, de una manera descarada. El único periódico que le defendió con un artículo mío fue El Alcázar».

«Hay que aclarar que el autor de la transición no fue Suárez, fue Torcuato Fernández Miranda. Suárez era el hombre dúctil que hacía lo que le decía el Rey o Torcuato Fernandez Miranda».

«Suarez empezó desde el principio el ataque El Alcázar por nuestra línea política. Supongo que la influencia de Gutierrez Mellado fue muy fuerte con Suarez. Suárez nombró vicepresidente a Gutiérrez Mellado porque el primer vicepresidente con Suárez, el teniente general Fernando de Santiago Díaz Mendivil, dimitió cuando Suárez legalizó sindicatos comunistas».

«El Alcázar tuvo un choque frontal con Suárez. La Transición fue una traición, le sobra la ‘n’ y ‘s’, fue traición y no transición, traición de Adolfo Suárez que incumplió todos los juramentos que había hecho».

El DIARIO ARRIBA DEMANDA a ANTONIO GIBELLO
El diario Arriba, a partir de 1976, se convirtió en un periódico al servicio del Gobierno de Adolfo Suárez (no en balde era un periódico público, del Estado). Ese año el director de Arriba, Cristobal Páez, demandó a Antonio Gibello, por un artículo titulado ‘Intolerable Atentado’ en el que el director de El Alcázar acusaba a la redacción de Arriba de antentar contra la historia de ese periódico.

«En la redacción de Arriba estaba Páez, y se habían filtrado allí miembros del Partido Socialista y miembros del Partido Comunista. En un momento determinado arrancaron 5 flechas que había en la redacción y un retrato de Jose Antonio Primo de Rivera. Desde la redacción de Arriba me llamaron a contármelo y escribí ‘Intolerable Atentado, al cual contestó Cristobal Páez que me metiera en mis cosas».

LEGALIZACIÓN del PCE, El TRIBUNAL MILITAR se QUERELLA contra EL ALCÁZAR
A principios de 1977 todos los periódicos de ámbito nacional (desde El País a El Alcázar) publicaron un editorial en contra de la violencia. Sin embargo, tras la Semana Santa del 77 en la que se legalizó el PCE, se intentó otro editorial conjunto a favor de aquella legalización y tanto el ABC como El Alcázar se negaron a firmarlo.

En ese periodo el director de El Alcázar fue procesado varias veces por la Justicia Militar y la fiscalía del Gobierno de Suárez.

El año 77 yo publico en el diario Alcázar una crónica de nuestro corresponsal en Barcelona, en el que denuncia la entrevista que Carmen Diaz de Rivera secretaria de Suarez, había tenido con Carrillo en París para pactar la legalización del PCE. Entonces yo me veo procesado ante el tribunal de prensa. Me ponen en libertad provisional bajo fianza de 100.000 pesetas, que puso el periódico porque yo no las tenía».

«Después de la legalización del PCE, poco antes del día de las Fuerzas Armadas, hubo una reunión en el Alto Estado Mayor, que publicó una nota que enviaron a todos los periódicos, pero ninguno lo publicó, porque era una desautorización por parte del Estado Mayor a la decisión de Suárez».

«Sólo la publicó El Alcázar con el pseudónimo de ‘Alessandros’, que era un pseudónimo colectivo de parte de las fuerzas armadas. Entonces se me procesa otra vez. Se pedían 20 años de reclusión en cárcel militar contra mí. El coronel que llevaba la instrucción me dijo literalmente: «Esto es una faena (bueno no dijo faena dijo otra palabra que no es correcto reproducir) de «El Guti» [Gutiérrez Mellado]. Me dijo que me prolongaría la instrucción todo lo que pudiese a ver si se le pasaba el «cabreo». Efectivamente, en ese tiempo llegó en septiembre de 1977 la amnistía a todos los de ETA y también me afectó a mí, me convertí en un amnistiado».

EL ALCÁZAR contra la CONSTITUCIÓN
Gibello justifica la oposición del diario El Alcázar a la Constitución (que junto a El Imparcial fue el único de ámbito nacional que pidió el No) española de 1978 en la referencia a las ‘nacionalidades’ dentro de España.

«Las autonomías, esto que ahora está todo el mundo está metiéndose con las autonomías, pero el único periódico que estuvo machacando permanentemente y denunciando permanentemente la maldad intrínseca del artículo 2 de la Constitución reconociendo las nacionalidades fue El Alcázar».

«Parece que los políticos no conocen nuestra historia, esto de dar autonomías al País Vasco, a Andalucía o a Extremadura es la teoría política del cantonalismo del siglo XIX que hundió a la 1ª República».

EL 23-F y ALMENDROS
Antonio Gibello ya no dirigía el periódico El Alcázar cuando se produjo el intento de Golpe de Estado del 23-F, momento en el que el periódico estaba a cargo de Juan Blanco (fallecido el pasado mes de febrero) y Antonio Izquierdo.

Gibello, aunque no estaba en España en ese momento, sí seguía colaborando habitualmente con artículos de opinión en el periódico, colaboración que mantuvo hasta el final de existencia del medio.
En aquella época apareció en El Alcázar el enigmático columnista ‘Almendros’ (que publicó tres artículos en defensa de que el ejército ocupara el poder a finales de 1980 y principios de 1981), según analistas era la base ‘de la Trama Civil’ del 23-F. En un libro publicado, entre otros, por Bonifacio de la Quadra, Fernando Jauregui y Ricardo Cid se señalaba que ‘Almendros’ era un colectivo donde figurarían destacados políticos del régimen franquista como Federico Silva, Gonzalo Fernández de la Mora o Ángel Palomino. Gibello niega esa versión: «Almendros no era ningún colectivo, era una sola persona, un teniente general».

En una conversación con un redactor de PD en enero, Juan Blanco criticó la actitud de algunos periodistas que pasaron del franquismo al ‘suarismo’ como Pedro Rodríguez o Fernando Ónega. Gibello a ese respecto reconoce que Pedro Rodríguez era un poco como ‘plastilina’ por sus evoluciones, pero reitera que fue un gran periodista.

SUÁREZ contra los ANUNCIANTES de EL ALCÁZAR
A partir de 1978 el Gobierno de la UCD comenzó a maniobrar contra los periódicos El Alcázar y El Imparcial, para que perdieran anunciantes y subscriptores. Entre las medidas tomadas estaba borrar la subscripción de ambos periódicos en Iberia y sacarlos de todos los cuarteles militares.

«El Gobierno de Adolfo Suárez nos retiró publicidad institucional. Algunas de las ayudas que nos correspondían por el consumo de papel prensa nacional y que recibían el resto de periódicos se nos retiró.

«Pongo un ejemplo: Don Manuel de la Quintana Ferguson, presidente de Urbis, me llamó al despacho. Estuvimos charlando y en un momento determinado me dijo que no podía seguir manteniendo la publicidad de Urbis en el periódico El Alcázar porque el Gobierno de Suárez le ha advertido que si seguía manteniendo la publicidad de Urbis, no tendría ningún contrato que dependiera del Gobierno».

«Nos retiraron también de Iberia. Se repartían todos los periódicos menos El Alcázar. Incluso los anuncios de edictos o de subastas se nos retiraron. Ya con Suárez y por supuesto con Calvo Sotelo comenzó este recorte absolutamente inconstitucional de la publicidad».

CONDENA al ESTADO a INDEMNIZAR a EL ALCÁZAR
El Gobierno de Felipe González (PSOE) en 1982 mantuvo la discriminación publicitaria, que destacó especialmente en el referendum de la OTAN de 1986, referendum en el que el PSOE pedía el ‘Sí’ y El Alcázar pedía el ‘No’.

«La discriminación continuó con Felipe González hasta tal punto que cuando se produjo la campaña de la OTAN no nos enviaron ni la publicidad del «vota sí» o el «vota no», la publicidad institucional. Como con esa campaña sucedió con todo. No nos invitaban a las ruedas de prensa, no nos acreditaban para los congresos del PSOE».

«Esto fue un asedio que puso el punto final de El Alcázar, y contra el cual incluso El Alcázar publicó una carta de Jose Antonio Girón de Velasco como presidente de DYRSA dirigida al presidente del gobierno Felipe González, invocando su condición de hombre de Estado y denunciando la situación, a la cual por supuesto no hizo ni condenado caso».

El Alcázar dejó de ser un periódico diario en 1987 cuando la crisis le obligó a volverse semanal hasta cerrar definitivamente en 1989.

«Después todo el proceso jurídico llegó al juzgado y el 1 de julio de 1989 el juez Gómez Chaparro dicta sentencia y admite la quiebra del periódico que califica de quiebra involuntaria».

«Los miembros de El Alcázar denunciamos al Gobierno español de la quiebra del periódico por aquella discriminación publicitaria, quiebra que llegó al Tribunal Supremo y éste, en sentencia firme, condenó al Gobierno a indemnizar a los trabajadores de El Alcázar con 2.500 millones más los intereses por la injusticia que suponía el incumplimiento de las obligaciones publicitarias del Gobierno frente a los periódicos».

La cabecera periodística de El Alcázar, vinculada para siempre con la dictadura de Franco, contó entre sus columnistas con grandes maestros de la prosa y la escritura: Fernando Vizcaino Casas, Ángel Palomino, Ismael Medina y Rafael García Serrano.

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