Agenda para el Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar los Objetivos en 15 años.
“Fraude del Cambio Climático”
Santiago Clavijo
13/12/2011
Desde 2009, el blog CLAVIJO ha publicado artículos sobre el “Cambio Climático” entendido como calentamiento global antropocéntrico (a causa de la acción del hombre) y su relación con el Ecologismo (ideología y no ciencia), la ONU. la Nueva Era, el Nuevo Orden Mundial y el Poder Oculto, que pretende el Gobierno Mundial al que solamente se oponen con firmeza los católicos enterados y los patriotas.
En Copenhage (2009), la ONU fracasó en el intento de obligar a cumplir el “Protocolo de Kioto” (1997), a causa de la crisis económica mundial. Ahora, la mayoría de los ecologistas, de los políticos y de los medios de comunicación tienen otras preocupaciones. Por lo que sorprende, que el buscador BUIGLE mantenga en portada, como última noticia católica, la publicada en la web ZENIT: Benedicto XVI insta a ponerse de acuerdo ante el Cambio Climático.
Benedicto XVI ha pronunciado este domingo, al final del Ángelus, unas palabras de apoyo a la cumbre de la ONU sobre el clima que se celebra en Durban, Sudáfrica, a partir de este lunes 28. Un respaldo que abre un respiro a un encuentro que se produce entre el escepticismo de importantes países y las reticencias de algunas grandes potencias.
“Mañana –dijo el papa- comenzarán en Durban, en Sudáfrica, los trabajos de la Convención de la ONU sobre el cambio climático y del Protocolo de Kioto”. “Auguro que todos los miembros de la comunidad internacional concuerden una respuesta responsable, creíble y solidaria a este preocupante y complejo fenómeno, teniendo en cuenta las exigencias de las poblaciones más pobres y de las generaciones futuras”, exhortó Benedicto XVI.
ZENIT manipula escandalosamente las palabras del Papa, que pidió “una respuesta responsable y creible a este complejo fenómeno”, porque subtitula la noticia “respaldo del papa a la conferencia”, lo que es una falsedad.
Mentiras del Cambio Climático
Los ciclos del clima están regulados fundamentalmente por las radiaciones del sol y su distancia variable a la Tierra. El “protocolo de Kyoto (1997)”, patrocinado por la ONU, es parte del plan político de los poderosos para alcanzar el gobierno mundial. Se utiliza la ideología neocomunista del ecologismo para manipular la opinión pública, que es muy sensible al cuidado de la naturaleza y del medio ambiente.
A causa del temor a las catástrofes, la gente cede libertad a cambio de promesas de seguridad. La teoría del cambio climático responsabiliza al CO2, producido por la actividad humana, del calentamiento global que nos llevará a la catástrofe en las próximas décadas. Será necesario y urgente invertir cientos de miles de millones de dólares en reducir la emisión de gases nocivos, lo que ocasionará una disminución del progreso técnico y del nivel de vida de los pueblos desarrollados y tercermundistas. Pero esta teoría es un fraude a la ciencia ya que nunca ha sido aceptada por científicos multidisciplinares ajenos a las subvenciones políticas de la ONU.
El “Panel Internacional del Cambio Climático (IPCC)”, fundado en 1988 por la ONU, predice en su IV informe (2007) que la temperatura media de la tierra aumentará entre 1 y 3ºC para el año 2100 y que el nivel del mar subirá entre 55 y 88 centímetros. Pero sabemos que en la época de los dinosaurios, una de las más calientes de la historia, la temperatura media alcanzó los 22ºC; solamente siete grados más que en la actualidad, cuando faltan varias decenas de miles de años para finalizar el ciclo de calentamiento antes de iniciar el camino a la V glaciación.
Los datos reales sobre el clima contradicen a los promotores de Kyoto porque en 1998 subió solamente una o dos décimas de grado y después se ha estabilizado a pesar del incremento de CO2.
Las dos organizaciones subordinadas de la ONU, Greenpeace y WWF (World Wildlife Fund) orquestan la “hora del planeta”, campaña engañabobos de ahorro de energía. Mucha gente no sabe que también son las principales promotoras del crimen del aborto en todo el mundo. Es la conexión entre “cambio climático” y “salud reproductiva”.
Religión ecologista
El pasado 4.11.2009, se celebró una singular reunión en el castillo de Windsor, convocada por el príncipe Felipe de Edimburgo y el secretario general de la ONU.
Asistieron representantes de todas las creencias religiosas del mundo, que firmaron el primer gran compromiso internacional coordinado para la conservación del medio ambiente con el fin de amoldar el comportamiento de los fieles a la protección de la naturaleza en el sentido que marcan las organizaciones ecologistas de la ONU. Fue la aportación de las religiones a la “XV Conferencia del Cambio Climático” de Copenhague.
Los compromisos de Windsor apestan a sincretismo panteísta, aunque tratan de disimularlo. Aparecen involucrados también algunos representantes de segundo nivel de instituciones católicas porque es difícil distinguir entre fe católica y culto pagano a la tierra. Felipe de Edimburgo patrocinó la “Ética planetaria” de Hans Küng, presentada en el “Parlamento de las religiones del mundo” de la ONU y en el “Foro económico de Davos”. La “Ética planetaria” y la “Carta de la Tierra” pretenden ser los instrumentos del “Nuevo Orden Mundial” para sustituir a los DIEZ MANDAMIENTOS
Aborto y Cambio Climático
La historia ha destruido el mito del exceso de población por lo que la conspiración para un “Nuevo Orden Mundial” desarrolla otras estrategias para justificar la necesidad del control demográfico. Ahora hay que reducir las emisiones de CO2 con el fin de evitar el calentamiento global.
El informe de una Universidad norteamericana concluye con el dogma: “Toda persona es responsable de las emisiones de CO2 producidas por sus descendientes”. Es el Neomaltusianismo que pretende penalizar a la pareja que tenga más de un hijo en contra de la ley natural y de la libertad individual.
La mayoría de los gobiernos (Obama y Zapatero a la cabeza) promocionan a distinto nivel la mal llamada economía “sostenible” para combatir el aumento de la temperatura media del planeta. Se ha demostrado que el CO2 producido por la actividad humana, no influye en el supuesto calentamiento global, tesis tan falsa como la de Malthus: “La población aumenta en progresión geométrica mientras que los alimentos lo hacen en progresión aritmética, por lo que debe impedirse que los pueblos y las clases sociales inferiores se reproduzcan”. No hay duda de que es una tesis racista al servicio del supercapitalismo que dirige la política mundial.
Noticia de actualidad es la concesión del Premio Nobel de Medicina a Robert Edwards, biólogo investigador de la universidad de Cambridge que inició (1965) la técnica FIV (Fecundación In Vitro). En 1978 consiguió la primera niña probeta, violando la ley natural de Dios para la procreación dentro de la entrega mutua de hombre y mujer. En el proceso de selección (eugenesia) de embriones en laboratorio son asesinados todos los óvulos fecundados menos uno. Desde hace unas décadas la Genética ha demostrado que la vida comienza en el instante de la concepción cuando se unen los genes del padre y de la madre, por lo que todos los embriones son seres humanos con plena dignidad y derechos.
La ofensiva eugenésica actual es parte de la estrategia de ideología masónica, adoptada por los políticos al servicio del “Poder en la sombra” para impedir el supuesto cambio climático. El Aborto, la Eugenesia y la Eutanasia son los pilares del imperio del Anticristo: se contabilizan más de cuarenta millones de abortos al año (uno por segundo). El objetivo es reducir la población mundial. Los que han llevado a Obama al poder, fomentan y financian el mayor genocidio de la Historia que nos aproxima al Apocalipsis. No hay duda de que es la obra del “Maligno”.
Social-ecologismo masónico de la ONU
El “Nuevo Orden Mundial” realiza una gran subversión contra el orden natural mediante la creación de nuevos paradigmas religiosos y culturales, colonizando las conciencias de los pueblos para conseguir ciudadanos dóciles, para lo cual necesita destruir la Iglesia Católica, convirtiendo la fe en Cristo en una mera doctrina de ayuda o solidaridad social.
Según el cardenal Ratzinger, los proyectos “Carta de la Tierra” y “Ética Planetaria” de Hans Küng son la base cultural y ética para el “Nuevo Orden Mundial”, que permitirán el desarrollo sustentable o sostenible de la humanidad.
La UNESCO trabajaba ya (1991) en el proyecto “Ética universal de vida sostenible” que parte del dogma inapelable:”los recursos disponibles y el espacio de la tierra son limitados” por lo que la única causa de deterioro ambiental es el factor demográfico que crea un flujo migratorio hacia los países desarrollados, que no tienen capacidad de acoger a los más pobres. La UNESCO pretende que su nueva ética obligue a todos los países e individuos, de modo que las leyes nacionales fomenten la familia con pocos hijos.
Nada tiene que ver la legítima preocupación por el medioambiente (doctrina católica) con el paradigma ecologista de una nueva ética o religión universal (Nueva Era), mezcla de relativismo moral, sincretismo religioso y panteísmo. El disfraz espiritualista del ecologismo aparenta un ámbito de diálogo interreligioso´, cuando es un intento de imponer el pensamiento único, que permitirá alcanzar el “Poder Mundial” a una élite superplutocrática masónica.
La celebración (2007) del “Día de la Tierra” permitió la alianza de grupos de todas las religiones, incluso católicos. La transformación (2009) en “Día Internacional de la Madre Tierra” fue declarado por la ONU a instancia de Evo Morales, presidente de Bolivia, y defendido en la Asamblea General por Leonardo Boff, franciscano brasileño formado en Munich, promotor del movimiento liberacionista y reprobado (1985) por el Vaticano.
El modo en que está planteado el tema del “Calentamiento global” es una excusa para limitar la población mundial y su nivel de vida. El ecologismo socialmasónico pretende exigir a los países pobres en vías de desarrollo que dediquen cuantiosos recursos para impedir la contaminación ambiental, es decir, condenarlos al subdesarrollo.
Václav Klaus, presidente de la República Checa, ha declarado “el alarmismo sobre el calentamiento global es una ideología para reprimir la libertad individual y el desarrollo de la prosperidad en el mundo. Las víctimas, de Al Gore y la histeria global de muchos políticos y periodistas, serán los países más pobres que no podrán hacer frente a los compromisos de Kioto”.
El Reporte del Senado USA (2008) sobre“Calentamiento global originado por el hombre” rebate la tesis del IPCC de la ONU y de Al Gore, ex-vicepresidente USA. Al Gore ya había propuesto (años 90) un férreo control de la natalidad global.
En la Conferencia de Copenhague sobre el “Cambio Climático” (2009), se propuso universalizar el control de la población mediante una inversión en anticonceptivos de siete dólares para cada tonelada de CO2 producida.
“Carta de la Tierra” de la ONU
Federico Mayor Zaragoza, director general de la UNESCO (1987-99), fue el padrino de la Carta desde el comienzo, con el apoyo de la “Cruz Verde Internacional” de M.Gorbachov y del “Consejo de la Tierra” de M.Strong. Los principios de la Carta pretenden reemplazar a los Diez Mandamientos.
El preámbulo de la Carta dice: “La Humanidad es parte de un vasto universo evolutivo: la Tierra está viva. El medio ambiente global, con recursos finitos, es una preocupación común para todos los pueblos. La protección de la Tierra es un deber sagrado.
Los postulados agnósticos y panteístas de la Carta serían la base de una nueva sociedad para el Nuevo Orden Mundial. La visión totalizante del “desarrollo sostenible” impregnada del lenguaje ambiguo de la Nueva Era masónica aparece una y otra vez:
“Construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas”. “Proteger y restaurar la integridad de los sistemas ecológicos de la Tierra”.
“Adaptar planes de desarrollo sostenible y leyes de conservación ambiental como parte integral de todas las iniciativas de desarrollo”.
“Adoptar patrones de producción, consumo y reproducción que salvaguarden la Tierra, los derechos humanos y el bienestar comunitario”. Es el paradigma del social-ecologismo masónico para controlar la natalidad y salvar el planeta.
“Afirmar la igualdad de género como pre-requisito para el desarrollo sostenible. Fomentar la salud reproductiva y la reproducción responsable”.
La Carta de la Tierra impone la sumisión a la ONU, al Nuevo Orden Mundial y a la Religión Universal (Nueva Era). Dios está totalmente ausente, la visión cristiana es irreconciliable con el inmanentismo panteísta de la Carta: la persona humana es una partícula del universo en igualdad de condiciones con un animal o un vegetal, incapaz para conocer cualquier realidad que no sea material.
El desarrollo sostenible definido en la Carta, adquiere el carácter de una pseudo-categoría teológica que aspira a imponer su moralidad a todo el mundo. La Carta de la Tierra es un manifiesto pagano que busca dar una base ética al férreo control de la natalidad. Es un paradigma de la re-ingeniería social anticristiana que promueve la ideología de género y la salud sexual y reproductiva (homosexualidad y aborto).
La Carta de la Tierra no sólo justifica sino que obliga a provocar un verdadero holocausto, con leyes que autorizan el abominable crimen del aborto en nombre de los nuevos derechos humanos.
El proyecto de la Carta lleva más de quince años de desarrollo con presencia en congresos, foros y parlamentos, busando el consenso universal. Entre las personas y asociaciones que pretenden sumar al consenso se encuentran políticos, financieros y comunidades cristianas.
Calentamiento global y Cambio climático
El calentamiento global es un buen ejemplo de la complejidad que los temas ambientales presentan, pues mientras muchos estudiosos del tema consideran que hay serios motivos para pensar que este fenómeno se está produciendo. Otros, en cambio, insisten en que no hay argumentos científicos para estas afirmaciones y que es prematuro decir que hay un calentamiento global . A contnuación se recogen algunas de las diferentes posturas que se pueden encontrar sobre estos temas:
Evidencias de cambio climático según el Informe del IPCC (diciembre 1995):
La discusión sobre el "calentamiento global" está en plena ebullición. Los estudios, congresos y reuniones para estudiar el tema se suceden. Entre los organismos que se dedican a este tema destaca el IPCC (Intergovernmental Panel on Climatic Change) que fue constituido por las Naciones Unidas y la Organización Metereológica Mundial, en 1988, para estudiar el Cambio Climático. A finales de 1995 publicaron el Segundo Informe, un documento de 2000 páginas de especial importancia porque es el que utilizarán las Naciones Unidas para su política ambiental en este tema en los próximos años.
La principal conclusión del documento es que: "El conjunto de evidencias sugiere una cierta influencia humana en el conjunto del clima". Como se ve es una afirmación muy prudente. Aunque no llegan a afirmar tajantemente la influencia de la actividad humana en el clima, sí que se comprometen más que en el Informe anterior, de 1990, en el que dijeron que no podían afirmar si el incremento de 0,5ºC producido en las temperatura media del planeta en los últimos 100 años, estaba causado por las actividades humanas.
¿Por qué es tan difícil determinar si está habiendo cambio climático o no, y, si se estuviera produciendo, saber si se debe a las actividades humanas?
La dificultad de estos estudios proviene del gran número y complejidad de los factores que afectan al clima. Las variaciones en el clima dependen de factores intrínsecos como, por ejemplo, las condiciones de la atmósfera, los océanos, los hielos, y la tierra firme, incluyendo sus diversos ecosistemas y tipos de vegetación, las zonas cubiertas de nieve, las aguas superficiales y subterráneas, etc. Pero también están influidas por factores externos como la actividad del sol, o las variaciones de la órbita de la Tierra en el sistema solar. Otras actividades externas que pueden influir son las erupciones volcánicas que con sus cenizas oscurecen la atmósfera, o las actividades humanas que añaden gases o partículas a la atmósfera.
La radiación que la Tierra devuelve al espacio debe ser igual que la que recibe del sol, para que se mantenga la temperatura. Pero la entrada y salida de estas radiaciones depende de muchos factores que pueden facilitarla o dificultarla, e, incluso, producir los dos efectos a la vez. Los rayos solares no pasan con igual facilidad por unos gases o por otros; así, mientras el oxígeno y el nitrógeno son transparentes a las radiaciones infrarrojas, los gases con efecto invernadero no lo son. Las nubes también absorben la radiación calorífica infrarroja, tendiendo a calentar la atmósfera, pero además reflejan la energía que llega del sol y por este efecto tienden a enfriar la superficie.
Los océanos absorben el calor, amortiguando los cambios de temperatura, y también disuelven grandes cantidades de anhídrido carbónico, por lo que su influencia en el clima es muy notable. La vegetación y las aguas continentales influyen en la humedad de la atmósfera y, por tanto, en el clima. Las partículas suspendidas en la atmósfera, bien sean procedentes de los volcanes u otros fenómenos naturales, o los pequeños cristales de sulfato procedentes de contaminación de origen humano, oscurecen la atmósfera dificultando la llegada de radiación y tendiendo a enfriar la Tierra. Así, por ejemplo, la erupción del Pinatubo en Filipinas en 1991 produjo un apreciable enfriamiento de la temperatura en los dos años siguientes.
Las interacciones y relaciones entre todos estos factores son, como es fácil comprender, muy complejas. Para intentar dar datos concretos de cuantos grados puede cambiar la temperatura en el próximo futuro y como pueden afectar estos cambios al clima de las distintas zonas del mundo, los científicos construyen complejos modelos numéricos en los que deben entrar todos estos factores, las relaciones entre ellos y las leyes que regulan sus cambios. Al ser modelos tan complicados necesitan grandes ordenadores para su resolución. Cuando se desarrolla un nuevo modelo, primero se prueba sin factores externos para comprobar si se consiguen con el buenas predicciones que se adapten a los datos que conocemos. Una vez probado se introducen los datos de posibles situaciones futuras, como pueden ser las concentraciones de gases invernadero previstas para los próximos años y las diferencias entre unas predicciones y otras ayudan a estimar cual será el previsible cambio climático.
Con los últimos modelos desarrollados, el Informe de 1995 del IPCC, rebajaba la cifra estimada para el calentamiento global. Piensan que para el 2100 la temperatura media de la Tierra será unos 2ºC más alta que la de 1990, lo que significa un incremento un tercio más bajo que el que habían previsto en el informe de 1990. El informe calcula también que el nivel del mar será, en el 2100, unos 50 cm más alto que el actual; lo que es una estimación unos 17 cm más baja que la que hicieron en 1990.
Estos cambios pueden parecer pequeños pero supondrían grandes transformaciones en los ecosistemas y en los climas y formas de vida de grandes zonas de la Tierra. No es posible predecir con gran seguridad lo que pasaría en los distintos lugares, pero es previsible que los desiertos se hagan más cálidos pero no más húmedos, lo que tendría graves consecuencias en el Oriente Medio y en Africa donde el agua es escasa. Unos 118 millones de personas podrían ver inundados los lugares en los que viven por la subida de las aguas. Entre un tercio y la mitad de todos los glaciares del mundo se fundirían, poniendo en peligro las ciudades y campos situados en los valles que se encuentran por debajo del glaciar.
Según Houghton, de la Oficina Metereológica del Reino Unido, los Gobiernos deberían tomarse en serio este Informe: "Los políticos piensan, algunas veces, que les estamos pidiendo que actúen contra algo que probablemente no sucederá, pero nuestro mensaje es que ellos deberián planificar para preparar al mundo para lo que sí será el escenario más probable en el próximo siglo: el cambio climático".
No hay evidencia de calentamiento global (Richard S. Lindzen del MIT)
Lindzen es un científico de reconocida fama mundial, del Massachusetts Institute of Technology, experto en el estudio de la atmósfera. En un artículo en The New York Times, en junio de 1996 decía: "No tenemos ninguna evidencia de que el aumento en las emisiones de gases con efecto invernadero estén produciendo importantes cambios climáticos". Afirma que las predicciones hechas por los expertos del IPCC se basan en modelos de ordenador tan incompletos que las hacen inservibles. Su principal argumentación se fundamenta en que los modelos que predicen el calentamiento lo hacen apoyándose en que el aumento en la concentración de dióxido de carbono y otros gases con efecto invernadero solo tendrá una pequeña influencia en el aumento de la temperatura media. Según estos modelos el principal calentamiento procederá del vapor de agua que se liberará a la atmósfera. La idea es que una atmósfera algo más caliente liberará más vapor de agua, y este vapor incrementará el calentamiento.
Dr Lindzen argumenta que los modelos usados no reflejan fielmente la física del vapor agua en la atmósfera. Según los trabajos suyos varios mecanismos anulan el supuesto aumento de la temperatura por el incremento del vapor de agua, aunque reconoce que no hay evidencias de que las cosas funcionen según estas teorías suyas. "Para ser justos, dice él, la respuesta correcta en este momento es que no sabemos cual es el efecto del vapor de agua".
Comenta que muchos otros escépticos como él, le han llamado o escrito agradeciéndole su postura. Muchos de estos no manifiestan sus opiniones en voz alta porque ser escéptico no trae ninguna ventaja. "¿Quién se anima a meterse en controversias? ¿Para qué hacerlo?", dice. Además "en épocas de importantes recortes de presupuesto para la investigación, las investigaciones sobre el clima siguen recibiendo importantes ayudas. ¿Quién cierra una buena fuente de ingresos?".
Otro científico que está de acuerdo con Lindzen es el Dr. William Gray, especialmente conocido por sus predicciones sobre la actividad de los huracanes. Comenta que "muchos de mis colegas son muy escépticos respecto a este asunto del calentamiento global".
Dr Wallace, de la Universidad de Washington, dice que "hay pocos científicos que sean tan radicalmente escépticos como lo es el Dr Lindzen". "Muchos más, dice Dr Wallace, se toman el asunto del cambio climático en serio, pero opinan que las afirmaciones que se hacen son muy exageradas, como Lindzen defiende".
El aumento de la concentración de gases invernadero en la atmósfera es realmente algo científicamente comprobado, pero a partir de ahí la evidencia científica es mucho más débil. Las fluctuaciones climáticas son muy difíciles de medir y el calentamiento que parece se está dando en los últimos quince años se podría deber a muchas causas, porque el clima depende de un gran número de variables. Además, para la investigación de temas como éste, se simulan las distintas situaciones con modelos de ordenador, y los que se usan son, todavía, muy insuficientes y poco satisfactorios, porque el funcionamiento del clima es enormemente complejo.
La conclusión es que no se puede asegurar científicamente, con total evidencia, por ahora, que se esté produciendo un calentamiento global y un cambio climático como consecuencia del aumento de gases emitidos por la actividad del hombre a la atmósfera. Pero como hay importantes sospechas de que sea así, y las consecuencias pueden ser muy graves, lo lógico y prudente es tomar las medidas oportunas para impedir que las emisiones de dióxido de carbono sigan creciendo mientras se sigue estudiando este efecto con gran atención. Esto es lo que se está haciendo a través de organismos como el IPCC (International Pannel Climatic Change) y de los acuerdos internacionales sobre las emisiones de CO2, como el conseguido en la Conferencia Internacional celebrada en Kioto en diciembre de 1997.
Conclusiones de la Conferencia de Kioto (1997)
El protocolo de Kioto, el acuerdo internacional para reducir las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero que inciden en el cambio climático estipula que los 39 países desarrollados se comprometen a reducir sus emisiones en un 5,2% de media respecto a los niveles de 1990 y 1995, entre el 2008 y el 2010.
El acuerdo afecta a seis gases, dióxido de carbono, metano, óxido nitroso,. hidrofluorocarbono, perfluorocarbonos y hexafluoruro de carbono, y las cuotas fijadas para cada país contemplan una reducción del 8% para los 15 miembros de la Unión Europea, Suiza y varios países europeos; del 7% para EE UU y Canadá, y del 6% para Japón. Rusia, Nueva Zelanda y Ucrania quedan obligados a estabilizar sus emisiones en igual plazo. Australia puede aumentar hasta un 8%, Noruega un 5% e Islandia un 10%. La reducción global para la UE se distribuye entre sus miembros, de manera que algunos como España tendrían derecho a aumentar sus emisiones.
«Este acuerdo es un avance fundamental en la respuesta de la comunidad internacional al cambio climático», declaró Estrada. «El acuerdo es pequeño pero importante. Hemos empezado a construir el bote. Ahora tenemos que hacer de él un barco fuerte», declaró Howard Ris, director de la Unión de Científicos Preocupados. El Grupo ecologista World Wild Fund for Nature (WWF) se apresuró a destacar los agujeros del protocolo. «A pesar de los muchos fallos, WWF impulsará su ratificación y entrada en vigor de manera que se pueda avanzar en el proceso de aumentar los objetivos de reducción de emisiones y cerrar los agujeros.
Catastrofismo de la ONU en Durban (El Mundo-6.12.2011)
Ban Ki-moon, secretario general de la ONU, ha alertado de que "el futuro del planeta está en juego". No le ha temblado la mano al secretario general de la ONU, que se enfrentaba a los delegados de más de 190 países, reunidos en Durban (Sudáfrica). El objetivo: detener el cambio climático en curso.
"Sin exagerar, podemos decir: el futuro de nuestro planeta está en juego", aseguraba en la apertura de la reunión ministerial de las negociaciones. Ban Ki-moon pidió a los delegados que aprobaran un segundo periodo del compromiso de Kioto, para evitar "un vacío" en la lucha contra el cambio climático.
"Vosotros nos podéis sacar del borde del precipicio" dijo, y recordó que, según los científicos de la ONU, las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad para 2050 ,si se quiere evitar un aumento crítico de más de 2 grados en la temperatura media del a tierra respecto a la era preindustrial.
A pesar de ello, el secretario general apeló al "realismo" en cuanto a las expectativas sobre la cumbre: "Puede ser cierto, como muchos dicen, que el objetivo final de lograr un acuerdo global y vinculante sobre cambio climático esté lejos de nuestro alcance de momento", reconoció Ban, que citó como posibles causas: la crisis económica, las diferencias políticas y las distintas prioridades y estrategias a la hora de combatir el cambio climático.
En Durban, añadió,"debemos adoptar pasos concretos hacia un régimen climático más sólido" y mantener el impulso para la próxima cumbre que tendrá lugar en 2012 en Catar.
Reuniones de alto nivel
Las reuniones de alto nivel de la XVII Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) han empezado hoy martes en Durban (Sudáfrica) y serán claves para decidir, entre otros asuntos,el futuro del Protocolo de Kioto.
Se espera que unos doce jefes de Estado o Gobierno y 130 ministros asistan a las reuniones, que se han abierto a las 13.00 GMT (14, hora pensinsular española) con una ceremonia en la que han participado, entre otras personalidades,el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Kioto, segunda parte
El protocolo de Kioto, firmado en 1997 y en vigor desde 2005, estableció compromisos legalmente vinculantes de reducción de emisiones de gases, de efecto invernadero, para 37 países desarrollados, con la excepción de los Estados Unidos, que no lo ratificó.
Los negociadores intentan ahora acordar una segunda fase que sirva de transición a un nuevo acuerdo internacional legalmente vinculante.
Los países en desarrollo consideran crucial que las economías occidentales ratifiquen ese segundo periodo, mientras Rusia, Japón y Canadá no quieren renovar el tratado mientras sus competidores comerciales, China, India y EEUU, no asuman compromisos similares.
Un cierto consenso sobre la prórroga del protocolo se ha ido forjando desde el inicio de la cumbre, según la secretaria ejecutiva de la “Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático” (CMNUCC), la costarricense Christiana Figueres."Se están viendo las opciones, la pregunta no es ya si va a haber un segundo periodo, sino cómo se va a hacer ", declaró Figueres el pasado día 2.
La postura de los países emergentes
Los países emergentes que integran el grupo BASIC (Brasil, Sudáfrica, India y China) señalaron hoy que el mejor acuerdo que puede salir de la XVII cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) de Durban, será el que incluya a todas las partes, aunque no satisfaga a todos.
En una rueda de prensa en el Centro Internacional de Conferencias , el jefe negociador chino, Xie Zhenhua, aseguró que “el resultado tiene que ser global y producto de conversaciones multilaterales.Hay diferencias, pero éstas no deberían impedir avanzar".
Por su parte, el jefe negociador brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, se mostró "a favor de un acuerdo vinculante, pero no de cualquier acuerdo".Asimismo, Figueiredo coincidió con sus colegas de India y China en que alcanzar un acuerdo para una segunda fase del Protocolo de Kioto es clave para poder hablar de éxito en la actual cumbre de Durban, que hoy empieza sus reuniones ministeriales y que está previsto que concluya el próximo viernes. Figueiredo afirmó que los cuatro países del BASIC están tomando medidas para luchar contra el cambio climático.
En este sentido, el negociador chino recordó que tienen compromisos nacionales de reducción de gases contaminantes como el "autoimpuesto" por China desde 2009, que tiene por objetivo mejorar entre un 40 % y un 45 % sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB en 2020 con respecto a sus cifras de 2005.Esto podría no significar una reducción de sus emisiones en términos absolutos, pero sí relativos.
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