Breve catálogo de horrores bioideológicos
Por José Antonio Méndez
Las bioideologías no son utopías de ciencia ficción. Sus desvaríos ya tienen consecuencias concretas, que descubren su antihumanismo radical. Este es un breve catálogo con algunos de sus horrores y desvaríos.
Microbiochips: Según France-Press y la empresa Biohax, 4.000 suecos se han insertado microchips bajo la piel, que actúan como tarjetas de crédito, tarjetas de acceso al trabajo y documentos de identidad. La red sueca NFC quiere lograr que se permita utilizar estos microchips para pagar en supermercados o como sustituto de los billetes de tren.
Vidas de laboratorio: Mientras la natalidad natural desciende cada año en España, la producción de embriones humanos in vitro no deja de crecer. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, de los niños que nacieron en 2018 en España, el 9 % habían sido fecundados en un laboratorio: 37.094 bebés. La cuarta parte de ellos fueron implantados en mujeres que tenían más de 40 años.
Destrucción de embriones: En 2018 se hicieron en España casi 150.000 tratamientos de fecundación in vitro y más de 34.000 de inseminación artificial, según el Ministerio de Sanidad. Pero casi el 80 % de esos embriones humanos no se implantaron en la mujer: fueron descartados por presentar anomalías genéticas, o fueron congelados. La ley contempla que los embriones humanos congelados pueden ser destruidos, implantados años más tarde, donados de forma anónima a otra mujer, o entregados para la experimentación científica, según deseen las personas que pagan el tratamiento.
Animalismo y zoofilia: La zoóloga Donna Haraway, autora del Manifiesto Cyborg y de Simios, Cyborgs y mujeres: la reinvención de la naturaleza, propone eliminar la división entre el ser humano y los animales, y describe los “besos profundos” que se da con su perra para “borrar la barrera de las especies”. Peter Singer, padre de las teorías animalistas y profesor en la Universidad de Princeton, anima a “tener relaciones sexuales recíprocamente satisfactorias con animales”, siempre que no les tratemos “con brutalidad”. Y el médico animalista Hugo Engelhardt reclamaba hacer experimentos en humanos con enfermedades mentales antes que en “animales no humanos”.
Sin principio de realidad: La Ley de Transexualidad aprobada en España establece el cambio de sexo solo con un cambio en el registro civil. Ya ni siquiera hacen falta operaciones quirúrgicas o tratamientos hormonales: un varón o una mujer podrán ser reconocidos del sexo contrario solo por su autopercepción. Esto permite, por ejemplo, que hombres usen vestuarios femeninos y viceversa, y que violadores varones sean encarcelados en módulos de mujeres, como el británico Stephen Wood, encarcelado como Kaern White en una prisión femenina, donde violó a varias reclusas.
Eugenesia: “Las técnicas de diagnóstico prenatal se utilizan exclusivamente para eliminar a los niños que presentan algún defecto”, confirma la doctora María Lacalle. Por ejemplo, los cribados prenatales han hecho que en Islandia ya no nazcan niños con síndrome de Down. Según Down España, en nuestro país hemos pasado de una población de 300.000 personas con síndrome de Down en 1980, a menos de 35.000 hoy. Se estima que en 2050 todos los niños con trisomía 21 serán asesinados por técnicas eugenésicas antes de nacer
.
Ataque al vínculo padres-hijos: La asociación norteamericana Wrongful Lifes anima a personas con discapacidad a interponer demandas judiciales contra sus padres por no haberles abortado. También la asociación Wrongful Births promueve denuncias de personas contra los médicos que no detectaron que su hijo iba a nacer con algún problema y no pudieron abortarlo.
Vivir sin cuerpo: El multimillonario ruso Dimitry Itskov financia el Proyecto Avatar 2045, para alcanzar la “inmortalidad cibernética”. Su objetivo es replicar las redes neuronales humanas y transferir la mente de una persona a un ordenador, “liberarse de la dictadura biológica” y “continuar viviendo” sin cuerpo, como “avatares holográficos o seres de luz”. Hay al menos siete proyectos similares en marcha, como Neuralink, del creador de Tesla Elon Musk, o el Proyecto HBP, de la Unión Europea. Unas 100.000 personas financian estos proyectos con billones de dólares.
Destrucción del sexo: Una corriente de identidad de género y sexual amparada por el movimiento LGTBQ+ es la digisexualidad, que afirma la posibilidad de vivir una experiencia sexual aumentada y tener relaciones sexuales con hologramas, alcanzando “cotas de inmersión tanto o más reales que las físicas o corporales”. Se basan en la inteligencia artificial, el desarrollo 3D y aparatos electrónicos. En 2018, el japonés Akihiko Kondo contrajo “matrimonio” con el holograma en 3D Hatsune Miku, una cyber-celebridad por sus conciertos de música electrónica ante miles de personas.
Artículo publicado en la edición número 61 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita más leída por las familias católicas de España.