Diario de pandemia. Los nuevos amos del mundo,
los fondos de inversión, se forran con el virus
O por qué Rafael Nadal defiende las vacunas
y ataca a Novak Djokovic.
Por Eulogio López
10/1/22
Australia puede prohibir la entrada a quien le venga en gana el nombre del dios-salud pero Polonia y Hungría no pueden hacerlo en nombre de la cultura de la nación
Lo explican en este canal de Internet y merece la pena escuchar lo que cuentan. Aunque sorprenden, no están exagerando el poder de los fondos de inversión, en concreto de los fondos de capital-riesgo (poco capital y ningún riesgo, dijo un cachondo) que son mucho peores que los bancos y que ahora mismo, tienen mucho más poder que los bancos. Por ejemplo, son los dueños del Ibex 35 y cuando les digan que no mandan en las empresas en las que participan tienen mi permiso para un ataque de risa floja e incontenible. Y sí, Vanguard y BlackRock son los dueños del negocio farmacéutico-vacuneril.
El vídeo está enfocado, sin esconder la intención, al hecho del por qué Rafael Nadal defiende las vacunas, al tiempo que ha estado duro, demasiado, con el serbio Novak Djokovic. La imagen de Nadal junto a Bill Gates resulta menos relevante que los datos que se aportan en el precitado canal acerca de los patrocinadores de Nadal. Y conste que, insisto, el español Nadal me caía simpático y el serbio Djokovic muy gordo.
¿Seguro que las vacunas covid son tan eficaces? Que ayudan parece claro, aunque desconocemos sus consecuencias
Al final, El pitorreo internetero vuelve a dar en el clavo y según la imagen adjunta: Australia puede prohibir la entrada a quien le venga en gana el nombre del dios-salud pero Polonia y Hungría no pueden hacerlo en nombre de la cultura de la nación, es decir, de su cultura cristiana, pues son los dos únicos gobiernos europeos que no han renunciado a Cristo.
Y lo más curioso es que tampoco lo hacen, el majadero gobierno australiano sí.
Vanguard y BlackRock son los dueños del negocio farmacéutico-vacuneril
Otrosí: contemplen las estadísticas oficiales sobre la diferencia entre los ingresos en UCI y sobre todo, fallecidos, vacunados o no vacunados con vacuna o sin ella. Es cierto que en España el porcentaje de población vacunada es ingente pero también lo es que, si uno contempla las diferencias de muertes entre vacunados y no vacunados, pues oiga, no es para tanto.
Insisto: estamos repartidos entre negacionistas y tragacionistas. Por ahora, los más crédulos y los más conspiranoides son los segundos.
¿Por qué vacunar a los niños si los niños no necesitan vacunas?
En cualquier caso, la conclusión es la que lleva siendo denegada desde hace mucho tiempo: sí, las vacunas, más bien tratamientos, ayudan a pasar la enfermedad pero ni son la purga benito, ni curan el covid, ni son definitivas y, por tanto, su alabada eficacia resulta... cuestionable. Decir lo contrario, señor Sánchez, es engañar a los españoles.
Por lo demás, no sabemos los efectos secundarios de las vacunas Covid por la sencilla razón de que han sido fabricadas a toda velocidad. Desconocemos sus efectos secundarios y, por esa razón, y porque toda la humanidad está sirviendo de conejillo de indias de las grandes farmacéuticas, como Pfizer, Moderna y compañía... no deberían ser aplicadas a los niños. Además, los niños no las necesitan.