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lunes, 1 de mayo de 2023

Dos ejemplos de los últimos tiempos: congreso satánico en Boston, misa sacrílega en la catedral de Roma. Las sectas demoniacas tienen dos objetivos: la profanación eucarística y las aberraciones sexuales, a ser posible con niños,

Dos ejemplos de los últimos tiempos: 
congreso satnico en Boston, 
misa sacrílega en la catedral de Roma. Cuidado
Las sectas demoniacas tienen dos objetivos:
 la profanación eucarística y las aberraciones sexuales, 
a ser posible con niños, la cumbre de la inocencia.
1/05/23 

Congreso satánico en Boston

Congreso Mundial Satánico en Bostón. De la Iglesia de Satán, para ser exactos, porque si con algo disfrutan los demonios es transformándose en ángeles de luz, o sea, haciéndose pasar por los buenos. Recuerden a los 'illuminati' de Baviera. La agencia católica Zenit lo describe más que bien. Un añadido de la información me resulta especialmente interesante: desde el obispado piden que no se proteste, digamos 'oficialmente', contra el Congreso del Malo, que la protesta de un católico consiste en rezar.

Pues no sé si estoy de acuerdo. pero sí que lo estoy con otro consejo de la jerarquía católica: mientras se celebre el doctísimo congreso satánico de Bostón mucho cuidado al repartir la comunión en las iglesias de la ciudad. ¿Por qué? Porque todos sabemos que los satánicos van directos contra la Eucaristía. Satán tiene obsesión con dos cosas y por este orden: la Eucaristía y el sexo como perversión de la inocencia humana. Le encantan las profanaciones eucarísticas y las aberraciones sexuales con niños, a ser posible, que terminen en homicidio.

Ante los diabólicos de Boston 
se pide vigilancia en el reparto de la comunión

Y la misma agencia describió, con no menos pulcritud, otro 'acaecido', ocurrido dos semanas atrás, bajo un título que no me parece exagerado y que sí, pongo en relación con el docto congreso bostoniano: "Anglicanos violan la ley católica y celebran 'misa' en altar principal de la catedral del Papa".


A ambos textos, insisto, al menos desde el punto de vista periodístico, no se les puede interponer reparo alguno. Por ejemplo, a lo transcrito por el cronista sobre este último: "El martes 18 de abril, un grupo de unos 30 clérigos anglicanos tuvieron una 'misa' anglicana en el altar principal de la catedral de Roma (Basílica de San Juan de Letrán), la sede del Papa, quien es Papa precisamente porque es obispo de Roma. El 'obispo' celebrante fue Johnathan Baker, pastor anglicano de Fulham desde 2013".

Para más 'inri', nunca mejor dicho, el amigo Johnatan es masón, divorciado y vuelto a casar. Un clérigo ejemplar de la ejemplar Iglesia de Inglaterra, que fundara el místico Enrique VIII.

Recuerden: "Cuando veáis la abominación de la desolación erigida en el Lugar Santo", mismamente en San Juan de Letrán...

Misa de un masón anglicano: "Cuando veáis la abominación de la desolación erigida en el Lugar Santo"... mismamente en San Juan de Letrán

En plata: Satán pretende, lo primero, ser adorado como Dios. Concreción: la promulgación, a ser posible desde la propia Iglesia, de una nueva eucaristía donde no se adore a Cristo, sino a Satán. La línea política, que hoy constituye el discurso cultural imperante, según la cual todo individuo, formación o institucion cristianos son inmediatamente tildados de ultras y antidemocráticos, representa la complementariedad civil y política necesaria para imponer esa adoración de la Bestia en los templos.

Al mismo tiempo, el siglo XXI es el siglo donde Satán se ha quitado la careta. El satanismo ha abandonado las catacumbas para mostrarse como lo normal y hasta moral, lo democrático y lo progresista. Satán vuelve a mostrarse como el señor de la luz, honrado en las logias masónicas por gente de lo más respetable.

Lo acaecido en San Juan de Letrán y lo acaecido en Boston guardan una estrecha relación y suponen un motivo mucho más grave de preocupación para los católicos que la caída de Pedro Sánchez que, comparado con lo de Italia y Estados Unidos es una cuestión menor... aunque enormemente deseable.