Cheque escolar y cheque sanitario:
Necesitamos ambos, sobre todo el primero
El cheque escolar le quita el poder sobre los niños
al Gobierno y a los empresarios educativos...
y se lo ofrece a los padres
12/6/22
Sólo Vox planteó en su programa el cheque escolar y el cheque sanitario
Leo en una publicación digital, de tendencia aparentemente falangista, una dura crítica al portavoz económico de Vox, Rubén Manso. Manipulando unas declaraciones suyas aseguran que Vox quiere dejar a los españoles sin colegio y sin hospital.
¿Por qué? Pues porque asegura Manso que el Estado, cuanto menos se meta en la familia, mejor: déjale la seguridad, la defensa y poco más.
Ahora bien, Vox es el único partido que lleva en su programa tanto el cheque escolar como el sanitario, dos bonos que no pueden gustar ni a la izquierda socialista ni a la derecha capitalista, aunque sí pueden gustar a un liberal.
El bono escolar no es de derechas ni de izquierdas, no es socialista ni capitalista, tampoco liberal: es partidario de la familia, esa célula de resistencia a la opresión, sea la opresión del capital o del Estado
Insisto, liberalismo y capitalismo no son lo mismo: el primero mira por la propiedad privada, el segundo por la empresa privada. No, no es lo mismo, y esto se ve claro en un carterista, que puede ser un gran amante de la empresa o de los mercados privados, pero nunca podrá ser considerado un defensor de la propiedad privada.
A lo que vamos: sólo Vox planteó en su programa el cheque escolar y el cheque sanitario. El primero supone la separación del binomio escuela pública/escuela privada, con la hipocresía al uso de que todos los progres, de izquierdas y de derechas, aseguran desvelarse por la escuela pública pero llevan a sus hijos a la privada.
El cheque sanitario es el más igualitario y supera la pugna entre sanidad pública y sanidad privada. Lo que importa es la salud del paciente, no quién paga al médico que le cura. Con el cheque sanitario, quien decide es la familia
Es decir, el bono escolar implica quitarle el poder de educar a nuestros hijos al Estado o a los empresarios, sean religiosos o no. Y darle el poder, naturalmente, a los padres. Con eso sí que se cumple el derecho a la libertad de enseñanza, que es propiedad de los padres, no del Gobierno, ni de los empresarios. Dicho de otra forma, el bono escolar no es de derechas ni de izquierdas, no es socialista ni capitalista, tampoco liberal: es partidario de la familia, esa célula de resistencia a la opresión, sea la opresión del capital o del Estado.
Por su parte, el cheque sanitario es el más igualitario y supera la pugna entre sanidad pública y sanidad privada. Lo que importa es la salud del paciente, no quién paga al médico que le cura. Con el cheque sanitario, quien decide es la familia.
Y por cierto, seguro que resultaba menos gravoso el cheque sanitario que la sanidad pública.
Aún es más importante el bono escolar que el sanitario. Nos jugamos más.