El Universo tiene un número de planetas del orden de mil trillones (1020) en base a diez planetas por sistema solar, cien mil millones de estrellas por galaxia y mil millones de galaxias.
Buscando la "lógica de Dios" en la perfección de las leyes matemáticas, consideramos tres hitos fundamentales de mutaciones excepcionales en la evolución de los planetas: Vida simple (ADN), Vida inteligente (Homo sapiens) y Vida Humana (Alma espiritual con libre albedrío para elegir entre el bien y el mal).
Encontramos una progresión decreciente exponencial que expresa con belleza las probabilidades de existencia de vida en un planeta:
Buscando la "lógica de Dios" en la perfección de las leyes matemáticas, consideramos tres hitos fundamentales de mutaciones excepcionales en la evolución de los planetas: Vida simple (ADN), Vida inteligente (Homo sapiens) y Vida Humana (Alma espiritual con libre albedrío para elegir entre el bien y el mal).
Encontramos una progresión decreciente exponencial que expresa con belleza las probabilidades de existencia de vida en un planeta:
- 1/1015: una por cada mil millones para vida simple.
- 1/1021: una por cada mil trillones para vida inteligente.
- 1/10∞: probabilidad cero para vida humana.
- Vida simple: 1021/1015 = 106. Un millón de planetas.
- Vida inteligente: 1021/1021 = 100. Un planeta (Tierra).
- Vida humana: 1021/10∞ = Cero. Ningún planeta.
La Encarnación de Jesucristo, el Hijo de Dios, como Mesías Redentor de la humanidad apoya la hipótesis de que estamos sólos en el Universo. Es muy improbable que haya vida humana extraterrestre.
La opinión pública, según las encuestas, es mayoritariamente favorable a la existencia de extraterrestres por influencia de los medios de comunicación de obediencia socialmasónica, especialmente el cine y la televisión (Guerra de las Galaxias, Expediente X, Avatar, etc..) que tratan de cambiar los paradigmas de nuestra civilización cristiana e implantar la Nueva era (New age) con un "Nuevo orden mundial" de gobierno único totalitario con apariencia democrática bajo el control de una élite plutocrática.
A mis hijos y nietos.