Píldoras Anti-Masonería

El blog CLAVIJO defiende los valores

de la Iglesia Católica y de España

amenazados por el proyecto masónico-luciferino

"Nuevo Orden Mundial"


e-mail: ClavijoEspana@gmail.com



sábado, 31 de mayo de 2014

FORO Hispánico AntiMasónico: Archivo-Mayo 2014. Autores participantes y Posts publicados (1381)



FORO Hispánico AntiMasónico 
(Archivo-Mayo 2014)

Autores Participantes en el FORO
FORO Hispánico AntiMasónico (Blog VII)
 1 Clavijo
   2 VATICANO
   3 Jakim Boor
   4 Ricardo de la Cierva
   5 Manuel Guerra
   6 Juan Claudio Sanahuja
   7 Raul Berzosa
   8 Guillermo Buhigas
   9 Alberto de la Bárcena
 10 Martín de Lozano
 11 José Antonio Fortea
  12 Blas Piñar Pinedo
  13 Roberto Centeno
  14 Ignacio Arsuaga
  15 José María Iraburu
16 Daniel Iglesias

Posts Publicados en el FORO
(Mayo 2014)

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viernes, 30 de mayo de 2014

Foro Hispánico AntiMasónico: "SINERGIA en Internet": Lema y Links de Clavijo. Enlaces recomendados (1376)



Clavijo versus Poder Mundial Masónico

Lema: "DIOS-Vida-Familia-Patria"
DIOS: origen de la Vida
Vida: fundamento de la Familia
Familia: célula de la Patria
Patria: defensa de la Libertad
Libertad: substancia de la Felicidad
Felicidad: camino hacia DIOS

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Clavijo pide y ofrece Sinergia en la Red

Links de CLAVIJO

1. Blog "Píldoras AntiMasonería" 
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(desde 1/5/14)

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Eduardo Verástegui (cine provida)
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jueves, 29 de mayo de 2014

Foro Hispánico AntiMasónico: "La reina Sofía y el ministro Margallo, en el Club Bilderberg". Entre los 140 invitados figuran otros dos representantes españoles: el director general de la Caixa y el presidente de Prisa (1403)



La Gaceta (28/5/2014): El Club Bilderberg, que reúne a personalidades europeas y estadounidenses de la política, las finanzas y la comunicación, comienza este jueves en Copenhague su edición número 62 con la reina Sofía y el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en su lista de invitados.

Entre los 140 invitados de 22 países que acudirán a la cita, que finaliza el domingo, figuran también otros dos representantes españoles: el director general de la Caixa, Juan María Nin; y el presidente del grupo de comunicación Prisa, Juan Luis Cebrián, según la lista difundida en la web del club.

Estarán también presentes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding; el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen; y directivos de firmas como Deutsche Bank, Shell, BP, Fiat, Airbus, Alcoa y Goldman Sachs.

La agenda de la conferencia, que se celebra en un hotel de la capital danesa, incluye temas como la recuperación económica, las perspectivas para China y la situación en Ucrania y Oriente Medio.

Considerado uno de los grupos con mayor poder efectivo del mundo, el club tuvo su primera reunión en 1954 en el hotel Bilderberg (de ahí su nombre), cerca de Arnhem, en Holanda. Su principal impulsor fue el príncipe Bernardo de Holanda, además del ex ministro belga Paul Van Zeeland y el consejero político polaco Joseph Retinger.

El club celebra una conferencia privada anual, cada vez en un país distinto, a la que acuden entre 120 y 150 invitados, que varían según los temas a tratar. Sólo son fijos quienes pertenecen a su comisión ejecutiva, aunque hay asistentes habituales, como la reina Beatriz de Holanda y el veterano político estadounidense Henry Kissinger.

Todas las ponencias y deliberaciones son a puerta cerrada, no se permite el acceso a los medios y no se publican conclusiones.



Bilderberg: 6º nivel del Poder Mundial 

Clavijo (14/7/2010): El Bilderberg Group (BG) es algo más que una reunión de gente importante, es un círculo discreto del "Poder supranacional en la sombra" que pretende el "Gobierno mundial". Es un instrumento secundario de captación de dirigentes europeos para instituciones y gobiernos supranacionales (FMI, BM, ONU, OTAN, UE, etc...). Los principales viveros están en las universidades anglosajonas de élite (Oxford, Yale, Harward, etc...) y en las escuelas socialmasónicas de Economía (London School y Frankfurt).

El doctor Manuel Guerra (pbro.), historiador de las religiones y de las sectas en su excepcional libro "La trama masónica" (2006) nos da una idea clara y concreta sobre el Bilderberg:

La asamblea constituyente (1954) fué presidida por el príncipe consorte Bernardo de Holanda. El ex-jesuita José Retinger fué el oreganizador por cuenta del CFR (Consejo de Relaciones Exteriores) de N.York, desempeñó la secretaría permanente hasta su muerte.

La financiación corre a cargo del grupo Rockefeller, la casa Rostchild, las bancas Warburg y Lehmann y dos instituciones muy vinculadas al mundialismo: El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

El príncipe Bernardo dejó la presidencia del BG a causa del escándalo de los sobornos de la empresa aeronáutica Lockheed, siendo sustituido por D.Home, ministro británico de Exteriores. Después presidieron W.Scheel, presidente de la República Federal Alemana; lord Carrington, secretario general de la OTAN y miembro destacado de la Fabian Socety y del "Real Instituto de Asuntos Internacionales" (RIIA), fundador del CFR.

Lo miembros dirigentes del BG pertenecen también al CFR creado (1919) por la cúpula de la masonería iluminista anglosajona. La Comisión Trilateral (CT) fué creada (1974) por David Rockefeller con miembros destacados del CFR y del "B`Nai B`Rith", organizador paralela a la masonería, exclusiva para ciudadanos de origen judío (un millón de afiliados en cincuenta países).

Son miembros simultáneos de CFR, BG y CT: David Rockefeller, George Bush, Bill Clinton, C.Brzezinski, R.McNamara, H.Kissinger, C.Weinberger (editorialista N.York Times), H.Donnovan (redactor jefe revista Time), etc.

El BG está estructurado en tres niveles:

1. Comité consultivo, grupo reducido, cerrado y decisorio, controlado directamente por David Rockefeller.
2. Comité directivo: 15 americanos y 24 europeos, todos miembros permanentes.
3. Círculo exterior: 120 ciudadanos influyentes de sus países en: economía, medios de comunicación y política. El 30% son invitados circunstanciales. Se celebra anualmente una reunión del BG sin intérpretes y con gran control de seguridad, aunque se dan filtraciones en los últimos años. No toman decisiones ni publican conclusiones. Sorprendentemente no parece interesar a los medios españoles de comunicación, excepto este año por celebrarse en España y autoinvitarse Zapatero (cómo hizo en el G.20).

El objetivo vicario del BG es la debilitación progresiva de las soberanías nacionales y su transferencia a instituciones oligárquicas y supranacionales. El BG es una promoción masónica, al igual que su matriz el CFR.

Manuel Bonilla en su libro "La trama oculta del PSOE" (prologado por Ricardo de la Cierva en 1991) afirma que el Partido Socialista es el partido de la Masonería.

Ricardo de la Cierva en una mesa redonda de la universalidad CEU-San Pablo (2005) declaró que durante la II República de España no hubo ningún masón en los partidos de la Derecha, pero que no puede afirmarse lo mismo del actual Partido popular. Su libro "La Masonería Invisible" (2002) es la mayor investigación con Internet sobre la Masonería moderna y el Poder oculto.


Pilar Urbano, en su día la nº1 del periodismo conservador, dice en un prólogo al último libro de Daniel Estulin sore el Bilderberg (2008) que Sofía, reina de España, fué la primera persona que le habló del Bilderberg y le confesó que era miembro desde 1989 y no sólo invitada.


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Clavijo: La Gaceta entrevista a la autora de un libro, ejemplo de desinformación sobre el PODER: Bilderberg sí tiene ideología. Bilderberg es un circulo de poder discreto, subordinado al "Poder supranacional en la sombra" con sede en un rascacielos de Manhattan; es un instrumento del Plan iluminista-masónico-liberal para un Nuevo Orden Mundial con una religión universal (New Age) y un gobierno mundial en manos de una élite de superbillonarios. Este proyecto diabólico necesita arrebatar la soberanía a las naciones históricas y destruir a la Iglesia católica, lo que está consiguiendo con gran eficacia.

EL CLUB DEL PODER
 'La UE está en manos de Bilderberg'

La Gaceta-A.Moreno (30/5/2014): Despidos, recortes, crisis: ¿son accidentes imprevistos o realidades orquestadas y convenientes? Preguntas como esa son las que plantea la periodista y escritora Cristina Martín Jiménez en su libro ‘Perdidos. Los planes secretos del Club Bilderberg’, en el que desvela los verdaderos intereses que se mueven detrás de este selecto club formado por miembros de países de la Unión Europea. 

Esta semana, el Club Bilderberg celebra su reunión anual en el Hotel Marriot de Copenhague, donde se alojan 140 personalidades europeas, entre invitados y miembros del comité. Entre los representantes españoles hay tres invitados: la Reina Sofía; el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, y el subdirector y CEO de CaixaBank, Juan María Nin. El cuarto español es el director ejecutivo de Prisa, Juan Luis Cebrián, el único que forma parte del comité directivo del poderoso club. 

-¿Cómo definiría al Club Bilderberg?
-Una alianza entre determinadas personas que pertenecen a la aristocracia y realeza europea, al mundo de la banca, a la academia, al mundo militar, la OTAN está desde el principio muy presente, servicios secretos…y políticos: primeros ministros, comisarios europeos, funcionarios de Estado…

-¿Por qué les responsabiliza de la crisis europea?
-Lo que hago en ‘Perdidos. Los planes secretos del Club Bilderberg’,’ es un trabajo de investigación, utilizando los métodos del periodismo y siguiendo las huellas que han ido dejando, que me llevan a concluir que la crisis europea ha sido planificada desde Bilderberg. Una de las pruebas en las que me baso es que en 2006, en la reunión que tuvieron en Canadá, se expuso abiertamente que iba a haber una crisis, que iban a subir las hipotecas en EEUU, las personas iban a empezar a perder sus casas… Dos años antes de que ocurriera, se habló de ello en el seno de Bilderberg. 

-Asegura que han inyectado miedo y estrés psicológico a la población". ¿Tratan de mantener el poder a cualquier precio?
-La idea del club es que haya políticos de izquierda y derecha de los países presentes en Bilderberg. La ideología es el dinero y el poder, por eso desde el origen del club ya establecieron que iban a invitar a políticos de ambos bandos, ahí se habla de otro lenguaje: geopolítica, geoestrategia… Y ahí las ideologías quedan al margen.

-¿En qué consisten estas reuniones anuales?
-Se celebran desde 1954, el origen fue la Guerra Fría. En el libro concluyo que empezaron en la Guerra Fría y que han acabado organizando una Guerra Fría global. Dicen que se reúnen para comprender mejor el mundo, y por eso invitan a estas personalidades, pero al final lo que hacen es difundir la idea que tienen del mundo entre estas personas que ocupan puestos clave. Durante 60 años han organizado una red de personas colocadas estratégicamente en puestos de toma de decisiones que pueden alterar y modificar el curso de la historia y de los acontecimientos en diferentes países.

-Esta semana están reunidos en Copenhague (del 28 al 1 de junio). ¿Qué se sabe de sus planes?
- Uno de los temas que van a debatir es Ucrania, una provocación en su avance expansionista hacia el Pacífico, hacia Rusia y hacia China. Por ello van a hablar del panorama económico y político de China, y van a exponer a los invitados sus planes. No todos, porque hay que leer entre líneas cuál es su idea del mundo, y cuáles van a ser sus próximos pasos después de esta política de recortes, austeridad y reformas financieras y laborales que ya habían planteado en reuniones anteriores.

-Asegura que España ha estado gobernada durante unos meses por el Club Bilderberg, pero hubo un factor humano que frenó al Gobierno tecnócrata. ¿Cuál?
-Ellos querían hacer lo mismo que hicieron en Grecia y en Italia. Allí, un abogado y un parlamentario europeo le han pedido al fiscal de Roma que investigue si en la reunión del 2011 en Suiza se decidió que Mario Monti iba a ser el ministro de Italia. Eso también es tomar el poder, poner y quitar presidentes, que es una de las estrategias que utiliza Bildelberg. En el plan humano ya habían metido este miedo, de lo que había pasado en Italia y Grecia, que si no se aceptaban las reformas y se seguían sus directrices podía ocurrir lo mismo en otros países. ¿Qué ha pasado en España? Eso habría que preguntárselo al ministro de economía, Luis de Guindos, que acudió el año pasado a la reunión.

-¿Suelen cambiar los miembros?
-Cambian en función de la agenda temática que tengan ese año: actualidad, estrategia geopolítica… Dependiendo de los temas invitan a personalidades especialistas en esos temas. Son los 100, 120 invitados eventuales. Luego hay un comité directivo fijo, que son los miembros del club, y que eligen los invitados de cada país. En España el actual es Juan Luis Cebrián, consejero delegado de Prisa, doctor Honoris Causa en distintas universidades… No sólo es economía, cada uno tiene distintos puestos de responsabilidad al mismo tiempo: en centros financieros, en Repsol, en la banca… 

-¿Y por qué es Juan Luis Cebrián el representante español del comité?
-A mí también me encantaría preguntárselo a Cebrián. Este es un club muy privado y muy secreto que no suele dar este tipo de información a la prensa. 

-Así que no se sabe por qué es el elegido.
-Esta reunión también es una cantera de reclutamiento de jóvenes promesas. En su día, alguien le echó un vistazo a Cebrián, lo invitaron, les gustó, se unió a la idea del Club Bilderberg y ha ido escalando, no sólo dentro del club, sino en otros ámbitos de la sociedad.

-¿Y qué interés mueve a la Reina Sofía a estar presente en estas reuniones?
-Pertenece al círculo de poder. Las monarquías europeas son centros de poder, y el poder siempre está con el poder. La reina va a ser los ojos y los oídos del Rey en el Club Bilderberg, le va a informar de todo lo que ocurra. 

-Usted asegura que la UE es un gobierno mundial que preside este club. ¿Estamos completamente en sus manos? 
-Hoy en día sí. La UE es una creación del club, en las actas de la primeras reuniones se hablaba de la creación de la Unión Europea y de la creación del euro. En 2009, el expresidente Étienne Davignon afirmó que el euro es una creación del club. Han convocado a peones o a trabajadores de este grupo en puestos de relevancia. Entre ellos, el presidente de la Unión Europea, Herman Van Rompuy; el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso; el expresidente del BCE, Jean-Claude Trichet pertenece al comité directivo… Estos personajes trabajan más para el poder que para la supuesta democracia que nos han querido vender con la UE. La Unión Europea desgraciadamente está en manos de Bilderberg.

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Foro Hispánico AntiMasónico: "Peregrinación (26-28/mayo/2014) de Papa Francisco a Tierra Santa". Homilías, discursos e Imágenes (1401)


Francisco en el Jordán, donde Juan bautizó a JESÚS


SUMARIO
1 El Papa visita la mezquita de la Roca
2 El Papa ante el muro de las lamentaciones 
3 Visita del Papa al monte Herzl y al museo del holocausto 
4 Francisco y Bartolomé, patriarca de Constantinopla, 
ante el Santo Sepulcro
5 Encuentro del Papa con los sacerdotes, religiosos, 
religiosas y seminaristas en la Iglesia de Getsemaní
6 Homilía de la Santa Misa celebrada en el Cenáculo 
7 Francisco en la sede del gran Rabinato de Israel 
8 Francisco con el Presidente del Estado de Israel
9  El terrorismo jamás construye nada 
10 Tierra bendita que ha visto la presencia histórica de Jesús 

1 El Papa visita la mezquita de la Roca, Al-aqsa

El santo padre Francisco inició este lunes su último día de peregrinación en Tierra Santa visitando la mezquita de la Roca, Al-aqsa, aquella con la cúpula dorada que es muy famosa en las fotos de Jerusalén.

Excelencia, queridos amigos Musulmanes:

Me complace poder encontrarme con ustedes en este lugar sagrado. Les agradezco de corazón la cortés invitación que me han dirigido y, en particular, le doy las gracia a Usted, Excelencia, y al Presidente del Consejo Supremo Musulmán.

Siguiendo las huellas de mis Predecesores y, sobre todo, la luminosa estela dejada por el viaje de Pablo VI, hace ya cincuenta años –el primer viaje de un Papa a Tierra Santa–, he tenido mucho interés en venir como peregrino a visitar los lugares que han visto la presencia terrena de Jesucristo. Pero mi peregrinación no sería completa si no incluyese también el encuentro con las personas y comunidades que viven en esta Tierra, y por eso, me alegro de poder estar con Ustedes, Amigos Musulmanes.

En este momento me viene a la mente la figura de Abrahan, que vivió como peregrino en estas tierras. Musulmanes, cristianos y judíos reconocen a Abrahan, si bien cada uno de manera diferente, como padre en la fe y un gran ejemplo a imitar. Él se hizo peregrino, dejando a su gente, su casa, para emprender la aventura espiritual a la que Dios lo llamaba.

Un peregrino es una persona que se hace pobre, que se pone en camino, que persigue una meta grande apasionadamente, que vive de la esperanza de una promesa recibida (cf.Hb11,8- 19). Así era Abrahán, y ésa debería ser también nuestra actitud espiritual. Nunca podemos considerarnos autosuficientes, dueños de nuestra vida; no podemos limitarnos a quedarnos encerrados, seguros de nuestras convicciones. Ante el misterio de Dios, todos somos pobres, sentimos que tenemos que estar siempre dispuestos a salir de nosotros mismos, dóciles a la llamada que Dios nos hace, abiertos al futuro que Él quiere construir para nosotros.

En nuestra peregrinación terrena no estamos solos: nos encontramos con otros hermanos, a veces compartimos con ellos un tramo del camino, otras veces hacemos juntos una pausa reparadora. Así es el encuentro de hoy, y lo vivo con particular gratitud: se trata de un agradable descanso juntos, que ha sido posible gracias a su hospitalidad, en esa peregrinación que es nuestra vida y la de nuestras comunidades. Vivimos una comunicación y un intercambio fraterno que pueden reponernos y darnos nuevas fuerzas para afrontar los retos comunes que se nos plantean.

De hecho, no podemos olvidar que la peregrinación de Abrahán ha sido también una llamada a la justicia: Dios ha querido que sea testigo de su actuación e imitador suyo. También nosotros quisiéramos ser testigos de la acción de Dios en el mundo y por eso, precisamente en este encuentro, oímos resonar intensamente la llamada a ser agentes de paz y de justicia, a implorar en la oración estos dones y a aprender de lo alto la misericordia, la grandeza de ánimo, la compasión.

Queridos amigos, desde este lugar santo lanzo un vehemente llamamiento a todas las personas y comunidades que se reconocen en Abrahán:

Respetémonos y amémonos los unos a los otros como hermanos y hermanas. Aprendamos a comprender el dolor del otro. Que nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia. Trabajemos juntos por la justicia y por la paz. 

¡Salam!

2 El Papa ante el muro de las lamentaciones

Al concluir su oración, todos pudieron ver el emocionante abrazo entre el santo padre Francisco, el rabino Abrahán Skorka y el jeque Omar Abboud. Un sueño que ellos tuvieron en Argentina durante el diálogo interreligioso que mantuvieron durante años, era esta visita en Tierra Santa, pero el abrazo sobre todo ha sido símbolo de que la paz y la amistad entre personas de las tres religiones es posible. A continuación el Santo Padre saludó a diversas personas y firmó el libro de honor y escribió una frase: 

"¡Con la vergüenza de lo que el hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, fue capaz de hacer. Con la vergüenza del hombre que se hizo patrón del mal; con la vergüenza del hombre que pensando ser dios, ha sacrificado a sí mismo y a sus hermanos. Nunca más, nunca más!".

3 Visita del Papa el Monte Herzl
 y el museo del holocausto

"Adán, ¿dónde estás?" (cf. Gn 3,9).
¿Dónde estás, hombre? ¿Dónde te has metido?
En este lugar, memorial de la Shoah, resuena esta pregunta de Dios: "Adán, ¿dónde estás?".
Esta pregunta contiene todo el dolor del Padre que ha perdido a su hijo.
El Padre conocía el riesgo de la libertad; sabía que el hijo podría perderse… pero quizás ni siquiera el Padre podía imaginar una caída como ésta, un abismo tan grande.


Ese grito: "¿Dónde estás?", aquí, ante la tragedia inconmensurable del Holocausto, resuena como una voz que se pierde en un abismo sin fondo…
Hombre, ¿dónde estás? Ya no te reconozco. ¿Quién eres, hombre? ¿En qué te has convertido? 
¿Cómo has sido capaz de este horror? 
¿Qué te ha hecho caer tan bajo? No ha sido el polvo de la tierra, del que estás hecho.

El polvo de la tierra es bueno, obra de mis manos.
No ha sido el aliento de vida que soplé en tu nariz. Ese soplo viene de mí; es muy bueno (cf. Gn 2,7).
No, este abismo no puede ser sólo obra tuya, de tus manos, de tu corazón… ¿Quién te ha corrompido? ¿Quién te ha desfigurado? ¿Quién te ha contagiado la presunción de apropiarte del bien y del mal? ¿Quién te ha convencido de que eres dios?

No sólo has torturado y asesinado a tus hermanos, sino que te los has ofrecido en sacrificio a ti mismo, porque te has erigido en dios. Hoy volvemos a escuchar aquí la voz de Dios: "Adán, ¿dónde estás?".
 De la tierra se levanta un tímido gemido: Ten piedad de nosotros, Señor.
A ti, Señor Dios nuestro, la justicia; nosotros llevamos la deshonra en el rostro, la vergüenza (cf. Ba 1,15). 
Se nos ha venido encima un mal como jamás sucedió bajo el cielo (cf. Ba 2,2). Señor, escucha nuestra oración, escucha nuestra súplica, sálvanos por tu misericordia.

Sálvanos de esta monstruosidad.
 Señor omnipotente, un alma afligida clama a ti. Escucha, Señor, ten piedad.
Hemos pecado contra ti. Tú reinas por siempre (cf. Ba 3,1-2).
 Acuérdate de nosotros en tu misericordia. Danos la gracia de avergonzarnos de lo que, como hombres, hemos sido capaces de hacer, de avergonzarnos de esta máxima idolatría, de haber despreciado y destruido nuestra carne, esa carne que tú modelaste del barro, que tú vivificaste con tu aliento de vida.
¡Nunca más, Señor, nunca más!
"Adán, ¿dónde estás?".

Aquí estoy, Señor, con la vergüenza de lo que el hombre, creado a tu imagen y semejanza, ha sido capaz de hacer. Acuérdate de nosotros en tu misericordia.

4 Francisco y Bartolomé, Patriarca de Constantinopla, 
ante el Santo Sepulcro

“Es una gracia extraordinaria estar aquí reunidos en oración. El Sepulcro vacío - expresó Francisco - es el lugar desde el que parte el anuncio de la Resurrección: “No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos”… Todo bautizado en Cristo, ha resucitado espiritualmente desde este Sepulcro - dijo Francisco y exclamó: ¡No nos dejemos robar el fundamento de nuestra esperanza!, que es precisamente éste ¡Cristo ha resucitado! ¡No privemos al mundo del gozoso anuncio de la Resurrección! Y no seamos sordos al fuerte llamado a la Unidad que resuena precisamente desde este lugar, en las palabras de Aquél que, resucitado, nos llama a todos nosotros “mis hermanos”.

El Obispo de Roma afirmó que las divergencias no deben asustarnos y habló del ecumenismo de la sangre: “Cuando cristianos de diversas confesiones se encuentran para sufrir juntos, unos al lado de los otros" - explicó - y manifestó que “aquellos que por odio a la fe, asesinan y persiguen a los cristianos, no les preguntan si son ortodoxos o son católicos, ¡son cristianos y la sangre cristiana es la misma!”

5 Encuentro con los sacerdotes, religiosos, religiosas 
y seminaristas en la Iglesia de Getsemaní

“Salió… al monte de los Olivos, y lo siguieron los discípulos” (Lc 22,39).

Cuando llegó la hora señalada por Dios para salvar a la humanidad de la esclavitud del pecado, Jesús se retiró aquí, en Getsemaní, a los pies del monte de los Olivos. Nos encontramos en este Santo Lugar, santificado por la oración de Jesús, por su angustia, por su sudor de Sangre; santificado sobre todo por su “sí” a la voluntad de amor del Padre. Casi tenemos temor de acercarnos a los sentimientos que Jesús experimentó en aquella hora; entramos en puntas de pié en aquel espacio interior donde se decidió el drama del mundo.

En aquella hora, Jesús sintió la necesidad de rezar y de tener junto a sí a sus discípulos, a sus amigos, que lo habían seguido y habían compartido más de cerca su misión. Pero aquí, en Getsemaní, el seguimiento se hace difícil e incierto; se hace sentir la duda, el cansancio y el terror. En el apremiante acontecimiento de la Pasión de Jesús, los discípulos asumirán diversas actitudes en relación a su Maestro: actitudes de acercamiento, de alejamiento, de incertidumbre.

Nos hará bien a todos nosotros, obispos, sacerdotes, personas consagradas, seminaristas, preguntarnos en este lugar: ¿Quién soy yo ante mi Señor que sufre? ¿Quién soy yo ante mi Señor que sufre?

¿Soy de aquellos que, invitados por Jesús a velar con él, se duermen y, en lugar de rezar, tratan de evadirse cerrando los ojos a la realidad? ¿Soy de esos?

¿O me reconozco con aquellos que huyeron por miedo, abandonando al Maestro en la hora más trágica de su vida terrena?

¿Descubro en mí el doblez, la falsedad de aquel que lo vendió por treinta monedas, que, fue llamado amigo y, sin embargo, traicionó a Jesús?

¿Me reconozco con aquellos que fueron débiles y lo negaron, como Pedro? Él, poco antes, había prometido a Jesús que lo seguiría hasta la muerte (cf. Lc 22,33); después, acorralado y preso del pánico, jura que no lo conoce.

¿Me parezco a aquellos que ya estaban organizando su vida sin Él, como los dos discípulos de Emaús, necios y duros de corazón para creer en las palabras de los profetas (cf. Lc 24,25)?

O bien, gracias a Dios, ¿me encuentro entre aquellos que fueron fieles hasta el final, como la Virgen María y el apóstol Juan? Cuando sobre el Gólgota todo se oscurece y toda esperanza parece terminar, sólo el amor es más fuerte que la muerte. El amor de la Madre y del discípulo amado los impulsa a permanecer a los pies de la Cruz, para compartir hasta el fondo, el dolor de Jesús.

¿Me reconozco con aquellos que han imitado a su Maestro y Señor hasta el martirio, testimoniando hasta qué punto Él era todo para ellos, la fuerza incomparable de su misión y el horizonte último de sus vidas?

La amistad de Jesús con nosotros, su fidelidad y su misericordia son el don inestimable que nos anima a continuar con confianza en su seguimiento, a pesar de nuestras caídas, nuestros errores y también nuestras traiciones.

Pero esta bondad del Señor no nos exime de la vigilancia frente al tentador, al pecado, al mal y a la traición que pueden atravesar también la vida sacerdotal y religiosa. Todos estamos expuestos al pecado, al mal, a la traición. Advertimos la desproporción entre la grandeza de la llamada de Jesús y nuestra pequeñez; entre la sublimidad de la misión y nuestra fragilidad humana. Pero el Señor, en su gran bondad y en su infinita misericordia, nos toma siempre de la mano, para que no nos ahoguemos en el mar del desaliento. Él está siempre a nuestro lado, no nos deja nunca solos. Por tanto, no nos dejemos vencer por el miedo y la desaliento, sino que con coraje y confianza vayamos adelante en nuestro camino y en nuestra misión.

Ustedes, queridos hermanos y hermanas, están llamados a seguir al Señor con alegría en esta Tierra bendita. Es un don y una responsabilidad. Su presencia aquí es muy importante; toda la Iglesia se los agradece y los sostiene con la oración.

Desde este lugar, Lugar Santo, deseo además dirigir un afectuoso saludo a todos los cristianos de Jerusalén. Quisiera asegurarles que los recuerdo con afecto y que rezo por ustedes, conociendo bien las dificultades de su vida en la Ciudad. ¡Los exhorto a dar testimonio valiente de la Pasión del Señor, pero también de su Resurrección con alegría y con esperanza!

Imitemos a la Virgen María y a san Juan, y permanezcamos junto a las muchas cruces en las que Jesús está todavía crucificado. Éste es el camino en el cual nuestro Redentor nos llama a seguirlo. ¡No hay otro, es éste! “El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí estará mi servidor” (Jn 12,26).

6 Homilía de la Santa Misa celebrada en el Cenáculo

Es un gran don que el Señor nos hace al reunirnos aquí, en el Cenáculo, para celebrar la Eucaristía. 

Mientras los saludo con fraterna alegría, deseo dirigir un pensamiento afectuoso a los Patriarcas Orientales Católicos que se han sumado en estos días a mi peregrinaje. Deseo agradecerles por su significativa presencia, para mí particularmente preciosa, y les aseguro que tienen un lugar especial en mi corazón y en mi oración.

Aquí, donde Jesús consumó la Última Cena con los Apóstoles; donde, Resucitado, se apareció en medio de ellos; donde el Espíritu Santo descendió con potencia sobre María y los discípulos, aquí nació la Iglesia, y nació en salida. Desde aquí salió, con el Pan partido entre las manos, las llagas de Jesús en los ojos, y el Espíritu de Amor en el corazón.

Jesús resucitado, enviado por el Padre en el Cenáculo, comunicó a los Apóstoles su mismo Espíritu y con su fuerza los envió a renovar la faz de la tierra (cf. Sal 104,30).

Salir, partir, no quiere decir olvidar. La Iglesia en salida custodia la memoria de aquello que ocurrió aquí. El Espíritu Paráclito le recuerda cada palabra, cada gesto, y le revela su sentido.

El Cenáculo nos recuerda el servicio, el lavatorio de los pies, que Jesús realizó como ejemplo para sus discípulos. Lavarse los pies los unos a los otros significa acogerse, aceptarse, amarse, servirse mutuamente. Quiere decir servir al pobre, al enfermo, al excluido. A aquél que me parece antipático, a aquél que me da fastidio.

El Cenáculo nos recuerda, con la Eucaristía, el Sacrificio. En cada Celebración Eucarística, Jesús se ofrece por nosotros al Padre, para que nosotros podamos unirnos a Él, ofreciendo a Dios nuestra vida, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestros dolores…, ofrecer todo en sacrificio espiritual.

El Cenáculo también nos recuerda la amistad. “Ya no los llamo servidores, –dijo Jesús a los Doce– (…) yo los llamo amigos” (Jn 15,15). El Señor nos hace amigos suyos, nos confía la voluntad del Padre y se nos da Sí mismo. Ésta es la experiencia más hermosa del cristiano, y en modo particular del sacerdote: hacerse amigo del Señor Jesús. Descubrir en su corazón que Él es Amigo.

El Cenáculo nos recuerda la despedida del Maestro y la promesa de reencontrarse con sus amigos. “Cuando vaya…, volveré y les llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes” (Jn 14,3). Jesús no nos deja, no nos abandona nunca, nos precede en la Casa del Padre y allá nos quiere llevar con Él.

Pero el Cenáculo recuerda también la mezquindad, la curiosidad –“¿quién es aquél que traiciona?”–, la traición. Y puede ser cualquiera de nosotros, y no sólo y siempre los demás quien haga revivir estas actitudes, cuando miramos con suficiencia al hermano, lo juzgamos; cuando traicionamos a Jesús con nuestros pecados.

El Cenáculo nos recuerda el compartir, la fraternidad, la armonía, la paz entre nosotros. ¡Cuánto amor, cuánto bien ha brotado del Cenáculo! ¡Cuánta caridad ha salido de aquí, como un río de su fuente, que al inicio es un arroyo y después se ensancha y se hace grande… Todos los santos han bebido de aquí. El gran río de la santidad de la Iglesia siempre encuentra su origen aquí, siempre de nuevo, del Corazón de Cristo, de la Eucaristía, de su Santo Espíritu.

El Cenáculo, finalmente, nos recuerda el nacimiento de la nueva familia, la Iglesia –Nuestra Santa Madre Iglesia Jerárquica– constituida por Cristo Resucitado. Una familia que tiene una Madre, la Virgen María. Las familias cristianas pertenecen a esta gran familia, y en ella encuentran luz y fuerza para caminar y renovarse, mediante las fatigas y las pruebas de la vida. A esta gran familia están invitados y llamados todos los hijos de Dios de todo pueblo y lengua, todos hermanos e hijos de un Único Padre que está en los Cielos.

Éste es el horizonte del Cenáculo: el horizonte del Resucitado y de la Iglesia.

De aquí parte la Iglesia en salida, animada por el soplo vital del Espíritu. Recogida en oración con la Madre de Jesús, revive siempre la espera de una renovada efusión del Espíritu Santo: ¡“Envía, Señor, tu Espíritu, y renueva la faz de la tierra”! (cf. Sal 104,30).

7 Francisco en la sede del gran Rabinato de Israel

En el Centro Hechal Shlomo, sede del gran Rabinato de Israel, al lado mismo de la Gran Sinagoga, el Papa Francisco hizo una visita de cortesía a los dos grandes rabinos de Israel: el gran rabino Askenazi, David Lau y el gran rabino, Sefardita, Yitzhak Yosef. 

Estimados Grandes Rabinos de Israel, Queridos hermanos y hermanas:

Me alegra enormemente poder estar hoy con Ustedes: les agradezco su calurosa acogida y las atentas palabras de bienvenida que me han dirigido.

Como saben, desde que era Arzobispo de Buenos Aires, he podido contar con la amistad de muchos hermanos judíos. Hoy están aquí dos Rabinos amigos. Juntos organizamos provechosas iniciativas de encuentro y diálogo, y con ellos viví también momentos significativos de intercambio en el plano espiritual. En los primeros meses de pontificado tuve la ocasión de recibir a diversas organizaciones y representantes del Judaísmo mundial. Estas peticiones de encuentro son numerosas, como ya sucedía con mis predecesores. Y, sumadas a las múltiples iniciativas que se desarrollan a escala nacional o local, manifiestan el deseo recíproco de conocernos mejor, de escucharnos, de construir lazos de auténtica fraternidad.

Este camino de amistad representa uno de los frutos del Concilio Vaticano II, en particular de la Declaración Nostra aetate, que tanta importancia ha tenido y cuyo 50º aniversario recordaremos el próximo año. En realidad, estoy convencido de que cuanto ha sucedido en los últimos decenios en las relaciones entre judíos y católicos ha sido un auténtico don de Dios, una de las maravillas que Él ha realizado, y por las cuales estamos llamados a bendecir su nombre: “Den gracias al Señor de los Señores, /porque es eterna su misericordia. / Sólo él hizo grandes maravillas, / porque es eterna su misericordia” (Sal 136,3-4).

Un don de Dios, que, sin embargo, no hubiera podido manifestarse sin el esfuerzo de muchísimas personas entusiastas y generosas, tanto judíos como cristianos. En especial, quisiera hacer mención aquí de la importancia que ha adquirido el diálogo entre el Gran Rabinato de Israel y la Comisión de la Santa Sede para las relaciones religiosas con el Judaísmo. Un diálogo que, inspirado por la visita del santo Papa Juan Pablo II a Tierra Santa, comenzó en 2002 y hoy ya lleva doce años de recorrido. Me gustaría pensar que, como el Bar Mitzvah de la tradición judía, está ya próximo a la edad adulta: confío en que pueda continuar y tenga un futuro luminoso por delante.

No se trata solamente de establecer, en un plano humano, relaciones de respeto recíproco: estamos llamados, como cristianos y como judíos, a profundizar en el significado espiritual del vínculo que nos une. Se trata de un vínculo que viene de lo alto, que sobrepasa nuestra voluntad y que mantiene su integridad, a pesar de las dificultades en las relaciones experimentadas en la historia.

Por parte católica, ciertamente tenemos la intención de valorar plenamente el sentido de las raíces judías de nuestra fe. Confío, con su ayuda, que también por parte judía se mantenga y, si es posible, aumente el interés por el conocimiento del cristianismo, también en esta bendita tierra en la que reconoce sus orígenes y especialmente entre las jóvenes generaciones.

El conocimiento recíproco de nuestro patrimonio espiritual, la valoración de lo que tenemos en común y el respeto en lo que nos separa, podrán marcar la pauta para el futuro desarrollo de nuestras relaciones, que ponemos en las manos de Dios. Juntos podremos dar un gran impulso a la causa de la paz; juntos podremos dar testimonio, en un mundo en rápida transformación, del significado perenne del plan divino de la creación; juntos podremos afrontar con firmeza toda forma de antisemitismo y cualquier otra forma de discriminación. El Señor nos ayude a avanzar con confianza y fortaleza de ánimo en sus caminos. ¡Shalom!

8 Francisco con el Presidente del Estado de Israel

En su visita de cortesía al Presidente del Estado de Israel, Shimon Peres, en el palacio presidencial de Jerusalén

Señor Presidente, Excelencias, Señoras y Señores:

Le agradezco, Señor Presidente, la acogida que me ha dispensado y sus amables y sabias palabras de saludo, y me complace poder encontrarme con Usted nuevamente en Jerusalén, ciudad que custodia los Lugares Santos apreciados por las tres religiones que adoran al Dios que llamó a Abrahán. Los Lugares Santos no son museos o monumentos para turistas, sino lugares donde las comunidades de creyentes viven su fe, su cultura, sus obras de caridad. Por eso, se deben salvaguardar para siempre en su sacralidad, tutelando así no sólo el legado del pasado, sino también a las personas que los visitan hoy y que los visitarán en el futuro. Que Jerusalén sea verdaderamente la Ciudad de la paz. Que resplandezca plenamente su identidad y su carácter sagrado, su valor universal religioso y cultural, como tesoro para toda la humanidad. Qué bello que los peregrinos y los residentes puedan acudir libremente a los Lugares Santos y participar en las celebraciones.

Señor Presidente, Usted es conocido como un hombre de paz y artífice de paz. Le manifiesto mi reconocimiento y mi admiración por esta actitud. La construcción de la paz exige sobre todo el respeto a la libertad y a la dignidad de la persona humana, que judíos, cristianos y musulmanes consideran igualmente creada por Dios y destinada a la vida eterna. A partir de este punto de referencia que tenemos en común, es posible proseguir en el empeño por una solución pacífica de las controversias y los conflictos. A este respecto, renuevo el deseo de que se eviten, por parte de todos, las iniciativas y los actos que contradicen la declarada voluntad de alcanzar un verdadero acuerdo y de que no nos cansemos de perseguir la paz con determinación y coherencia.

Se debe rechazar firmemente todo lo que se opone al logro de la paz y de una respetuosa convivencia entre judíos, cristianos y musulmanes: el recurso a la violencia y al terrorismo, cualquier tipo de discriminación por motivos raciales o religiosos, la pretensión de imponer el propio punto de vista en perjuicio de los derechos del otro, el antisemitismo en todas sus formas posibles, así como la violencia o las manifestaciones de intolerancia contra personas o lugares de culto judíos, cristianos y musulmanes.

En el Estado de Israel viven y actúan diversas comunidades cristianas. Son parte integrante de la sociedad y participan como los demás en la vida civil, política y cultural. Los fieles cristianos desean ofrecer, desde su propia identidad, su aportación al bien común y a la construcción de la paz, como ciudadanos de pleno derecho que, rechazando todo extremismo, se esfuerzan por ser artífices de reconciliación y de concordia.

Su presencia y el respeto de sus derechos –como del resto de los derechos de cualquier otra denominación religiosa o minoría- son garantía de un sano pluralismo y prueba de la vitalidad de los valores democráticos, de su arraigo en la praxis y en la vida concreta del Estado.

Señor Presidente, Usted sabe que yo rezo por Usted y yo sé que Usted reza por mí y le aseguro mi oración por las Instituciones y por todos los ciudadanos de Israel. Cuente especialmente con mi constante súplica a Dios por la consecución de la paz y con ella de los bienes inestimables que la acompañan, como la seguridad, la tranquilidad de vida, la prosperidad, - y lo que es más hermoso - la fraternidad. Dirijo finalmente mi pensamiento a todos aquellos que sufren las consecuencias de las crisis aún abiertas en la región medio-oriental, para que lo antes posible sean aliviadas sus penalidades mediante la honrosa resolución de los conflictos. Paz a Israel y a todo Oriente Medio. ¡Shalom!

9 El terrorismo jamás construye nada

"Quisiera con mucha humildad, decir que el terrorismo, es malo. Es malo en su origen y es malo en sus resultados. Es malo porque nace del odio. Es malo en sus resultados porque no construye, destruye. En nuestros pueblos comprendan que el camino del terrorismo no ayuda. El camino del terrorismo es fundamentalmente criminal. Por eso por todas esas víctimas, y por todas las víctimas del terrorismo en el mundo, por favor nunca más terrorismo, es una calle sin salida.”

10 Tierra bendita que ha visto 
la presencia histórica de Jesús

Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!

En los últimos días, como ustedes saben, peregriné a Tierra Santa. Ha sido un gran don para la Iglesia, y le doy gracias a Dios. Él me guió en aquella Tierra bendita, ¡tierra bendita! que vio la presencia histórica de Jesús y donde se han verificado eventos fundamentales para el Judaísmo, el Cristianismo y el Islam. Deseo renovar mi cordial agradecimiento a Su Beatitud el Patriarca Fouad Twal, a los obispos de los diversos ritos, a los sacerdotes, a los franciscanos de la Custodia de Tierra Santa. ¡Pero estos franciscanos son buenos! El trabajo de ellos, los que ellos hacen es buenísimo. Mi gratitud se dirige también a la Autoridades de Jordania, de Israel y Palestina, que me acogieron con tanta cortesía, diría también con amistad, así como a todos los que han colaborado para lograr la visita.

1. El propósito principal de esta peregrinación fue conmemorar el 50 aniversario del histórico encuentro entre el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras. Aquella fue la primera vez que un sucesor de Pedro visitó Tierra Santa: Pablo VI inauguraba así, durante el Concilio Vaticano II, los viajes extra italianos de los Papas en la época contemporánea. Ese gesto profético del Obispo de Roma y del Patriarca de Constantinopla marcó un hito en el camino sufrido pero prometedor para la unidad de todos los cristianos, que desde entonces ha logrado avances significativos. Por esto es que mi encuentro con Su Santidad Bartolomé, amado hermano en Cristo, ha representado el punto culminante de la visita. Juntos rezamos en el Sepulcro de Jesús, y con nosotros estaban el Patriarca Greco-Ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III y el Patriarca Armenio Apostólico Nourhan, así como arzobispos y obispos de diferentes iglesias y comunidades, autoridades civiles y muchos de los fieles. En aquel lugar donde resonó el anuncio de la Resurrección, sentimos toda la amargura y el sufrimiento de las divisiones que aún existen entre los discípulos de Cristo. Y de verdad esto hace tanto mal, mal al corazón ¡estamos todavía divididos! En aquel lugar donde precisamente ha resonado el anuncio de la resurrección, donde Jesús nos da la vida, ¡todavía nosotros estamos un poco divididos!

Pero, sobre todo, en aquella celebración, cargada de mutua fraternidad, de estima y de afecto, percibimos, fuerte, la voz del Buen Pastor Resucitado, que quiere hacer de todas sus ovejas un solo rebaño; sentimos el deseo de sanar las heridas aún abiertas y proseguir con tenacidad el camino hacia la plena comunión. Una vez más, como lo han hecho los Papas anteriores, yo pido perdón por lo que nosotros hemos hecho para favorecer esta división y pido al Espíritu Santo que nos ayude a sanar las heridas que nosotros hemos provocado a los otros hermanos. Todos somos hermanos en Cristo y con el Patriarca Bartolomé somos amigos, hermanos y hemos compartido las ganas de caminar juntos, de hacer todo lo que desde hoy podemos hacer, rezar juntos, trabajar juntos por el rebaño de Dios, buscar la paz, custodiar la creación. Tantas cosas que tenemos en común. Y como hermanos tenemos que seguir adelante.

2. Otro de los propósitos de esta peregrinación fue el de animar, en aquella región, el camino hacia la paz, que es al mismo tiempo un don de Dios y compromiso de los hombres. Lo hice en Jordania, Palestina, e Israel. Y lo hice siempre como peregrino, en el nombre de Dios y del hombre, llevando en el corazón una gran compasión por los hijos de aquella Tierra ¡que desde hace demasiado tiempo conviven con la guerra y que tienen el derecho de conocer finalmente días de paz!

Por ello insté a los fieles cristianos a dejarse "ungir" con corazón abierto y dócil por el Espíritu Santo, para ser cada vez más capaces de gestos de humildad, de fraternidad y de reconciliación. ¡Humildad, fraternidad, reconciliación! El Espíritu hace posible tomar estas actitudes en la vida cotidiana, con personas de diferentes culturas y religiones, para llegar a ser así "artesanos" de la paz. La paz se construye artesanalmente. No hay industrias de paz. Se hace cada día artesanalmente y también con el corazón abierto para que venga el donde Dios. Por esto, he exhortado a los fieles cristianos a dejarse ungir.

En Jordania di las gracias a las Autoridades y al pueblo por sus esfuerzos en la acogida de numerosos refugiados provenientes de las zonas de guerra, un esfuerzo humanitario que merece y requiere el continuo apoyo de la Comunidad internacional. He quedado impresionado por la generosidad del pueblo jordano para recibir a los refugiados, tantos que huyen de la guerra en aquella zona. Que el Señor bendiga este pueblo acogedor, lo bendiga tanto. Y nosotros tenemos que rezar para que el Señor bendiga esta acogida y pedir a todas las instituciones internacionales que ayuden a este pueblo en este trabajo de acogida que realiza. También durante la peregrinación en otros lugares, animé a las Autoridades competentes a que continúen sus esfuerzos para aliviar las tensiones en la zona de Oriente Medio, sobre todo en la martirizada Siria, así como que prosigan con la búsqueda de una justa solución al conflicto palestino-israelí. Por eso invité al Presidente de Israel y al Presidente de Palestina, ambos hombres de paz y constructores de paz, a venir al Vaticano para rezar conmigo por la paz. Y por favor, les pido a ustedes que no nos dejen solos: ¡ustedes recen, recen tanto para que el Señor nos de la paz, nos de la paz en aquella tierra bendita! Cuento con sus oraciones. Recen fuerte en este tiempo, recen tanto para que llegue la paz.

3. Esta peregrinación a Tierra Santa ha sido también ocasión para confirmar en la fe a las comunidades cristianas, que sufren tanto, y expresé la gratitud de toda la Iglesia por la presencia de los cristianos en aquella zona y en todo el Medio Oriente. Estos hermanos nuestros son valientes testigos de esperanza y de caridad, “sal y luz” en aquella Tierra. Con su vida de fe y de oración y con la apreciada actividad educativa y asistencial, ellos obran en favor de la reconciliación y del perdón, contribuyendo al bien común de la sociedad. 

Con esta peregrinación, que ha sido una verdadera gracia del Señor, he querido llevar una palabra de esperanza, pero a su vez, ¡también la he recibido! La he recibido de los hermanos y hermanas que esperan “contra toda esperanza” (Rm 4,18), a pesar de tantos sufrimientos, como el de aquellos que han tenido que huir de su propio país a causa de los conflictos; como el de cuántos en diversas partes del mundo, son discriminados y despreciados a causa de su fe en Cristo. ¡Continuemos a estarles cerca! Recemos por ellos y por la paz en Tierra Santa y en todo Medio Oriente. Que la oración de toda la Iglesia sostenga también el camino hacia la plena unidad entre los cristianos, para que el mundo crea en el amor de Dios, que en Jesucristo, ha venido a habitar en medio de nosotros. Y los invito a todos ahora a rezar juntos, a rezar juntos a la Virgen, Reina de la Paz, Reina de la unidad entre los cristianos, la mamá de todos los cristianos: que Ella nos de paz, a todo el mundo, y que Ella nos acompañe en este camino de unidad. (Ave María)...

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Foro Hispánico AntiMasónico: "El vencedor del Islam". Fernando III el Santo rey de León y Castilla, casado con Beatriz de Suabia. Final de la Reconquista de España (1364)



 Fernando y Beatriz-Sepulcro Catedral Sevilla

Fernando III el Santo y Beatriz de Suabia
(Blog Clavijo-5/9/2011)

1. GENEALOGÍA de FERNANDO

Padres: Alfonso IX de León y Berenguela de Castilla

Abuelos: Fernando II de León y Urraca de Portugal, Alfonso VIII de Castilla y Leonor Plantagenet

Bisabuelos: Alfonso VII de León y Castilla, Sancho III de Castilla y Blanca de Navarra, Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania

Tatarabuelos: Urraca I de León y Castilla y Ramón de Borgoña, Matilde, emperatriz de Alemania y reina de Inglaterra

Primos: Ricardo I Corazón de León, rey de Inglaterra, San Luis IX, rey de Francia, hijo de Blanca de Castilla

2. GENEALOGÍA de BEATRIZ

Padres: Felipe I de Suabia, emperador del Sacro Imperio Germánico, e Irene Angelo

Abuelos: Federico I Barbarroja, emperador de Alemania. Isaac Angelo, emperador de Bizancio y Jerusalén

Hermanos: Beatriz de Suabia, emperatriz de Alemania, María, reina de Bohemia, Cunegunda, duquesa de Brabante

Primos: Federico II, emperador de Alemania y Constanza de Sicilia, Enrique de Hohenstaufen, duque de Suabia

3. CRONOLOGÍA

1198. Nacimiento de Fernando III
Nacimiento de Gonzalo de Berceo, primer poeta español de nombre conocido. Crisis del Imperio germánico, consecuencia de la doble elección de Felipe de Suabia (Hohenstaufen) y su yerno Oton IV (normando del partido güelfo). Elección del papa Inocencio III que preconiza la doctrina teocrática.

1199. Fernando bautizado en la catedral de León
Ricardo I de Inglaterra (Corazón de León) muere combatiendo a Felipe II de Francia.

1200. Guipúzcoa y gran parte de Álava se incorporan al reino de Castilla, por conquista de Alfonso VIII.

1201. Inocencio III declara incestuoso el matrimonio de los padres de Fernando.

1202. Inocencio III excomulga a Alfonso IX rey de León
Separación de los padres de Fernando y la guerra entre León y Castilla. Los almohades conquistan Mallorca. La 4ª cruzada llega a Constantinopla, fracasa el intento de unión de la iglesia romana y la griega cismática (desde 1054) y funda el Imperio Latino.

1204. Santo Domingo de Guzmán funda la Orden de Predicadores (Dominicos)

1205. Felipe I, duque de Suabia , es nombrado Rey de romanos por Inocencio III. Extensión de la heregía albigense.

1208. Fecha probable de redacción del “Cantar del Mío Cid”
Rodrigo Ximénez de Rada, arzobispo de Toledo, convoca una cruzada contra los almohades. San Francisco de Asís se aparta del mundo. Santo Domingo de Guzmán predica a los albigenses. Inocencio III aprueba la cruzada contra los albigenses y corona a Otón IV como Rey de romanos (emperador del Sacro Imperio Germánico). Conflictos entre partidarios del papa (güelfos) y del emperador (gibelinos).

1212. Victoria de Castilla y aliados, en la batalla más importante de la Reconquista: Las “Navas de Tolosa” (puerto de Despeñaperros) sobre los almohades.

1213. Derrota de los albigenses en la batalla de Muret, muere Pedro II de Aragón en ayuda de su vasallo el conde de Tolosa, defensor de la herejía. San Francisco de Asís viene a España: predica a los musulmanes, funda conventos y peregrina a Santiago de Compostela.

1214. Mueren Alfonso VIII de Castilla y su mujer Leonor Plantagenet, abuelos maternos de Fernando. Malas cosechas y hambre en Castilla.

1215. Berenguela cede la tutoría de su hermano Enrique I a los ambiciosos Lara. Concilio IV de Letrán: rebaja del impedimento por matrimonio consanguíneo, del 7º al 4ºgrado.

1217. Muere Enrique I, hijo de Alfonso VIII. Proclamación de Fernando III como rey de Castilla por renuncia de su madre Berenguela.

1219. Fernando consigue la paz con su padre Alfonso IX rey de León y se casa con Beatriz de Suabia. Fundación de la universidad de Salamanca.

1221. Inicio de las obras de la catedral de Burgos y proyecto de la catedral de León. Jaime I de Aragón se casa con Leonor de Castilla.

1223. Honorio III aprueba la Orden Franciscana. San Francisco difunde el “belén”.

1224.  Fernando III inicia las campañas de guerra para finalizar la Reconquista de España, ocupada durante cinco siglos por los musulmanes. Inicio de las obras de la catedral de Toledo.

1225. Nace Santo Tomás de Aquino.

1226. San Luis rey de Francia, bajo la regencia de su madre Blanca de Castilla (hermana de Berenguela), vence a los albigenses y se anexiona Tolosa.

1227. Desintegración del imperio almohade. Gengiskan muere y su inmenso imperio se divide.

1229. Jaime I conquista Mallorca. Federico II de Alemania, recupera Jerusalén y los Santos Lugares en la sexta Cruzada.

1230. Fernando III rey de León, a la muerte de su padre Alfonso IX. Elegido por los nobles, ya que había sido desheredado.

1231. Nace la Inquisición pontificia. Los dominicos son nombrados inquisidores del reino de Aragón.

1234. El Conde de Champagne ocupa el trono de Navarra a la muerte de Sancho VII el Fuerte, vencedor en las “Navas de Tolosa” donde ganó las cadenas para el escudo de España.

1235. Muere la reina Beatriz de Suabia.

1236. Fernando III conquista Córdoba.

1237. Segundo matrimonio de Fernando con Juana de Ponthieu. Federico II (gibelinos) vence a la Liga Lombarda (güelfos).

1238. Jaime I de Aragón ocupa Valencia. Inicio de las obras de la Alhambra de Granada.

1239. El milagro de Daroca despertó la devoción a la Eucaristía, la devoción mariana y el nacimiento de la Semana Santa.

1240. Los mongoles conquistan Ucrania, hacen tributaria a Rusia e invaden Polonia y Hungría.

1242. El reino taifa de Murcia se somete a Fernando en vasallaje.

1244. Alfonso X, primogénito de Fernando, ocupa Lorca, Mula y Cartagena. Definitiva pérdida de Jerusalén para los cristianos.

1246. Fernando III ocupa Jaén tras 22 años de intentos. El rey de Granada le presta vasallaje. Muere Berenguela, madre del rey; es enterrada en el monasterio de Las Huelgas (Burgos), fundado por ella.

1248. Fernando III con auxilio de la Virgen de los Reyes, rinde Sevilla cuando los navíos del almirante Bonifaz rompen el puente de Triana. San Luis IX de Francia dirige la 7ªCruzada.

1249. Fernando III ocupa el sur del Guadalquivir: Jerez, Cádiz, Medina-Sidonia, Rota, Sanlúcar,... Fin de la Reconquista, a falta del reino vasallo de Granada.

1251. El papa Inocencio IV cede el sur de Italia y Sicilia a Carlos de Anjou (güelfo).

1252. Fernando III el Santo muere el 30 de mayo. Le sucede su primogénito Alfonso X el Sabio. Está enterrado en la catedral de Sevilla, junto a Batriz de Suabia.

4. CONTEXTO HISTÓRICO

Los padres de Fernando tenían consanguineidad en tercer grado, su padre Alfonso IX de León era nieto de Alfonso VII de León y Castilla, el Emperador. Berenguela de Castilla era bisnieta del emperador Alfonso VII, el único de la historia e España

La negativa de Inocencio III a conceder la dispensa para el matrimonio fue un error muy grave según el criterio del arzobispo de Toledo y de los obispos de León, Palencia y Zamora, que provocó la lucha armada entre los reinos de León y Castilla.

Era tiempo de Cruzadas para reconquistar Tierra Santa a los musulmanes y permitir que los cristianos pudieran peregrinar libremente a Jerusalén, Belén y Nazaret sin correr el riesgo de ser hechos prisioneros, torturados, muertos o vendidos como esclavos por los seguidores del falso profeta Mahoma.

En Iberia-Hispania-España, los reyes cristianos llevaban cinco siglos luchando contra el poderío musulmán, deteniéndolo en su avance hacia el resto de Europa. La Reconquista Española constituía una Cruzada más urgente y necesaria que la de Tierra Santa. Los Papas predicaron quince cruzadas a favor de España en los momentos más difíciles, como la invasión almorávide o la derrota de Alfonso VIII en Alarcos (1195) por los almohades. La nulidad del matrimonio provocó la guerra que debilitó a los reinos cristianos frente a los invasores.

Fernando II de León, padre de Alfonso IX, estuvo casado con Urraca, hija de Alfonso Enriquez, rey de Portugal. Fernando y Urraca eran primos segundos, bisnietos de Alfonso VI de León y Castilla, la nulidad de su matrimonio provocó una guerra entre León y Portugal hasta que Alfonso IX se casó con Teresa, hija de Sancho I de Portugal, en prenda de paz. El Papa Celestino III declaró nulo el matrimonio por ser primos hermanos, y ante la desobediencia de Alfonso dictó sentencia de excomunión contra los reyes, y de entredicho al reino de León, mientras no se separaran. Teresa de Portugal tomó la iniciativa de retirarse a un convento de clausura, llegando a ser canonizada.

La Iglesia realizaba una defensa beligerante de la familia y la sexualidad a causa de los cátaros albigenses, herejes radicales del maniqueismo persa, del neoplatonismo y del gnosticismo. Un espiritualismo enemigo de lo sexual y de la procreación.

Las razones del papa Inocencio III para no conceder la dispensa eran dobles y muy sólidas: defender la dignidad del matrimonio protegiendo a los cónyuges del incesto, y a las familias reales que practicaban la endogamia para conseguir mayor poder. Es la época más penosa del Papado, llamada “Siglo de Hierro” que demuestra la asistencia del Espíritu Santo sin el que la Iglesia no habría sobrevivido. La Santa Sede había caído en manos de facciones feudales que dominaban la ciudad de Roma. El eclipse del poder imperial acreditó ser más peligroso que la omnipotencia, pues dejó a los Papas sin escudo en plena anarquía feudal.

Tres costumbres del clero fueron profundamente perjudiciales para la buena marcha de la Iglesia: el nicolaísmo (clerogamia), la simonía (compra y venta de cargos espirituales) y la investidura laica (consagración de eclesiásticos por autoridades laicas), que conducían al incumplimiento del celibato. La guerra de las investiduras durante el imperio alemán dejó un profundo rencor hacia Roma que abonó la futura escisión de la cristiandad en tiempos de Lutero.

Fernando III fue el rey español que más territorio reconquistó a los musulmanes, para ello tuvo que conseguir dos objetivos previos: asegurar la sucesión y consolidar la autoridad regia, dañada durante la regencia de los Lara.

Su madre Berenguela le buscó una esposa que pertenecía a la realeza de los dos imperios más grandes de la época: el Germánico y el Bizantino. Fernando y Beatriz tuvieron diez hijos y una de las uniones matrimoniales más felices de nuestra historia, a pesar de que se vieron por primera vez el día de la boda. Berenguela conocía la profunda piedad del padre de Beatriz, Felipe conde de Suabia, hijo menor del emperador Federico I Barbarroja. Felipe I sólo cometió un error durante su reinado (1198-1208): dejar la corona del Sacro Imperio Germánico a su sobrino Federico II (1210-1250) que se enfrentó a la Iglesia Católica. Otón IV (1198-1218) conde de Baviera, casado con la hija mayor de Felipe, guerreó varios años por la corona imperial y consiguió entrar secretamente en el palacio de Felipe que iba ganando, cortándole la cabeza. Etisa, hija menor de Felipe, se casó (1219) con Fernando, rey de Castilla, habiendo adoptado el nombre de Beatriz, por su amada hermana mayor que había muerto en 1212.

Según las crónicas de la época, Beatriz de Suabia era una mujer esencialmente buena, bella, culta y fácil a ruborizarse, destacando su ternura y el trato “dulcísimo” que encantaba a los que la rodeaban. Murió en 1235, está enterrada en el Monasterio de las Huelgas de Burgos, ella nos regaló con el gótico de nuestras catedrales de Burgos, León y Toledo. Fue una de nuestras mejores reinas, esposa de un rey santo y madre de un rey sabio, Alfonso X.

Fuente: Francisco Ansón. Fernando III el Santo

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San Fernando (1198–1252) es, sin hipérbole, el español más ilustre de uno de los siglos cenitales de la historia humana, el XIII, y una de las figuras máximas de España; quizá con Isabel la Católica la más completa de toda nuestra historia política. Es uno de esos modelos humanos que conjugan en alto grado la piedad, la prudencia y el heroísmo; uno de los injertos más felices, por así decirlo, de los dones y virtudes sobrenaturales en los dones y virtudes humanos.

A diferencia de su primo carnal San Luis IX de Francia, Fernando III no conoció la derrota ni casi el fracaso. Triunfó en todas las empresas interiores y exteriores. Dios les llevó a los dos parientes a la santidad por opuestos caminos humanos; a uno bajo el signo del triunfo terreno y al otro bajo el de la desventura y el fracaso.

Fernando III unió definitivamente las coronas de Castilla y León. Reconquistó casi toda Andalucía y Murcia. Los asedios de Córdoba, Jaén y Sevilla y el asalto de otras muchas otras plazas menores tuvieron grandeza épica. El rey moro de Granada se hizo vasallo suyo. Una primera expedición castellana entró en África, y nuestro rey murió cuando planeaba el paso definitivo del Estrecho.

Emprendió la construcción de nuestras mejores catedrales (Burgos y Toledo ciertamente; quizá León, que se empezó en su reinado). Apaciguó sus Estados y administró justicia ejemplar en ellos. Fue tolerante con los judíos y riguroso con los apóstatas y falsos conversos. Impulsó la ciencia y consolidó las nacientes universidades. Creó la marina de guerra de Castilla. Protegió a las nacientes Ordenes mendicantes de franciscanos y dominicos y se cuidó de la honestidad y piedad de sus soldados. Preparó la codificación de nuestro derecho e instauró el idioma castellano como lengua oficial de las leyes y documentos públicos, en sustitución del latín. Parece cada vez más claro históricamente que el florecimiento jurídico, literario y hasta musical de la corte de Alfonso X el Sabio es fruto de la de su padre.

Pobló y colonizó concienzudamente los territorios conquistados. Instituyó en germen los futuros Consejos del reino al designar un colegio de doce varones doctos y prudentes que le asesoraran; mas prescindió de validos. Guardó rigurosamente los pactos y palabras convenidos con sus adversarios los caudillos moros, aun frente a razones posteriores de conveniencia política nacional; en tal sentido es la antítesis caballeresca del «príncipe» de Maquiavelo. Fue, como veremos, hábil diplomático a la vez que incansable impulsor de la Reconquista. Sólo amó la guerra bajo razón de cruzada cristiana y de legítima reconquista nacional, y cumplió su firme resolución de jamás cruzar las armas con otros príncipes cristianos, agotando en ello la paciencia, la negociación y el compromiso.


En la cumbre de la autoridad y del prestigio atendió de manera constante, con ternura filial, reiteradamente expresada en los diplomas oficiales, los sabios consejos de su madre excepcional, doña Berenguela. Dominó a los señores levantiscos; perdonó benignamente a los nobles que vencidos se le sometieron y honró con largueza a los fieles caudillos de sus campañas. Engrandeció el culto y la vida monástica, pero exigió la debida cooperación económica de las manos muertas eclesiásticas y feudales. Robusteció la vida municipal y redujo al límite las contribuciones económicas que necesitaban sus empresas de guerra. En tiempos de costumbres licenciosas y de desafueros dio altísimo ejemplo de pureza de vida y sacrificio personal, ganando ante sus hijos, prelados, nobles y pueblo fama unánime de santo.

Como gobernante fue a la vez severo y benigno, enérgico y humilde, audaz y paciente, gentil en gracias cortesanas y puro de corazón. Encarnó, pues, con su primo San Luis IX de Francia, el dechado caballeresco de su época.

Su muerte, según testimonios coetáneos, hizo que hombres y mujeres rompieran a llorar en las calles, comenzando por los guerreros.

Más aún. Sabemos que arrebató el corazón de sus mismos enemigos, hasta el extremo inconcebible de logar que algunos príncipes y reyes moros abrazaran por su ejemplo la fe cristiana. «Nada parecido hemos leído de reyes anteriores», dice la crónica contemporánea del Tudense hablando de la honestidad de sus costumbres. «Era un hombre dulce, con sentido político», confiesa Al Himyari, historiador musulmán adversario suyo. A sus exequias asistió el rey moro de Granada con cien nobles que portaban antorchas encendidas. Su nieto don Juan Manuel le designaba ya en el En-xemplo XLI «el santo et bienauenturado rey Don Fernando».

Más que el consorcio de un rey y un santo en una misma persona, Fernando III fue un santo rey; es decir, un seglar, un hombre de su siglo, que alcanzó la santidad santificando su oficio.

Fue mortificado y penitente, como todos los santos; pero su gran proceso de santidad lo está escribiendo, al margen de toda finalidad de panegírico, la más fría crítica histórica; es el relato documental, en crónicas y datos sueltos de diplomas, de una vida tan entregada al servicio de su pueblo por amor de Dios, y con tal diligencia, constancia y sacrificio, que pasma. San Fernando roba por ello el alma de todos los historiadores, desde sus contemporáneos e inmediatos hasta los actuales. Físicamente, murió a causa de las largas penalidades que hubo de imponerse para dirigir al frente de todo su reino una tarea que, mirada en conjunto, sobrecoge. Quizá sea ésta una de las formas de martirio más gratas a los ojos de Dios.


Vemos, pues, alcanzar la santidad a un hombre que se casó dos veces, que tuvo trece hijos, que, además de férreo conquistador y justiciero gobernante, era deportista, cortesano gentil, trovador y músico. Más aún: por misteriosa providencia de Dios veneramos en los altares al hijo ilegítimo de un matrimonio real incestuoso, que fue anulado por el gran pontífice Inocencio III: el de Alfonso IX de León con su sobrina doña Berenguela, hija de Alfonso VIII, el de las Navas.

Fernando III tuvo siete hijos varones y una hija de su primer matrimonio con Beatriz de Suabia, princesa alemana que los cronistas describen como «buenísima, bella, juiciosa y modesta» (optima, pulchra, sapiens et pudica), nieta del gran emperador cruzado Federico Barbarroja, y luego, sin problema político de sucesión familiar, vuelve a casarse con la francesa Juana de Ponthieu, de la que tuvo otros cinco hijos. En medio de una sociedad palaciega muy relajada su madre doña Berenguela le aconsejó un pronto matrimonio, a los veinte años de edad, y luego le sugirió el segundo. Se confió la elección de la segunda mujer a doña Blanca de Castilla, madre de San Luis.

Sería conjetura poco discreta ponerse a pensar si, de no haber nacido para rey (pues por heredero le juraron ya las Cortes de León cuando tenía sólo diez años, dos después de la separación de sus padres), habría abrazado el estado eclesiástico. La vocación viene de Dios y Él le quiso lo que luego fue. Le quiso rey santo. San Fernando es un ejemplo altísimo, de los más ejemplares en la historia, de santidad seglar.

Santo seglar lleno además de atractivos humanos. No fue un monje en palacio, sino galán y gentil caballero. El puntual retrato que de él nos hacen la Crónica general y el Septenario es encantador. Es el testimonio veraz de su hijo mayor, que le había tratado en la intimidad del hogar y de la corte.

San Fernando era lo que hoy llamaríamos un deportista: jinete elegante, diestro en los juegos de a caballo y buen cazador. Buen jugador a las damas y al ajedrez, y de los juegos de salón.

Amaba la buena música y era buen cantor. Todo esto es delicioso como soporte cultural humano de un rey guerrero, asceta y santo. Investigaciones modernas de Higinio Anglés parecen demostrar que la música rayaba en la corte de Fernando III a una altura igual o mayor que en la parisiense de su primo San Luis, tan alabada. De un hijo de nuestro rey, el infante don Sancho, sabemos que tuvo excelente voz, educada, como podemos suponer, en el hogar paterno.

Era amigo de trovadores y se le atribuyen algunas cantigas, especialmente una a la Santísima Virgen. Es la afición poética, cultivada en el hogar, que heredó su hijo Alfonso X el Sabio, quien nos dice: «todas estas vertudes, et gracias, et bondades puso Dios en el Rey Fernando».

Sabemos que unía a estas gentilezas elegancia de porte, mesura en el andar y el hablar, apostura en el cabalgar, dotes de conversación y una risueña amenidad en los ratos que concedía al esparcimiento. Las Crónicas nos lo configuran, pues, en lo humano como un gran señor europeo. El naciente arte gótico le debe en España, ya lo dijimos, sus mejores catedrales.


A un género superior de elegancia pertenece la menuda noticia que incidentalmente, como detalle psicológico inestimable, debemos a su hijo: al tropezarse en los caminos, yendo a caballo, con gente de a pie torcía Fernando III por el campo, para que el polvo no molestara a los caminantes ni cegara a las acémilas. Esta escena del séquito real trotando por los polvorientos caminos castellanos y saliéndose a los barbechos detrás de su rey cuando tropezaba con campesinos la podemos imaginar con gozoso deleite del alma. Es una de las más exquisitas gentilezas imaginables en un rey elegante y caritativo. No siempre observamos hoy algo parecido en la conducta de los automovilistas con los peatones. Años después ese mismo rey, meditando un Jueves Santo la pasión de Jesucristo, pidió un barreño y una toalla y echóse a lavar los pies a doce de sus súbditos pobres, iniciando así una costumbre de la Corte de Castilla que ha durado hasta nuestro siglo.

Hombre de su tiempo, sintió profundamente el ideal caballeresco, síntesis medieval, y por ello profundamente europea, de virtudes cristianas y de virtudes civiles. Tres días antes de su boda, el 27 de noviembre de 1219, después de velar una noche las armas en el monasterio de las Huelgas, de Burgos, se armó por su propia mano caballero, ciñéndose la espada que tantas fatigas y gloria le había de dar. Sólo Dios sabe lo que aquel novicio caballero oró y meditó en noche tan memorable, cuando se preparaba al matrimonio con un género de profesión o estado que tantos prosaicos hombres modernos desdeñan sin haberlo entendido. Años después había de armar también caballeros por sí mismo a sus hijos, quizá en las campañas del sur. Mas sabemos que se negó a hacerlo con alguno de los nobles más poderosos de su reino, al que consideraba indigno de tan estrecha investidura.

Deportista, palaciano, músico, poeta, gran señor, caballero profeso. Vamos subiendo los peldaños que nos configuran, dentro de una escala de valores humanos, a un ejemplar cristiano medieval.

De su reinado queda la fama de las conquistas, que le acreditan de caudillo intrépido, constante y sagaz en el arte de la guerra. En tal aspecto sólo se le puede parangonar su consuegro Jaime el Conquistador. Los asedios de las grandes plazas iban preparados por incursiones o «cabalgadas» de castigo, con fuerzas ágiles y escogidas que vivían sobre el país. Dominó el arte de sorprender y desconcertar. Aprovechaba todas las coyunturas políticas de disensión en el adversario. Organizaba con estudio las grandes campañas. Procuraba arrastrar más a los suyos por la persuasión, el ejemplo personal y los beneficios futuros que por la fuerza. Cumplidos los plazos, dejaba retirarse a los que se fatigaban.

Esta es su faceta histórica más conocida. No lo es tanto su acción como gobernante, que la historia va reconstruyendo: sus relaciones con la Santa Sede, los prelados, los nobles, los municipios, las recién fundadas universidades; su administración de justicia, su dura represión de las herejías, sus ejemplares relaciones con los otros reyes de España, su administración económica, la colonización y ordenamientos de las ciudades conquistadas, su impulso a la codificación y reforma del derecho español, su protección al arte. Esa es la segunda dimensión de un reinado verdaderamente ejemplar, sólo parangonable al de Isabel la Católica, aunque menos conocido.

Mas hay una tercera, que algún ilustre historiador moderno ha empezado a desvelar y cuyo aroma es seductor. Me refiero a la prudencia y caballerosidad con sus adversarios los reyes musulmanes. «San Fernando –dice Ballesteros Beretta en un breve estudio monográfico– practica desde el comienzo una política de lealtad.» Su obra «es el cumplimiento de una política sabiamente dirigida con meditado proceder y lealtad sin par». Lo subraya en su puntual biografía el padre Retana.


Sintiéndose con derecho a la reconquista patria, respeta al que se le declara vasallo. Vencido el adversario de su aliado moro, no se vuelve contra éste. Guarda las treguas y los pactos. Quizá en su corazón quiso también ganarles con esta conducta para la fe cristiana. Se presume vehementemente que alguno de sus aliados la abrazó en secreto. El rey de Baeza le entrega en rehén a un hijo, y éste, convertido al cristianismo y bajo el título castellano de infante Fernando Abdelmón (con el mismo nombre cristiano de pila del rey), es luego uno de los pobladores de Sevilla. ¿No sería quizá San Fernando su padrino de bautismo? Gracias a sus negociaciones con el emir de los benimerines en Marruecos el papa Alejandro IV pudo enviar un legado al sultán. Con varios San Fernandos, hoy tendría el África una faz distinta.

Al coronar su cruzada, enfermo ya de muerte, se declaraba a sí mismo en el fuero de Sevilla caballero de Cristo, siervo de Santa María, alférez de Santiago. Iban envueltas esas palabras en expresiones de adoración y gratitud a Dios, para edificación de su pueblo. Ya los papas Gregorio IX e Inocencio IV le habían proclamado «atleta de Cristo» y «campeón invicto de Jesucristo». Aludían a sus resonantes victorias bélicas como cruzado de la cristiandad y al espíritu que las animaba.

Como rey, San Fernando es una figura que ha robado por igual el alma del pueblo y la de los historiadores. De él se puede asegurar con toda verdad –se aventura a decir el mesurado Feijoo– que en otra nación alguna non est inventus similis illi [no se ha encontrado ninguno semejante a él].

Efectivamente, parece puesto en la historia para tonificar el espíritu colectivo de los españoles en cualquier momento de depresión espiritual.

Le sabemos austero y penitente. Mas, pensando bien, ¿qué austeridad comparable a la constante entrega de su vida al servicio de la Iglesia y de su pueblo por amor de Dios?

Cuando, guardando luto en Benavente por la muerte de su mujer, doña Beatriz, supo mientras comía el novelesco asalto nocturno de un puñado de sus caballeros a la Ajarquía o arrabal de Córdoba, levantóse de la mesa, mandó ensillar el caballo y se puso en camino, esperando, como sucedió, que sus caballeros y las mesnadas le seguirían viéndole ir delante. Se entusiasmó, dice la Crónica latina: «irruit… Domini Spiritus in rege». Veían los suyos que todas sus decisiones iban animadas por una caridad santa. Parece que no dejó el campamento para asistir a la boda de su hijo heredero ni al conocer la muerte de su madre.

Diligencia significa literalmente amor, y negligencia desamor. El que no es diligente es que no ama en obras, o, de otro modo, que no ama de verdad. La diligencia, en último término, es la caridad operante. Este quizá sea el mayor ejemplo moral de San Fernando. Y, por ello, ninguno de los elogios que debemos a su hijo, Alfonso X el Sabio, sea en el fondo tan elocuente como éste: «no conoció el vicio ni el ocio».

Esa diligencia estaba alimentada por su espíritu de oración. Retenido enfermo en Toledo, velaba de noche para implorar la ayuda de Dios sobre su pueblo. «Si yo no velo –replicaba a los que le pedían descansase–, ¿cómo podréis vosotros dormir tranquilos?» Y su piedad, como la de todos los santos, mostrábase en su especial devoción al Santísimo Sacramento y a la Virgen María.

A imitación de los caballeros de su tiempo, que llevaban una reliquia de su dama consigo, San Fernando portaba, asida por una anilla al arzón de su caballo, una imagen de marfil de Santa María, la venerable «Virgen de las Batallas» que se guarda en Sevilla. En campaña rezaba el oficio parvo mariano, antecedente medieval del santo rosario. A la imagen patrona de su ejército le levantó una capilla estable en el campamento durante el asedio de Sevilla; es la «Virgen de los Reyes», que preside hoy una espléndida capilla en la catedral sevillana. Renunciando a entrar como vencedor en la capital de Andalucía, le cedió a esa imagen el honor de presidir el cortejo triunfal. A Fernando III le debe, pues, inicialmente Andalucía su devoción mariana. Florida y regalada herencia.


La muerte de San Fernando es una de las más conmovedoras de nuestra Historia. Sobre un montón de ceniza, con una soga al cuello, pidiendo perdón a todos los presentes, dando sabios consejos a su hijo y sus deudos, con la candela encendida en las manos y en éxtasis de dulces plegarias. Con razón dice Menéndez Pelayo: «El tránsito de San Fernando oscureció y dejó pequeñas todas las grandezas de su vida». Y añade: «Tal fue la vida exterior del más grande de los reyes de Castilla: de la vida interior ¿quién podría hablar dignamente sino los ángeles, que fueron testigos de sus espirituales coloquios y de aquellos éxtasis y arrobos que tantas veces precedieron y anunciaron sus victorias?»

San Fernando quiso que no se le hiciera estatua yacente; pero en su sepulcro grabaron en latín, castellano, árabe y hebreo este epitafio impresionante:

«Aquí yace el Rey muy honrado Don Fernando, señor de Castiella é de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de Córdoba, de Murcia é de Jaén, el que conquistó toda España, el más leal, é el más verdadero, é el más franco, é el más esforzado, é el más apuesto, é el más granado, é el más sofrido, é el más omildoso, é el que más temie a Dios, é el que más le facía servicio, é el que quebrantó é destruyó á todos sus enemigos, é el que alzó y ondró á todos sus amigos, é conquistó la Cibdad de Sevilla, que es cabeza de toda España, é passos hi en el postrimero día de Mayo, en la era de mil et CC et noventa años.»

Que San Fernando sea perpetuo modelo de gobernantes e interceda por que el nombre de Jesucristo sea siempre debidamente santificado en nuestra Patria.


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