La magia es un arte satánico (siempre), no hay distinción entre magia blanca y negra, las metáforas del ocultismo introducen al niño en un mundo perverso.
Muchos padres católicos aprueban la lectura de H/P porque no conocen la realidad del ocultismo y lo confunden con mera fantasía, piensan que se trata de un cuento inofensivo. Las brujas se presentan como modelos que incitan a juegos peligrosos (ouija).
A los niños les parece divertido experimentar con espíritus buscando poderes sobrenaturales.
Dice el Catecismo de la Iglesia Católica (2110-2117):
- El primer mandamiento prohíbe honrar a otros dioses.
- Prescribe la superstición, es una perversión de la religión.
- Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a los demonios, la evocación a los muertos, la consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios, el recurso a "mediums".
- Todo ello encierra el deseo de obtener poderes ocultos sobrenaturales sobre el prójimo. Llevar amuletos es reprensible. El espiritismo implica prácticas adivinatorias o mágicas.
- La ouija en busca de espíritus que vagan por la "realidad" inmaterial, produce experiencias que acercan al diablo, quizás para siempre.
En 2003 el cardenal Ratzinger escribió a G.Kuby, socióloga alemana, autora de "H/P ¿el bien o el mal?" lo siguiente:
"Es bueno que Ud. Ilumine a la gente sobre H/P porque contiene seducciones sutiles que actúan sin ser notadas y distorsionan profundamente el Cristianismo en el alma antes de que pueda madurar apropiadamente"
Los libros y películas de H/P son el comienzo de pasos tentadores hacia el mundo engañoso de la magia.
El P.Amorth afirma: "Sucede que un endemoniado se convierte en tal después de practicas espiritistas o satánicas".
A mis hijos
Fuentes:
Catecismo de la Iglesia Católica. Guillermo Buhigas: "Gnosticismo, Harry Potter y el diablo" (Protocolos, Editorial SEKOTIA-2008)