Más de 200 expertos firman
Manifiesto contra la exhumación de Franco
31/08/2018
Más de doscientos políticos, historiadores y otros expertos, como el socialista Joaquín Leguina o el ex ministro Alberto Ruiz Gallardón, han firmado un Manifiesto de la Fundación Nacional Francisco Franco contra la reforma de la ley de Memoria Histórica del PSOE y de la exhumación de Franco.
El texto, "Manifiesto por la historia y la libertad", apunta que "no se puede imponer por una ley un único relato de la historia", ya que ninguna normativa "debe o puede varias los hechos históricos".
El historiador Stanley Payne, los políticos Jaime Mayor Oreja, Joaquín Leguina, María San Gil, Alberto Ruiz-Gallardón, Ignacio Camuñas, Alejo Vidal Cuadras o Santiago Abascal, el bisnieto del dictador Luis Alfonso de Borbón o el militar Santiago Milans de Bosch lo han suscrito.
A su juicio, el anuncio de una Comisión de la Verdad "amenaza con penas de cárcel, inhabilitación para la docencia y elevadas multas a quienes mantengan opiniones divergentes a la verdad única, la destrucción y quema de las obras o estudios declarados no gratos, y la expropiación, destrucción o transformación de una parte del patrimonio histórico-artístico de la etapa más reciente de España".
El texto advierte de que la propuesta del Gobierno ataca "directamente los fundamentos de la Constitución" y los "valores superiores que su ordenamiento jurídico consagra", por lo que si se aprobara , "chocaría frontalmente con la Constitución en su redacción y espíritu", denuncian.
"No se debe borrar por una ley la cultura, el sentimiento ni la memoria de un pueblo, y menos aún por razones ideológicas. Ninguna razón moral, ni derecho subyacente, puede primar sobre la analítica verdad de los hechos en las circunstancias del tiempo y lugar en que estos se produjeron", apunta el escrito. Asimismo, considera que los hechos ocurridos "no puede ceder a ninguna manipulación política partidista".
"Legislar sobre la historia o contra la historia es,
simplemente, un signo de totalitarismo.
Y es antidemocrático y liberticida",
critican desde la Fundación Francisco Franco.
Para los firmantes, en España viene "perpetrándose un inadmisible y flagrante historicidio desde la aprobación de la mal llamada Ley de Memoria Histórica de diciembre de 2007".
No obstante, aseguran que el PSOE pretende ahora "una vuelta de tuerca más" con la "intención de ilegalizar cualquier asociación o fundación que sostenga puntos de vista diversos y plurales sobre los hechos acaecidos".
"El proyecto vulnera el principio de la verdad documentada de la historia, como demuestra el mero hecho de que esa única versión quiera imponerse por la fuerza del Estado, al ser incapaz de sostenerse en un debate de investigación, serio, libre e independiente", esgrime el texto. Califican el cambio de la normativa como "una ley de tipo soviético que no debería ser propuesta por ningún partido".
"Resultaría dramático para la convivencia de los españoles que ochenta años después del final de la Guerra Civil y de haber transcurrido más de cuarenta tras la extinción del franquismo, se intente anular la libertad de pensamiento de los españoles", apostillan, a la vez que advierten de que se puede "reinstalar en la sociedad los mismos odios que condujeron a aquellos calamitosos acontecimientos".
Por todo ello, consideran que la ley "debe ser rechazada con firmeza por toda la sociedad, pues España no puede permitirse una involución hacia regímenes del tipo implícito en la misma". "La experiencia histórica no debe pasar en balde, y de ella debemos aprender", apuntan.
"Ningún parlamento democrático ni puede ni debe legislar sobre la Historia, pues de hacerlo, criminalizaría la Historia, estableciendo una checa de pensamiento único, al imponerse por la fuerza y la violencia del Estado", concluyen.
Otros firmante son el catedrático Francisco Sosa Wagner, el sociólogo Amando de Miguel, el exbanquero Mario Conde, el exembajador en el Vaticano Francisco Vázquez, los eurodiputados Javier Nart y Enrique Calvet o el miembro de la Real Academia de la Historia Serafín Fanjul. Además en change.org hay más de 4.000 firmantes que avalan un "manifiesto católico contra la profanación de la tumba de Franco".
30-agosto-2018
Sin ser creyente, siento gran respeto por la cultura católica, raíz fundamental de la cultura española. Solo tengo que viajar un poco por el país para percatarme de la acumulación inmensa de arte, belleza y cultura en general que ha producido; y repasar la historia para constatar el altísimo número de escritores, artistas y pensadores generados por la Iglesia española a lo largo de siglos.
Pero, durante la pasada guerra civil,
la Iglesia sufrió la persecución
quizá más sangrienta y sádica de su historia,
abundantemente documentada.
Unos 7.000 clérigos fueron asesinados cruelmente
así como numerosos cristianos por el hecho de serlo,
miles de templos, monasterios, ermitas, bibliotecas
y centros de enseñanza fueron incendiados y expoliados.
Aquellas acciones constituyen técnicamente un genocidio, el único perpetrado en aquella contienda, y se realizó en nombre de una democracia o libertad negadas por los propios partidos que lo cometieron: se trataba de totalitarios socialistas y estalinianos, más ácratas, auxiliados por golpistas y grupos racistas-separatistas. Los cuales, por cierto, también se persiguieron y masacraron abundantemente entre ellos mismos. Y si el exterminio de la Iglesia no fue total, se debió primordialmente al general Francisco Franco, que derrotó a los exterminadores, restableció el culto y favoreció extraordinariamente a la Iglesia tras haberla salvado, literalmente, de la aniquilación en España.