San Leandro de Sevilla
Santiago Clavijo
13-11-19
13-11-19
San Gregorio Magno entregó al obispo Leandro una imagen de la Virgen, tallada por San Lucas en Éfeso, para que le ayudara a convertir al rey arriano Leovigildo. Leandro bautizó a su hijo Hermenegildo, que fue mártir de su padre, y en el III Concilio de Toledo (589) bautizó al rey Recaredo, que fundó el reino católico de España, destruido por la invasión mahometana (718). Dicha imagen está en Guadalupe (Cáceres), donde fue venerada por la reina Isabel y Colón (1492), que llevó su devoción a América. La "GUADALUPANA" (1531) llegó a México para convertirse en Emperatriz de la HISPANIDAD:
San Leandro de Sevilla, obispo, nació en Cartago cerca de 534, de una familia romana que se estableció en esa ciudad; murió en Sevilla el 13 de Marzo de 600.
Algunos historiadores sostienen que Severino, su padre, fue duque o gobernador de Cartago, pero San Isidoro afirma que simplemente fue un ciudadano de esa ciudad. La familia emigró de Cartago cerca del año 554 y viajó a Sevilla. El gran valía de los hijos de Severino parece indicar que fueron educados en ambientes distinguidos. Severino tuvo tres hijos, Leandro, Isidoro, Fulgencio, y una hija, Florentina.
Tanto San Leandro cuanto San Isidoro fueron obispos de Sevilla; San Fulgencio, obispo de Cartagena y Santa Florentina, una monja, quien dirigió cuarenta conventos y a mil hermanas religiosas. También se creyó, pero equivocadamente, que Theodosia, otra hija de Severino, fue la esposa del rey Visigodo Leovigildo.
Tanto San Leandro cuanto San Isidoro fueron obispos de Sevilla; San Fulgencio, obispo de Cartagena y Santa Florentina, una monja, quien dirigió cuarenta conventos y a mil hermanas religiosas. También se creyó, pero equivocadamente, que Theodosia, otra hija de Severino, fue la esposa del rey Visigodo Leovigildo.
Leandro fue primero un monje Benedictino para luego ser nombrado Obispo de Sevilla en 579. Mientras tanto fundó una célebre escuela, que pronto se convirtió en un centro de aprendizaje y ortodoxia. Asistió a la princesa Ingunthis en convertir a su esposo Hermenegildo, el hermano mayor de Leovigildo, y defendió al convertido de las crueles represalias de su padre.
En su esfuerzo por salvar a su país del arrianismo, Leandro demostró ser un cristiano ortodoxo y un patriota clarividente. Exiliado por Leovigildo, se retiró a Bizancio del 579 al 582. Es posible, pero no comprobado, que haya visto levantarse al emperador Tiberio y tomar armas contra el rey arriano; en cualquier caso el intento no obtuvo resultados. No obstante lo cual sacó provecho de su estancia en Bizancio preparando trabajos importantes en contra del arrianismo, y también conoció a quien sería más tarde Gregorio El Grande, en ese entonces sucesor de Pelagio II en la corte Bizantina.
A partir de ahí una amistad muy cercana unió a los dos hombres, y la correspondencia de San Gregorio con San Leandro se erige como uno de los títulos más importantes y honorables. No se sabe exactamente cuando Leandro retornó del exilio. Leovigildo dio muerte a su hijo Hermenegildo en el año 585 y murió en el año 589.
En esta hora decisiva para el futuro de España, Leandro trabajó mucho para asegurar la unidad religiosa, una fe ferviente, y su amplia cultura en la que se basó su posterior grandez, tuvo parte en la conversión de Recaredo, y nunca cesó de ejercer sobre él una influencia beneficiosa y profunda.
En el Tercer Concilio de Toledo, donde la España Visigoda abjuró del arrianismo, Leandro expuso el último sermón. A su regreso de este concilio, Leandro convocó un importante sínodo en su ciudad metropolitana de Sevilla (Conc. Hisp., I), y nunca cesaron sus esfuerzos de consolidar el trabajo, en el que su hermano y sucesor San Isidoro lo seguiría. Leandro recibió el pallium en Agosto de 599. Ahí lamentablemente se conservan sólo dos trabajos de este escritor (superior a su hermano Isidoro), a saber: De institutione virginum ete contemptu mundi, una regla monástica compuesta para su hermana, y Homilia de trimpho ecclesioe ob conversionem Gothorum (P.L., LXXII).
San Isidoro escribió sobre su hermano: “Este hombre de suave elocuencia y talento eminente brilló tanto por sus virtudes cuanto por su doctrina. Por su fe y celo, las personas góticas se han convertido del arrianismo a la fe católica”. (De script. eccles., xxviii)..
PIERRE SUAU
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